*Para el especialista Carlos Ponce, el referéndum revocatorio para destituir a Nicolás Maduro es una estrategia de la oposición que no tendrá un resultado eficaz.
**Al permitir esta medida el Régimen de Maduro, trata de evitar que el sector opositor se concentre en buscar una manera de abrirse camino en las elecciones presidenciales del año 2024.
Expediente Público
La posibilidad de acabar con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela a través de un referéndum revocatorio es prácticamente nula y que el gobierno permitiese su ejecución, aun bajo condiciones irrealizables, es una estrategia para mantener a la oposición distraída, aseguró Carlos Ponce, director del Programa Latinoamericano en la Fundación Memorial de Victimas del Comunismo a Expediente Público.
Para Ponce, el objetivo real de este segundo referéndum es continuar generando una expectativa de un gobierno medianamente democrático y mantener el discurso de que hay oportunidades electorales en Venezuela. Esto ha sido demostrado a través de las irrealizables condiciones propuestas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para su ejecución.
El inicio del procedimiento para la activación del referéndum revocatorio fue aprobado por el CNE el 17 de enero del presente año, tras cumplirse la mitad del tiempo correspondiente al segundo mandato presidencial de Nicolás Maduro.
Sin embargo, solo cuatro días después, la institución estatal anunció las condiciones irrealizables bajo las que se llevaría a cabo el proceso efectuado este 26 de enero.
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Las votaciones del referéndum ocurrieron con una afluencia excesivamente baja de personas.
De igual manera, el Movimiento Venezolano por el Revocatorio (Mover), organización que promovió la realización del referéndum, invitó a la población a que se abstuvieran de ir a firmar y rechazo la jornada de recolección de votos al considerarla “inconstitucional”.
El referéndum no es una medida viable
Carlos Ponce explicó que, en primer lugar, es vital tomar en cuenta que muchos pobladores se resistirían a firmar el referéndum por temor a posibles represalias por parte del gobierno: “las firmas van a ser verificadas por el mismo gobierno y puede ser que levanten otra lista de personas sancionables o personas que vayan a recibir cualquier tipo de amenaza del régimen”.
Por otra parte, señaló que el tiempo necesario para que un referéndum se ejecute en las condiciones adecuadas con un desarrollo democrático y justo, es extenso y en ello se gastaría tiempo que la oposición puede utilizar en crear una estrategia para asegurar unas elecciones medianamente competitivas.
“Lo que van a andar perdiendo es tiempo, esfuerzo, recursos en una ficción que no tiene ningún tipo de sentido”, afirmó Ponce.
En adición, el especialista sostuvo que, aunque el proceso del referéndum lograra su objetivo y revocara el mandato presidencial de Maduro, quien tomaría el puesto sería Delcy Rodríguez, vicepresidenta de la República de Venezuela, quien ha demostrado ser una aliada del régimen: “Delcy se encarga del gobierno hasta las siguientes elecciones, eso no impide que el gobierno siga manipulando el mecanismo electoral para imponer un nuevo candidato diferente”.
Una distracción a la oposición
Ponce aseguró que el referéndum es una medida del régimen de Maduro para mantener ocupada a la oposición y evitar que esta trabaje en unificarse y construir un ambiente lo más democrático posible, para las elecciones presidenciales del año 2024.
“No quieren permitir una planificación a largo plazo entre la oposición y los factores democráticos, que estén siempre dando respuesta a las estrategias del gobierno y no organizando algo de mayor solidez para permitir que haya una opción electoral y democrática para Venezuela”, declaró el experto.
Carlos Murillo, analista político internacional reforzó esta idea: “En Venezuela, el régimen se ha acostumbrado a utilizar la opción del referéndum como parte de un juego. Sobre todo, Hugo Chávez, lo utilizaba, cuando sabía que podía manejar el resultado. O sea, en el fondo la figura del referéndum no está construida en Venezuela con un propósito democrático de consulta a la ciudadanía, si no con el fin de retar a la oposición”.
Condiciones absurdas establecidas por el CNE
El profesor de derecho constitucional y administrativo Rafael Chavero, aseguró a la Voz de América que, si bien la Constitución establece el revocatorio como mecanismo, todavía “no hay una ley especial que regule en detalle este procedimiento, entonces ha sido a través de resoluciones del propio CNE que se ha venido regulando la forma de cómo operar”.
Esta falta de regulación en profundidad dio paso a que el CNE estableciera condiciones absurdas para el referéndum que se ejecutó este 26 de enero del año 2022.
“La convocatoria (del referéndum) la hace el CNE sin oír ni siquiera a las partes que han solicitado referéndum, sin escuchar la capacidad de articulación de las organizaciones políticas o sociales de Venezuela, dando unos términos excesivamente cortos para el levantamiento de la firma. No ha tenido claridad en los procedimientos, en la certeza de los electores”, declaró Ponce.
Una estrategia que no resulta para Cuba y Nicaragua
Murillo aseguró que la estrategia de permitir un referéndum revocatorio para distraer a la oposición como un señuelo, no funcionaría bajo el contexto político de los regímenes aliados de Nicolás Maduro: Cuba y Nicaragua.
No es secreto que los dirigentes del trío de países han demostrado aplicar estrategias de represión similares entre sí. Pese a esto, el politólogo explicó que, en Cuba, la mínima posibilidad de un proceso democrático significaría el fin del gobierno de Miguel Diaz – Canel.
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“Yo creo que en Cuba eso no es posible. La ley no lo contempla. Además, a diferencia de Venezuela, el régimen cubano sabe que el día que haya unas elecciones, aun con todas las limitaciones que hay en Venezuela, pierde. El gobierno cubano sabe que cada día está más debilitado y que si abre un pequeño espacio en el sistema de elección se acaba el gobierno”, enfatizó.
En cuanto a Nicaragua, el referéndum revocatorio no está presente en la constitución. A pesar de ello, Ortega mencionó en el año 2009 su interés por aplicar esta medida, razón por la que algunos analistas políticos opinaron que esta era solo una excusa para realizar una reforma a la constitución que posteriormente le permitiera reelegirse (objetivo que alcanzó en 2012).
El especialista afirmó que tras perder en las elecciones de 1990 y recuperar el mandato hasta 17 años después, Ortega no se arriesgaría ante la posibilidad de perder su cargo presidencial en un referéndum revocatorio.
“A Ortega le costó mucho llegar a lo que tiene hoy: una dictadura consolidada. Así que no va a abrir esos espacios porque Ortega sabe que si hubiera un mecanismo para un referéndum revocatorio en condiciones democráticas. Ortega pierde”, finalizó.
