*Presidentes de Guatemala y Honduras destacaron “sus logros” en la ONU, pidieron cooperación pero a la vez criticaron a un mismo tono las relaciones tensas con Estados Unidos
**Nayib Bukele retórico: se expandió en una reflexión filosófica sobre la historia y el futuro, obviando los problemas de El Salvador
Expediente Público
Los presidentes del Triángulo Norte de Centroamérica acudieron esta semana de manera virtual a la Asamblea General de Naciones Unidas. Juan Orlando Hernández, de Honduras, y Alejandro Giammattei, de Guatemala, coincidieron el miércoles en sus discursos, destacando sus esfuerzos contra la pandemia, demandando ayuda de la comunidad internacional, resaltando sus presuntos logros contra el crimen organizado y el narcotráfico. Y coincidiendo en criticar a Estados Unidos.
Por su parte, Nayib Bukele dedicó su discurso del jueves a filosofar sobre la historia y el futuro, sin mencionar los problemas de la sociedad salvadoreña, ni criticar a Estados Unidos como ha hecho en los últimos días en sus redes sociales en medio de tensiones diplomáticas entre ambos gobiernos.
El presidente Hernández, señalado por un fiscal estadounidense de colaborar con el narcotráfico, dedicó gran parte de su discurso del miércoles a defenderse de esas acusaciones y a destacar que el gobierno estadounidense reconoce sus logros.
“Según los datos oficiales del gobierno de los Estados Unidos, reportados por el Departamento de Estado y el Comando Sur, desde que llegué a la presidencia, Honduras ha reducido el tráfico de drogas en un histórico 95%, un logro sin precedentes”, dijo Hernández, quien también destacó que 44 narcotraficantes han sido extraditados desde Honduras a Estados Unidos “desarticulando los carteles más poderosos del país”.
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Imaginación de Netflix, se queja Hernández
Para Hernández, los señalamientos en su contra de fiscales de Nueva York, parecen una trama al estilo de los productores del servicio de televisión streaming Netflix, específicamente de los productores de la serie televisiva “Narcos”, quienes, a su criterio, estarían estudiando las grabaciones presentadas como evidencias en su contra, “porque es una ventana real, rara veces visible, de los pensamientos y conversaciones cuando narcotraficantes y asesinos se reúnen en privado”.
“Hablando entre ellos describieron su realidad: los narcos se quejan de que, a pesar de sus esfuerzos, no pueden arreglar nada conmigo; que no soy alguien con quien puedan trabajar, ni hacer negocios; por el contrario, saben que sería implacable con el crimen organizado; discuten incluso cómo intentar matarme”, dijo Hernández.
Un hermano del mandatario hondureño, Tony Hernández, fue condenado a cadena perpetua en Estados Unidos y el fiscal de Nueva York, Jacob Guttwillig, afirmó que el presidente pactó una alianza con Los Cachiros, un cartel hondureño de narcotraficantes, para introducir miles de kilos de cocaína en Estados Unidos.
Guttwillig ha descrito a Honduras como “un narcoestado”.
Pero en su discurso, Hernández aseguró que Los Cachiros habrían cometido perjurio y expresó su esperanza de que el delito de testimonio falso en su contra no será recompensado por Estados Unidos.
“Si los criminales pueden usar impunemente testimonios falsos en la Corte Federal de Estados Unidos, eso pone armas peligrosas en manos de un enemigo mortal, sicarios confesos”, dijo Hernández
“Tengo confianza en que, al final, Estados Unidos no premiará con beneficios a Los Cachiros y otros narcos después que hayan dado falso testimonio”, agregó el mandatario hondureño.
Hernández destacó la supuesta reducción de la tasa de asesinatos en un 60% “salvando miles y miles de vidas cada año”.
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Sobre la pandemia de Covid-19
El presidente de Honduras también propuso una «transformación del sistema internacional de salud», para no estar «desprevenidos» ante nuevas emergencias y frente a la «inequidad» en la distribución de las vacunas.
