*La economía de Panamá es la más sólida a nivel centroamericano, pero no han podido tomar muchos beneficios después de seis años de establecer relaciones diplomáticas con China, señala estudio de Expediente Abierto.
**La democracia, los derechos humanos y la transparencia no son elementos que deben quedar al margen de las relaciones con China, afirma el jurista Alonso Illueca autor del estudio e investigador asociado de Expediente Abierto.
***Panamá no insistió en que China firme el Protocolo del Tratado relativo a la Neutralidad Permanente y al funcionamiento del Canal de Panamá.
Expediente Público
“Panamá no se encuentra preparada para ampliar su relación con China desde la perspectiva económica, geopolítica, estratégica y de rendición de cuentas”, señala un estudio de Expediente Abierto.
A pesar de que Panamá recibe a las empresas de China mejor preparado económicamente que sus vecinos del istmo centroamericano, tanto en desempeño económico como en clima de inversión, las desventajas para el país canalero siguen siendo evidentes.
El Producto Interno Bruto (PIB) panameño creció un 15,3% en 2021 y un 10,8% en 2022, según datos oficiales.
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Además, la nación canalera es considerada después de Chile, como la mejor de América Latina para invertir, según el Banco Mundial y ocupa el segundo lugar en Centroamérica en recibir inversión extranjera directa (IED).
Precisamente, “La influencia china en Panamá: un caso de estudio”, análisis elaborado para Expediente Abierto por el jurista y asesor de organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales Alonso Illueca, concluye que China y el Partido Comunista Chino (PCC) tiene un gran potencial injerencista en esta nación.
Las empresas estatales chinas “tienen la capacidad material de incidir significativamente” en esta nación que cuenta con el estratégico canal interoceánico y que producto de esto, la relación entre ambos países es notablemente desbalanceada y a favor de los intereses de Pekín, determina la investigación.
Prueba de arriesgadas concesiones a China son el control sobre los puertos de Cristóbal y Balboa, así como proyectos de construcción como el cuarto puente sobre el Canal, el puerto de cruceros, el centro de convenciones en Amador y otro puerto de contenedores en isla Margarita.
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No se ven los beneficios
La concesión en 1997 de la administración de puertos del canal a CK Hutchison Holdings de Hong Kong y registrada en Gran Caimán en 2015, fue renovada a 25 años más en 2022, pero las inversiones de China apenas representaban el 0.6% del stock de Inversiones directas hasta 2021 (más de 59 mil millones de dólares), según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
El stock es el valor total de IED acumulado en un país.
“Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas, a través de una narrativa idílica, los medios de comunicación y el establishment político en general plantearon posibles beneficios económicos superlativos que a la fecha no se han materializado”, reseña estudio “La influencia china en Panamá”.
Según el informe “el desbalance comercial entre ambos países es cada vez más marcado y si a ello sumamos la desconexión que existe entre ambas partes en materia de valores como la democracia, los derechos humanos y la transparencia, se puede aseverar que los beneficios para Panamá han sido pocos para no decir inexistentes”,. El déficit comercial de Panamá es, en general, enorme, unos 8,056 millones de dólares en 2021 y de 6,7795.4 millones en 2022, con China fue de 343 millones y 450 millones de dólares, respectivamente, según el INEC y el Ministerio de Comercio e Industrias.
La balanza comercial de Panamá en el primer semestre de 2023 registró un déficit de $5,495 millones. Con China el déficit fue de $187.2 millones en este periodo.
El valor de las importaciones ascendió a 7,254 millones de dólares, mientras que las exportaciones fueron de 1,759 millones de dólares, en el primer semestre de 2023.
Opacidad en relación bilateral
“En Panamá existe una falta de conocimiento y entendimiento de lo que representa China, cuáles son sus intenciones y cómo se deben llevar a cabo las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos Estados”, revela el estudio.
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La parte panameña no está atenta a que China “es un actor que tiende a aprovechar y explotar las debilidades estratégicas de otras naciones para moldear el sistema internacional conforme a sus intenciones revisionistas”.
El informe remarca que en Panamá la ausencia de sofisticación en el debate público, académico y mediático es también aprovechada por la China y el PCC.
La falta de una política exterior clara, coherente y sostenida en el tiempo agregan una capa adicional de complejidad. Actualmente, China y el PCC cuentan con un nivel de influencia significativo a nivel político e, incluso, inciden de forma activa en materia de valores y principios de política exterior, determina el estudio.
Illueca reiteró que se vendió la narrativa “idílica” de inversión extranjera directa, pero estas no se concretaron por la corrupción de ambas partes, la competencia con Estados Unidos y la economía dolarizada de Panamá. Adicionalmente, en lo que a turismo se refiere, “es preciso señalar que la nacionalidad china era, hasta hace poco, una nacionalidad restringida en materia migratoria, lo cual dificultaba en la práctica cualquier emprendimiento turístico”, sostuvo el experto.
El turismo es central en la economía panameña, representa el 15.4% de su PIB y 17% de empleos.
