*Congreso aprobó eximir del pago de la energía eléctrica a 1.3 millones de hogares que consumen menos de 150 kW. Esta política de subsidio es parte de las 21 medidas anunciadas por Xiomara Castro en su toma de posesión.
**Expertos coinciden en que la medida podría beneficiar a quienes no la necesitan, afectar la competitividad y tener un impacto inflacionario en la economía.
***A pesar de tener un mercado cautivo de 1.8 millones de consumidores, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica no genera ganancias.
Expediente Público
El servicio de energía eléctrica «gratis» para los más pobres que la presidenta de Honduras Xiomara Castro prometió durante su toma de posesión, podría tener un impacto inflacionario, afectar la competitividad y beneficiar a quienes no la necesitan, según expertos consultados por Expediente Público.
El proyecto de bienestar social fue enviado por la mandataria hondureña al Congreso Nacional el pasado 31 de enero y aprobado el 2 de febrero, pero, aunque se dispensaron dos debates bajo el argumento de la urgencia e importancia de ese beneficio, hasta este viernes no había sido publicado en el diario oficial La Gaceta, por lo que su entrada en vigencia está pendiente.
El propósito de la medida es eximir del pago de la energía eléctrica a 1.3 millones de hogares que consumen menos de 150 kW, más o menos lo que consume una refrigeradora con una potencia de 600W por un uso de ocho horas diarias por 30 días y que se traduce en un pago de 636 lempiras (casi 26 dólares) mensuales.
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Para subsidiar el servicio de energía eléctrica a ese segmento de consumidores, el Parlamento reformó el quinto párrafo del artículo 18 de la Ley General de la Industria Eléctrica, aprobada en 2014, según el cual los costos de energía atribuibles a una categoría no podían ser cargados a otra, y que “cuando el Estado decida subsidiar a los consumidores de bajos ingresos deberá hacerlo sin alterar las tarifas y sin afectar las finanzas del subsector eléctrico”.
Con la reforma, si el Estado decide subsidiar a los consumidores podrá cargar los costos de una categoría a otra, “sin afectar las finanzas del subsector eléctrico”.
Costo trasladado a industria y comercio
En la sesión del pleno estuvo presente el secretario de Desarrollo Económico, Pedro Barquero, quien explicó que el costo de dar energía gratis a las personas más empobrecidas del sector residencial que consume ese servicio, será trasladado a los clientes industriales y comerciales.
La otra parte la cubrirá la secretaría de Finanzas a través del Presupuesto General de la República, dijo Barquero, quien aclaró que el resto de los abonados residenciales no sufrirán una carga en su tarifa.
Según el dictamen aprobado por la Comisión de Energía del Congreso Nacional, los 1.3 millones de hogares que consumen 150 Kw o menos, facturan 540 millones de lempiras al mes (21.9 millones de dólares), lo que sería el impacto en las finanzas públicas.
Sin embargo, algunos de los expertos consultados por Expediente Público sostienen que las consecuencias económicas esta medida, serán mucho mayor a lo que indica el dictamen.
Se cometen errores con los subsidios
El economista investigador del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Ricardo Castañeda, dijo a Expediente Público que “nos parece adecuado” que desde el Estado “se tomen acciones para mejorar las condiciones de vida de las personas, especialmente los pobres”.
La pobreza en Honduras abarca al 74 por ciento de los 9.5 millones de habitantes, según el dato que la presidenta Castro compartió en su discurso de asunción el 27 de enero.
Sin embargo, Castañeda recomienda que cualquier decisión sea acompañada de un estudio técnico que permita en el caso de la energía subsidiada, asegurar que llegará a quienes realmente lo necesitan, ya que ese es un error que se da en ocasiones con los subsidios que benefician a quienes no los necesitan.
