*El Instituto Global de las Mujeres hizo el Premio Defensoras de la Justicia a las 33 líderes opositoras que estuvieron detenidas ilegalmente y bajo condiciones de abusos y tortura en cárceles de Nicaragua durante casi tres años.
**María Esperanza Sánchez al recibir el premio expresó: “Nuestra lucha no termina, estamos firmes hacia el objetivo final que es la libertad de nuestra Nicaragua”.
Josué Garay / Expediente Público
El Instituto Global de las Mujeres (GWI, por sus siglas en inglés) entregó este jueves el prestigioso Premio Defensoras de la Justicia a las 33 excarceladas políticas del régimen de Daniel Ortega, las cuales fueron desterradas el pasado 9 de febrero a Estados Unidos.
A la universidad George Washington, en Washington DC, llegaron al menos 12 excarceladas políticas para recibir, en nombre de las que no pudieron asistir, el reconocido premio que se entrega en el marco de la celebración de una década de fundación del GWI.
El acto de premiación lo presidió la directora del IGW, Mary Ellsberg y participó la congresista demócrata, Pramila Jayapal, representante del séptimo distrito de Washington, Estados Unidos. Jayapal fue de los 35 congresistas estadounidenses que votaron en contra de Ley para Reforzar el Cumplimiento de Condiciones para la Reforma Electoral en Nicaragua (Ley Renacer, por sus siglas en inglés).
Entre lágrimas, las exreas políticas María Esperanza Sánchez y Tamara Dávila, pronunciaron un discurso en nombre de todas las excarceladas en donde destacan la lucha diaria que viven las mujeres en Nicaragua ante el desmedido sistema represivo.
Sánchez y Dávila coincidieron en que, pese a todo lo que han vivido en los últimos años, no se puede dejar de luchar por algo que beneficiará a todos los nicaragüenses. «En Nicaragua estamos ante un Estado que odia a las mujeres», señaló Dávila.
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Sánchez, originaria de Matagalpa, agradeció la premiación y mencionó que no era solo para ellas sino para todas las mujeres en Nicaragua. Las excarceladas fueron recibidas al inicio del evento en medio de abrazos y felicitaciones.
“Nuestra lucha no termina, estamos firmes hacia el objetivo final que es la libertad de nuestra Nicaragua”, expresó Sánchez en su discurso.
Vivir en democracia
Dávila por su parte enfatizó que aún en el destierro las excarceladas opositoras están “unidas por el deseo de vivir en sin violencia, en libertad y en democracia, por eso fuimos apresadas por el régimen de Ortega y Murillo, por eso fuimos perseguidas, unas asesinadas y criminalizadas (…) pero qué honor de ser parte de ese cambio”.
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La directora del Instituto Global de las Mujeres, Mary Ellsberg, agradeció en su discurso la presencia de las mujeres nicaragüenses, muchas de las cuales estuvieron en las celdas hasta tres años, recibiendo torturas psicológicas y físicas, según organismos internacionales.
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El premio Defensoras de la Justicia también fue entregado a la congresista del Partido Demócrata, Pramila Jayapal, y a la activista boliviana por los derechos de la niñez, Brisa de Angulo.
Durante el evento en Washington, una compositora musical cantó «Nicaragua, Nicaragüita», frente a las nicaragüenses desterradas, quienes no contuvieron sus emociones y lloraron entonando la canción, con sus lágrimas cayendo sobre los rostros.
Asimismo, durante la actividad decenas de personas líderes de organizaciones en el mundo reconocieron mediante videollamada el trabajo que realiza el Instituto Global de las Mujeres.
El GWI, según su página web, colabora con líderes en «todo el mundo para construir una red de personas comprometidas con mejorar la vida de las mujeres y las niñas».
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A la premiación estuvo invitada la exdiputada liberal y exprimera dama María Fernanda Flores de Alemán, quien desde 2021 estuvo bajo casa por cárcel y a la que el régimen de Ortega incluso no le permitió asistir a la vela ni al entierro de su padre y madre. María Fernanda Flores es esposa del expresidente Arnoldo Alemán, (1997 – 2002), quien fue aliado político del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y quien facilitó el regreso al poder de Daniel Ortega.