Expediente Público
Para las elecciones generales del próximo 28 de noviembre del 2021, el movimiento nacionalista Unidad y Esperanza colocó a sus 23 precandidatos a diputados por Francisco Morazán (el departamento con mayor representación legislativa de Honduras). Bajo la sombrilla de sus «caudillos», todos los aspirantes de esta corriente obtuvieron su candidatura, incluso los que fueron apuntados para rellenar la lista electoral.
La planilla para diputados del movimiento Unidad y Esperanza en el departamento de Francisco Morazán, liderada por el candidato presidencial Nasry Asfura y el aspirante a la alcaldía del Distrito Central, David Chávez, es una amalgama entre políticos novatos y de viejas argollas, donde un Oswaldo Ramos Soto (diputado desde 1998) comparte aspiraciones con María Espinoza López, una desconocida política de 34 años. Sin embargo, esta aparente heterogeneidad no refleja algún relevo generacional en las ideas políticas del partido, ya que independientemente de sus edades, los candidatos comparten una misma genética conservadora.
Lea también: Alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura, el “Papi” de la basura
Resulta claro que la planilla diseñada por Asfura y Chávez no fue formulada al azar. De los 23 candidatos, 14 trabajan actualmente para el Estado, seis buscan la reelección en el hemiciclo legislativo, cinco trabajan o han laborado para medios de comunicación y otros cinco han tenido algún cargo público.
Independientemente de los rangos, 83% de los aspirantes del movimiento Unidad y Esperanza por Francisco Morazán han trabajado en los recientes gobiernos nacionalistas. Es decir, no hay mejor trampolín electoral que el Estado mismo. La otra plataforma predilecta para llegar al poder son los medios de comunicación, donde 20% de los candidatos a diputados mezclan o han combinado las funciones periodísticas con las políticas. A pesar de lo anterior, en la planilla hay algunos aspirantes prácticamente desconocidos para la ciudadanía.
Desconocidos pero votados
Carreras políticas como las de María Mejía Sánchez, Karla Rosales Pavón, Elba Escobar Elvir, Arturo Alonzo Matute, Florinda Ordoñez, Leana Martínez, Eduardo Bennet, María Espinoza López, Orlando Morazán Ponce, Ana Sánchez Andino, Ada Mejía Signorelli o Jesús Villanueva, apenas se conocen. No obstante, cada uno de ellos sacó como mínimo 72 mil votos a favor en las pasadas elecciones primarias e internas del 14 de marzo.
¿Cómo es posible que la búsqueda en Google de la candidata Ana Regina Sánchez Andino apenas arroje 17 resultados? Aun así, obtuvo 78 mil votos en los comicios primarios. Aspirantes con poca proyección como Sánchez fueron beneficiados por el voto en plancha, logrando sus candidaturas debido al arrastre electoral que tienen sus líderes Nasry Asfura y David Chávez en la capital hondureña. Es decir, entre más cerca estén los candidatos de estos dos caudillos, más posibilidades tienen de lograr la diputación en noviembre. Prueba de ello son los resultados electorales de Pedro Chávez, hermano de David.
Lea además: Honduras: Alianzas políticas dispersas en un laberinto
Con esta entrega de la serie «Elecciones Honduras 2021: Quién es Quién», Expediente Público investiga los perfiles de estos neófitos de la política. ¿Por qué fueron seleccionados por David Chávez y Nasry Asfura?
Conociendo a los desconocidos
Con 85 mil votos a su favor, María Antonieta Mejía Sánchez se ubicó en la octava posición de la papeleta nacionalista por Francisco Morazán, por encima de candidatos de larga trayectoria política como Oswaldo Ramos Soto o Renán Inestroza.
María Mejía trabaja actualmente en la Secretaría de Finanzas (SEFIN) como titular de la Dirección General de Instituciones Descentralizadas. Anteriormente, esta funcionaria de 40 años fungió como encargada de la Unidad de Género y subgerente de Recursos Humanos en ese ministerio.
Como diputado suplente, María Mejía completa su fórmula con Jack Uriarte, un funcionario de bajo rango que actualmente es el presidente de la Federación Hondureña de Boxeo (FHB), y quien también ha sido el titular del sindicato de empleados del Instituto de la Propiedad (IP) y el secretario de la juventud de la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH).
En la decimocuarta posición aparece Elba Escobar Elvir, quien obtuvo 80 mil votos a favor. Nombrada como subsecretaria ejecutiva del Instituto Nacional de la Juventud (INJ) -una instancia de poca o nula relevancia-, con 35 años, Elba es la segunda candidata más joven de la corriente Unidad y Esperanza. Su aspirante a diputada suplente, Roxana Soriano Lagos es una funcionaria de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS), instancia que maneja el programa asistencialista Vida Mejor.
