Bukele El Salvador

Soyapango, el nuevo experimento de la “guerra” de Nayib Bukele contra las pandillas

*Defensores de Derechos Humanos critican el cerco militar a esa ciudad de San Salvador mientras que el arzobispo de San Salvador ve como “un deber del Estado” perseguir el crimen.

**Desde marzo del 2022 se han capturado a más de 60 mil personas vinculadas a las pandillas.


Expediente Público

Más de 140 presuntos pandilleros fueron capturados este fin de semana en el municipio de Soyapango al este de la capital salvadoreña donde se realizó un enorme despliegue militar y policial, tras el anunciado cerco de seguridad para “extraer” delincuentes, que explicó la semana pasada el presidente de El Salvador, Nayib Bukele en lo que definió como la quinta etapa del Plan de Control Territorial.

Bukele ordenó la madrugada del sábado el despliegue de 8,500 soldados y 1,500 policías en Soyapango, la tercera ciudad más poblada del país, con cerca de 300 mil habitantes.

Soyapango es un populoso municipio que en las últimas dos décadas se ha visto afectado por el accionar criminal de las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18. Colonias como Las Margaritas, El Limón, Bosques del Río y Brisas, han sido las más afectadas y contaban este domingo con una fuerte presencia de las fuerzas de seguridad.

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Operación contra criminales

“Los ciudadanos comunes no tienen nada que temer y pueden continuar haciendo su vida normalmente. Esta es una operación contra los criminales, no contra los ciudadanos honrados”, aseguró Bukele.

Decenas de vehículos militares y policiales ingresaron a Soyapango desde el sábado en la madrugada y las fuerzas de seguridad tomaron posiciones claves del municipio. Desde entonces se pueden observar militares y policías en traje de fatiga, como una operación militar donde incursionan en los estrechos pasajes de las colonias más populosas donde realizan registros en casas y automóviles.

En las calles se hace bajar a los pasajeros del transporte público para catearlos y revisar documentos. El sábado pudo observarse helicópteros sobrevolando esa ciudad e incluso en los municipios aledaños.

El tránsito de vehículos y personas así como la intensa actividad comercial del municipio se mantenía normal este fin de semana.

“La implementación de la fase cinco consiste en la extracción de todo delincuente que esté escondido en Soyapango”, dijo el Director de la Policía Nacional Civil, Mauricio Arriaza, quien junto a los ministros de Defensa René Francis Merino y de Seguridad Gustavo Villatoro, dirigían los operativos desde el municipio.

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“Estamos acá para garantizarle seguridad a la población honesta, trabajadora y honrada, hago el llamado como institución policial a la población, todos pueden denunciar”, agregó Arriaza.

Ocho meses de “guerra”

Bukele había anunciado el pasado 24 de noviembre la fase cinco de su plan que consistía en «la extracción de los criminales que aún quedan en las comunidades y en cualquier lugar del país”, dijo el gobernante salvadoreño.

“Llevamos ocho meses en esta guerra contra las pandillas y, gracias a Dios, la estamos ganando de una manera en la que todos los expertos y analistas decían que era imposible”, afirmó Bukele.

El gobierno salvadoreño impuso un estado de excepción desde el pasado 27 de marzo tras más de 80 homicidios en 48 horas, atribuidos a las pandillas. Desde entonces se han capturado casi 60 mil presuntos pandilleros y colaboradores.

A raíz de esto, índice de homicidios en el país se ha reducido radicalmente. La policía salvadoreña reportó solo 13 homicidios durante noviembre pasado. Durante la administración de Salvador Sánchez Cerén y Mauricio Funes hubo registro de hasta 500 homicidios mensuales.

El ministro de Seguridad Pública, Gustavo Villatoro, dijo en declaraciones a periodistas, que son “40 puntos estratégicos donde estamos trabajando para lograr la extracción de los pandilleros que según la información de inteligencia nuestra, todavía se encuentran en esas comunidades”.

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“Hemos estado planificando cuidadosamente este cerco en Soyapango para afectar en lo menos posible a la población honrada”, dijo Villatoro, quien lucía un chaleco antibalas mientras recorría el municipio.

No se sabe mucho

Ni Bukele ni las autoridades de Seguridad han especificado cuánto durará el operativo, pero el ministro de Defensa, René Merino Monroy, sostuvo que “nos vamos a retirar de este municipio hasta que no exista ningún delincuente. Todo el que tenga cuentas pendientes con la justicia deberá enfrentarla”.

Según Merino, en las primeras horas de haberse establecido el cerco en Soyapango, se capturaron varios supuestos pandilleros que al parecer tenían antecedentes penales o delictivos.

Las autoridades mostraron a varios detenidos con tatuajes que habían sido capturados e incluso uno que fue descubierto oculto en una alcantarilla.

Para la defensora de Derechos Humanos, Celia Medrano, el anuncio del cerco militar en Soyapango “apunta a la normalización de condiciones de restricciones de derechos humanos en las que el país ha estado sometido desde marzo». 

Medrano subrayó a Expediente Público que “todas las acciones de militarización de seguridad pública se han caracterizado por violar los derechos de cientos de personas”.

Voces a favor

En contraste, el arzobispo católico de San Salvador, José Luis Escobar Alas, calificó el cerco de seguridad en Soyapango como “una novedad porque no se había hecho, en cualquier sociedad civilizada se debe hacer”.

“En cuanto al sentir de la población, las personas están contentas porque se sienten más seguras. El problema era grande y por eso han tomado estas medidas que esperamos sean para bien y que lleguemos a una paz social”, dijo Escobar Alas, quien abogó para que no se detenga a personas inocentes.

 “Las personas pues quisieran que todo eso terminara, naturalmente. Creo que estas operaciones a nadie agradan, son siempre un esfuerzo, una tensión, es que lo requiere la comisión del crimen, si hubo crimen, entonces lógicamente habrá una persecución del crimen para establecer justicia y ese es un deber del Estado”, dijo el prelado católico.

Escobar Alas recordó que “las personas han sufrido mucho el no salir de sus comunidades, jóvenes que nunca pueden salir, una cosa muy fea, o que no pueden entrar”, refiriéndose al accionar de las pandillas en ese municipio.