combustible, Nicaragua Expediente Público, subsidio combustibles, petróleo, gasolinas

Nicaragua no tiene el segundo precio “más barato del combustible en Centroamérica”

*Tras anunciar un subsidio parcial, voceros del régimen pregonan que “gracias a Daniel Ortega” el país disfruta de los segundos precios del combustible más bajos en el istmo.

**Expediente Público verifica que, por el contrario, Nicaragua sigue entre los países centroamericanos con los costos más altos de derivados del petróleo.

***Opacas reglas sobre el control de los precios del petróleo en Nicaragua garantizan millones de ingresos al Estado en impuestos.


Expediente Público 

El mensaje oficialista de que “Nicaragua es de los países que tiene los precios más bajos de los combustibles en Centroamérica”, es falso. Desde hace varios años el precio de los combustibles se ubica entre los más altos en la región.                              

Así lo determinó un ejercicio de verificación de datos de Expediente Público, aplicado al discurso oficialista del pasado 28 de marzo del vocero del régimen sandinista, William Grigsby Vado.

Ese día, en su programa de propaganda, Grigsby Vado dijo textualmente: “somos el segundo precio más barato en combustible en Centroamérica”.  

El contexto de la falacia 

Lo dijo en el contexto del comunicado del Ministerio de Energías y Minas, el pasado 25 de marzo, en el cual avisó que el Gobierno asumiría temporalmente el 70 por ciento del alza de los precios de los combustibles, elevados a partir de la invasión militar de Rusia a Ucrania, hecho condenado por casi todo el mundo, menos por Nicaragua y otros países aliados de Moscú. 

Según la tabla de precios del Ministerio de Energías y Minas, con esta medida en la semana del 27 de marzo al 2 de abril, los precios del combustible en Managua, capital, quedaron así: el litro de gasolina superior se elevó a 47,64 córdobas (1,33 dólares por litro, 4.921 dólares por galón); el litro de gasolina regular quedó en 46,48 córdobas (1,30 dólares por litro y 4.81 dólares por galón); y el litro de diésel se estableció en 41,37 córdobas por litro (1,15 dólares el litro, 4.255 dólares por galón).  

Estos precios, de acuerdo a la medida estatal, no serán permanentes, ya que las autoridades autorizarán a las empresas petroleras distribuidoras sobre los precios cada semana, según el comportamiento del valor internacional del petróleo. 

Lea más: Régimen de Ortega sostiene narrativa engañosa sobre Covid-19 

Información oficial no cuadra con datos internacionales 

Expediente Público contrastó el anuncio, con los precios de mercado del combustible en Nicaragua y lo comparó con la información formal de tres fuentes: el Sistema de Integración Centroamericano (SICA), el sitio especializado GlobalPetrolPrice y con los datos actualizados a marzo de la Bolsa Agroindustrial.  

Según la información del SICA, a enero de 2022 Nicaragua ofrecía el precio promedio más alto de la región y República Dominicana. Esta organización dice que en Nicaragua por galón de combustible superior se cobra al consumidor un costo de $4,47 por galón (3.7 litros); República Dominicana lo tiene a $4,90, en tanto Honduras a $4,31, en Costa  Rica cuesta $4,19; en Guatemala vale $4,10; El Salvador lo ofrece a $3,97 y en Panamá está a $3,58.

El citado reporte ubica a Nicaragua como el segundo país con precio más alto, solo superado por República Dominicana, que es una isla en el Caribe de América Latina.  

De acuerdo al Sistema de Integración Económica (SICA) Nicaragua es donde se pagan los segundos precios más caros por los combustibles en Centroamérica   

Nicaragua tiene hasta un dólar más caro sus combustibles 

La posición del país entre los países con precios más altos de los combustibles se mantiene inalterable desde marzo de 2021, según los datos de CentralAméricaData, que desde hace un año mantiene a Nicaragua, junto a Dominicana, Guatemala y Panamá, entre los países de la región que más caro vende los derivados del petróleo. 

De igual forma la revista especializada Gasolineros, con datos actualizados a febrero del presente año, ubica a Nicaragua como el país con precios promedios más altos, junto a República Dominicana. 

