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Médicos independientes: régimen Ortega-Murillo oculta transmisión comunitaria del COVID-19

24 de abril 2020

*Con tres muertos y solo once casos de COVID-19, la tasa de letalidad de Nicaragua sería de 29%, pero pocos consideran confiables las cifras oficiales de contagio. 


Trabajadores de la salud, organizaciones y ciudadanos han tenido que tomar acciones ante la incapacidad del régimen nicaragüense de garantizar información transparente y un combate efectivo contra la pandemia del COVID-19. 

La manera en cómo se informa del avance de la pandemia no es profesional ni científica y no responde a las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y del Reglamento Sanitario Internacional para el reporte de casos”, advirtió la Unidad Médica Nicaragüense (UMN) en un comunicado del 22 de abril 2020. 

El reporte de casos en Cuba, de cinco pacientes contagiados en Nicaragua, el monitoreo comunitario que realiza la sociedad civil y la información que circula en las redes a partir de reportes de familiares y amigos de casos clínicos compatibles con COVID19 demuestra que ya hay transmisión comunitaria”, sostienen los médicos 

Transmisión local o comunitaria se dice cuando no se puede determinar dónde un paciente adquirió el virusEl Ministerio de Salud (Minsa) insiste que los once casos confirmados son importados, es decir, vienen del extranjero, o tuvieron contacto directo con esas personas. 

 “La ausencia de información genera incertidumbre e inseguridad en la ciudadanía. El gobierno de Nicaragua continúa proporcionando información incompleta, confusa y contradictoria sobre casos confirmados, sospechosos o cierre de fronteras”criticó el Observatorio Ciudadano COVID-19, este 23 de abril en su reporte semanal. 

Los expertos de esta iniciativa reiteran que más de 400 nicaragüenses están varados en Honduras, Panamá y Gran Caimán, “sin recibir ningún tipo de facilidad o apoyo por parte del gobierno de Nicaragua para su repatriación”. 

El Observatorio es una iniciativa para responder a la falta de información pública sobre la pandemia, formada por expertos interdisciplinarios y redes comunitarias que hacen monitoreos de casos sospechosos del nuevo coronavirus. 

Dicha iniciativa informó que hasta el 22 de abril había un acumulado de 290 personas sospechosas de haber adquirido el COVID-19, en todos los departamentos y regiones autónomas (38 municipios). Entre el 15 y 22 de abril se registraron 65 casos nuevos, un incremento de 29%, en relación a la semana anterior, que también había tenido un incremento de 36% en relación a la antepenúltima semana por 63 afectados nuevos. 

Dadas las características demográficas, socioeconómicas y culturales de la población nicaragüense, el número de casos de COVID-19 que se esperaría en el país, oscilaría entre lo reportado por El Salvador y Honduras. Alrededor de 350 casos. El Gobierno subregistra intencionalmente los datos de la pandemia y no toma las medidas adecuadas a esta etapa. La población ha sido falsamente informada de que solo hay casos importados y que el riesgo es bajo, y los medios de comunicación progobierno incitan a conductas de riesgo que exponen al contagio individual y colectivo”, sostiene la UMN. 

A partir del 11 de abril, el Observatorio Ciudadano tiene casos sospechosos en todos los departamentos y regiones autónomas del país.  Managua (85), Estelí (27), Masaya (26), Matagalpa (24) y la Región Autónoma de la Costa Cribe Sur (20), Granada y Madriz (14 cada uno), Chinandega (15), Leóy Rivas (11 cada uno) son los departamentos o regiones que más reportan personas afectadas en total, incluye los datos oficiales del Ministerio de Salud (Minsa) y los casos sospechosos reportados por las redes comunitarias. 

FILTRACIONES 

Las acciones que se conocen del Minsa son más por filtraciones que por las escuetas y poco informativas conferencias de prensa en la que solo invitan a medios oficialistas, además, continúa sin incluir en el reporte epidemiológico semanal los casos sospechosos y confirmados del COVID-19. 

El Observatorio Ciudadano señala que los nicaragüenses acceden con frecuencia al sistema de salud público, porque no tienen otras alternativas, sobre todo en casos de moderado y grave, pero personas con sintomatología leve podrían estar quedándose en casa, la cuestión es que no hay un estudio que pueda verificar esto, sin embargo, se conocen personas que han huido de los centros de salud públicos por el mal trato o falta de información que les dan cuando son ingresados. 

