*Las plataformas digitales se han convertido en la nueva zona de protestas antigubernamentales. “La nueva trinchera de los nicaragüenses para protestar y también exigir las libertades que nos merecemos”, exclaman jóvenes opositores al gobierno de Daniel Ortega, ante un Estado; represivo y ausente de libertad de expresión que imposibilita manifestarse en las calles de Nicaragua.
**Médica Vandálica, Chigüina Nica, Rey Mapache, Levis Artola, Kevin Monzón, Marina Jacoby, LOCUIN y Mario Ruiz, compartieron su testimonio como activistas digitales desde la música, la sátira, la comedia y la denuncia en sigilo, con seudónimos y desde el exilio.
Expediente Público
En 2018 tenía un año de haberse graduado de la carrera de Medicina. Hoy es sobreviviente a crímenes de lesa humanidad, y una activista de corazón, así dice su biografía de Twitter, la red social donde tiene casi 10 mil seguidores. Para ella, el día más terrible fue el 13 de julio de 2018, cuando se tomaron la parroquia Jesús de la Divina Misericordia, uno de los últimos bastiones de resistencia de la capital, Managua, Nicaragua, en el contexto de protestas antigubernamentales de ese año que dejó más de 328 asesinados.
Médica Vandálica, el seudónimo que adoptó como una apología luego de que la vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo, calificara a los protestantes como “vándalos de la derecha”, recuerda que ese día atendió a su último paciente después de estar tres meses atrincherada en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), ubicada al sur de la capital.
“Creo que el momento exacto donde dije: ‘aquí ya me morí, aquí se acabó todo’, fue cuando atendí mi último paciente en el puesto médico de la Arlen Siú, y recuerdo que ya las balas estaban entrando, y justo uno de los chicos me agarró del brazo y me dijo: ‘ya nos tenemos que ir, ya entraron, ya no hay nada que hacer’”, recuerda Médica Vandálica.
Desde entonces, tuvo que vivir en 6 casas de seguridad, en diferentes departamentos como Managua, Nueva Segovia y Chinandega. “Corrí por montañas, me escondí debajo de una silla, cosas que nunca te imaginás que vas a hacer” agregó, hasta verse obligada a abandonar el país logrando comprar el boleto en una recolecta que sus amigos hicieron en Twitter. Ella pensó volver en tres meses, sin embargo, ha pasado tres años sin regresar a su casa.
“La verdad es que si yo nunca hubiera corrido peligro de muerte, yo nunca me hubiera ido de Nicaragua”, confiesa.
Mientras el régimen Ortega-Murillo insiste en presentarse internacionalmente como un muro de contención de la migración en la región, la crisis sociopolítica en el país centroamericano, ha provocado el exilio de más de 100 mil nicaragüenses, en los últimos tres años, además de cientos de excarcelados con permanente asedio por parte de la Policía Nacional y según organismos de observatorio independiente el país ha estado viviendo en medio de un clima de violencia política.
Puede leer: El grito de justicia de las Madres de Abril retumba en la memoria de los nicaragüenses
La llamada “insurrección cívica” de abril, trascendió a las redes sociales, donde jóvenes activistas se mudaron de las calles a las diferentes redes como Facebook, Twitter, Youtube, Instagram y Tik Tok, y hoy son un referente en la incidencia política del país centroamericano, por su denuncia ante la permanencia de impunidad y la intensificación de represión contra medios independientes, y la aprobación de leyes para un lejano proceso electoral transparente en los últimos meses.
“No me arrepiento de nada, ahora estoy exiliada, estoy viviendo al otro lado del mundo y he vivido un montón de cosas, he aprendido y he crecido y de alguna manera eso me ha fortalecido y eso no ha cambiado mi forma de pensar a seguir haciendo activismo por Nicaragua”, dijo Médica Vandálica a Expediente Público.
La Chigüina de Matagalpa
A 130 kilómetros de la capital, Managua, vive otra joven que sueña con una Nicaragua libre desde 2018, año en que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) registró más de 328 personas muertas como consecuencia de la brutal represión de paramilitares y la Policía Nacional a las manifestaciones pacíficas. Chigüina Nica, reconocida así en las calles de Matagalpa, y desde el 2011 en sus redes ha expresado su desacuerdo con el actual gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Desde 2018 la vida de muchos nicaragüenses incluyendo la mía, ha cambiado, algunos de manera drástica y en mi caso me he mantenido en el activismo”, dijo a Expediente Público.
