*Antimotines de la Policía impidieron a Monseñor Rolando Álvarez salir de la Curia Arzobispal sin ninguna explicación. De quedar encerrado sería el segundo sacerdote católico con casa por cárcel de facto ordenado por el régimen de Daniel Ortega.
**El Obispo de Matagalpa, Nicaragua, demandó a la Policía el cese del hostigamiento y el asedio que sufren desde hace semanas los sacerdotes de la Iglesia católica de parte del régimen.
Expediente Público
El obispo de la Diócesis de Matagalpa (norte), monseñor Rolando Álvarez fue impedido la tarde de este 4 de agosto de salir de la Curia Arzobispal hacia la Catedral de San Pedro, donde oficiaría una misa. Un grupo de las tropas antimotines de la Policía Nacional se apostaron en la entrada para evitar la salida del religioso que ha permanecido bajo asedio a lo largo de esta semana, después que el régimen a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) ordenó el cierre de siete radioemisoras de la Iglesia católica.
«He querido salir a la catedral a hacer la hora santa, la santa misa, pero obviamente las autoridades superiores (Daniel Ortega y Rosario Murillo) no han dado permiso. Nos encontramos aquí seis sacerdotes, seis laicos que los tienen encerrados en la Curia Arzobispal», denunció monseñor Álvarez.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo impuso al religioso un nuevo cerco policial. Monseñor Álvarez, goza de gran simpatía entre los fieles católicos en el norte del país centroamericano.
«Aquí vamos a permanecer sin irrespetar a la Policía, nunca los hemos irrespetado; sin irrespetar a los hermanos que tienen sus familias y que son nuestros amigos. Voy a esperar que me permitan salir», dijo monseñor Álvarez en una breve transmisión a través del canal oficial en Facebook de la Diócesis de Matagalpa.
Encaró a la Policía a dejarlos «en paz»
En horas tempranas de este jueves, Álvarez salió a la calle este jueves 4 de agosto con el Santísimo en sus manos para demandar a la Policía Nacional poner fin al hostigamiento y asedio policial que sufre desde inicios de esta semana, después que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó el cierre de siete radioemisoras propiedad de la Iglesia Católica en un intento por silenciarla.
Tras el cierre de las radioemisoras, los agentes policiales cerraron el acceso de las vías que llevan a la Curia Arzobispal de Matagalpa y la mañana de este jueves no les permitieron el ingreso a dos sacerdotes, dos seminaristas y dos personas del equipo del medio de comunicación de la Diócesis de Matagalpa, por lo que el obispo salió a pedir por la paz y el cese del hostigamiento.
“La policía en la calle bloqueando la calle completa de la Curia y frente a mi casa, como si nosotros fuéramos delincuentes, si no les hacemos ningún daño y bloqueando la puerta de mi casa igual que ayer (miércoles)», mencionó Álvarez.
El obispo salió y dobló rodillas en la acera, pidiendo a la Policía Nacional que no siga causando “zozobra” entre la población, en una transmisión que realizó la Diócesis de Matagalpa, misma que alcanzó rápidamente una gran audiencia.
“Que la Policía haga su trabajo, pero no cree esta zozobra, que nos permitan profesar nuestra fe en libertad. Nosotros hablamos de la batalla entre el bien y el mal, hablamos de justicia, de santidad, de paz, de amor, eso es lo que hablamos. El pueblo fiel envía sus oraciones todos los jueves”, señaló Álvarez.
Monseñor denuncia a jefe policial
Durante la transmisión, el obispo Álvarez denunció que el comisionado de Matagalpa, Sergio Gutiérrez, le dijo al oído: “Monseñor colabore con la paz”. A lo que él respondió: “Pero si nosotros no estamos haciendo la guerra, si nosotros no somos los que estamos rodeando la Policía, si nosotros no somos los que estamos cerrando las vías de circulación, si nosotros no somos los que estamos cerrando las puertas para que no entre la gente a las oficinas, a la Curia, si nosotros no somos los que estamos desplegando fuerzas policiales, no cerramos las calles”.
Y volvió a acusar a la Policía de crear “zozobra, el caos, el desorden, los que alborotan y quitan la paz interior de los nicaragüenses”.