El monitoreo semanal indica, además, un descenso significativo de casos semanales de neumonía dentro del boletín epidemiológico del Minsa, particularmente en las semanas 15 y 16, que podría estar relacionado al comportamiento habitual de esa enfermedad respiratoriapero también podría significar que la población desconfía del sistema público o teme contagiarse en los hospitales y centros de salud, puede ser una falla en el sistema de vigilancia o un subregistro deliberado para ocultar casos sospechosos del nuevo coronavirus.  

El gobierno mantiene un enfoque altamente centralizado en las funciones de la vicepresidencia y el Ministerio de Salud, rechazando los esfuerzos de otros sectores como los médicos, científicos, religiosos, sector privado, entre otros”, señala la UMN.  

Hasta el momento se conocen reportes filtrados del Minsa a medios como La Prensa y Confidencial, las redes sociales y organizaciones civiles, entre ellos el Protocolo de Preparación y Respuesta de febrero 2020. Se sabe que: 

-El régimen calcula 813 muertes por COVID-19. Con una tasa de letalidad de 2.5%. 

-Una tasa de ataque de 0.5% en un período de 180 días. 

Pronostican 32,500 afectados, de ellos el 75% leves o moderados (24,375) y 25% graves (8,125).  

Los fallecidos son el 80% de los pacientes que requieren Unidad de Cuidados intensivos, por lo que se calcula que 1,016 ingresarán a UCI.  

-Para atender a los pacientes graves se requieren 451 camas de hospitalización (estancia media de 10 días) y de ellas 79 en estancia media de 14 días en UCI. Nicaragua tiene una cifra de 0.9 camas hospitalarias por 1000 habitantes, inferior al promedio de la región de Latinoamérica y El Caribe de 2.2, según el Banco Mundial. 

-Hay 79 ventiladores para atender casos COVID-19. 

-Se realizan 50 pruebas diarias en los diferentes centros de salud y hospitales del país. Las cuales se ampliaron posteriormente a 85. 

El diagnóstico se realiza por PCR en tiempo real (rRT-PCR) siguiendo los protocolos aprobados por OMS/OPS. 

El Centro Nacional de Influenza procesa las muestras de forma inmediata mientras los casos son esporádicos. Ante un número considerable de contagios los resultados serán emitidos en un término de 24 a 48 horas a través del sistema de vigilancia. 

-12 hospitales de referencia atienden los casos que llegan por los puertos de entrada terrestre, aéreo y marítimo. Nicaragua oficialmente no ha cerrado sus fronteras. 

Para el personal médico que atenderá directamente a los pacientes se destinaron 9,000 pares de guantes mensuales, 4,560 bastas impermeables, 4,560 mascarillas y la misma cantidad de gorras. 

SITIOS CENTINELAS 

La poca aplicación de pruebas se explica por el uso del modelo “centinela” que se usa en México, uno de los países con medidas más flexibles contra la pandemia, como también es el caso de Nicaragua. 

El documento “Lineamientos (de) vigilancia respiratoria comunitaria” del Minsa, sin fecha, ni sello, algo común en los informes del régimen, menciona que se remitirán muestras de 14 sitios centinelas, distribuidos así: 10 test diarios en Managua, Estelí y Masaya, 30 en total, también “se propone ampliar” a cinco en los centros de salud de 11 departamentos del Pacífico, norte y centro del país, para un total de 55. 

En cuanto a las zonas alejadas de la capital como Río San Juan y la Costa Caribe se informa que solo se reportarán casos de neumonía grave o atípica.  

El modelo centinela es un tipo de vigilancia epidemiológica comunitaria parecido al de las encuestas, son muestreos que localizan los sitios donde brota una enfermedad o calcula la cantidad aproximada de infectados, según un reportaje de la BBC Mundo

En el caso de Nicaragua, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que “los equipos técnicos de las unidades de salud municipal de vigilancia realizarán el seguimiento al trabajo de vigilancia comunitaria realizado por las mujeres y los hombres miembros de la red comunitaria que fueron capacitados para tales efectos, e informarán al nivel central de los resultados. 

Sin embargo, este modelo no está diseñado para una pandemia como la del coronavirus, han advertido médicos en México, mientras la recomendación de la OPS-OMS ha sido realizar pruebas masivas para detectar el virus de forma temprana. Nicaragua recibió un donativo de 26,000 testdel Banco Centroamericano de Integración Económica. 

