*El Gobierno de Xiomara Castro se niega a responder sobre cuánto pagó China en los gastos de los funcionarios que viajaron invitados por ese Gobierno. Tampoco revelan sobre quiénes y cuánto se gasta en los viajes de funcionarios a otros países.
** Expertos opinan que es normal en las relaciones diplomáticas que un Estado obsequie viajes “todo pagado” a otro, siempre y cuando el funcionario invitado no beneficie con contratos públicos o de otra manera a ese Gobierno.
Yarely Madrid / Expediente Público
El pago de hasta diez días de viaje a la República Popular de China a varios funcionarios hondureños hace cuestionar hasta qué punto esto sería un conflicto de intereses para el Estado de Honduras, en el sentido de que por compromiso se tomen decisiones que no sean convenientes o se dejen de señalar actos irregulares en contratos con empresas de esa nación asiática.
Que un estado pague viajes a otro es una práctica en relaciones internacionales, pero para China es una acción estratégica para focalizar personas que toman decisiones en esos países, que les puedan servir después para apoyar el régimen chino en acuerdos comerciales, negocios o en conflictos diplomáticos.
Expediente Público constató a través de la solicitud de información pública SOL-SRE- 666-2023, realizada a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), que los gastos de estadía de la primera comitiva hondureña que viajó del 22 al 31 de marzo hacia China para establecer relaciones formalmente entre ambos países fueron costeados por el gigante asiático.
La gira de Xiomara Castro (del 9 al 14 de junio de 2023) hacia Beijing junto a 19 personas también fue financiada por China, según informó la misma mandataria días antes de partir.
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Presidencia prefiere callar
En otra investigación sobre la inversión de China para que 29 periodistas fueran ese país asiático, Expediente Público estimó que solo los pasajes aéreos habrían tenido un costo de al menos 132 mil dólares.
Los últimos meses igualmente llegaron al país asiático empresarios y tres de diputados del Congreso Nacional de Honduras, uno del Partido Salvador de Honduras y dos del gobernante Libertad y Refundación (Libre).
Expediente Público contactó en varias ocasiones a la directora de Comunicación Estratégica de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, Eva Ferrufino, para agendar una entrevista con el canciller hondureño, Enrique Reina, encargado de la relación China y Honduras para hablar sobre estos viajes, sin embargo, hasta el cierre de esta nota no se obtuvo una respuesta.
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¿Y el Código de Conducta de los funcionarios?
Honduras no tiene una ninguna ley que regule los viajes diplomáticos. El único documento legal es el “Código de conducta ética del servidor público”.
En el artículo 24 la normativa establece que un funcionario “no debe, directa ni indirectamente, ni para sí, o para terceros, solicitar, aceptar o admitir dinero, dádivas, beneficios, regalos, objetos de valor, favores, viajes, gastos de viaje, promesas u otras ventajas o valores materiales o inmateriales por parte de personas o entidades”, para “acelerar indebidamente o retardar tareas relativas a sus funciones u obviar requisitos exigidos por la Ley, los reglamentos, manuales e instructivos”.
No hay regulación
Graco Pérez, analista hondureño en derecho internacional, dijo a Expediente Público que el hecho de que los viajes de los funcionarios públicos no estén regulados se suma “a que no hay transparencia en los ministerios”.
“No hay (información en) páginas (de las secretarias de Estado) de cómo se está pagando, cuánto cuesta un viaje, en qué lugares se hospedan, cuánto cuesta su traslado a la alimentación y otros gastos de representación”, cuestionó Pérez.
“No hay control porque se pone como pretexto que es un viaje oficial que trae beneficios al país, que es necesario salir a buscar ayuda o por cualquier tipo de relación”, evidenció.
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¿Hasta dónde es permisible?
Carlos Cascante, especialista en Relaciones Internacionales e Historia en Costa Rica, explicó a Expediente Público que existe una “regla de cortesía” que es parte de la política exterior en la que el Estado debe fomentar las relaciones con otros países”.
Entonces, refiere, que son aceptables internacionalmente los viajes pagados por otro Estado, “siempre y cuando no se demuestre que a quien produjo ese viaje se le están concediendo beneficios”.
“La revisión debe ser posterior al viaje y ver el comportamiento del funcionario y si este está respondiendo a ese viaje brindando favores y privilegios que no corresponden, ahí sí debe existir una sanción”, indicó Cascante.
Sin embargo, nada es perfecto y siempre hay riesgos de que el Gobierno de China tenga estas prácticas para comprar favores en los contratos de inversiones que haga en los países con los que tienen relaciones.
