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¿Qué puede esperar Latinoamérica de un nuevo Gobierno de Donald Trump? 

* El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero de 2025 podría traer políticas más estrictas contra Centroamérica, Venezuela y Cuba, con énfasis en migración y sanciones. 

** Analistas internacionales en un foro de Expediente Abierto y GAPAC alertaron de un endurecimiento de la retórica republicana frente a regímenes autoritarios en Latinoamérica. 


Expediente Público  

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca el 20 de enero de 2025 marcará el inicio de medidas más estrictas contra Centroamérica y Venezuela. El nuevo gobierno republicano podría imponer sanciones más severas a Nicaragua y Venezuela, y adoptará una postura más rigurosa en materia migratoria proveniente de América Latina.  

Por otro lado, el equipo de trabajo de Trump seguirá presionando a Cuba y en Centroamérica le pondrán mayor énfasis a Honduras, coincidieron analistas internacionales en el foro “Trump 2.0: Perspectivas y desafíos para Centroamérica, Cuba y Venezuela bajo un nuevo mandato”, organizado este 16 de diciembre por el centro de pensamiento Expediente Abierto y la asociación Gobierno y Análisis Político (Gapac). 

El evento moderado por Eduardo Ulibarri, periodista, diplomático y analista costarricense reunió a Evans Ellis, profesor del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos; Cynthia Arnson, exdirectora del programa para América Latina del Wilson Center y Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano.  

La designación del senador republicano Marco Rubio como secretario de Estado de Estados Unidos tiene un rol importante dentro de la nueva administración de Trump.  

“Sí habrá una retórica antidictatorial, no solo hablamos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, creo que también van a incluir a Honduras y Bolivia como problemas potenciales, donde Estados Unidos va a adoptar una posición diferente”, señaló Orozco de Diálogo Interamericano. 

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 ¿Qué le espera a Venezuela con Donald Trump? 

En el caso venezolano, la administración Trump podría revertir las licencias de EE. UU. que autorizan algunas transacciones de exportación de gas licuado de petróleo a Venezuela, y “reimponer” sanciones al régimen de Nicolás Maduro, explicó Arnson.  

“La administración Trump va a revertir estas licencias, reimponer las sanciones secundarias, intentar cerrar un círculo de sanciones muy fuertes contra Venezuela, pensando que el castigo económico podría tener un efecto en el desarrollo político del país”, señaló Arnson.  

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Previo a las elecciones del 28 de julio de 2024 en Venezuela, el Gobierno de Joe Biden, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC por sus siglas en inglés), otorgó al régimen de Maduro la licencia 40C, que permite al país continuar la exportación y reexportación de gas licuado. 

La licencia permite “ciertas transacciones relacionadas con la exportación o reexportación de gas licuado de petróleo a Venezuela”.  

Según Arnson, está por verse si el Gobierno de Trump reconocerá a Edmundo González Urrutia como el presidente electo de Venezuela como ocurrió con Juan Guaidó, una estrategia que “no dio sus frutos”.  

Después del fraude electoral del 28 de julio y la represión contra los venezolanos, Estados Unidos ordenó un paquete de sanciones contra 21 altos funcionarios del régimen de Maduro. 

¿Qué le espera a Centroamérica con Donald Trump? 

En el caso de Nicaragua, la administración de Trump podría promover nuevas sanciones económicas y explorar mecanismos para restringir los beneficios que recibe el país como miembro del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta, por sus siglas en inglés). 

“Van a intentar usar distintos tipos de herramientas para prevenir que Nicaragua siga beneficiándose del mercado de los Estados Unidos”, advirtió la exdirectora del programa para América Latina del Wilson Center.  

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Las exportaciones de Nicaragua acumuladas a septiembre de 2024 sumaron 2,679.4 millones de dólares, siendo Estados Unidos el principal mercado de destino (38.4%), según informe del Banco Central.  

“Hay una molestia muy grande de que Nicaragua sigue exportando, la mayoría de sus exportaciones a los Estados Unidos como miembro del Cafta. Yo veo unas sanciones transversales económicas como algo muy probable”, argumentó Arnson. 

Recordó que Washington inició una investigación sobre los actos, políticas y prácticas de Nicaragua relacionadas con los derechos laborales, derechos humanos y el Estado de derecho en el marco del DR-Cafta.  

“La única opción es la renegociación del tratado (…) es posible que Biden decida implementar penalidades antes del 20 de enero sobre Nicaragua y sentar un precedente que le permita a la administración Trump renegociar todo el tratado”, apuntó por su parte Orozco.  

El Salvador relación “amigable” 

Respecto al trato del presidente Trump hacia los países centroamericanos será diferenciado.  

Con El Salvador se prevé una relación más amigable, reconociendo las políticas de seguridad del presidente Nayib Bukele.  

Ellis cree que mientras Bukele no haga “grandes proyectos de poca transparencia” con China, no habrá problemas con la administración Trump.  

“Con El Salvador creo que la relación va a ser mucho más amigable, amistosa, no hay ningún problema con lo que está haciendo Bukele”, coincide Arnson.  

Honduras y Guatemala 

Sin embargo, hay preocupaciones sobre que Trump mantenga el respaldo al Gobierno de Bernardo Arévalo en Guatemala, al nivel que lo hizo Biden. 

