*Reconocido corresponsal estadounidense dice que estar contra Daniel Ortega es lo moral y políticamente razonable.
**Kinzer dice que Nicaragua “ha caído bajo un régimen represivo horrible que es ciertamente el más brutal en América Latina”.
***Cuestiona las sanciones porque no cree que tengan un efecto sobre el régimen.
Expediente Público
Uno de los más reconocidos corresponsales estadounidenses en Nicaragua en los años 80, describe a la pareja Ortega-Murillo como una “familia dictatorial” que dirige el régimen más brutal de América Latina; por ello expresa que lo moral y políticamente razonable en estos tiempos es estar en contra de esa dictadura.
Stephen Kinzer, quien cubrió la guerra civil de Nicaragua entre 1983 y 1989 para The New York Times, fue entrevistado esta semana por otro veterano periodista, Randy Credico, un reconocido personaje de radio y activista político, en un programa transmitido por la estación neoyorquina WBAI.
“Así que tenemos esta extraña situación: los sandinistas llegaron al poder al destruir la vieja dinastía de los Somoza, que era una familia que insistía en gobernar década tras década y ahora ¿qué tenemos en Nicaragua? De regreso al futuro, tenemos otra familia dictatorial, completamente sin ideología, dedicada solo a su propia preservación personal, no solo dedicada a permanecer en el poder, no solo hasta que el presidente muera sino más allá y que también ha buscado consolidar una violencia impresionante”, dijo Kinzer, durante el programa titulado “¿Qué está pasando en Nicaragua?”.
Kinzer, autor del libro “Blood of brothers” (Sangre de hermanos), obra que describe los nexos políticos y sanguíneos de la sociedad nicaragüense durante la guerra de los sandinistas contra la Resistencia Nicaragüense, hizo un recuento de la historia de este país centroamericano durante las últimas décadas.
Según Kinzer, “el movimiento sandinista que emocionó y atrajo el entusiasmo internacional durante los 80, se ha transformado completamente y ha perdido casi todo lo que lo hizo tan atractivo en aquellos años”.
Durante sus años en Nicaragua, Kinzer fue un duro crítico de la política de la administración de Ronald Reagan en la región y solía considerarse un periodista cercano al régimen sandinista.
Lo “mejor” del FSLN está fuera del FSLN
El periodista recordó que los sandinistas organizaron en 1990 “una elección limpia y perdieron” y recordó la división posterior del Frente Sandinista, cuando el exvicepresidente Sergio Ramírez y Dora María Téllez desafiaron el viejo liderazgo sandinista, encabezado por Daniel Ortega y fundaron el Movimiento Renovador Sandinista.
“En 1995, hubo una gran convención y los ‘insurgentes’ quisieron convertir al Frente Sandinistas de una organización político-militar a un partido político normal, más parecido a un partido socialdemócrata europeo, y una de sus puntos principales de esa plataforma era la renuncia del uso de la violencia en político, eso no fue aceptado por el viejo liderazgo y ellos renunciaron y fundaron el Movimiento de Renovación Sandinista”, rememoró Kinzer.
El periodista sostiene que “lo que quedó del Frente Sandinista se mantuvo bajo el control de Daniel Ortega, que lo convirtió en su vehículo personal”.
“Casi la mejor gente dentro del Frente Sandinista renunció durante los años 90 y poco a poco empezó a volverse contra Ortega, mientras tanto, Ortega, después de perder un par de elecciones, pactó un sistema político corrupto que le permitiría ganar la elección con solo 35% del voto, lo que sucedió y ha estado en el poder por 16 años y nombró a su esposa, como copresidente, algo que no existe, pero también ella es su vicepresidenta, y él tiene la idea de pasar el liderazgo de Nicaragua o a ella o a uno de sus hijos”, explicó.
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Regimen sangriento y brutal
Kinzer criticó duramente en el programa la represión del régimen sandinista controlado por Daniel Ortega y Rosario Murillo contra las manifestaciones pacíficas de 2018, así como la ola de represión de este año que ese daño dejó 355 muertes, según cifras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
“Hubo unas protestas en Nicaragua en 2018, más de 300 personas fueron asesinadas por policías y matones que usaban pasamontañas para apoyar a Daniel Ortega. Fue la más sangrienta explosión de represión estatal en América Latina en todo el siglo 21, nada como esto había sucedido en Nicaragua antes”, aseguró Kinzer.
Luego el periodista estadounidense explicó que conforme se acercaban las elecciones presidenciales que estaban previstas para el 7 de noviembre “Ortega hizo arrestar a todas las personas que tenían intención de postularse como candidatos para presidente y siguen encarceladas”.
“Así que aquellos de nosotros que vivimos en Nicaragua y conocimos a Daniel Ortega y tuvimos grandes esperanzas en Nicaragua estamos en un verdadero shock. No podemos creer que esto sucedió. ¿Cómo puede ser que la mejor gente de Nicaragua está en prisión y este matón y su mujer han tomado el país sin ninguna perspectiva de escape?”, reflexionó Kinzer.
