*Policía del régimen amenaza a sacerdotes con cárcel si la celebración católica de “La Gritería” se realiza fuera de los templos.
** Brutal persecución a la Iglesia católica causa que 227 líderes religiosos estén fuera de Nicaragua, según el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
Expediente Público
En medio de un clima hostil, que a la fecha dejó a unos 227 líderes religiosos —151 sacerdotes y 76 monjas— y al obispo Rolando Álvarez preso y en aislamiento, los católicos celebran este 7 de diciembre la Purísima, la celebración católica en honor a la Virgen María, la tradición más popular en Nicaragua.
Por segundo año consecutivo, la fiesta en el que se lanza el popular grito de “¿Quién causa tanta alegría?”, y los católicos responden “¡La Concepción de María!”, se ve opacado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo al prohibir a las parroquias realizar las celebraciones de la forma tradicional como se ha hecho anteriormente.
“Le han orientado a los curas que los altares los hagan adentro de sus parroquias, pero no hay una prohibición que digan no se va a celebrar el 7 de diciembre (…) eso sería un golpe duro a las personas que venden los artículos propios que se dan en la Purísima”, dijo a Expediente Público la abogada Martha Patricia Molina, autora de la investigación “Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?.
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Asedio a la novena de “La Purísima”
La Purísima es una fiesta en honor a la Virgen María de gran algarabía que se celebra el 7 de diciembre.
Es una celebración en la que los católicos recorren las calles y visitan diferentes altares erigidos en los templos y casas particulares, en busca de la tradicional “gorra”, un término acuñado a los obsequios que reciben por rezar y cantar a la Virgen.
Las actividades comienzan el 28 de noviembre con el tradicional novenario a la Virgen María, actividades que fueron restringidas en varias localidades en Nicaragua.
“Este año nuestra madre no recorrerá nuestros distintos sectores, pero con amor la celebraremos dentro de nuestra parroquia”, informó el 22 de noviembre a través de redes sociales la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Monseñor Lezcano, en Managua, que este año celebra 50 años de cantar a la imagen de la Virgen.
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Policía amenaza
Aunque los encargados de la parroquia ubicada en Monseñor Lezcano no brindaron mayores detalles sobre el por qué no saldría la procesión, la misma feligresía confirmó que la Policía sandinista no dio el permiso.
“El asedio es permanente y más ahora en donde en todas las parroquias celebran la novena y rezan, se reúnen y rezan el Rosario junto a la novena de la Virgen, ahí hay presencia tanto de policías como de paramilitares con el fin de intimidar”, denunció Molina.
Persecución en Nicaragua
La medida del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo para impedir las procesiones que la Iglesia católica “es algo que se mantiene de manera permanente”, insiste Molina.
En 2022, la Parroquia San José, del municipio de Tipitapa, en Managua, denunció la restricción por parte de la policía para realizar las procesiones programadas previo a “La Gritería”.
Para el abogado Juan Carlos Arce, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, los nicaragüenses celebran a la Inmaculada Concepción de María inmersos en un clima de persecución, exilio, despojo de la nacionalidad, destierro, expulsiones, desnacionalizaciones y prohibiciones de retorno al país de líderes religiosos.
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Según Arce, el régimen mantiene a la Iglesia católica como “principal blanco” de su represión en Nicaragua.
“La población tiene derecho de ir a sus misas y no sufrir ningún tipo de represalia por eso, pero lo que sabemos es que en las iglesias hay ‘sapos’ (espías políticos), hay ‘orejas’ que están haciendo labor de inteligencia y son esas personas las que informan y luego vienen represalias contra sacerdotes y la feligresía”, señala Arce a Expediente Público.
La cuarta etapa de la represión
El informe “Ataques a la libertad religiosa con énfasis en las agresiones a la Comunidad Católica de Nicaragua” evidencia cuatro etapas de la represión contra la Iglesia en el país centroamericano ocurridas entre 2018 y 2023.
Se documenta que la cuarta etapa inició en 2023 con el despojo arbitrario de la nacionalidad de sacerdotes y miembros de la Iglesia, acusación de lavado de dinero, congelamiento de cuentas, confiscación de bienes y activos y la prohibición absoluta de realizar actividades religiosas públicas.
“La estrategia represiva está dirigida exclusivamente a controlar todos los espacios y espacio que no pueda controlar lo que va a hacer es destruirlo”, dijo Arce.
El inicio de esta etapa tiene como finalidad lograr el “ahogamiento financiero” de la Iglesia, señala el informe.
Policía y Ejército entre represores de la Iglesia
La Policía, el Ejército, el Ministerio Público y la Alcaldía de Matagalpa están entre los principales perpetradores del asedio, hostigamiento y actos de represión en contra de líderes de la Iglesia católica y los fieles.
“Las procesiones religiosas están suspendidas desde agosto de 2022. Como párroco no he podido realizar la procesión de San Dionisio, la Purísima no fue celebrada y el novenario fue a lo interno”, confirmó al Colectivo un sacerdote que colaboró de forma anónima en el informe y que el año pasado experimentó la represión del régimen.
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Los comisionados de la Policía Fidel Domínguez, del departamento de Léon (occidente), y Sergio Gutiérrez, otrora jefe policial de Matagalpa (norte); el alcalde Sadrach Zeledón ejecutan las órdenes del régimen y son enlistados por los denunciantes como los perpetradores.
En el último año el régimen agravó la persecución contra la Iglesia católica y prohibió las procesiones de Semana Santa.
“El ejercicio de la fe y el ser sacerdote se convierte en Nicaragua en una labor de alto riesgo (…) Cuando prohibís que la gente salga a la calle y participe de una procesión y que si lo hacen surgen represalias mandas un mensaje generalizado”, advierte Arce.
La manipulación de Ortega y Murillo
A pesar de las prohibiciones, con el ánimo de aparentar normalidad Ortega y Murillo ordenaron algunas actividades.
Este año, Camila Ortega Murillo, hija de la pareja en el poder, inauguró los altares en honor a la Virgen María instalados a lo largo de la avenida de Bolívar a Chávez.
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El 6 de diciembre, monseñor Sócrates René Sándigo Jirón, el único obispo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) que se conoce como aliado al FSLN, participó en la tradicional “lavada de la plata”, un evento en el municipio de El Viejo, Chinandega, al occidente del país centroamericano.
La Alcaldía de Managua y el Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) también convocaron a actividades relacionadas a la celebración católica.
“Las celebraciones que son ritos que tienen que ver con la fe los convierte en propaganda y para traer turismo, lo desnaturaliza. Aquí hay una intención de atacar y golpear la estructura, la jerarquía y los símbolos y establecer el miedo en la población”, puntualiza Arce.
Católicos no se detienen
“La Gritería” es una festividad nicaragüense en honor a la Inmaculada Concepción de María surgida a fines del siglo XVIII. En países como Estados Unidos o Costa Rica, donde existe una comunidad de nicaragüenses también se celebra.
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Manuel Obando Cortedano, exdirector de comunicaciones de la Diócesis de Matagalpa y cercano al obispo Rolando Álvarez, preso por el régimen, considera que, pese a las restricciones impuestas por el régimen, la población “le canta” y celebra a la Purísima.
“La (imagen de la) Virgen todos los años visita los barrios, y en cada barrio se hacen actividades desde el 22 de noviembre, y este año no salió la imagen y se quedó dentro de los templos, eso te da indicios que hay prohibiciones”, dijo Obando Cortedano a Expediente Público.