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Afectar competitividad y generar inflación
Para el caso, ejemplificó que el propietario de una casa de lujo de playa, a la que solo visita de vez en cuando, se puede beneficiar con el subsidio si el criterio es solo el consumo del kilowatt. “Y el otro error es dejar fuera a quienes sí lo necesitan. Por ejemplo: un hogar pobre donde vivan muchas personas y consuman más de 150kW”, dijo. Por suerte, para Castañeda, ambos elementos pueden corregirse con el seguimiento adecuado a este tipo de beneficios.
El exministro de Finanzas Arturo Alvarado declaró a Expediente Público que no es correcto que se cargue a otros usuarios con parte del costo de la energía gratis porque esto “provocaría distorsiones” como cobros injustos y desproporcionados.
“Si se lo cargan a empresas, eso se trasladará al costo de los productos y podría afectar la competitividad”, agregó el economista.
Además, el ahorro que tendrán los beneficiados de la energía gratis se diluirá al tener que pagar productos y servicios más caros.
Alvarado también señaló que si el Gobierno quiere dar un subsidio “que lo dé y asuma el costo. ¿Por qué trasladarlo a otros?”, cuestionó.
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En similares términos se pronunció el economista del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), Ismael Zepeda, al ser consultado por Expediente Público. Consideró que la medida “sin duda es necesaria” por las condiciones socioeconómicas de las mayorías y el acelerado crecimiento de la factura energética residencial que es una de las más caras de Centroamérica.
Sin embargo, señaló el hecho de que no hay claridad de cómo va a ser financiado ese beneficio y que “esa parte que va a asumir el Estado por nuestros impuestos, tal vez posiblemente endeudamiento” hace que la medida “no sea sostenible”.
Coincidió en que los sectores industrial y comercial van a trasladar el incremento de la factura a los precios de sus productos, lo que tendrá “un impacto inflacionario”. Para Zepeda, lo que se debe hacer con el tema energético “es buscar las reformas estructurales” que se han planteado en los planes de rescate de las empresas estatales y que “hoy por hoy deben ponerse en práctica”.
Aunque reconoció que el nuevo Gobierno recién comienza, señaló el hecho de que “ni siquiera hay gerente (en la ENEE, Empresa Nacional de Energía Eléctrica) ni ministro de la Secretaría de Energía”, lo cual “también genera cierta incertidumbre de si van a querer resolver los grandes problemas del subsector energético”.
Expediente Público consultó al secretario de Desarrollo Económico, Pedro Barquero, si se realizó algún estudio técnico para otorgar el beneficio de energía gratis, cómo será financiado y si es sostenible, pero no respondió a los mensajes que se le enviaron a su número de teléfono vía Whatsapp.
Una empresa con 1.8 millones de clientes, pero en quiebra
En la discusión del decreto para otorgar energía gratis a las familias más empobrecidas de Honduras, calificado por el diputado de Libre, Jari Dixon como un “pequeño tanque de oxígeno”, fueron reiterados los llamados de varios parlamentarios a revisar los contratos leoninos con empresas generadoras de energía y castigar el inveterado hurto que se termina trasladando a los consumidores.
La ENEE “es la empresa más deficiente a nivel centroamericano” y, según algunos analistas, hasta “a nivel latinoamericano”, denunció el diputado de Libre, Luis Amador, quien señaló que el 15% de la deuda del país es para cubrir las deficiencias de la estatal eléctrica.
Según el parlamentario, de los más de cien contratos de generación eléctrica, “aparentemente en el 90 por ciento existen irregularidades”.
“El tema de la energía eléctrica debería de ser un derecho universal, pero se ha convertido en un terror para la gente”, explicó el diputado de Libre Sergio Castellanos, quien recordó que cada tres meses se han estado revisando las tarifas y aumentando la factura a los consumidores.
A la ENEE, “la quebraron unos pocos enriqueciéndose a costillas del pueblo hondureño”, expresó también el legislador acerca de la empresa que a pesar de tener un mercado cautivo de 1.8 millones de consumidores, no genera ninguna ganancia.