“El presidente (Arévalo) está enfrentando demandas de la fiscal, de los miembros del Congreso que intentan descalificar su presidencia y no veo un apoyo a la democracia en Guatemala y esto podría tener un efecto interno”, advierte Arnson.  

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Sin embargo, con Honduras podría haber un endurecimiento de la política debido a sus crecientes vínculos con China.  

“Se puede ver una política de endurecimiento frente a la presidenta (Xiomara) Castro y la migración va a ser un tema clave, también la relación con China, pero no veo medidas específicas que van a tomar contra Honduras que no tienen que ver con la migración”, señaló Arnson.  

Mientras Ellis valora que, en el caso de Guatemala, será un “poco complicada la relación”, pero cree que Marco Rubio podrá analizar las oportunidades para hacer un “balance”. 

No obstante, para Honduras habrá “menos tolerancia por el tratamiento a China”, dijo el profesor del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los EE.UU. 

No obstante, en el caso de Centroamérica el Gobierno de Trump podría suspender o congelar la cooperación por el tratamiento que se le da a China.  

“La relación de Centroamérica y China venía en forma creciente y eso sí va a crear una razón para responderle a Nicaragua y Honduras en particular (…) La relación con El Salvador va a ser más amigable”, señaló Orozco de Diálogo Interamericano. 

Política aislacionista  

Ellis destacó que la política exterior de Trump podría ser aislacionista con respecto a países “anfitriones de amenazas” como Cuba, Venezuela y Nicaragua, quienes consolidan sus alianzas con Rusia y la República Popular China.  

En junio de 2024, Cuba recibió barcos de guerra de la Marina de Rusia, incluidos una fragata y un submarino de propulsión nuclear.  

Y en agosto, en plena crisis por los resultados electorales, Venezuela recibió un segundo destacamento naval de Rusia.  

Nicaragua, que recientemente celebró 80 años de relaciones con Rusia, permite el ingreso de tropas rusas en su territorio. 

“Esperemos ver una orientación con aislar un poco más a ellos”, señaló Ellis.  

Con respecto a Cuba, poco podría cambiar, dado que las medidas adoptadas durante el primer Gobierno de Trump se mantuvieron vigentes con Biden. 

Panorama completo en política migratoria  

En materia migratoria, Orozco destacó un panorama totalmente complejo con la llegada de Trump al poder, quien promete deportaciones masivas de migrantes sin estatus legal en Estados Unidos.  

El equipo de Donald Trump mantendrá la política “punitiva sobre la migración irregular”.  

La mayoría de las personas que han llegado a la frontera de EE.UU. provienen de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Haití, Ucrania, Rusia, China, entre otros, cuyo estatus podría estar en peligro para marzo de 2025. 

“Esos son los que están en mayor riesgo de deportación”, afirmó Orozco. Sostuvo que existen aproximadamente 3.5 millones de personas con órdenes de deportación, y más de millón bajo protección humanitaria temporal.  

“Muchos no se han ajustado a otro tipo de estatus migratorio como solicitar asilo y serán sujetos de deportación o devolverse a su país, porque el alivio humanitario era por dos años”, agregó Orozco.  

Más de un millón de personas que “solicitaron asilo y se les fue negado”, junto a los que están bajo la figura del Estatus de Protección Temporal (TPS) son otros grupos en peligro de deportación.  

“Todas esas nacionalidades vienen de países políticamente difíciles, de dictaduras”, señaló Orozco.  

Impacto en las remesas 

Las deportaciones tendrán un impacto en el flujo de las remesas.  

“Por cada deportado las remesas caen 39 dólares, por cada persona que entra, las remesas aumentan cuatro mil dólares”, dijo Orozco.  

Se estimó que las deportaciones a México y Centroamérica serían alrededor de 150,000 personas por año. 

“Para Guatemala 25 mil (personas) anualmente, eso significa que 25 mil hogares dejarían de recibir remesas en Guatemala; unos 14 mil en El Salvador; unos 8 mil en Honduras y 65 mil hogares en México”, manifestó Orozco.  

En el caso de Nicaragua donde el régimen de Daniel Ortega promueve la migración como arma política contra EE. UU., el Gobierno de Donald Trump podría tomar acciones más fuertes. 

“Ortega se dio cuenta durante la administración Biden que esa no era una pieza de negociación, fueron advertidos (…) sería una forma de provocar a una administración entrante que su posición es: provóquenme”, afirma Orozco.  

Frenar el narcotráfico  

Durante el foro, los analistas también destacaron que el próximo Gobierno de Estados Unidos pondrá especial énfasis al problema del narcotráfico, particularmente el tráfico de fentanilo a través de México y de Costa Rica como nueva ruta para el tráfico de drogas.  

“La política de seguridad hacia Costa Rica va a cambiar. Creo que el interés de la administración sería parar que las drogas entren a Estados Unidos o lleguen a México y después pasen la frontera”, dijo Arnson, tras recordar que el dinero del narcotráfico está “corrompiendo los sistemas políticos de la región”.  

Ellis destacó que para que Panamá y Costa Rica tengan mejores relaciones con Donald Trump, tendrán que colaborar en materia de seguridad.