Manuel Orozco: Estados Unidos pone más atención a la alianza de Ortega con Irán y Rusia

Manuel Orozco: Estados Unidos pone más atención a la alianza de Ortega con Irán y Rusia 

* “Si Joe Biden quiere ganar las elecciones en Estados Unidos tiene que cambiar su política exterior. Y eso incluye a Nicaragua”, afirma Manuel Orozco. 

** Director de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano explica por qué el tema electoral no distraerá a EE.UU de las acciones del régimen Ortega-Murillo  

** También explica por qué la oposición de Nicaragua no ha podido establecer un mecanismo de consenso. 


Expediente Público

Nicaragua estaría en el foco de Washington durante las elecciones de 2024 en Estados Unidos, por las alianzas del régimen Ortega-Murillo con Rusia e Irán. Así lo analizó para Expediente Público Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano. 

Estados Unidos da una nueva lectura a la participación de Irán y Rusia en conflictos alrededor del mundo, por lo que, pueden estar reconsiderando en este contexto la relación con Nicaragua, afirmó.

El régimen autoritario de Nicaragua encabezado por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo apoya a Rusia en su invasión a Ucrania. Asimismo, tiene fuertes relaciones con Irán, que financia al grupo terrorista Hamás que provocó una guerra con Israel en Gaza.  

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Nicaragua y la política exterior de Estados Unidos 

“Eso se va a trasladar hacia Nicaragua, aumentando los costos al régimen de operar de una forma represiva. Especialmente porque se ha convertido públicamente en un aliado importante para Irán y Rusia”, sostuvo el economista nicaragüense desnacionalizado en 2023.  

Joe Biden busca la reelección presidencial de EE. UU y todo indica que su rival será nuevamente el expresidente republicano Donald Trump. 

«La administración de Joe Biden tiene un reto, porque la política exterior se ha convertido en el segundo y tercer tema más importante de la campaña electoral”, indicó. 

Elecciones en Estados Unidos 

Nicaragua es uno de los conflictos regionales con los que Estados Unidos tiene que actuar. Pero, debe identificar el tipo de presión para sentar al régimen de Ortega a una negociación política con reformas democráticas. 

Orozco considera que, por esta razón, han tratado de evitar sanciones que los aleje de este objetivo. Pero reiteró que el tema de Rusia e Irán podrían cambiar la perspectiva 

“Tiendo a pensar que este año no será un año de espera, sino que será de acción política de parte de Estados Unidos”, afirma. 

Además: Honduras calla en la ONU y Nicaragua vota a favor de las anexiones «ilegales» de territorios ucranianos a Rusia  

Nicaragua, tratante de personas 

Por otra parte, Washington toma las acciones de Nicaragua como un acto de agresión contra Estados Unidos, cada vez que utiliza la migración como una herramienta de política exterior. 

Primero, restringieron los vuelos chárteres desde Haití y Cuba. 

 Hay una advertencia a las empresas que si ellos trabajan en este puente aéreo con Nicaragua serán sancionadas, recordó Orozco. 

“Están investigando el nivel de complicidad que ha tenido el Estado de Nicaragua en la facilitación de todo el proceso de transporte prácticamente de 160,000 personas en los últimos 12 meses”, aseguró. 

Orozco cree “que la exploración de diferentes penalidades es parte de una de las opciones de la política exterior de Estados Unidos”.  

“Ahora los Ortega lo saben y han bajado su perfil, han mantenido una posición callada y evitan ser vistos en el contexto. Pero ya en la comunidad internacional, reconoce que Nicaragua es prácticamente un Estado traficante de personas”, agregó. 

Lea: Historias de los 222 presos políticos desterrados de Nicaragua 

Parole humanitario, ¿funciona? 

Los números de personas ingresando ilegalmente por la frontera sur de EE.UU. se mantienen altos, a pesar de las restricciones, eso incluye a los nicaragüenses que tienen la opción de aplicar a un parole humanitario. 

Pero ni siquiera un 10% de los hogares de nicaragüenses tienen la posibilidad de integrarse formalmente en el parole humanitario, porque la capacidad de residente nicaragüenses con estatus legal de gestionar el ingreso otros connacionales son menor a las 90,000 personas, afirmó el experto. 