“A pesar de tener dinero no pudimos acceder a las vacunas. Se debe crear un Fondo de Emergencia con el aporte de todos los países para garantizar un acceso equitativo de las vacunas o cualquier otro medicamento”, subrayó.
Sin embargo, el presidente de Honduras no se refirió a los escándalos y acusaciones de corrupción que, con fondos públicos, se han dado en su país en medio de la pandemia, como es el caso de la compra fraudulente de los hospitales móviles que habrían ayudado al país a enfrentar la enfermedad colectiva que azota al mundo.
Hasta agosto reciente, Honduras vacunaba al 23.49% de su población, de acuerdo a datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Hernández también recordó que además de la pandemia, Honduras sufrió el embate catastrófico de los huracanes Eta e Iota en 2020, que cobraron la vida de cientos de hondureños y provocaron severos daños en cultivos, fábricas, infraestructura y viviendas.
“De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco Central de Honduras, las pérdidas estimadas fueron de más de 4.000 millones de dólares, lo cual puede ser poco para los países ricos, pero es mucho para nosotros. Equivale al 30 por ciento de nuestro presupuesto nacional anual», se lamentó Hernández.
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Giammattei y sus quejas sobre Estados Unidos
El discurso del presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, tuvo como ejes centrales pedir que se declarara a la región centroamericana como “altamente vulnerable” frente a la crisis climática; la crítica a los países consumidores para que asuman su responsabilidad ante el narcotráfico, la crisis migratoria y “el principio a la autodeterminación de los pueblos”.
Giammattei se quejó que Estados Unidos no reconoce sus estrategias contra el narcotráfico y definió ese delito como “un mal que nos toca sufrir por la demanda que existe para su consumo, particularmente en los Estados Unidos de América”.
“Es menester hacer notar que estos éxitos no parecen ser reconocidos y valorados por los países consumidores, quienes tienen la mayor responsabilidad en esta cadena insana del narcotráfico. Es por ello, que hoy desde acá, demando a que sean más efectivos para combatir el lavado de dinero, que hagan más por repatriar los capitales resultado del narcotráfico porque al final por paradójico que suene, el dinero está en las cuentas bancarias de los que distribuyen la droga en los países consumidores”, denunció Giammattei.
El gobernante guatemalteco aseguró que su gobierno ha logrado desarticular a 15 estructuras de narcotráfico y desestabilizado a 6, así como se han detenido a 2,855 personas relacionadas con ese delito, de las cuales 52 son o han sido sujetas a procesos de extradición por narcotráfico y 7 por otros delitos cometidos en diferentes países.
Giammattei aseguró que su gobierno ha incautado 19,953 kilos de cocaína y 7,066 libras de marihuana, además, han destruido 1,565,811 matas de coca; 4,299,800 matas de marihuana y 25,929,475 matas de amapola.
“Al día de ayer, se contabilizan 114 días sin el aterrizaje de vuelos con substancias ilícitas en nuestro territorio, lo que marca el período más largo sin que ello suceda, demostrando nuestro compromiso en la lucha contra el tráfico ilícito de drogas”, subrayó Giammattei.
Al igual que el presidente de Honduras, Giammattei recordó los severos daños sufridos el año pasado por los huracanes Eta e Iota, y aseguró que «Guatemala ha sido golpeada por los efectos de la crisis climática», por lo que demandó que «el área centroamericana sea reconocida como una región altamente vulnerable al impacto de pérdidas y daños que imponen los desastres naturales y la necesidad de optar a financiamiento climático ágil y de calidad».
El mandatario también habló de la falta de equidad en el acceso a las vacunas contra el Covid-19. Su país es uno de los que presenta una tasa más baja de vacunación en Centroamérica, con una tasa de 16.62% hasta el final de agosto, la cifra más baja del istmo solo por encima de Nicaragua, que aparece con 6.22% en los datos de la OPS.
La crisis migratoria
Sobre la situación de los migrantes, situación en la que Guatemala figura como puente obligado de paso, Giammattei sostuvo que “la única solución para detener el flujo migratorio irregular debe basarse en la construcción de muros de prosperidad que le permitan al ser humano mejorar sus condiciones de vida”.
