*Paula Bertol, exembajadora argentina en la Organización de Estados Americanos (OEA), aplaudió que el presidente Gabriel Boric, de Chile, denunciara la crisis sociopolítica del país centroamericano y que el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, dijera que “abre sus puertas” a católicos perseguidos por el régimen en Nicaragua.
**En Nicaragua hay al menos 205 presos políticos que están detenidos desde hace más de un año en aislamiento y sin posibilidad de defensa. El régimen Ortega y Murillo mantiene política de censura.
Expediente Público
La Asamblea General de las Naciones Unidas, que acogió esta semana a representantes de los 193 estados que la conforman, debió convertirse en un escenario para denunciar con mayor énfasis la grave crisis de derechos humanos que vive Nicaragua, afirmó a Expediente Público la exembajadora argentina ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Paula María Bertol.
“A mí me pareció muy conmovedor que (Gabriel) Boric (de Chile) resaltara en su discurso el tema de las violaciones de los derechos humanos de Nicaragua. Me gustó mucho que (Jair) Bolsonaro (de Brasil) abra las puertas para los curas y monjas en Brasil. Más allá de que parece muy ambicioso, acá están 193 países que conviven y me parece que es una luz, no mucha por supuesto, porque me hubiera gustado que otros presidentes plantearan el tema gravísimo de lo que ocurre en Nicaragua”, dijo la exdiplomática argentina.
La exembajadora se encuentra en Nueva York participando en eventos paralelos a la Asamblea General donde se aborda la situación de Nicaragua y acompañando a la diáspora nicaragüense en los esfuerzos de incidencia. Bertol estuvo presente en el Foro de Libertad religiosa realizado el 22 de septiembre y en el que participaron organizaciones de derechos humanos nicaragüenses para denunciar la persecución contra la Iglesia católica de parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Las voces que reclamaron
En su primera aparición en el debate de más alto nivel de Naciones Unidas, el mandatario chileno, Gabriel Boric, se refirió a la situación que se vive en Nicaragua con la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Boric instó a “seguir trabajando para contribuir la liberación de los presos políticos” en ese país centroamericano.
En Nicaragua, la cifra de personas presas políticas aumentó a 205 en agosto pasado, según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, una organización conformada por grupos de derechos humanos, familiares de presos de conciencia y excarcelados políticos.
El presidente brasileño Jair Bolsonaro, durante su ponencia el 20 de septiembre, defendió también la libertad de expresión y el derecho de toda persona de practicar libremente su orientación religiosa. “Brasil abre sus puertas para acoger a los padres y monjas católicas que han sufrido persecución del régimen dictatorial de Nicaragua”, dijo Bolsonaro.
Paula Bertol: Presidente argentino causó “pena”
Presidentes como el argentino, Alberto Fernández, sin embargo, defendieron a los regímenes de Cuba y Venezuela, olvidando el caso nicaragüense.
En Cuba al menos 701 personas permanecen en detención y 622 han sido juzgadas por las protestas del 11 de julio de 2021, cuando miles salieron de sus casas para protestar por la crisis económica y la falta de libertades.
Mientras que, en Venezuela la crisis económica y humanitaria provocada por el régimen de Nicolás Maduro ha mandado al exilio a más de seis millones de personas, según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
La exembajadora Bertol afirmó que sintió “pena” al escuchar el discurso del presidente Fernández, que no denunció la crisis sociopolítica nicaragüense.
“Sentí mucha pena que el presidente se refiriera a las críticas por los bloqueos de Venezuela y Cuba que también son otras dictaduras del continente, Cuba desde hace 63 años y Venezuela hace menos, pero con una potencia y una fuerza; una opresión sobre los nicaragüenses infernal y una decepción muy grande por todo lo que viene decayendo la figura presidencial”, dijo Bertol.
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Otros países como Costa Rica, país receptor de miles de exiliados nicaragüenses, sostuvieron de forma valiente ante la ONU que, “la situación que vive Nicaragua demanda de la atención urgente de la comunidad internacional”.
Arnoldo André Tinoco en representación del presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves en su discurso ante Naciones Unidas, también demandó la “liberación de cientos de presos políticos, la restitución de la libertad de expresión y prensa, el libre ejercicio de la sociedad civil y el retorno a la democracia”.
Se deben defender los derechos humanos en Nicaragua
En la última votación de la Organización de Estados Americanos (OEA), el 12 de agosto de 2022, Argentina fue uno de los 27 estados que aprobó una resolución condenando los ataques del régimen de Ortega y Murillo contra la Iglesia católica y demandó la liberación de los presos políticos.
El 20 de octubre de 2021, previo a la farsa electoral de noviembre, el gobierno del presidente Fernández se abstuvo de votar a favor de una resolución de la OEA en la que se exigía la liberación inmediata de los presos políticos, entre ellos siete aspirantes presidenciales.
“Tenemos un presidente inestable, que un día piensa una cosa y otro día piensa otra, que ha perdido el respeto de los argentinos, que ha bajado terriblemente la imagen en las encuestas, que no ha podido generar confianza, así que decepción (…) Mi deseo más profundo es que defiendan los derechos humanos en Nicaragua”, reflexionó la exdiplomática.