A pesar de haberse entregado dos años completamente al activismo en redes, consideró limitar su identidad, pero le fue difícil: en la actualidad muchas personas la conocen y saben donde vive, incluso simpatizantes del gobierno que la amenazan constantemente.
Lea también: Nicaragua: seis meses soportando un clima de violencia política
Sin embargo, asegura Chigüina Nica que “eso no me ha hecho que yo me intimide, o que me vaya a esconder o que me vaya del país, porque yo creo y confío en Dios y siempre me he sentido protegida por él. Y yo voy a seguir denunciando a pesar de que se me hagan denuncias en las redes”.
Chigüina Nica cree importante hacer activismo para que pueden ser escuchadas y tomadas en cuenta las opiniones de los jóvenes: “tenés credibilidad en las redes sociales y eso hace que te escuchen, y comienzan a confiar en vos, porque estás denunciando y no en busca de un puesto político”.
Mapache Jambado: “el meme vive, la lucha sigue”
La fuente de la Rotonda Rubén Darío, cerca de la avenida universitaria, en el centro de Managua, durante las protestas se convirtió en una de los murales emblemáticos con frases de auto convocados, entre ellas “el meme vive, la lucha sigue”. Antes de ser borradas por simpatizantes del gobierno y trabajadores de la Alcaldía municipal, Mapache Jambado logró leerla y adoptarla como su consigna, la que aparece en todas sus cuentas en redes sociales.
Antes de 2018, la política no era parte de su vida, se dedicaba a estudiar Diseño y Comunicación visual; era un estudiante que era apático a la política y era “jambado”, término coloquial que en el lenguaje nicaragüense significa alguien tonto o distraído, cuenta entre risas.
Su seudónimo nació por el temor al asedio y represalias contra él y su familia al comenzar a crear contenido en contra del Gobierno sandinista. “Tener tu nombre allá afuera es un atentado a tu vida realmente, porque te pueden desaparecer o imputar cualquier delito”, afirmó a Expediente Público.
El 23 de abril, cuando ya la represión había provocado 30 asesinatos, hubo otra marcha hacia la Universidad Politécnica, (UPOLI), al noroeste de Managua, y entre cientos de fotos y videos en los grupos de Whatsapp, al Mapache le llegó uno donde nicaragüenses de la diversidad sexual salían modelando durante la marcha y no dudó en editarlo y compartirlo.
Le agregó “single ladies”, una canción de Beyonce ese fue su primer tweet que alcanzó los 1000 “me gusta” en pocos minutos, pero hoy en día sus videos son reproducidos hasta más de diez mil veces en todas las plataformas, aunque asegura que Twitter “es su hogar”.
“El diseño siempre ha sido mi herramienta, mi machete, para un mundo más empresarial, más de publicidad, pero a raíz de abril, mi enfoque fue aun más en cuestiones de derechos humanos y exigencias de libertad”, relata.
Puede leer: Abril: un mes grabado a sangre y fuego en la memoria de Nicaragua
Locuin: Un humorista de barrio
Locos Cuerdos Intencionados (Locuin) fue ideado en 2011 con el arribo de Facebook a Nicaragua, pero hasta siete años más tarde aparece públicamente, justo un día después de la marcha a la UPOLI, y que el video del Mapache Jambado con la canción de Beyonce se viralizara.
“El abril de 2018 nos transformó a todos, y quien no se transformó o involucró ha vivido inerte”, dijo a Expediente Público. Para Locuin, su mejor manera de aportar desde ese momento fue darle al pueblo risa mientras sufría. “Un poco mezquino, pero aliviador”, describe.
“Al final la gente lo fue aceptando, en el nervio, la desesperación de la muerte, el sufrimiento, la cárcel y la lucha se sentían identificados con alguien que en ese momento satirizaba al malo, al matón, y yo directamente empecé a satirizar a Ortega y a la Chayo, a la raíz del adoctrinamiento”, relata.
