Antes del anuncio del primer caso confirmado del virus corona (COVID-19) en Nicaragua, que tiene paralizado a gran parte del planeta, el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua solo había anunciado la llegada de una brigada de médicos cubanos.
El primer afectado es un nicaragüense de 40 años que viajó a Panamá vía aérea por tres días y regresó el domingo 15 de marzo, el 17 del mismo mes se presentó a un centro médico y fue diagnosticado positivo con el COVID-19, informó la segunda del régimen, Rosario Murillo.
Horas antes, los medios oficialistas informaban la llegada de los médicos cubanos, una acción más política que preventiva, sin precedente, pues en julio de 2019, hace menos de un año, este mismo Gobierno decretó alerta epidemiológica por el rápido aumento de casos de dengue, medida que duró hasta el 15 de diciembre de ese mismo año.
En 2019 murieron 22 personas por dengue y 10,230 dieron positivo a este virus transmitido por mosquitos, revela el boletín epidemiológico de la semana 50.del Ministerio de Salud (Minsa), que también aseguraba que se habían atendido 181,292 casos sospechosos de esta enfermedad.
De hecho, en las primeras 10 semanas del año se han detectado 506 casos de dengue y atendido a 15,772 personas por sospecha del virus, pero ha pasado casi desapercibido el incremento de pacientes con malaria que llevan 6,646 atenciones, un incremento de 113%, en comparación con el mismo periodo de 2019, según un reporte epidemiológico del Minsa.
En cuanto al COVID-19, un comunicado de la ministra de Salud, Carolina Dávila, sin fecha de publicación y disponible en portal digital del Minsa, informaba que el Gobierno continuará tomando medidas preventivas, pero no menciona cuáles son estas, supuestamente se está monitoreando y no hay casos reportados en Nicaragua.
El 30 de enero de 2020, la asesora presidencial en temas de salud, Sonia Castro, sancionada por Estados Unidos por cometer violaciones a los derechos humanos, anunció durante una reunión con la representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Ana Solís Ortega: “Cualquier ciudadano que ingrese a nuestro país proveniente de los países que están teniendo casos y que venga con sintomatología respiratoria estamos sujetos nosotros a tomar las medidas de prevención”.
Castro mencionó que ordenaron fortalecer la vigilancia en los puntos de entrada al país, a la vez que enfatizó que la detección temprana, el manejo adecuado y prevención son claves para un correcto abordaje en estos momentos.
Desde entonces el Gobierno no menciona cuantas pruebas ha hecho realizado para el virus corona.
La funcionaria Dávila reafirmó, además, que no habrá cuarentena, tampoco se negará el acceso a ningún ciudadano de países afectados, a la vez, mencionó que las personas con síntomas y las que se confirmen positivo serán ingresadas a su respectiva unidad de salud.
Sin embargo, el primer caso en Nicaragua ingresó por la vía aérea y fue portador del virus durante tres días que se movilizó libremente, hasta su ingreso al centro médico por cuenta propia, según se desprende las declaraciones de Murillo vía telefónica a los medios oficialistas, el 18 de marzo por la noche.
Murillo manifestó que el diagnosticado se encuentra estable y respirando por cuenta propia, “se presentó a un centro hospitalario, uno de los centros centinela, donde tenemos todas las condiciones creadas para recibir a las personas que presenten síntomas sospechosos y luego que el diagnóstico presenta que el caso es positivo, asegurar(on) todos los protocolos, todas las atenciones de manera que esté aislado y seguro”. No reveló cuál es el centro especializado para la atención de otros posibles afectados.
Este mismo día, la organización estadounidense de médicos Corner of Love criticó la negligencia del régimen orteguista frente a la pandemia global: “El gobierno nicaragüense ha ignorado estas recomendaciones y ha convocado marchas y otras reuniones en apoyo a posiciones indebidas del FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) delante la crisis. Esto es peligroso para el pueblo nicaragüense y es contrario a las fuertes recomendaciones de la OMS y los Centros para el Control de Enfermedades para detener la propagación de COVID-19”.
SECRETISMO PELIGROSO
El secretismo como política de Estado se vuelve más complejo si se comprende que casos de COVID-19 pueden resultar falsos positivos de dengue, como lo planteó un equipo de médicos de Singapur, en un artículo publicado el 4 de marzo por la revista médica especializada The Lancet.
“El dengue y la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) son difíciles de distinguir porque han compartido características clínicas y de laboratorio”, manifiestan.
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A continuación, describen el caso de dos pacientes de Singapur que tuvieron resultados de falso positivo por dengue en diferentes pruebas serológicas comerciales rápidas, pero después fue confirmado que tenían síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), infección causada por el COVID-19.
Las medidas más drásticas que afectan a Nicaragua vienen de otros gobiernos, este 17 de marzo, la embajada de Estados Unidos en Managua pidió a sus ciudadanos que están de turismo retornar al país antes que se cancelen los vuelos y el sistema de salud del país se vea abrumado, porque Nicaragua no ha puesto ninguna restricción ni cuarentena como a nivel global se está haciendo.
La vecina Costa Rica solo permite el retorno de sus nacionales quienes serán puestos en cuarentena por 14 días, mientras Honduras cerró desde el 15 de marzo todas sus fronteras por una semana y elevó el nivel de alerta máximo en 18 departamentos. A pesar de eso, este 17 de marzo confirmaron sus dos primeros casos y decretó toque de queda.
