*El Banco Central de Nicaragua estimó el crecimiento económico del país entre 4% y 5% en 2022, pero organismos financieros reducen tales cifras
**Factores inesperados como la guerra rusa contra Ucrania -que apoya Daniel Ortega-, reducen expectativas de crecimiento
***EP Verifica que aunque habrá crecimiento modesto este año, Nicaragua será el país con menos desarrollo en la región
Expediente Público
Envalentonado por una cifra de crecimiento económico de 10.3% en el año 2021, el régimen de Nicaragua pronosticó para este 2022 un desarrollo de entre 4% y 5%, pero diversos organismos financieros internacionales reducen tales expectativas.
Expediente Publicó verificó y comparó las cifras de crecimiento proyectadas por el régimen y las estimadas por los organismos financieros, así como los factores que frenarán tal avance.
Primero el contexto. En marzo pasado el Banco Central de Nicaragua (BCN) anunció oficialmente que la economía nicaragüense aumentó 10,3 % en 2021, siendo este el primer año de avances después de tres años consecutivos de cerrar con cifras negativas acumuladas de menos 8.8.
Según la explicación oficial, la recuperación económica del Producto Interno Bruto (PIB) superó las afectaciones negativas de los últimos años, incluyendo la pandemia mundial de covid-19, los efectos de dos huracanes en 2020 y las consecuencias económicas de sanciones políticas por la represión estatal desatada desde 2018.
El BCN explicó que ese incremento fue resultado de un contexto internacional que favoreció un mayor comercio, aumento de la demanda externa y de los precios internacionales de los bienes primarios y por los avances en la vacunación contra covid-19.
El BCN había previsto a inicios del año pasado que el PIB de Nicaragua crecería de 7,5 % a 9,5 % en 2021, pero sorprendió el anuncio de llegar a 10.3.
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¿Por qué no será posible crecer más?
Cuando Daniel Ortega se recetó un gobierno más para el periodo 2022-2026, lo celebró entre su partido, su familia, sus funcionarios y uno que otro extranjero.
Huérfano de proezas y alentado por las cifras del BCN en 2021, el 10 de enero de 2022, cuando asumió el cuarto periodo consecutivo de su dictadura, Ortega anunció triunfalista que su régimen volvería a recuperar el ritmo de crecimiento que venían acumulando hasta antes del 2018.
“[Nicaragua] está avanzando en su crecimiento económico. Hay que seguir luchando, lógicamente. Nuestra meta es darle continuidad a la buena marcha que traíamos hasta abril del 2018. Borrón y cuenta nueva. Vamos adelante, queridos hermanos nicaragüenses, construyendo paz para combatir la pobreza”, dijo Ortega.
Esta parte del mensaje de Ortega puede ser considerado falso, a la luz del análisis de un economista nicaragüense que por razones de seguridad pide omitir su nombre.
Aquellos años de vacas gordas
Según este análisis, entre 2007 (cuando asumió Ortega) y 2017, el crecimiento promedio era de 3,9 por ciento, impulsado por la demanda interna promovida por las remesas, una alianza corporativa entre la empresa privada y los negocios de la familia Ortega-Murillo, así como por la Inversión Extranjera Directa.
De acuerdo al especialista, el crecimiento económico de esa temporada fue impulsado principalmente por una acumulación de factores como mano de obra, demanda de producción internacional, capital local y exportaciones de manufacturas de baja inversión.
Luego de una recesión de dos años provocada por la crisis sociopolítica de 2018, iniciada por agresivas reformas al Seguro Social y agravadas por la represión estatal de Ortega-Murillo, el país sufrió severas caídas en la actividad económica, recrudecidas por la pandemia de covid-19 y dos huracanes en 2020.
Aunque se recuperó en 2021, las cifras del PIB pér capita no se comparan a las del año 2017. En 2021 ascendió a 2.102,7 dólares, un 10,2 % más que el año precedente, pero un 2,5 % inferior a los 2.156,1 dólares registrados en 2017.
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Aplausos a guerra rusa no generan riquezas
En comparación con las condiciones económicas previas a 2018 y las actuales, el economista concluye que en 2022 no hay circunstancias favorables a Ortega, similares a las que existían en 2018.
“Ya no tiene una alianza vigorosa con la empresa privada, hay un entorno internacional desfavorable a Ortega-Murillo por las sanciones debido a la violación de derechos humanos que ha inmovilizado los millonarios recursos que Ortega obtuvo de la desviación de la cooperación petrolera de Venezuela”, señala.
“Y para colmo, la guerra que Rusia inició al invadir Ucrania, vino a empeorar las expectativas de crecimiento económico mundial”, dijo el economista.
No hay que olvidar que Ortega justifica y apoya la agresión rusa a Ucrania, lo cual a criterio del especialista, no favorece en nada económicamente a Nicaragua.
Al contrario, advierte que el país pierde cualquier posibilidad de apoyo financiero de Rusia, debido a la batería de sanciones internacionales que han debilitado seriamente la capacidad económica del Kremlin y, a su vez, cierre aun más las posibilidades de financiamiento de países europeos que en su mayoría condenan la guerra rusa.