De acuerdo a esa información especializada, el precio de la gasolina súper en Nicaragua cuesta 0.99 centavos dólares más caro que el precio más bajo del producto en Centroamérica.  

Mientras tanto, la Bolsa Agroindustrial refiere que del 20 al 26 de marzo, Nicaragua es el segundo país con precios más caros de combustibles (US$4.86 por galón de combustible superior), solo debajo de Guatemala que lo ofrece a US$4.96, siendo el más caro de la región.

Lea también: Las falsedades demostrables de Ortega sobre Ucrania y lo que practica en Nicaragua 

Los países que sí tienen los precios más bajos 

Al contrario, los países con precios más bajos, según ese sitio, son El Salvador (US$4.32) y Panamá (US$4.41).  

Si bien en Nicaragua los precios de los derivados del petróleo no son regulados por el Estado, sino por las propuestas de las empresas distribuidoras, importadores o procesadoras de crudo, el Gobierno obtiene ingresos por tres impuestos aplicados a los combustibles: el Específico Conglobado a Combustibles (IEC), el Especial para el Financiamiento del Fondo de Mantenimiento Vial y otro para el ente regulador Instituto Nicaragüense de Energía (INE). 

Por cada galón de combustible, el régimen recauda el 24.5% del precio final de la gasolina regular (la de mayor consumo), el 23.5% por galón de gasolina superior y el 20.6 por galón de diésel.

¿Quién fija los precios y qué gana el Estado con los altos precios? 

Según un economista consultado por Expediente Público para esta investigación, el mecanismo o fórmula acordada entre las autoridades y las empresas, para fijar el precio semanal de los combustibles que entre en vigencia cada domingo, tiene como punto de partida el promedio de un precio de referencia internacional entre una semana antes y la semana en curso. 

De acuerdo con este mecanismo, a este precio internacional de referencia se le suman los costos del seguro y flete internacional y el costo del seguro del petróleo embarcado, para arribar al valor CIF.  

También se tienen en cuenta los costos de internación, los gastos bancarios y las pérdidas por evaporación. Otro componente del precio está representado por los impuestos fijos que debe pagar el consumidor. Una vez estimados estos datos, se fijan los precios.  

Lea además: Presidente ejecutivo del BCIE exagera algunos avances de Ortega-Murillo construidos sobre la violación de derechos humanos 

Falta transparencia en la información pública 

Sin embargo, según el economista que pide el anonimato por razones de seguridad, el ente regulador, el Instituto Nicaragüense de Energía debería hacer pública la tabla de costos señaladas por las empresas para que la población comprenda el sistema de fijación de precios.

“Sin embargo el INE no lo hace y eso crea la sospecha de que los precios están basados en datos falsos o no verificables por la ciudadanía”, dijo el economista.

¿Pero realmente mitigan estas medidas estatales el impacto de las alzas de los precios en la economía de las familias y negocios nicaragüenses? A criterio del especialista, el impacto es reducido porque el Estado no tiene control sobre los precios internacionales y porque, además, no modifica las leyes para reducir los impuestos al combustible ni practica la transparencia sobre las tablas de costos de la comercialización. 

Esquema del negocio petrolero fijado para beneficiar a familia Ortega-Murillo 

Hasta diciembre del 2019, las principales empresas del rubro estaban vinculadas a la familia Ortega-Murillo y miembros del partido en el poder Frente Sandinista de Liberación Nacional, a través de la Distribuidora Nicaragüense del Petróleo (DNP-Petronic). 

Más del 65% del producto se comercializaba por medio de la red de empresas distribuidoras de DNP-Petronic, administrada por hijos y parientes de los Ortega-Murillo. 

Sin embargo, a partir de diciembre de 2019, la participación del mercado nacional cambió a partir de las sanciones de Estados Unidos a DNP-Petronic, quedando en la plaza únicamente las petroleras Puma y UNO, de inversión privada.  

Estados Unidos sancionó a DNP-Petronic junto al hijo de la pareja presidencial, Rafael Ortega Murillo, en un combo que incluyó otros negocios familiares como la empresa de seguridad El Goliat e Inversiones Zanzíbar. 

La Casa Blanca acusó a empresas de “lavado de dinero y apoyo a la corrupción” y desde entonces paralizaron sus operaciones en Nicaragua.