Ante el temor por desabastecimiento, los supermercados comenzaron a restringir algunos productos, verificó Expediente Público, también se cancelaron vuelos de dos líneas aéreas, mientras colegios y universidades privadas empiezan a cancelar clases presenciales.
¿HAY DINERO PARA COMBATIR EL COVID-19?
Del Presupuesto General de la República (PGR) de 2020, el sector Salud obtuvo 15,257 millones de córdobas (19.8% del gasto total), equivalentes a 447 millones de dólares.
En 2019, año de la crisis del dengue, el Ministerio de Salud (Minsa) arrancó con 14,051 millones de córdobas en presupuesto, la mayor parte de estos recursos estaban destinados a atención hospitalaria y primaria (85%). Se incrementaron más de 800 millones de córdobas en la última reforma aprobada en noviembre de ese año, que se usarían como inversión en hospitales. Con todo, el virus del dengue cobró oficialmente la vida de 22 personas.
Lo más paradójico es que en el discurso, el gobierno del régimen sandinista, el modelo de salud es de carácter preventivo, sin embargo, el programa “Promoción de la salud y prevención de enfermedades” no supera el 4% del gasto total del Minsa.
El Minsa cuenta para este año 2020 con un fondo de 578.9 millones de córdobas, unos 17 millones de dólares, para el programa de promoción de salud, que es el que se usa sobre todo para las campañas de abatización y vacunación, es decir, apenas se le destina el 3.6% del gasto total del Minsa, equivalentes apenas al 0.7% del del gasto total de ese año.
En Costa Rica, donde se habían confirmado 50 casos de COVID-19 hasta el 17 de marzo de 2020, el Ministerio de Salud recibirá para este año el equivalente a 606 millones de dólares y de estos 41 millones de dólares son para vacunación y epidemiología, indican los datos oficiales del presupuesto.
Además, el estado de emergencia no solo abarcaba la cuarentena y medidas preventivas, el gobierno costarricense mencionaba la aplicación de políticas fiscales, ajustes crediticios y de carga social, así como posibles reformas presupuestarias.
En cuanto a Nicaragua, el reporte “Impacto Económico del COVID-19 en Nicaragua” presentado el 13 de marzo 2020 por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) indica que la contracción de la economía del país llegaría en 2020 a entre -1.4 y -3.9 por ciento, cuando las primeras previsiones eran de -1.1.
Funides señala que los efectos externos de la pandemia a la economía nicaragüense son:
- Menores precios y la caída en la demanda de los principales productos de exportación nacional.
•Menos remesas por parte de los migrantes en Estados Unidos, Costa Rica, España y Panamá, producto de la recesión económica global.
•La afectación económica mundial también afectaría la capacidad de los empresarios extranjeros de invertir en el país.
•Habría una contracción mayor en la cantidad de turistas extranjeros.
Por otra parte, Funides sostiene que a estos efectos globales faltaría el impacto directo del COVID-19, que afectaría inicialmente a 3 sectores económicos: comercio, hoteles y restaurantes y servicios: “Estos son sectores en los que el temor al contagio afectaría la demanda de sus productos y servicios; además, los efectos iniciales se propagarían al resto de sectores de la economía”.
¿PREPARADOS?
Uno de los grandes temores manifestados por los líderes globales ante el Covid-19, es su rápida propagación y el temor al colapso del sistema de salud.
“Con la capacidad de nuestro sistema de salud, la responsabilidad de los sectores productivos y de las fuerzas políticas, y porque los costarricenses sabemos actuar unidos por Costa Rica, sé que trabajando juntos, venceremos al Covid-19”, declaró el presidente costarricense Carlos Alvarado en un video, y recordó que este sistema público tiene 80 años de desarrollo.
Según estadísticas de la OMS, en 2017 Costa Rica usaba en salud de 26.9% de todo su gasto público, mientras Nicaragua daba el 18.6%, además, el gasto per cápita en salud del primero rondaba los 638.9 dólares, mientras que el nuestro estaba en 111.6 dólares.
En Nicaragua, Rosario Murillo, número dos del régimen, manifestó el 16 de marzo a los medios oficialistas, que la brigada cubana Henry Reeves llegaría procedente de Venezuela, y ha aplicado un cóctel de 22 de medicamentos, supuestamente con éxito en China.
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Por el contrario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que “hasta la fecha, no hay ninguna vacuna ni medicamento antiviral específico para prevenir o tratar la COVID-2019. Sin embargo, los afectados deben recibir atención de salud para aliviar los síntomas”.
Mientras tanto, “estamos en oración, pidiéndole a Dios y a la Virgen por el mundo entero y por nuestra Nicaragua”, dijo Murillo el 16 de marzo.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional ofreció aproximadamente 50,000 millones de dólares “a través de servicios financieros de emergencia con rápido desembolso a países de bajo ingreso y de mercados emergentes que podrían solicitar apoyo”, según una nota de prensa del 3 de marzo.
Para los expertos de Funides consideran que es urgente que el Gobierno busque una solución al conflicto político iniciado en 2018 para que sea posible crear espacios de financiamiento a nivel internacional que “permitirían un mejor manejo tanto de la entrada de la enfermedad al país como del impacto económico por la desaceleración o recesión global”