*Durante dos semanas Honduras fue escenario de constantes masacres perpetradas por el crimen organizado a pesar de un Estado de Excepción que se ha extendido seis veces desde el 6 de diciembre del 2023.
*El Gobierno de Xiomara Castro se ha centrado en mayor medida a combatir las maras y pandillas sin embargo en Honduras también opera el narcotráfico y la delincuencia común.
Expediente Público
A través de un Estado de Excepción y con el apoyo de las Fuerzas Armadas, el Gobierno de Xiomara Castro comenzó desde su primer año en la Presidencia de Honduras a combatir las maras y pandillas.
Varios hechos ocurridos en el interior de las cárceles han llevado a la mandataria a tomar decisiones más drásticas, pero la respuesta de las pandillas podría ser una ola de violencia ocurrida en ese país centroamericano del 22 de junio al 2 de julio que dejó 30 personas muertas en al menos cinco masacres.
El 22 de junio, dos días después de la tragedia en Penitenciaria Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) que dejó 46 mujeres fallecidas, inició una ola de violencia.
La esposa del difunto narcotraficante Magdaleno Meza, Ericka Julissa Bandy García fue asesinada en un centro comercial de San Pedro Sula, zona norte de Honduras. También se le arrebató la vida de sus dos guardias de seguridad.
En un video grabado por las cámaras de vigilancia del lugar se observa cómo la fémina estaba comprando cuando en escena aparece un hombre con el rostro tapado, portando un chaleco aparentemente de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) y con un fusil. Rápidamente se acerca a ella mientras la mujer se esconde detrás de otra persona, y en menos de dos segundos le dispara justo en la cabeza.
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Crímenes horribles y sin resolver
La víctima cae al suelo y luego su asesino le dispara dos veces más, mientras que otro sicario vestido exactamente igual se acerca al cuerpo y se lleva un objeto desconocido.
Magdaleno Meza era un potente criminal asesinado en la cárcel de máxima seguridad “El Pozo I”. En ese momento se decía que Meza tenía pruebas de los vínculos del expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022) y el narcotráfico.
El 24 de junio ocurrió otra matanza en la zona norte, pero esta vez en el barrio Victoria, en el municipio de Choloma, en Cortés.
Mientras se celebraba un cumpleaños en un billar varios hombres entraron al lugar y sin mediar palabras dispararon contra las personas. El resultado fue 12 hombres y una mujer asesinada, Xiomara Cocas, presidenta del sindicado de la maquila Gildan, que supuestamente había cerrado sus operaciones.
En menos de 24 horas, otros asesinatos múltiples fueron perpetrados en la capital hondureña, Tegucigalpa, precisamente en la colonia Villa Nueva. Dos hombres y un niño de apenas cinco fueron asesinados a disparos. En total murieron 21 personas.
¿Qué provoca tantas muertes?
Para el periodista salvadoreño Roberto Valencia, autor de los libros “Carta desde Zacatraz” y “Made in El Salvador”, la inseguridad en Honduras no puede ser atribuida a un solo grupo criminal.
“En Honduras hasta donde entiendo, las pandillas son un pez muy temible pero no son el tiburón porque ahí hay otros grupos criminales que están en la pirámide de esa cadena alimenticia que serían más figuras ligadas al narcotráfico», refiere Valencia.
Por otra parte, las pandillas han sido golpeadas por las medidas del Gobierno de Castro. “Me atrevo a interpretar que las masacres y lo que está ocurriendo, es las estructuras criminales respondiendo al pulso que le ha querido jugar el Estado”, explicó Valencia.
El país más violento
Honduras sigue siendo el segundo país más violento de América Latina después de Guatemala, de acuerdo a Insight Crime, una fundación creada para el estudio y la investigación de amenazas para la seguridad nacional y la ciudadanía en América Latina.
Esos datos revelan que en 2022 Honduras tuvo una tasa de homicidios dos veces más alta que Guatemala y más de cuatro veces más alta que El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele ha implementado un sistema de mano dura.
La Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) también revela en un informe que Honduras continúa siendo un lugar inseguro para las mujeres, pues en 2022, una fémina murió de forma violenta cada 27 horas. Aunque también hubo una disminución leve de 12 feminicidios menos que el 2021.
Militarización y Estado de excepción
El 6 de diciembre del 2022, en un combate a la extorsión, el Gobierno de Xiamara Castro impuso un Estado de excepción en las dos ciudades principales de Honduras, Tegucigalpa y San Pedro Sula.
En febrero del 2023, el Congreso Nacional de Honduras lo amplió a 123 de los 298 municipios. En marzo en el marco del Plan Solución Contra el Crimen se movilizaron a 3,000 oficiales militares en siete departamentos donde existe más operaciones de narcotráfico.
Aunque las autoridades policiales han dicho que la excepción no restringe la libertad de circulación y reunión, sí faculta a los agentes para registrar domicilios y efectuar detenciones sin orden judicial. El horario de la determinación se ha mantenido de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde.
En San Pedro Sula y Choloma en cambio la normativa es diferente, debido a que en esas dos ciudades se disparó la criminalidad y a partir del 25 de junio de 2023 la presidenta Castro declaró toque de queda de 9:00 de la tarde a 4:00 de la madrugada.
Cifras de detenciones
Aunque el estado de excepción se asemeja al dictado en El Salvador hace 14 meses, los resultados han sido distintos. Bajo la presidencia de Nayib Bukele se han detenido 69,000 presuntos pandilleros.
Durante este régimen de excepción en Honduras el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) reportó hasta junio del 2023 alrededor de 193 denuncias de abusos. De ellas 131 fueron interpuestas contra miembros de la Policía Militar del Orden Público, PMOP. También se registraron 60 denuncias contra la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas contra el Crimen Organizado (Dipampco).
La mayoría de estas quejas son en contra de la PMOP por hacer un uso desproporcionado de la fuerza al momento de realizar detenciones a personas.
El CONADEH reporta además que los agentes militares realizan acciones de intimidación y amenazas que van desde vigilar una vivienda hasta realizar disparos dentro o fuera de las casas.
Militares y la presidenta Xiomara Castro
Los militares y Honduras tienen siglo de historia pues las Fuerzas Armadas (FFAA) siempre han sido protagonistas directos o indirectos. Altos mandos fueron presidentes, como Tiburcio Carias Andino (1933–1949) y Policarpo Paz García (1980–1982) o dieron golpes de Estado, supuestamente protegiendo la soberanía del país.
El último fue perpetrado a Manuel “Mel” Zelaya en el 2009. Bajo la narrativa de que lo ocurrido fue injusto e inconstitucional nació el partido del cual ahora es coordinador el exmandatario, Libertad y Refundación (Libre), con el que llegó al poder su esposa Xiomara Castro en el 2022.
Junto con Libre se formó el Frente Nacional de Resistencia conocido como “resistencia”, quienes son seguidores de esa fuerza política que a través de manifestaciones pedían justicia, fin a la corrupción y cualquier petición que fuera en contra de los derechos de los ciudadanos hondureños.
¿La solución para frenar violencia?
Es necesario mencionar este hecho porque era la PMOP, bajo mandato del expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022), que los reprimía dándoles golpizas con toletes o lanzándoles gas lacrimógeno.
Castro durante sus campañas políticas prometió desmilitarizar a Honduras, haciendo famosa la frase “los militares a sus cuarteles”, sin embargo, ahora envió 600 miembros de la FFAA a las fronteras de Honduras, una medida contenida en el Plan Contra la Extorsión.
En abril del 2023, bajo el Plan Nacional de Solución Contra el Crimen, ordenó el despliegue de al menos 2,000 agentes de la PMOP hacia los departamentos de Olancho, Gracias a Dios, Colón, Atlántida, Copán, Yoro y El Paraíso.
Por último y debido a la presión social por la muerte de 46 presas del PNFAS, volvió a darles el mando de las cárceles a las PMOP.