Locuin, quien no revela su nombre real por seguridad, es un Ingeniero Civil de profesión, que se dedicaba a «remediar suelos y aguas contaminadas», pero que hace tiempo pensó en su futuro y dijo no querer morir siendo un empleado del Estado, “quería morir haciendo lo que más amo, la sátira, el humor, la risa, ver a la gente reír es lo que mas amo».
Lea además: Universidades públicas de Nicaragua: la autonomía perdida
Empezó haciendo transmisiones en vivo en su cuenta personal de Facebook, alertando a los jóvenes y llamándoles a protegerse, incluso antes de que cayeran los primeros asesinados durante las protestas del 2018. Pero decide aparecer públicamente un día antes del 25 de abril, fecha que se conmemoraba el aniversario del recibimiento del poder de la presidenta Violeta Barrios de Chamorro en 1990.
Locuin ese día transmitió en vivo imitando uno de los discursos de Ortega, “el que ha dicho durante más de 40 años”, señala. Tres mil personas estaban conectadas y “la gente sentía que, aunque yo no me parecía a Ortega estaba diciendo las mismas incoherencias y en medio de la marcha y el sufrimiento necesitaban burlársele al verdugo”.
La denuncia que no muere
Para estos activistas digitales, hay denuncias que se mantienen latentes desde hace tres años, como la liberación de presos políticos, restauración de un Estado de derecho y la justicia para quienes fueron asesinados durante las manifestaciones en Nicaragua.
Sin embargo, rescatan temas que no deben dejarse a un lado como la violencia intrafamiliar, los femicidios, la represión de la Policía hacia opositores y el indulto de criminales de los sistemas penitenciarios.
“No hay condiciones políticas para pensar en elecciones”, dice el Rey Mapache, “la libertad de las presas y presos políticos, no se pueden jamás ni nunca quitar de la agenda”.
La Chigüina Nica, expresa que algunos jóvenes han perdido el norte de la lucha, sin buscar justicia y libertad para las personas encarceladas, las necesidades de sus familias y los esfuerzos que hacen para visitar las cárceles en un contexto de crisis económica. “Las redes sociales son la voz de todos aquellos que fueron asesinados, la voz de los presos políticos porque ellos no están solos”, manifestó.
Para Médica Vandálica, la educación es una urgencia, así como la salud y la descentralización de poder.
Puede leer: El Covid-19 ha profundizado el secretismo y la falta de transparencia del Gobierno de Ortega
Kevin Monzón: el comerciante que se volvió tiktoker
Tiene 21 años de edad y hace poco intentó salir de su casa al Mercado Oriental. Un policía vestido de civil le reconoció en el bus y tuvo que huir. Tres veces ha sido encarcelado y en 2019 duró cinco meses en juicio acusado de amenazar con armas a simpatizantes del gobierno, pero fue comprobada su inocencia. Una de las pocas excepciones con los opositores detenidos.
Monzón formaba parte de la Juventud Sandinista, grupo afín al gobierno de Ortega y Murillo, pero el 18 de abril del 2018 se reveló porque, afirmó que el presidente de esa organización le pidió apoyo para buscar pandilleros y delincuentes, palos y piedras, para atacar a los estudiantes que protestaban en la Universidad Centroamericana (UCA).
En marzo de este año cumplió su primer aniversario como tiktoker. “Kevin Monzón no solo al gobierno ataca, no solo al gobierno le tira sátira, sino también a aquellos políticos que se han venido a encarnar a Nicaragua”, comentó a Expediente Público.
A pesar de la Ley de Ciberdelitos, aprobada en octubre de 2020, la que criminaliza a los ciudadanos, periodistas y medios de comunicación que para el gobierno publiquen «noticias falsas» o promuevan actos de protestas, Monzón dice que seguirá denunciando los atropellos y violaciones a derechos humanos que se comenten a diario en Nicaragua. “Nos quitaron tanto, que hasta el miedo nos quitaron, que le quede claro a la dictadura”, dijo.
Marina Jacoby: “No callaré hasta que Nicaragua sea libre”
Dos años antes de la insurrección de abril, Marina Jacoby fue electa como Miss Nicaragua 2016 y en la actualidad es una de las reinas de belleza que ha permanecido en la denuncia de la violencia en el país centroamericano.