“Estamos ante una situación aleccionadora donde un país que amamos ha caído bajo un régimen represivo horrible que es ciertamente el más brutal en América Latina. ¿Cómo sucedió esto? Estamos tratando de procesarlo”, agregó.
Ortega es lo más horroroso de América Latina
Tanto Kinzer como Credico mencionaron los casos de reconocidos sandinistas que hoy están encarcelados o exiliados por la persecución de los sandinistas, incluyendo Sergio Ramírez, exiliado; Dora María Téllez, presa; Gioconda Belli, exiliada; Víctor Hugo Tinoco, preso, y también recordaron el maltrato recibido por el fallecido escritor Ernesto Cardenal, a quien Murillo mandó a sabotear con violencia y profanar sus funerales en 2020.
“Hay un sistema político cerrado y los nicaragüenses están buscando desesperadamente un escape”, sentenció Kinzer, quien describió a Nicaragua como “una situación horrible y probablemente la más compleja, desafiante y horrorosa en América Latina”.
Credico, quien también cubrió Nicaragua en los 80, apoyó las afirmaciones de Kinzer diciendo que “yo no creo que es algo que Sandino aprobaría, yo creo que Sandino estaría en las montañas combatiendo a Ortega”.
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La oposición actual no es violenta
Kinzer aseguró que hay un consenso en los opositores nicaragüenses que “una revolución violenta es una idea terrible”.
“Cuando se derroca violentamente un gobierno, el gobierno cae en manos de gente que cree en la violencia porque así llegaron al poder, y eso lleva a la clase de problemas en que está Nicaragua ahora”, sostuvo Kinzer.
“Así que si hay algo que une a todos los grupos dispares de la oposición nicaragüense y es la convicción de que rebelarse con armas no es una alternativa porque eso solo va a producir otra pieza del mismo ciclo así que dicen: tenemos que encontrar alguna otra forma, no nos vamos a rebelar con armas, vamos a producir un movimiento que es un generador de líderes que creen en acciones cívicas, en acciones políticas y no en la acción violenta”, explicó.
Kinzer se preguntó: ¿Cómo haces eso? ¿Cómo derrocas y socavas, subviertes o depones un régimen que gobierna con la fuerza bruta si tú mismo rechazas el uso de la fuerza?
“Este es el desafío que los nicaragüenses enfrentan en este momento y es realmente uno grande”, subrayó.
La oposición está sufriendo
Según Kinzer, la oposición nicaragüense está pasando por un gran dolor, sufriendo y huyendo ante la mirada de Estados Unidos y el mundo.
“Ortega ha tenido éxito en decapitar a la sociedad civil y en poner a la mejor gente del país en prisión. La oposición está sufriendo y quieren que Ortega sufra también, y quieran que sienta algo del sufrimiento que ellos están experimentando, lo que es una respuesta normal. ¿Cómo se logra eso? Logrando que Estados Unidos imponga sanciones que es la idea predeterminada, y acabamos de hacerlo”, dijo Kinzer, que citó la reciente aprobación de la Ley Renacer como ejemplo.
Kinzer, quien ahora es un profesor en la Universidad de Brown y enseña una clase denominada “Las raíces de la crisis en Centroamérica”, admitió tener “mucha simpatía por los deseos de la oposición de tratar de cambiar la situación por cualquier clase de presión”, pero expresó que “estas sanciones en realidad no tienen una meta concreta”.
Kinzer abogó por nuevo sistema en Nicaragua que ofrezca de alguna manera, un lugar para la gente de todo el espectro político aunque recordó que “eso es algo que Nicaragua nunca ha podido lograr”.
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Estar contra Ortega es lo correcto
Kinzer respondió a una pregunta de Credico sobre aquellos sectores liberales en Estados Unidos que cuestionan a quienes se oponen a Ortega y admitió que, aunque “no es cómodo estar del lado de (los senadores republicanos) Ted Cruz o Marco Rubio denunciando al régimen de Nicaragua”, lo correcto es oponerse a Ortega.
“Es realmente angustiante para mí ver gente que siente que tiene que apoyar este régimen brutal porque compraron algo de su propaganda superficial”, dijo Kinzer.
El periodista recordó la publicación reciente de una carta firmada por cientos de izquierdistas en la que explicaban por qué se oponían a Ortega: “Es claro para ellos cómo llegaron a ese punto, porque conocen las raíces del sandinismo, pero este gobierno ha arrancado el árbol de raíz y no queda nada del idealismo sandinista en el régimen de Ortega”.
“Ortega lleva 16 años en el poder, no hay esperanza de que Nicaragua salga de esa situación no, no hay otro objetivo que permanecer en el poder, permanecer en el poder para siempre y aumentarlo drásticamente”, dijo Kinzer.