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Nicolás Maduro pretende aval internacional sin una elección transparente

* El desconocimiento del Acuerdo de Barbados y el conflicto por el Esequibo han llevado al gobernante venezolano Nicolás Maduro a una situación de aislamiento, coinciden expertos. 


Expediente Público / Caracas

En la 54a Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada en Asunción (Paraguay), la grave situación política venezolana no figuró en la agenda formal de los temas a debatir.  

La prolongada crisis en Haití y Nicaragua, así como el alzamiento militar en Bolivia, fueron el foco de las deliberaciones. 

Los cancilleres de Uruguay y Argentina manifestaron espontáneamente la preocupación por un proceso electoral sin transparencia y competitividad. 

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El primero de ellos, Omar Paganini, incluso indicó que Nicolás Maduro pretende reelegirse en un proceso caracterizado por “la restricción de los candidatos a presentarse”, así como “el amedrentamiento y la persecución política de personas”.

Argentina y Guyana versus Venezuela 

Esa persecución ha enturbiado las relaciones entre Caracas y el nuevo gobierno argentino de Javier Milei.  

Precisamente, en este mismo foro, la canciller argentina Diana Mondino, denunció que el régimen de Miraflores no entrega los salvoconductos para que seis dirigentes de Vente Venezuela -la agrupación liderada por María Corina Machado- puedan dejar la residencia oficial del embajador, donde se encuentran refugiados, y salgan de la capital venezolana. 

Venezuela no tuvo representación en esta cumbre de la OEA, pero Guyana a través de su canciller Hugh Todd, acusó a Caracas de ser “una amenaza importante para la soberanía e integridad territorial” de su país, así como para “su independencia y la seguridad del hemisferio”. 

Previo a esta Asamblea, el titular de Relaciones Exteriores de Brasil Mauro Vieira había reiterado la posición de su país en torno a la necesidad de que los comicios presidenciales venezolanos cuenten con “amplia” presencia de observadores internacionales.  

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Un requisito que, hasta ahora, no se considera cumplido, ni siquiera a los ojos de un gobierno afín a Maduro, como el de Lula da Silva.

¿Quiénes reconocerían reelección de Nicolás Maduro? 

De acuerdo con el exrepresentante del interinato de Juan Guaidó ante la OEA, Gustavo Tarre Briceño, en estas circunstancias los únicos países de ese cuerpo multinacional que reconocerían de inmediato la reelección de Maduro serían México y algunos archipiélagos del Caribe. 

En entrevista con Expediente Público, Tarre indicó que Maduro avanza en un progresivo aislamiento, que dista mucho del “control” que anteriormente ejercía sobre las posiciones de numerosos aliados en la cuenca caribeña. 

“En este momento, Nicaragua, Haití y Venezuela son los tres países que más preocupación suscitan en la organización”, afirmó. 

De Barbados al abismo 

Luego de la firma del Acuerdo de Barbados, en octubre de 2023, la comunidad internacional emitió numerosas señales de salutación, ante lo que se percibía como el inicio de una salida pacífica a la prolongada crisis política en Venezuela. 

Una de las primeras reacciones fue el levantamiento de una sanción del Departamento del Tesoro estadounidense que pesaba contra la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), y que le impedía comerciar crudo en el exterior. También dieron luz verde a las transacciones de la estatal minera (Minerven) y a la línea oficial Conviasa. 

Poco después, Maduro dio marcha atrás. Se inició una persecución penal contra los organizadores de la primaria opositora. Se mantuvo la inhabilitación en contra de la ganadora de este proceso, María Corina Machado, y se aplicó una medida similar a la persona que ella designó para sustituirla (Corina Yoris). 

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Además, la policía política arreció la persecución contra asistentes directos de Machado, y líderes locales de su organización, Vente Venezuela, así como a periodistas y críticos del régimen. Para el 24 de junio, el Foro Penal daba cuenta de que la cifra de presos políticos en el país asciende a 288.

En paralelo, el Poder Electoral dominado por el oficialismo retiró la invitación para que la Unión Europea enviara al país una misión de observación electoral.  

En procesos previos, este había sido el grupo de veeduría más extenso. Hasta ahora, sólo el Centro Carter enviará una misión de este tipo, aunque con menos recursos.  

Poca o nula observación electoral 

Los otros invitados harán lo que el exembajador Mylos Alcalay describió como “turismo electoral”. 

Al ser consultado por Expediente Público, Alcalay indicó que este factor arrojaría serias dudas en torno a una posible reelección del actual mandatario. 