“No pude tolerar las injusticias con los ancianos, no pude ver la destrucción de nuestros bosques en Indio Maíz, pero lo que derramó el vaso, fueron las muertes, Alvarito (Conrado), y muchos cientos más. Despertó en mí indignación […] Hoy sigo denunciando las injusticias del gobierno, y no callaré hasta que Nicaragua sea libre”, dijo Jacoby a Expediente Público.
Jacoby decidió irse de Nicaragua por el asedio que sufría, pero en forma de protesta realizó una sesión de fotos con el fotógrafo nicaragüense-americano Alexis Cuarezma, las describe como retratos artísticos con un mensaje en forma de poema que expresan su opinión y denuncia las injusticias de Nicaragua.
Para Marina Jacoby egresar al país centroamericano no es una opción, mientras siga recibiendo amenazas en contra de ella y su familia. El haber dejado su nación abruptamente la obligó y ayudó a madurar, crecer, fortalecer su carácter e independizarse de su familia de una forma acelerada.
Mario Ruiz: Un autoconvocado más
Así dice una estrofa de las canciones publicadas en 2018 por la banda Garcín y que cuenta con más de 27 mil reproducciones en youtube. Su compositor Mario Ruíz, de 40 años, se describe como “un autoconvocado más que canta por los que no pueden cantar y canta también por su propia persona, porque yo también sufro junto con el pueblo de Nicaragua, lo que día a día vivimos”.
El cantautor nicaragüense es de Diriá, municipio de Granada, a 42 kilómetros de la capital; recuerda que lleva años haciendo canciones en contra del gobierno Ortega y Murillo junto a otros grupos musicales. “Nunca hemos estado de acuerdo con esta dictadura”, explicó a Expediente Público.
El 21 de abril de 2018 fue la primera vez que salió a protestar animado por sus amigas y su esposa; ese día también Ortega salió a dar su primer discurso. Comenzó a asistir a los siguientes plantones de las diferentes universidades de la capital, UCA, UNAN, UPOLI y protestar desde la música.
El artista cuenta que una vez iba en camino a la rotonda de Metrocentro para formar parte de un plantón, pero por equivocación llegó a otra rotonda (a la del Rigoberto López Pérez, cerca de la UNAN-Managua) y también había gente protestando, entonces decidió quedarse allí, donde conoció a otros autoconvocados que hoy recuerda con nostalgia.
El primer tema que salió en ese contexto fue “¿Qué vas a hacer?”, junto a la banda de Milly Majuc.
Ruiz cuenta que pasó varios meses sin poder escribir canciones, pero cuando vio las escenas donde una madre de la ciudad de Masaya pedía a gritos que levantaran el cadáver de su hijo “eso desató de alguna manera esa canción que quisiera no haber escrito”, relata.
“Creo yo que el arte es un vehículo poderoso y también habla de una manera que le llega más al pueblo, entonces seguimos cantando porque sabemos que es un medio tremendo para llevar un mensaje”, manifestó.
Ruiz, asegua que nunca había hecho tantas colaboraciones como desde 2018 y está satisfecho de que tanto arte se haya creado: más de 500 canciones en las que se han involucrado diseñadores, ilustradores, actores y escritores.
Levis Artola: “era la dictadura en construcción”
Levis Artola, estudiante expulsado de la UNAN-Managua y ahora excarcelado político, obligado a exiliarse por el asedio imparable de la Policía Nacional, cuenta que desde antes de la rebelión cívica era un activista, pero “era un activismo sepultado en el anonimato”.
“Con todo lo que pasó en 2018 miré la oportunidad para reencaminarme en el activismo, yo estaba muy decepcionado y muy entristecido porque pasaban muchas cosas en Nicaragua y la gente no se pronunciaba, la gente no reaccionaba, había una apatía”, narra a Expediente Público.
“En 2017, tuvo represalias en la universidad, por haber promovido manifestaciones para denunciar fraude electoral y demandar el derecho a la autonomía sin adroctinamiento. En ese tiempo era en anonimato y sin alcance, pero hoy es lo contrario”, relata.
Rugama también es conocido como “el canciller”, un seudónimo que le pusieron cuando estudiaba segundo año de Derecho en la UNAN-Managua, de donde lo expulsaron por pertencer a los movimientos de jóvenes que lideraron las protestas por los incendios de la Reserva Biológica Indio Maíz, y después en contra la reforma al Seguro Social.