Expectativa del BCN versus Pronósticos del BM
El 31 de marzo de este año el BCN publicó su informe anual 2021 donde celebra el crecimiento del 10.3% y anuncia un desarrollo de entre 4% y 5% para 2022.
Sus pronósticos, sin embargo, pueden ser considerados falsos si los contrastamos con las cifras proyectadas por organizaciones internacionales que rebajan esos datos oficialistas y ubican a Nicaragua como el país de más bajo desarrollo en Centroamérica este año.
El Banco Mundial, en su actualización de abril de este año sobre el panorama general de Nicaragua, considera que este país no crecerá más del 2.9% y aunque reconoce la cifra de crecimiento de 2021 como real, destaca que tuvo poco impacto en la reducción de la pobreza y la mejoría de las condiciones de vida de los nicaragüenses.
“Se espera que el crecimiento se desacelere en 2022 a 2,9 por ciento en medio de presiones mundiales adversas y una consolidación fiscal”, dice el BM, que advierte algunos efectos en la economía nacional a raíz del contexto internacional.
“Las autoridades planean una consolidación a partir de 2022 como parte de su compromiso con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda. Esto implica una reducción en el gasto de capital”, señala el Banco Mundial, que recuerda a la vez que las condiciones económicas adversas para la población no fueron superadas en 2021.
“Los datos muestran tasas de empleo más bajas en el tercer trimestre de 2021 (44 por ciento) que en el mismo período de 2020 (46 por ciento), ya que los sectores intensivos en mano de obra, como la construcción, la hotelería y los restaurantes, no han recuperado completamente sus niveles de empleo” señala el BM.
Según la Encuesta de Alta Frecuencia del Banco Mundial, alrededor del 13 por ciento de los empleados formales, antes de la pandemia habían hecho la transición a un trabajo informal en junio de 2021.
“La disminución del empleo y de los salarios provocó una reducción en los ingresos familiares para el 44 por ciento de los hogares a mediados de 2021”, dice.
“Sin embargo, el impulso del gasto actual se mantendrá para garantizar la absorción de los fondos de la covid-19 y luego disminuirá”, advierte el organsmo que, de igual modo, alerta sobre los efectos de la guerra rusa en Ucrania en la economía nacional.
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Reducción de pobreza se estancaría en 2022-2024.
«Los acontecimientos geopolíticos internacionales recientes también impactarían sobre el crecimiento, en medio de precios del petróleo elevados y una demanda más baja, solo parcialmente compensados por los impactos positivos de los precios más altos de las materias primas exportadas.
El actual contexto político interno podría influir en una inversión y un crecimiento por debajo de los niveles históricos durante todo el período de pronóstico”, dice el BM.
De acuerdo al análisis del BM, a pesar de una desaceleración en 2022, el crecimiento de 2021 fue suficiente para una reducción leve en la tasa de pobreza (definida como $3.2/día Paridad del Poder Adquisitivo) del 13.5 en 2020 al 12 por ciento en 2021.
“Suficiente para mantener esa tasa estable entre 2022-2024”, dice el BM, es decir, no habrá reducción de pobreza en 2022.
El organismo señala que Nicaragua sigue siendo uno de los países menos desarrollados de América Latina, “donde el acceso a los servicios básicos es un desafío diario”.
¿Qué ofrece Ortega para mejorar el país en 2022? “Nada o muy poco”.
¿Se traduce en algo positivo para la población de 6.4 millones de nicaragüenses la mejoría de los datos económicos, como lo sugirió Ortega al decir en enero: “Vamos adelante, queridos hermanos nicaragüenses, construyendo paz para combatir la pobreza”?
Para el analista consultado, al asumir Ortega un mandato irregular hasta 2027, su gobierno tendrá que sortear el aislamiento por su elección amañada, las sanciones internacionales por los abusos de derechos humanos; el rechazo de la comunidad internacional por haber encarcelado líderes opositores y expulsar y asaltar la sede de la OEA para mantenerse en el poder.
Además, dice el experto, el régimen de Ortega deberá asumir las consecuencias de su apoyo a la guerra de Rusia al invadir Ucrania.
Según el economista, desde Estados Unidos, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Unión Europea (UE) y países que de forma bilateral le brindaban recursos líquidos, como Taiwán, España Alemania y Luxemburgo le cerraron el grifo de dinero al régimen.
Sin embargo, advierte que el país se beneficiará indirectamente de las remesas internacionales que vienen creciendo, ya que de los 6,47 millones de nicaragüenses, estima que más de un millón se ha ido en busca de mejores condiciones económicas, democráticas y de desarrollo profesional.
Eso se ha traducido en un aumento de los ingresos al país de divisas líquidas que solo en el primer trimestre de 2022 ascendió a 632.8 millones de dólares.
Eso evidencia un crecimiento interanual de 26.4% respecto al primer trimestre de 2021, lo que significa 132.2 millones de dólares más en relación a los ingresos registrados por remesas (500.4) en igual periodo de 2021.