“Si el Gobierno es consecuente con lo que ha venido declarando, en cuanto a que no entregarán el poder ni por las buenas ni por las malas, necesitan impedir una observación internacional calificada, como la Unión Europea. Hasta los aliados (de Maduro) desde el punto de vista ideológico han insistido en la necesidad de la transparencia”, afirmó. 

El convenio suscrito en Bridgetown señaló expresamente los temas sobre la observación internacional y el respeto a las candidaturas de las demás fuerzas políticas.  

Ante los constantes señalamientos sobre su incumplimiento, Maduro propició la firma de un texto sustituto con candidatos promovidos por el propio régimen. 

“Ahora nos guiamos por el acuerdo de Caracas”, sentenció Maduro el 29 de febrero en un acto público.

Alcalay recordó que, a pesar de todas estas maniobras, las encuestas de credibilidad dan holgada ventaja al candidato de la Mesa por la Unidad Democrática, Edmundo González Urrutia.  

Candidato opositor con gran ventaja 

El 24 de junio, por ejemplo, se conoció el resultado del sondeo de ClearPath Strategies, según el cual González aventaja a Maduro por 19 puntos.  

Si el número real de votantes se ubica en 14.5 millones, la diferencia entre uno y otro sería cercana a tres millones de sufragios. 

“La gran interrogante si un régimen con una tentación totalitaria va a aceptar el resultado de la votación popular”, advirtió Alcalay. 

El ruido guyanés 

La percepción de una elección fraudulenta acrecentaría el aislamiento de Maduro, e impediría su inmediata legitimación internacional. 

Según el presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela, Juan Francisco Contreras, en el ámbito latinoamericano Maduro solo cuenta con dos aliados incondicionales, como son Nicaragua y Cuba.  

Otro grupo de países, donde se encuentran México y Honduras, así como Colombia y Brasil, estarían eventualmente dispuestos a admitir la victoria del autócrata venezolano, aunque a regañadientes.

Contreras indicó a Expediente Público que Colombia ha sido el gran receptor de las oleadas de refugiados venezolanos. Sostuvo que, si la elección de julio no tiene un resultado convincente, la diáspora podría agudizarse.  

Del otro lado, reconoció que es necesario manejar con prudencia lo relacionado con las conversaciones de paz entre una facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-Nueva Marquetalia) y el gobierno de Gustavo Petro. Estas negociaciones fueron reanudadas en Caracas, donde permanece el máximo líder de la organización guerrillera, Iván Márquez.  

Pero uno de los factores que más ha perturbado las relaciones internacionales del gobierno madurista tiene que ver con la agudización del conflicto por el territorio Esequibo.

En noviembre de 2023, el oficialismo venezolano promovió la realización de una “consulta electoral” sobre el tema. Luego de llevarla a cabo, Maduro indicó que esta votación tendría carácter vinculante.  

A partir de allí, impulsó la aprobación en el Parlamento oficialista de una ley que anexa a Venezuela 140 mil kilómetros cuadrados de espacio guyanés. Simultáneamente, desconoció la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia para dirimir esta disputa, y designó a una autoridad militar para todo ese territorio. 

¿Cuba le da la espalda? 

En diciembre, los Estados de la Comunidad del Caribe (Caricom), donde participaban antiguos aliados de Caracas, emitió una declaración unánime de respaldo a la posición guyanesa.  

Lo más sorpresivo es la posición cubana, que ha mostrado por primera vez en mucho tiempo una fisura con respecto al régimen de Caracas. 

“El tema de la solidaridad ideológica pareciera que no pesa en algunos países más que el tema de los intereses nacionales. Y ese es el caso paradójico de Cuba, que siempre ha estado apoyando la posición de Guyana a pesar de todo lo que el gobierno venezolano le ha aportado y lo ha ayudado”, explicó Contreras.  

“No hay una contraprestación o una reciprocidad por parte del gobierno cubano, que continúa intentando buscar beneficios que pudiera obtener a través de ese boom petrolero en Guyana”, agregó. 

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China no suelta dinero a Venezuela 

Esta disputa también obligó al gobierno de China a mostrar una posición de cautela con respecto a Maduro. En junio, el canciller venezolano Yván Gil viajó a Beijing para la búsqueda de recursos que permitieran avanzar en los planes de cooperación conjuntos. Más allá de las fotos de rigor, regresó a Caracas con las manos vacías. 

¿Y si la oposición ganase esta elección, cuáles deberían ser sus primeras decisiones en el plano de las relaciones internacionales?  

Según el exembajador Alcalay, Venezuela debería retomar su participación en los foros multinacionales, de los cuales se ha separado por voluntad propia: la OEA, la Comunidad Andina e incluso una posición más proactiva en defensa de las democracias a través de la Organización de Naciones Unidas.