Para la también defensora de derechos humanos, el presidente Fernández no siguió los pasos de su antecesor Mauricio Macri (2015-2019), quien antes de dejar el poder en 2019, en la Asamblea General de la OEA repudió la represión del régimen contra los nicaragüenses.
“Sabemos que en Brasil o la Argentina recuperar la democracia, que los tiranos se fueran, llevó mucho tiempo. No queremos que lleve todo el tiempo que llevó en esos países de nuestro continente, pero sí creemos que es posible debido trabajo que hicieron muchos organismos internacionales y tenemos que ver cuáles fueron los logros y los logros están por escrito”, apuntó Bertol.
La OEA y sus frutos en la crisis de Nicaragua
El Consejo Permanente de la OEA, integrado por los embajadores de los países, aprobó 10 resoluciones sobre la situación de Nicaragua entre 2018 y 2022.
En 2018, año en que iniciaron las protestas pacíficas contra el régimen de Ortega y Murillo, el organismo hemisférico aprobó tres resoluciones, incluyendo una para la conformación del “Grupo de Trabajo para Nicaragua”, que tenía como mandato “contribuir a la búsqueda de soluciones pacíficas”.
La Asamblea General, órgano supremo de la OEA donde se reúnen los presidentes y cancilleres, votó otras tres resoluciones en 2019, 2020, 2021 pidiendo el regreso a la senda democrática en Nicaragua.
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La exembajadora Bertol reconoció a Expediente Público que “hace tiempo se ve un claro estancamiento” con respecto a la situación del país centroamericano, sin embargo, las ocasiones que se acogió la situación en ese foro sirvió para “especificar y contar todos los hechos que pasaron en Nicaragua”.
“Está todo documentado, con lo cual, todo surgió de la OEA para ver lo positivo. Va a servir ese trabajo para la incidencia internacional y para llevar esa documentación por todo el mundo y en los nuevos gobiernos que todavía niegan o no saben lo que pasó en Nicaragua y lo que sigue pasando”, señaló Bertol.
Recomienda trabajo de incidencia internacional
Honduras, Bolivia y México, considerados aliados del régimen Ortega y Murillo se abstuvieron de votar la resolución del 12 de agosto de 2022 en la OEA. El Salvador también se abstuvo en esa ocasión y solo San Vicente y las Granadinas votó en contra.
Para la exembajadora argentina es importante empezar a hacer un trabajo de “incidencia internacional” en Centroamérica y algunos países del Caribe para cambiar esas posiciones.
“Lo que hay que hacer es ampliar los horizontes, hacer un trabajo de incidencia internacional en lugares como Honduras, como México. ¿Qué quiere decir esto? Estar más cerca de los congresistas, de los que tienen poder, de los cancilleres, ir a verlos, mantener conversaciones, mostrarles a las víctimas, reitero desde la necesidad de la justicia, de la memoria y de la verdad, creo que eso es posible y se va a lograr”, apuntó Bertol.
Bertol consideró que las puertas de los organismos de justicia internacional están abiertas siempre a que se reúnan las pruebas para que quede claro que “Ortega y Murillo están haciendo vivir a los que están en el país, un infierno, una dictadura hecha y derecha”.
“Hay que seguir ampliando esa incidencia en lugares que han cambiado de gobierno, en mi propio país Argentina, y se trabajo tiene que hacerse con mucho entusiasmo y firmeza para seguir sumando actores”, señaló la exembajadora.
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Diáspora debe tener mayor incidencia
La exdiplomática, incluso, insistió que se necesita mayor organización de la diáspora nicaragüense y de los que también están en Nicaragua que “se oponen al régimen dictatorial” o se repetirá en el país centroamericano la historia de los venezolanos, donde finalmente “la desunión lleva a la desintegración del mensaje de unidad”.
“Los nicaragüenses están a tiempo, tienen muchísima documentación, muchísimo material (…) Lo que pasa en Nicaragua es un espanto, es terrorífico, son muchas las palabras y todas muy fuertes y eso los debe unir a todos y están a tiempo de hacerlo y es mi deseo que lo puedan lograr”, sostuvo Bertol.
Los familiares de los presos de conciencia manifestaron recientemente su deseo de que se pueda aprobar en Nicaragua una amnistía para lograr la liberación de todos los encarcelados por razones políticas. Cualquier medida, que acabe con la “opresión en Nicaragua”, es válida sobre todo si se logra la libertad de los presos políticos, dijo Bertol.
“Esas personas deben estar libres con sus familias, pronto, inmediatamente, porque lo que viven ahí adentro es una violación permanente a su humanidad (…) Ningún nicaragüense puede querer que eso esté pasando en su tierra”, manifestó la exembajadora argentina.
Bertol se comprometió a seguir denunciando a nivel internacional para que pare el “horror” y que los nicaragüenses puedan “votar libremente” en elecciones donde se cuente con observación y autoridades electorales creíbles.