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El religioso es uno de los más perseguidos por su voz crítica contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. En cuestión de minutos, decenas de ciudadanos de la ciudad se concentraron en las cercanías de la Curia donde Álvarez predicaba la palabra y se arrodillaron para seguir en oración.
“Queremos celebrar las eucaristías sin fuerzas policiales (…) Que nos dejen en paz, queremos que nos dejen profesar nuestra fe con serenidad, con tranquilidad, pero por qué tienen que llegar a estos extremos”, criticó Álvarez, quien en un momento dado intentó abrazar a varios agentes policiales que rechazaron su acción de paz.
Invitó a misa por la tarde
Antes de regresar al interior de la Curia, el representante de la Iglesia católica invitó a la feligresía a la celebración de una misa que se realizará la tarde de este jueves. “Espero que la policía no impida a la gente asistir a la catedral de Matagalpa a la misa del Santísimo (…) Esperamos que las fuerzas policiales dejen al pueblo fiel normal”, insistió.
Monseñor Álvarez, quien en mayo pasado sufrió asedio mientras permaneció en la parroquia Santo Cristo de Las Colinas en Managua, llamó a los agentes policiales a respetar su integridad física.
“Espero que respeten mi integridad, el pueblo fiel de Dios sabe que en la noche me quedo solo con el vicario general, tranquilo, platicando, rezando con Jesús sacramentado”, dijo.
En las últimas semanas, el régimen de Ortega y Murillo emprendió una persecución contra la Iglesia Católica y sus principales líderes, además de acusar en reiteradas intervenciones a los miembros de la Conferencia Episcopal de conspirar en su contra para ejecutar lo que llaman “un golpe de Estado”.
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«A la Iglesia nunca la han podido aniquilar»
“A la Iglesia nunca la han podido aniquilar”, dijo Álvarez. “La Iglesia tiene procedencia divina, la Iglesia nace de Dios”, concluyó el prelado.
En Sébaco, un municipio de Matagalpa, el padre Uriel Vallejos cumplirá 72 horas de encierro en la parroquia capilla Niño Jesús de Praga, donde permanece apostado en las afueras un contingente policial desde la tarde del pasado 1 de agosto cuando llegaron con la intención de apoderarse de los equipos del medio de comunicación que fue cerrado por Telcor en esa ciudad.
Al conocer las intenciones de la Policía de irrumpir en la capilla para confiscar los equipos de transmisión de la Radio Católica de Sébaco, el padre Vallejos llamó a su feligresía a apoyarle, los que acudieron, pero fueron dispersados por los disparos que detonó la Policía al aire y las bombas lacrimógenas que lanzaron contra la población.
“No tienen luz eléctrica, ya casi no tienen comida y están rodeados por policías armados. ¿Qué pretende el régimen Ortega-Murillo? ¿Dejar que mueran de hambre? Hoy más que nunca debemos responder al llamado del padre Uriel: ‘no me dejen solo’”, denunció el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Ortega desata niveles de violencia sin precedentes
La Unión Europea denunció que el presidente Daniel Ortega «ha desatado niveles de violencia sin precedentes contra su propio pueblo, recurriendo a asesinatos, desapariciones forzadas, encarcelamientos, acoso e intimidación contra opositores políticos, periodistas, defensores de derechos humanos, religiosos y otros líderes».
Nicaragua cuenta con más de 180 presos políticos, encarcelados sin respeto a la Constitución nicaragüense, el derecho penal y el debido proceso, de acuerdo a organismos de derechos humanos y la comunidad internacional.
Los ataques a los medios de comunicación a tocado a los canales y radios religiosas, el régimen cerró esta semana siete emisoras de la Iglesia católicas y dos emisoras de radio y televisión comunitarias.
«Se utilizó una fuerza policial excesiva para ocupar las instalaciones y para intimidar y dispersar a los manifestantes desarmados con gases lacrimógenos y disparos. Esto constituye otra violación de la libertad de expresión y de la libertad de religión o de creencias», reclamó la Unión Europea en un comunicado.
«La Unión Europea continuará siguiendo de cerca la situación y apoyando al pueblo de Nicaragua en su legítima aspiración a la democracia, al respeto de los derechos humanos y al Estado de Derecho», afirmaron.