*El presidente salvadoreño Nayib Bukele llega al extremo de acusar a la administración Biden de respaldar a las pandillas luego que el secretario de Estado le pidiera respetar las libertades civiles.
**Académico salvadoreño dice que el mandatario es “un autócrata sin freno” y pronostica que es cuestión de tiempo para que encarcele a periodistas.
Expediente Público
El presidente salvadoreño Nayib Bukele ha arreciado una retórica antiestadounidense al nivel que acusó a la administración Biden de respaldar a las pandillas. Además, ha elevado una narrativa contra los periodistas y medios de comunicación, a quienes señala de aliados de esas organizaciones delictivas.
Aunque su discurso siempre ha sido contundente contra quienes “se atreven” a llevarle la contraria, esta vez su discurso contra periodistas y medios de comunicación llegó al extremo de llamar “basura” al periodista Juan Martínez d’Abuisson, un comunicador especializado en el fenómeno de pandillas.
Bukele publicó un vídeo editado de una entrevista a Martínez en el que este explicaba que las pandillas “cumplen desgraciadamente un rol social en El Salvador, llenan un hueco que no ha podido llenar el Estado u otras instancias y en este momento, si quitás a las pandillas, habría una crisis social porque cumplen una función, una función macabra y terrible”.
Al vídeo, Bukele le agregó el comentario: “Esta basura, sobrino de un genocida, dice que: Las pandillas cumplen un rol social necesario en El Salvador. Y que ‘si quitás a las pandillas, habría una crisis social’, ya que ellos ‘cumplen una función’. Estos son los referentes de la ‘comunidad internacional’. Absurdo”.
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Martínez es sobrino de Roberto d’Abuisson, el fundador del derechista partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y considerado el cabecilla de los escuadrones de la muerte de ultraderecha en los años 80. A d’Abuisson también se le señala de planificar el asesinato de monseñor Romero, pero la madre del periodista estuvo distanciada de su hermano y, por el contrario, fue cercana al obispo mártir.
El discurso medios-pandillas
“Una consecuencia de que toda esa gente, ONGs, medios, partidos políticos y hasta gobiernos ‘amigos’ hayan salido a defender a los pandilleros es que ahora el pueblo salvadoreño estará claro de quiénes han estado detrás del derramamiento de sangre de sus familiares y amigos”, señaló Bukele en otro tuit.
Y aunque su vicepresidente, Félix Ulloa, negó que la reforma legal aprobada la semana pasada signifique una censura para periodistas y medios en El Salvador, lo cierto es que hay amenazas directas a la labor periodística.
El ministro de Seguridad Pública, Gustavo Villatoro advirtió el lunes que “si los periodistas viven de comunicarse y de llevar información de un lado a otro de los pandilleros, algunos pseudoperiodistas o pseudomedios de comunicación, pues entonces sí que se preocupen, porque en este país no lo van a poder seguir haciendo».
Como muestra que es más que amenazas, Kevin Sánchez, abogado y militante del partido Nuevas Ideas, señaló a periodistas del medio digital El Faro, Óscar Martínez y Gabriela Cáceres por, según él, “haber replicado mensajes afines a pandillas”.
Sánchez se refería a una investigación de El Faro que revela que un juez documentó la liberación de Élmer Canales Rivera (alias “Crook”) un cabecilla de la MS-13 que habría salido libre aun cuando es solicitado en extradición por acusaciones de terrorismo en Estados Unidos y fue condenado a 60 años de cárcel por dos casos de homicidio agravado en diciembre de 2019 en el juicio de la Operación Cuscatlán.
Cuestión de tiempo para encarcelar a periodistas
El académico salvadoreño Ricardo Valencia, profesor asistente de la Universidad estatal de California en Fullerton, cree que las declaraciones de Bukele tienen “una relación entre su mayor aislamiento internacional y el usar a los medios como “punching bag” (saco de boxeo)”.
“Bukele no tiene valor de empezar medidas contra Estados Unidos directamente así que se desquita con la prensa”, señala Valencia, quien recordó -en declaraciones a Expediente Público– que esta nueva ola de ataques “fue claramente iniciada por el comunicado de Blinken que le piden la extradición de jefes de pandilla que el fiscal impuesto y la corte impuesta han retrasado”.
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El académico cree que “es cuestión de tiempo (para que Bukele) aprese periodistas o también creo que apuesta a que alguien actuará contra ellos”.
Valencia explica que “la relación bilateral con Estados Unidos está en el nivel más bajo de la historia y creo que Bukele piensa que si gana Trump la cosa podría mejorar”.
Pero Valencia cree que “el tema de la relación de su gabinete con negociaciones con las pandillas ha endurecido el lado republicano”.
“Por lo visto, la relación de su gobierno con las pandillas y la adopción del bitcoin es vista como dos lados de la misma moneda por un amplio número de republicanos. Sin contar sus pleitos por Twitter con ellos”, subrayó Valencia.
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Bukele un autócrata sin frenos
Valencia enfatiza que el objetivo inmediato de Nayib Bukele es acabar con el periódico digital El Faro, que ha denunciado muchos actos de corrupción de su gobierno, así como el pacto de miembros de su gabinete con pandillas. El Faro también hizo denuncias similares en los gobiernos anteriores del izquierdista (Farabundo Martí para la Liberación Nacional) FMLN y la derechista Arena.
“Quiere acabarse a El Faro, pero después irá por más, nunca se acaba, es un autócrata sin frenos”, enfatizó Valencia.
El presidente de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), César Castro Fagoaga, dijo esta semana en conferencia de prensa que “Bukele ha llevado la estrategia de la mano dura a otro nivel, en su escalada autoritaria”.
