** La avalancha informativa sobre el COVID-19 y el secretismo como política del régimen genera todo tipo de especulaciones en Nicaragua.
La ausencia de 33 días del presidente Daniel Ortega generó en las redes sociales el rumor que había fallecido; entre el 12 de marzo y 15 de abril no había aparecido públicamente, pero lo sorprendente de esto es que llegó a generar expectación en toda Centroamérica, iban y venían videos, memes e imágenes de la supuesta muerte.
Un usuario de redes sociales como Facebook, Twitter o WhatsApp puede difundir fácilmente cualquier información que le parezca llamativa con solo usar el botón de compartir. En cambio, en la práctica periodística los hechos deberían pasar por un proceso de verificación y curación de contenido antes de publicarse.
El comunicador Gonzalo Norori, exdirector de la carrera de Comunicación de la Universidad Centroamericana de Nicaragua, asegura que el comportamiento del mandatario facilita la expansión de estos rumores: ¨La desinformación, manipulación y el rumor en época de pandemia es aún más proclive por tratarse de un hecho inédito en donde está de por medio la vida humana”.
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A la ausencia de Ortega se le suma la poca beligerancia del Ministerio Salud (Minsa) con una campaña de lavado de manos sin distanciamiento social, más un caudal de información falsa sobre métodos curativos o la pandemia que circula por las redes.
Sobre la información que está brindado el Minsa de Nicaragua, Norori explica: “Si bien se da la presencia mediática de funcionarios informando sobre el comportamiento de la pandemia, la opinión pública demanda información más transparente y constante sobre esta crisis que es inédita por su impacto mundial y por estar de por medio la vida humana.”
“En un era donde la tecnología hace que millones de personas interactúe rápidamente, el temor a algo completamente desconocido e invisible que podría provocar la muerte misma, hace que esta pandemia esté acompañada de mucha manipulación, desinformación y rumores de todo tamaño y naturaleza”, entre ellos lo que le ha ocurrido a Ortega, de quien se espera un comportamiento “como el resto de sus homólogos alrededor del mundo que están dirigiendo las medidas respectivas para enfrentar la pandemia y sus consecuencias”, sostiene Norori.
Algunos expertos empiezan a llamar “infodemia” o “infopidemia” al exceso de datos, muchos falsos, que se han generado en torno al COVID-19, lo cual no solo es un problema de Nicaragua por la falta de información pública, sino, un problema global. Por ejemplo, el 12 de marzo de este año, las redes sociales se sofocaron con la noticia de que el futbolista Christiano Ronaldo había cedido sus hoteles en Portugal para atender a personas que habían contraído el nuevo coronavirus. Un portavoz del deportista desmintió la información, pero la noticia falsa fue compartida alrededor de 53, 000 veces ese mismo día.
Freddy Quezada, sociólogo y excatedrático de la carrera de Comunicación para el Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), considera que las noticias falsas de índole político que circulan en las redes sociales se generan porque los que tienen el poder pretenden “desviar la atención o hacer que el adversario, al asumirla como verdadera, se vea desmentido después por sus propios creadores, para evidenciar su interés en hacer circular mentiras, (este también) puede ser el caso con la ausencia de Ortega”.
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Asimismo, el académico considera que la actuación del Misa, referente al pobre manejo de la evolución del COVID-19 en Nicaragua, se explica porque el Gobierno de Nicaragua prioriza sus propios intereses y beneficios y no los de la población.
“Al gobierno le faltan dos cosas, una más que otra: credibilidad y financiamiento. Para recuperar esa credibilidad desde hace rato viene empeñado en brindar un escenario de normalidad que necesita para obtener los fondos externos e internos que le permitan cubrir las necesidades de sus órganos de represión y el mantenimiento de sus seguidores más inseguros, atados por prebendas y regalías”, expresa.
“INFODEMIA”
A nivel regional también existe una preocupación por el manejo ético de la información, como es El Salvador, a como se abordó ampliamente el 2 de abril de 2020 en el panel del promovido por el medio digital El Faro, la Escuela de Comunicación Mónica Herrera, la Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación de la Universidad Centroamericana Simeón Cañas (UCA).
Periodistas expositores del foro en línea identificaron en la región centroamericana dos retos importantes en la cobertura de la epidemia del coronavirus: el exceso de información en las redes sociales y la no muy completa, transparente o verificable información oficial.
William Carballo de la Escuela de Comunicación Mónica Herrera de El Salvador, explicó que los rumores surgen como una respuesta de la población, ante la falta de datos o información, que se empeora con las posibilidades que dan las redes de masificar la información.
