* La miembro no residente del Centro Adrienne Arsht para América Latina del Atlantic Council explicó a Expediente Público que la región tiene “un problema de continuidad en las relaciones con China”.
** La experta aconsejó tener un balance entre los intereses nacionales y la búsqueda de un gran aliado global.
***Subrayó también la importancia de mantener las relaciones con políticas constantes y no cambiantes cada vez que hay un nuevo gobierno.
Sharon Ardon / Expediente Público
Asegurar inversiones de China, y que esas no duren hasta el periodo de cambio de gobierno, depende solo de las políticas internas y económicas que se implementen en cada país, planteó a Expediente Público Victoria Chonn Ching, investigadora no residente del Centro Adrienne Arsht para América Latina del Atlantic Council.
En Centroamérica solo Guatemala ha optado por mantener el vínculo diplomático con Taiwán, mientras los demás países, desde 2007 con Costa Rica, han abandonado su apoyo a la nación insular, en busca de inversiones y el mercado de la República Popular China.
Si este cambio de relaciones será beneficioso, “depende de la agenda doméstica, así como los actores que se llevan a la mesa de discusión, como por ejemplo los consorcios económicos, sociales, grupos ejecutivos, etcétera”, expresó Chonn Ching.
Saber negociar con China
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En el contexto de un encuentro internacional sobre los desafíos que representa China para América Latina, desarrollado en el Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida (FIU), Chonn Ching brindó una entrevista a Expediente Público, en la cual indicó que la base de unas relaciones efectivas con China no solamente se trata de firmar acuerdos.
“Tú puedes hacer todas las negociaciones que quieras, (pero) ¿qué pasa después de ese primer pasó?”, cuestionó.
La experta manifestó que superar el desafío regional de la falta de continuidad en las relaciones será imprescindible para evitar estancamientos en estos intercambios.
Nicaragua y Honduras apenas reiniciaron sus relaciones con China en diciembre de 2022 y marzo de 2023, respectivamente. El Salvador, por su parte, lo hizo en agosto de 2018.
Chonn Ching planteó que, para lograr estabilidad, los países deben desarrollar políticas internas coherentes que reflejen sus intereses y prioridades nacionales.
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Desafíos ante China
Chonn Ching consideró el papel de China en Latinoamérica como una alternativa prometedora en términos de oportunidades económicas e inversiones, especialmente en sectores como la infraestructura.
“(China) vino y sigue viniendo con oportunidades que muchas veces, otras organizaciones, otras instituciones o incluso los países tal vez no tienen, ni la capacidad económica o los recursos para proveerlos”, subrayó.
No obstante, Chonn Ching enfatizó que acceder a esas oportunidades que ofrece China dependerá de la capacidad estatal, de las instituciones y las políticas económicas e internacionales que cada país implemente.
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Relaciones no consolidadas
Para Chonn Ching actualmente la relación entre América Latina y China se encuentra en un proceso continuo de desarrollo.
La experta percibió que, tanto en América Latina como en China, se han producido y siguen ocurriendo cambios ya sean económicos, políticos o sociales, los cuales plantean “desafíos que ambas partes necesitan enfrentar”.
“Estamos en un proceso aún de aprendizaje, no diría de consolidación total”, aseveró.
Citó el ejemplo de Brasil y Chile como países que han avanzado en este proceso de aprendizaje, y otros en Centroamérica y el Caribe que están en las etapas iniciales de establecer relaciones más sólidas con China.
¿Por qué se estancan las relaciones?
Costa Rica estableció relaciones diplomáticas con la República Popular China en 2007. Fue el primer país centroamericano en establecerlas en el segundo gobierno de Óscar Arias (2006-2010).
La investigadora recordó que tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas; en 2010, en la administración de Laura Chinchilla (2010-2014) Costa Rica firmó un Tratado de Libre Comercio (TLC) y se percibió mucho “entusiasmo” al principio de su relación y sus negociaciones con China, pero con el tiempo, observó que la dinámica bilateral fue perdiendo impulso.
Por ejemplo, en 2010 el país centroamericano gozaba de una balanza comercial favorable con China por casi 100 millones de dólares. Sin embargo, en 2022 la dinámica cambió y el país experimentó un déficit comercial con el país asiático que ascendió a casi 3 mil millones de dólares, es decir 2,835 millones.
“Las relaciones con China no han sido lo exitosas comercialmente (cómo) hubiéramos querido” dijo el viceministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Christian Guillermet a la Voz de América.
En ese sentido, Chonn Ching aclaró que no es una cuestión de falta de interés por parte de Costa Rica en fortalecer la relación con China, sino que la nación centroamericana también otorga prioridad a otros países vecinos y, especialmente, a los Estados Unidos que sigue siendo su principal socio comercial.
“Como región, nosotros tenemos ese problema, la continuidad”, lamentó Chonn Ching.
Mantener un balance con China
La experta reiteró la importancia de la «agencia doméstica» al abordar las relaciones con China. En este caso, se refiere a la capacidad de los países latinoamericanos para gestionar sus propias políticas internas y equilibrar sus intereses nacionales con las oportunidades que ofrece China.
“No es solo lo que China ofrezca o haga, es también como países latinoamericanos lidiamos con nuestras propias políticas y balancear eso con nuestra integración global”, señaló.
En ese sentido, sugirió a los países de la región pensar en mantener este balance para establecer relaciones con China, y para lograrlo, la experta insta a los países a participar en negociaciones estratégicas, considerando sus objetivos y prioridades regionales.
Hay que “priorizar nuestros propios intereses como región o como subregión”, puntualizó.