“Con una Asamblea Legislativa que ha renunciado por voluntad propia a la razón, el gobierno ha reformado leyes, so pretexto de combatir a las pandillas, amordazar lo único que el régimen no controla, nuestra voz. Es la excusa perfecta para sepultar la democracia”, dijo Castro Fagoaga.
Ataques se incrementarán
La periodista y defensora de Derechos Humanos, Celia Medrano, pronostica que “de manera general, los ataques a Estados Unidos y a los periodistas van a ir incrementándose a medida que no van encontrando contrapeso real”.
“Son parte de la agenda permanente de los grupos de poder en Casa Presidencial y elevan tono cuando registran que pierde terreno la narrativa oficial”, subrayó Medrano, en declaraciones a Expediente Público.
“Cuando la narrativa va enfocándose en aspectos sensibles y tangibles como el alto costo de la vida actual y preocupación por las reformas al sistema de pensiones, por ejemplo, resulta urgente volver a controlar la narrativa. La receta es la misma siempre, desde el más alto nivel se lanza un mensaje y se replica en cascada desde funcionarios de diferentes niveles hasta voces de las que puede dudarse incluso su existencia real. Todo ello para reforzar que este tipo de mensajes tiene apoyo masivo”, explica Medrano.
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Según la defensora de Derechos Humanos, “para este tipo de estrategias el periodismo crítico es tratado como un enemigo en esta narrativa, puesto que evidencia incongruencias, falsedades, contradicciones que ganan terreno aún en el campo de dominio mediático controlado por el Estado”.
“Un ejemplo es evidenciar negociaciones entre funcionarios gubernamentales y élites pandilleriles. Otro ejemplo es el incremento de registros de personas desaparecidas en contraste con baja de registro de homicidios. Ambos temas talón de Aquiles en esta gestión”, subraya.
“En la medida de que el periodismo crítico gane terreno en la narrativa, será más atacado. El escenario de periodistas procesados penalmente está ya en la mesa, así como hechos de agresión física contra periodistas”, agregó Medrano.
En guerra contra Estados Unidos
El gobierno estadounidense emitió esta semana un comunicado en que condenaba la ola de homicidios desatada por las pandillas salvadoreñas, pero urgió a Bukele a respetar las libertades civiles, en particular la libertad de prensa, luego que su gobierno impulsara una reforma que criminaliza a los medios de comunicación que emitan noticias relacionadas a pandillas.
“Condenamos el aumento de la violencia de pandillas y homicidios en El Salvador. También instamos al Gobierno de El Salvador a defender el debido proceso y proteger las libertades civiles, incluidas las libertades de prensa, reunión pacífica y expresión”, dijo el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken en una declaración emitida el domingo.
Blinken sostuvo que su gobierno sigue “apoyando a El Salvador en sus esfuerzos por reducir la proliferación de pandillas”.
“Desde 2008, hemos invertido $411 millones para mejorar la seguridad ciudadana y ayudar al gobierno salvadoreño a combatir la violencia de las pandillas. Los ejemplos incluyen la construcción de un laboratorio forense de última generación en Nuevo Cuscatlán y la asistencia para recuperar y renovar espacios públicos como el Parque Cuscatlán”, dijo Blinken.
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En el comunicado, Blinken instó “ahora más que nunca es imprescindible extraditar a los líderes de las pandillas para que enfrenten la justicia en Estados Unidos”. Estados Unidos ha pedido la extradición de 14 cabecillas de pandillas, pero El Salvador se ha negado a entregarlos pese a haber un tratado de extradición vigente entre ambos países.
La reacción de Bukele
El presidente Bukele reaccionó iracundo en redes sociales y acusó a la administración Biden de apoyar a las pandillas.
“El gobierno de Estados Unidos continúa apoyando a El Salvador para reducir la proliferación de pandillas”. ¿En serio? Sí, recibimos apoyo del gobierno de los EE. UU. para combatir el crimen, pero estaba BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE TRUMP. Ahora solo estás apoyando a las pandillas y sus «libertades civiles», escribió Bukele en redes sociales el lunes 11 de abril.
Luego el presidente salvadoreño reclamó la decisión de la administración Biden de reorientar fondos de apoyo al gobierno salvadoreño para organizaciones de la sociedad civil luego de una serie de atentados a la institucionalidad democrática del país, incluyendo la destitución de cinco magistrados de la Corte Suprema de Justicia y el fiscal general de la República en mayo de 2021.
Además de Bukele, la ministra de Relaciones Exteriores, Alexandra Hill Tinoco, respondió a Blinken con la frase “los amigos no actúan de esa manera”.
“Somos socios históricos pero su Gobierno nos condena públicamente antes de acercarse y encontrar soluciones conjuntas. Los amigos no actúan de esa manera”, escribió Hill.
La funcionaria dijo a Blinken que su tuit “es de lo más angustioso” porque parece “ajeno a la sangre derramada y los sueños que estos terroristas han hecho añicos a miles de salvadoreños inocentes”.
Para la defensora de Derechos Humanos, Celia Medrano, la narrativa contra Estados Unidos mantiene un delicado equilibrio. “Es agresiva hacia el gobierno de Biden, pero no lo fue durante el gobierno de Trump. En este terreno también el periodismo crítico ha ganado terreno, al punto de obligar a que se evidencie que el gobierno salvadoreño mantiene alianza con lo que se conoce como Trumpismo y lo que este representa”, dice Medrano. “Hasta hace poco, el gobierno salvadoreño era cuidadoso de no evidenciarlo, pero el último tuit de la cuenta presidencial lo ha dejado en evidencia al afirmar que han contado con apoyo de Trump pero no de Biden”, enfatiza.