El ingreso por turismo alcanzó los 3,255.6 millones de dólares de enero a julio de 2023, por la entrada de 1.5 millones de visitantes, un aumento del 21.1 % en comparación con el mismo período del año pasado, informó la Autoridad de Turismo.
Aunque China se convirtió en el principal comprador de productos panameños (30.2% en 2021), las exportaciones de este país no están basadas en el comercio externo, sino, en el sector de servicios tanto por el canal como por el sector financiero y el turismo (70%), revelan datos del Ministerio de Comercio e Industrias.
De hecho, el 70% del total de las exportaciones panameñas de 2021 (3,646 millones de dólares) son de un solo producto: el cobre.
A pesar de que la Minera Panamá S.A. está bajo propiedad de la canadiense First Quantum, la producción termina en China, revelan datos oficiales.
El Canal de Panamá
La histórica lucha de los panameños por la soberanía de la zona del canal se ve empañada con la presencia china en una franja que por décadas fue reclamada a los Estados Unidos.
El estudio de Expediente Abierto precisa que ahora irónicamente es donde China ha sentado sus huellas al tomar control de los puertos de salida en el Pacífico y el Atlántico, además, de la concesión para construir el cuarto puente sobre el canal.
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China llegó a planificar construir su embajada en la entrada del canal, algo que hirió los sentimientos nacionales de los panameños, por lo cual, después de protestas tomaron la decisión de cambiar de lugar.
Lo más llamativo es que el gobierno canalero no insistió a su contraparte en firmar el Protocolo del Tratado relativo a la Neutralidad Permanente y al funcionamiento del Canal de Panamá, un convenio multilateral firmado por unos 40 Estados, donde se reconoce el régimen de neutralidad aplicable a la vía interoceánica. La RPC es el único Estado miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que no es parte del mismo.
En el informe, el analista panameño Alonso Illueca sostiene que es de importancia fundamental que China firme el protocolo, no solo porque es un miembro del Consejo de Seguridad, sino, porque es el segundo mayor usuario del Canal, y más aún ante la incipiente competencia estratégica con Estados Unidos.
“El canal de Panamá permanece abierto al tránsito de buque de todas las naciones tanto en tiempos de paz como tiempos de guerra, lo anterior implica la obligación de no discriminar en cuanto a los buques o naves, su carácter militar y métodos de propulsión”, se afirma en el reporte.
Promesas opacas y TLC
China y Panamá firmaron al menos 47 acuerdos en los primeros 18 meses de establecer lazos diplomáticos, tras la ruptura con Taiwán, los cuales no fueron públicos hasta que la sociedad civil reclamó conocerlos. Estas negociaciones sin transparencia y acuerdos secretos se repiten en todas las naciones, particularmente de Honduras y Nicaragua la firma de tratados de libre comercio con el país asiático, pero Panamá, después de más de seis años de establecer relaciones con China aún no lo ha hecho.
Panamá inició conversaciones sobre la factibilidad de un TLC con ese país, pero fueron suspendidas por la administración del presidente Laurentino Cortizo (2019-2024).
“No obstante, es sumamente preocupante la postura asumida fue utilizar la amenaza de un TLC con China como una herramienta para renegociar condiciones favorables del TLC con Estados Unidos”, refiere el informe del centro de pensamiento centroamericano Expediente Abierto.
Por otra parte, Illueca sostiene en el reporte que el TLC con Taiwán que se firmó en 2003 aún sigue vigente. La nación insular es el séptimo inversor en Panamá, con 3.8% del total del stock de IED, a pesar de romper relaciones en 2017.
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Democracia y derechos humanos
El documento de Expediente Abierto valora la relación China-Panamá como desbalanceada, con notables deficiencias en lo que a valores como democracia, derechos humanos y transparencia se refiere. Para Illueca, ahora que Honduras y Nicaragua están negociando con China, deberían aplicar las lecciones aprendidas por Panamá y “evitar los errores que ha cometido”, para esto deberían “focalizar sus relaciones con China en valores interamericanos como la democracia, los derechos humanos y la transparencia”.
En el estudio, se considera que un punto de partida para mejorar la posición de Panamá es llevar su relación con China no solo en base a intereses económicos, sino, en valores como la democracia, la libertad, los derechos humanos y la transparencia, a pesar de que los mismos constituyen, a su vez, debilidades estratégicas propias de ese país.
Un ejemplo del posicionamiento transversal erróneo que se ha comedido es la posición que tuvo la excanciller Erika Mouynes, quien incorporó un lenguaje afín al gobierno chino previo y posterior a su visita a Pekín en abril de 2022. “Eso nos ofrece luces de cómo puede incidir la diplomacia en la estructuración de discursos contrarios al orden liberal internacional”, sostuvo Illueca.
Otro buen ejemplo sobre lo anterior es la postura de Panamá respecto a la negativa China en adherirse al protocolo de neutralidad del Canal.
También lo son las posiciones del país con relación a la libertad de navegación a nivel mundial y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, en donde China se encuentra, naturalmente, en el lado opuesto a Panamá.
reconocer cuáles son los intereses estratégicos de la parte panameña es esencial en la preservación de las instituciones del orden internacional basado en reglas, concluye el reporte.