El flujo migratorio por la frontera sur se espera que se reduzca, a partir de abril por la campaña electoral, debido el incremento de las restricciones, precisó. 

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Oposición y Monteverde no aterrizan 

En este contexto, la oposición de Nicaragua en el exilio continúa sin articularse de forma convincente, especialmente un año después del destierro de los 222 presos políticos. 

Por qué las expectativas no se han cumplido en cuanto a unidad y articulación, consultó Expediente Público al analista. Sobre todo, con el Grupo Monteverde, donde también participan parte de los 222.  

En contexto: Manuel Orozco: Daniel Ortega prepara la sucesión del poder a favor de su esposa Rosario Murillo  

Orozco cree que el Grupo Monteverde tiene “bastantes logros en términos de organización interna”. Pero en “términos externos no han llegado todavía a un punto de posicionarse como el interlocutor democrático frente a la población nicaragüense de una forma consistente, continua y proactiva”. 

«Lamentablemente, uno trata de medir las expectativas políticas en relación con el deseo del cambio inmediato, y eso es realmente muy difícil en un contexto totalitario como el de Nicaragua”, agregó. 

Orozco calcula que el tiempo real del cambio político de Nicaragua tiene ciclos de alrededor de 10 años y para acelerar ese proceso “necesitas tener fundamentalmente una organización política bien asegurada, bien estructurada”. 

Nicaragua y su cultura política destructiva 

Reconoce que hay impaciencia en la opinión pública acerca de la efectividad de Monteverde, pero “la cultura política nicaragüense es autodestructiva. Entonces, cuando un movimiento surge, tratan de serrucharle el piso, para ver cuán rápido lo puedes derrumbar”.  

Los dos sectores que más atacan a Monteverde vienen de la estructura represiva del régimen de Daniel Ortega y la extrema derecha que tiene una lectura política de Nicaragua “blanco y negro”.  

Si la propuesta fuera la eliminación completa de todo lo que es sandinismo, lo cual es un elemento de exclusión política, entonces no habría construcción de un modelo democrático, advirtió el analista. 

Además: Oposición de Nicaragua en su laberinto: desconfianza y vicios políticos torpedean unidad  

Por tanto, el liderazgo cívico dentro de la estructura de Monteverde se encuentra con la persecución política que sufren sus familias en Nicaragua, la dificultad de subordinar su agenda ideológica y su aversión al riesgo político, es decir, decidir qué hacer y cómo. 

Expectativa versus realidad 

En Nicaragua no hay oposición porque el régimen creó un sistema que ha eliminado el pluralismo social y político. Legalmente no existe la posibilidad de tener un sistema competitivo por la vía electoral a través de los partidos, recordó. 

Con las elecciones en la Costa del Caribe en marzo de 2024, por ejemplo, solo compite el Frente Sandinista con sus partidos aliados. 

Como la vía electoral está cerrada, lo que se aspira es un cambio de régimen.  

Para eso “se debe aumentar el costo de la represión, aumentando los riesgos de seguir violando derechos humanos y debilitando la estructura del sistema, tanto en el entorno económico, mediático, mediático”, resumió. 

La estrategia de resistencia política debe buscar desmoralizar al régimen, establecer vínculos con la disidencia real que quiere salirse de la dictadura y más presión internacional, recomendó Orozco. 

Articulación 

La estrategia política de resistencia cívica frente al régimen existen y tiene diferentes componentes.

“La resistencia pasiva contra la dictadura a través de la desmoralización, que es un proceso orgánico que está ocurriendo casi por inercia, porque la misma estructura del círculo de poder ya se siente que ellos no tienen ningún peso moral”, dijo. 

El nicaragüense no le cree al régimen, entonces lo que se está produciendo es una relación orgánica entre el electorado nicaragüense y una base activa opositora que se encuentra dentro y fuera de Nicaragua. 

“El objetivo principal es restaurar la autoestima del nicaragüense, que se den cuenta que no están solos, que a pesar de que existe represión no significa que han sido olvidados y que el movimiento cívico continúa”, concluyó Orozco.