Además, los periodistas se ven retados por las redes sociales ya que estos medios facilitan que la información viaje muy rápido, de allí que se desactualice constantemente, pero la información falsa también llega a masificarse de manera que puede producir desinformación en la población.
Según Carballo, el COVID-19 ha hecho más grande una “infopidemia” que ya vivíamos antes de la pandemia, donde el exceso de información puede ser falsa, cierta, media verdad, media mentira, información pretenciosa y ociosa que puede tener a las audiencias al borde la paranoia, aunado a esto el exceso de medios de comunicación.
Para la comunicadora salvadoreña Karen Fernández, el problema con el actual exceso de información es que no sea útil para la toma de decisiones públicas, políticas y sociales, sino más bien, que solo se le dé importancia a lo novedoso, inmediato o espectacular que ofrecen las redes sociales. Por ello, recomienda valorar si la información es realmente relevante a la hora de planificar las coberturas noticiosas.
Los comunicadores presentes en el foro online coincidieron en que estos retos obligan a los especialistas en información a ser eficientes y creativos, llevar información útil que les sirva a las audiencias para conocer mejor sus contextos y realidades, sobre todo en situaciones como las vividas con la pandemia del nuevo coronavirus.
BUKELE
Según los expertos salvadoreños, el gobierno de Nayib Bukele se le ha caracterizado por manejar las redes sociales donde puede emitir mensajes sin necesidad de recibir un retorno, como es el caso de Twitter. Esto le ha permitido al especialista en Marketing y ahora presidente de El Salvador expresar una imagen favorable entre las personas que consumen este tipo de medios.
Bukele anunció el 18 de marzo el primer caso de coronavirus en El Salvador y cuatro días después mandó a cerrar las fronteras, a las personas que venían del extranjero fueron retenidas y obligadas a por a pasar cuarentena, asimismo, declaró cuarentena a toda la población y gestionó un bono de 300 dólares a familias que viven del trabajo informal.
A partir de marzo se dará un bono de $150 dólares mensuales, a todos los empleados del Gobierno que trabajan en @minsalud , @isss_gob_sv, ISNA, CONNA, @Fosaludoficial (en su totalidad) y los de otras carteras del Gobierno que estén apoyando directamente a combatir la pandemia.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) March 18, 2020
En Nicaragua se anunció también el mismo día, el 18 de marzo, el primer caso de COVID-19, pero el gobierno de Ortega no declaró cuarentena ni ha cerrado las fronteras y promueve actividades que involucran la participación masiva de nicaragüenses.
Por eso, en las redes sociales hay nicaragüenses que le dan relevancia a la gestión de Bukele, según un reportaje de la cadena Univisión, muchos han encontrado un canal de información en la cuenta de Twitter del mandatario salvadoreño.
El presidente @nayibbukele es el presidente que merece mi Nicaragua sufrida, que es víctima de un sanguinario incompetente https://t.co/GCgnQIhtk7
— Leõn Centinela©® (@LeonCentinela) April 15, 2020
Sin embargo, una mitad de los salvadoreños cuestiona la gestión de su presidente, porque “no hay buena información”, afirma Carballo.
Si bien Bukele asumió desde un primer momento que la crisis por el COVID-19 era una realidad que había que enfrentar, para Daniel Valencia, editor de El Faro, hay deficiencias sobre la certeza, verificidad y coherencia de la información sobre el coronavirus publicada en sus redes sociales.
Para la comunicadora Karen Fernández, el carisma del presidente de El Salvador es considerable, pero a su discurso le faltan evidencias. “Bukele publicó información falsa sobre la respuesta sanitaria de Italia, dijo que se estaba iniciando la tercera guerra mundial”.
Bukele ha caído en el juego de la sobreinformación falsa, recalcó Fernández, quien considera también que hay “áreas grises” en la planificación gubernamental y en los procesos de comunicación oficiales. Respecto a este tema La Prensa Gráfica de El Salvador publicó un reportaje donde se cuentan las vivencias de las personas que fueron retenidas en el aeropuerto de El Salvador para aislarlos y estudiar si tenían COVID-19, entre ellos, el exfuncionario y doctor, Ricardo Cea Rouanet, quien aseguró que ha habido deficiencias en relación al manejo de la cuarentena y la entrega de resultados de las pruebas de detección del virus (Ver publicación)
Carballo recalca que en El Salvador hay personas que aún piensan que cuestionar la gestión del Bukele es asumir una postura partidaria, por lo que muchos se abstienen a emitir un juicio a fin de no desfavorecer la imagen del gobernante.