“Vimos necesario llevar las denuncias a las redes sociales, ante el cierre de los espacios públicos, cuando las personas ya no se podían manifestar y como todavía sucede hoy en día, las personas no pueden salir a gritar, a exigir justicia, a salir a denunciar la corrupción, a exigir las denuncias sociales, los ancianos quisieran seguir exigiendo sus pensiones y sus prestaciones sociales”, manifestó el líder universitario de 23 años.
Rugama, quien estuvo preso siete meses, del 25 de agosto del 2018 al 15 de marzo del 2019, cree que las redes sociales son la salvación para países donde, la comunidad internacional y grupos opositores afirman que existe una dictadura como Nicaragua.
“Lo que tenemos en Nicaragua es la ley del bozal y esa es nuestra salida, las redes sociales para denunciar, para demandar para promover campañas y llegar a la conciencia de las personas”, dijo.
Puede leer: Nicaragua, donde hasta votar se ha vuelto un lujo
Un futuro de esperanza
A Kevin Monzón, le gusta cocinar y su anhelo en un futuro es ser periodista, aunque desde ahora practica haciendo contenido audiovisual en sus redes sociales para contribuir en la denuncia, pero sobre todo sueña con una Nicaragua libre de represión.
“Esta ha sido la trinchera digital, la plataforma colectiva donde nos hemos hecho escuchar a nivel internacional”, dijo Rey Mapache, quien sueña con un día poder revelar su identidad en un video acompañado de muchas máscaras de mapache alrededor.
Médica Vandálica cuenta que desde los 14 años empezó en el activismo medioambiental, porque desde entonces le ha dolido mucho que a pesar de que su país sea rico en naturaleza, la corrupción ha tenido poder sobre las reservas naturales. Espera algún día poder usar su nombre y foto real, pero para ella esto será posible cuando su familia no corra peligro y pueda regresar del país que la recibió.
“Es bonito, organizado, limpio la gente es amable, educada, y agradezco a este país que me dio la oportunidad de salvar mi vida, pero yo no me sueño vivir aquí, mi sueño está en Nicaragua, mi vida está allá y yo sé que voy a volver”, aseguró.
Desde el exilio, Levis Artola también anhela regresar e invita a los jóvenes a sumarse a las redes. “Lo que tenemos en Nicaragua es la ley del bozal y esa es nuestra salida, las redes sociales, para denunciar, para demandar, y para promover campañas y llegar a la conciencia de las personas”.
La Chigüina Nica cree que las redes le permitieron a jóvenes apáticos a la política involucrarse en las denuncias desde sus comunidades. “Fue la herramienta perfecta para que pudieran despertar ese sentimiento, para estar ahora pendientes de los asuntos políticos del país, otros lo hacen desde sus nombres y cuentas personales, para evidenciar cada acto corrupto tanto el gobierno como de los mismos opositores”.
Mario Ruiz afirma que es necesario seguir manifestándose porque es un derecho constitucional y callar permite que el gobierno de Ortega siga atropellando.
“Seguimos esperando reparación y justicia, no es posible que la madre de Gerald todavía ande en las calles pidiendo que alguien diga algo acerca de su hijo”, lamenta Mario Ruíz, quien afirma que es necesario seguir manifestándose porque es un derecho constitucional y callar permite que el gobierno de Ortega siga atropellando.
Las redes sociales para Locuin son el presente, la vida y la evolución de hoy: “es el antónimo de andar en tapa rabos”, dice, pero sobretodo “han sido el colchón de amortiguamiento para evitar las muertes, porque es el sitio donde todo el que quiere protestar, demandar, gritar, criticar, cuestionar, donde todo el que lo quiere y no puede porque no están las calles porque están prohibidas, te matan, te persiguen, te asedian, te amenazan, te limitan, te exilian, lo utiliza”.
Para Marina Jacoby, lo más importante es que en Nicaragua impere el Estado de derecho, que haya justicia y que esta no sea partidaria, que no halla personas presas políticas y que halla elecciones libres, transparentes, supervisadas y no intimidadas. “Esos que dicen que no hay condiciones políticas para ir a votar, suenan correcto, pero también hacerles caso, significa una derrota adelantada”, finalizó.