De hecho, para China es una práctica normal que se ha visto en diversos países de América Latina con oficiales electos a nivel municipal, regional y nacional.
“Muchas veces un funcionario puede reaccionar más favorablemente hacia un Estado que lo haya invitado, eso digamos es algo factible. Es algo propio de la función diplomática que existan este tipo de invitaciones… es algo que ustedes están viviendo con China, pero lo han vivido antes con Estados Unidos con Israel, con prácticamente todos los países del mundo que tienen ese tipo de esquemas”, evidenció.
¿Cuál es la diferencia con China?
Los viajes diplomáticos tampoco se tienen que satanizar. Pero el problema con China es que, tal como lo establece el experto en temas de China y editor de Análisis Sínico en el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), Juan Pablo Cardenal, en su obra “El arte de hacer amigos”, la amistad para el Partido Comunista Chino (PCCh) es siempre política y “tiene significado de relación estratégica, no personal y desinteresada”.
Cardenal menciona la “estrategia de Poder Blando” del PCCh que no es más que la captación de élites en los países latinoamericanos.
Un grupo importante para China son las personas que toman decisiones en los Estados, como los funcionarios públicos y cuando establecen quiénes son, los invitan con todo pagado, los hospedan en hoteles cinco estrellas y les enseñan la “majestuosidad del país”.
“Lo que tratan de conseguir con estos encuentros es cercanía con las personas que toman las decisiones, recabar legitimidades, gestionar amenazas en un contexto mucho más flexible, fomentar e impulsar enmarcamientos con ciudades de los países, y favorecer grupos de amistad chinos en los congresos nacionales”, dijo el entrevistado.
El experto subraya que es común que la clase política latinoamericana vea la relación con Beijing a través de las oportunidades que pueden obtener.
Luego del lado chino “se traduce inevitablemente, en una ausencia casi total de la crítica con respecto a la naturaleza autoritaria del régimen chino, a la violación de los derechos humanos, a los excesos detrás de las inversiones regionales a las condiciones de sus préstamos y a la asimetría en la relación comercial”.
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¿EEUU paga viajes a funcionarios de otro Estado?
Expediente Público quiso saber si la política exterior de Xiomara Castro se está basando en ir a otros países con todo pagado por otros gobiernos. En el caso de Estados Unidos una fuente de la Embajada en Honduras, que solicitó se omitiera su nombre, respondió que no es una práctica de la administración de Joe Biden.
“No compramos boletos para nadie que no sea, por ejemplo, alguien seleccionado para participar en un programa de intercambio, pero esto lo hacemos público, anunciamos desde un inicio que todos los gastos van a ser pagados, y buscamos a la sociedad civil o periodistas para participar en diferentes niveles de intercambio”, aclaró la fuente.
“A la presidenta Castro no le estamos comprando boletos para que viaje, ella que yo sepa cuando viaja a los Estados Unidos, siempre viaja en una línea aérea comercial. Hay varios oficiales (de la embajada estadounidense) que han estado en vuelos de American Airlines saliendo de Palmerola y van con la presidenta en el mismo vuelo, pero esto es pura casualidad”, insistió.
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Falta de transparencia
Expediente Público mediante la petición de información pública SOL-PRSD-404-2023 solicitó también a la Presidencia de la República (Casa Presidencial) la documentación sobre los otros viajes de la mandataria a países como Estados Unidos, Colombia, Brasil, Argentina e Italia para saber los costos totales.
Tampoco se recibió respuesta aun después de solicitar a las autoridades del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) un recurso de revisión, tal como lo establece el artículo 26 de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Graco Pérez es del criterio que los ciudadanos hondureños deben de conocer en qué se está gastando en los viajes diplomáticos, sobre todo porque cuando hay falta de transparencia “eso se convierte en corrupción”.
“Existen instituciones como el Tribunal Superior de Cuentas (TSE), el Consejo Nacional de corrupción (CNA) y el Instituto de Información Pública que deben garantizar que todo ciudadano tenga acceso a esa información”, manifestó.
Obligación de transparentar uso de fondos públicos
Carlos Cascante también es de la opinión que “lo ideal en un sistema de transparencia democrática es que, salvo en casos dedicados a seguridad nacional de alta delicadeza, todos los fondos que utiliza el Estado” deberían ser públicos.
“Cuando un presidente viaja en misión oficial y todo mundo sabe que está viajando en misión oficial, tiene que haber una transparencia democrática de forma tal que cualquier persona interesada pueda saber cómo se gastó ese dinero, quién está acompañado al presidente, de los gastos de las personas que acompañaban al presidente y los resultados del viaje”, señaló Cascante.