Giammattei llamó “a los países de destino a incrementar la inversión extranjera directa”, así como a “mejorar los accesos a nuestros productos en esos mercados”.
En materia de seguridad, «la región centroamericana se enfrenta a la lucha contra la delincuencia organizada transnacional, principalmente en lo que respecta al fenómeno del narcotráfico», subrayó Giammattei.
«Nuestra región continúa sufriendo un tremendo flagelo que ha costado innumerables vidas, que corrompe a nuestras sociedades, que tiene un gran impacto en nuestra economía y que nos obliga a distraer recursos para su combate, los cuales podrían ser utilizados para otros esfuerzos que ayudarían a mejorar los índices de desarrollo humano», lamentó.
Finalmente, aunque Giammattei no se refirió directamente a la reciente inclusión de la Fiscal General, María Consuelo Porras y de su mano derecha, a la Lista de Actores Corruptos y Antidemocráticos o Lista Engel de los Estados Unidos, pareció aludir en su discurso la sanción norteamericana.
“La asistencia, cooperación e interacción entre las naciones debe ser efectiva, dinámica y sostenible, pero nunca sujeta a ser un elemento que ponga en riesgo el principio de la autoderminación de los pueblos y el respeto a la democracia”, señaló Giammattei.
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Bukele: la pandemia ha profundizado la crisis
El presidente salvadoreño Nayib Bukele, dedicó los casi ocho minutos de discurso a una serie de conceptos filosóficos y sin referirse directamente a los problemas de El Salvador.
«En medio de la pandemia ha profundizado la crisis que ya existía, un mundo con crisis de todo tipo, pero principalmente con una crisis de identidad», dijo Bukele, quien citó a Confucio y Goethe en su discurso e hizo un recuento histórico desde inicios del siglo XX.
“A veces, las crisis son avisos para cambiar nuestros caminos, para pensar si lo que estamos haciendo es lo que en realidad queremos hacer, para pensar en el futuro que quisiéramos vivir”, subrayó.
Bukele sostuvo que, en lugar de pedir una “refundación del multilateralismo”, El Salvador y su gobierno seguirán un camino hacia el desarrollo, «diseñando el futuro que quisiéramos vivir».
«Un futuro en donde las personas hacen lo que les gusta, desarrollándonos económicamente por añadidura. Esto es lo que haremos en El Salvador. No será fácil, avanzando lo más rápido, conscientes de la responsabilidad que tenemos», agregó.
“Esto es lo que haremos en El Salvador, tratando de construir poco a poco las oportunidades y cultivando el criterio para utilizarlas, con las herramientas que nos han sido prestadas, y de la mano de una población cada vez más despierta», enfatizó.
Según Bukele, será “un futuro donde las personas hacen lo que les gusta, y por eso lo harán bien, porque les gusta, o les gusta porque lo hacen bien, desarrollándonos económicamente por añadidura».
Además, evocó a la divinidad como clave del futuro desarrollo de su país: “Dios ya decidió si seremos exitosos, ese es nuestro destino y haremos nuestro mayor esfuerzo para alcanzarlos”, apuntó.
Bukele llamó a aprender de las civilizaciones anteriores, de sus logros y de sus errores, porque “tenemos una responsabilidad de la historia de todos los que nos precedieron de continuar el progreso de la humanidad de avanzar más de los que ellos lo hicieron, de construir sobre lo que ellos construyeron, de edificar sobre hombros de gigantes”.
Bukele también criticó que en medio de la pandemia “hemos visto lo mejor y lo peor de nuestra especie” y dijo que la respuesta colectiva a la pandemia “sólo ha multiplicado la ansiedad”.
El Salvador se encuentra, bajo la dirección de Bukele, en su línea más baja de las relaciones bilaterales con Estados Unidos, país que ha cuestionado acciones políticas del mandatario salvadoreño que, a criterio de la Casa Blanca, socavan la democracia.