Las pruebas siguen siendo concentradas en el Centro Nacional de Diagnóstico y Referencia (CNDR) y no se ha desarrollado la capacidad en laboratorios del sector privado que podrían realizarla. Tampoco han facilitado el registro y uso en el país de las pruebas rápidas, a diferencia de lo que sucede con otros países vecinos, que ya disponen de ellas. Reiteramos el derecho que los ciudadanos tenemos a realizarnos las pruebas de laboratorio tanto en el sector público como el privado, y a manejar nuestros resultados”, reitera la UMN. 

PERSONAL DE SALUD, EL MÁS EXPUESTO 

José Vásquez, presidente de la UMN, afirmó a Expediente Público que se mantiene la falta protección al personal hospitalario, que no cuenta con equipo de bioseguridad, por eso, dos médicos renunciaron a sus puestos en centros de salud, porque la dirección los enviaba a las visitas domiciliarias sin las medidas de protección. 

Además, se conoce que envían a aislamiento al personal médico o paramédico que ha presentado síntomas por la exposición a personas sospechosas de haber adquirido el COVID-19, y la orientación del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social es deducirles los días de cuarentena de sus vacaciones. 

El Observatorio afirma que, al 22 de abril, 17 profesionales de salud afectados en 3 departamentos (Estelí, Madriz y Managua)«Se estima que la tasa de afectación en personal de salud, que puede llegar hasta un 17%. 

“Siguen siendo preocupantes las ineficientes medidas de protección al personal de salud, la ausencia de distanciamiento social en consulta externa y los reportes de pacientes con síntomas a quienes regresaron a sus casas sin diagnóstico o medidas adecuadas, en algunos casos incluso se reporta el fallecimiento del paciente”, informó el Observatorio Ciudadano COVID-19. 

La principal amenaza contra los trabajadores de salud es el despido, pero también existe una vigilancia permanente de simpatizantes del Frente Sandinista, advierte el Observatorio. 

Además, llama la atención del Observatorio algunas ocupaciones de casos confirmados o sospechosos que el desarrollo de su oficio aumente la transmisión como policías de tránsito, funcionarios de sistemas penitenciarios y puestos fronterizos, pastores evangélicos, profesoras, taxistas, estilistas y, por supuesto, personal médico. 

La UMN señala que las consultas no esenciales deben suspenderse en los hospitales, así como las visitas familiares. 

A través de movimientos estudiantiles, el Observatorio también recibió denuncias de amenazas contra los universitarios que se ausenten, entre ellas, suspensión de matrícula, retiro de becas y reprobar clases. 

Por debajo de la mesa, la preocupación del Gobierno aumenta, pues se empezaron a instalar áreas de cuarentena en algunos hospitales, el Observatorio recibió reportes de que en algunas unidades de salud se han comenzado a implementar protocolos y zonas de aislamiento”. 

En un video que circuló en las redes sociales, la presidenta de la Cámara Nicaragüense de la Construcción, Leslie Martínez, afirmó en una teleconferencia que hubo un brote de COVID-19 en un proyecto, posteriormente confirmó el 22 de abril a La Prensa que se trataba de dos casos, pero ni los empresarios ni el Gobierno brindaron otros detalles. 

BID REPRUEBA GESTIÓN DEL RÉGIMEN CONTRA LA PANDEMIA 

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de abril 2020, señala la desastrosa gestión del régimen nicaragüense ante la pandemia, de 10 medidas de contención solo se aplican dos, y una tercera de forma parcial, en cuando a las medidas sanitarias solo aplica dos de cinco, y una más se hace por iniciativa del sector privado y la sociedad civil, mientras ninguna de las cinco medidas de apoyo a las familias, así tampoco ninguna de las trece medidas macroeconómicas sugeridas o de las cinco al sector empresarial. 

El BID, con datos de la OMS, indica que el país se encontraba en un nivel 2 de capacidad de respuesta (de un rango de 1 a 5, siendo 5 lo máximo), esto significa que “tiene capacidad limitada” para enfrentar la pandemia, y ante una posible propagación requeriría 100% de recursos externos para enfrentar adecuadamente la pandemia, revela el informe Impacto del COVID-19 en las economías de la región

Pero al no haber decretado el país la emergencia sanitaria y seguir ocultando los casos, el país ha tenido un apoyo limitado de la cooperación internacional, concluye la UMN.