Puede interesarle: Honduras: Las cibertropas que operaron en la oscuridad en las elecciones primarias
Con mil votos menos que Elba Escobar, se encuentra Arturo Alonzo, quien es el secretario ejecutivo del Programa Nacional de Prevención (PNP), una entidad responsable de promover la rehabilitación y reinserción de personas en riesgo social, sobre todo vinculados a pandillas o maras. Como diputada suplente, Alonzo inscribió a la activista Lucy Marquina Romero, quien es una funcionaria de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), con experiencias en la Secretaría de Desarrollo Social, en el Instituto Nacional de la Juventud y en la Dirección General de Migración y Extranjería.
A la par de Arturo Alonzo figura la presidente de la Comisión de la Mujer del Partido Nacional, Gloria Florinda Ordoñez Yanes.
Con casi los mismos votos que Gloria Ordoñez, la candidata Leana Martínez se alistó a su tercera elección en búsqueda de una diputación. Activista de las bases nacionalistas en el Distrito Central, en 2017 Martínez fue la gerente de microempresas del Fondo Vial, una entidad que fue disuelta a raíz de sus múltiples denuncias relacionadas al narcotráfico.
En la decimoctava posición aparece Eduardo Bennet, uno de los nueve exfutbolistas que participaron como precandidatos en las pasadas elecciones primarias por el Partido Nacional. Una vez retirado del deporte, Bennet ha sido comentarista deportivo en diversos canales de televisión. Como la mayoría de los deportistas que se lanzan a la política, su apuesta es el voto en plancha y su popularidad en el ámbito futbolístico.
Con 78 mil votos a su favor aparece María Espinoza López, la más joven de todas las candidatas. A sus 34 años, esta aspirante incursiona en la política, siendo la hija de Karla López, la actual diputada suplente de David Chávez, y quien también fue nombrada en 2018 como enlace del Poder Ejecutivo en el Congreso Nacional. En su fórmula electoral, María comparte casilla con Olman Díaz Martínez, actual coordinador general de la juventud nacionalista en la ciudad de Comayagüela.
Periodistas con ambiciones políticas
De los 25 periodistas que participaron en las elecciones primarias e internas del pasado 14 de marzo, Orlando Ponce Morazán fue el segundo que más votos obtuvo, con 78 mil marcas a su favor.
Hace cuatro años, Ponce Morazán denunció un fraude en su contra, cometido supuestamente por su propio partido en los comicios de 2017, «me dijeron que Oswaldo Ramos Soto era necesario en el Congreso, en ese momento me sentí indignado porque me robaron una diputación, pero después terminé cediendo, aceptando que al abogado (Ramos Soto) lo necesitaban en el Congreso. Al final llegué a ocupar otro cargo. Terminé siendo una persona disciplinada del presidente Hernández».
Tras ceder su diputación, Ponce Morazán fue recompensado con la jefatura en la Dirección de Cultura, Artes y Deportes. Sin embargo, dos años después de su nombramiento fue despedido, luego que un medio de comunicación generara un escándalo mediático al transmitir un reportaje sobre la precaria situación en la que vivía la madre del entonces ministro. Anteriormente, Ponce Morazán también había recibido una denuncia por acoso sexual en contra de una joven.
A la par de Ponce Morazán aparece Ana Sánchez Andino, otra periodista que se desempeña actualmente como coordinadora de comunicaciones en la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS), siendo este el principal ministerio que utilizan los nacionalistas para el clientelismo político.
Sánchez Andino ha trabajado más en el Estado que en los medios de comunicación. Entre 2014 y 2018 fue la encargada de comunicaciones y relaciones públicas del Instituto Nacional De Formación Profesional (Infop), una instancia que ha sido dirigida anteriormente por David Chávez y por el actual diputado, Juan Diego Zelaya. Fue justamente por la dirección en esta institución, que el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) acusó a Chávez por la malversación de 800 mil dólares.
Lea más: A Oscar Nájera lo acusan de corrupto, pero en Honduras nadie lo investiga
Sánchez también fue la presidenta en Honduras de la Cámara Junior Internacional (JCI, por sus siglas en inglés), una organización con tendencias filantrópicas, empresariales y religiosas. Como comunicadora, esta candidata ha ejercido el periodismo en la llamada prensa rosa.
En la penúltima posición de la planilla se encuentra Ada María Mejía Signorelli, quien también fue precandidata a diputada en las elecciones de 2014. Se trata de una política desconocida con apenas 24 resultados en Google, pero con 72 mil votos a su favor.
Por último, con 71 mil marcas a su favor, José Villanueva Maradiaga busca su reelección dentro del Congreso Nacional. Este diputado ha trabajado como humorista en medios de comunicación de carácter sensacionalista. Bajo el sobrenombre de «El Alero» (término popular para referirse a un amigo), Villanueva fue el segundo congresista más votado a nivel nacional en las pasadas elecciones generales de 2017.
Después de tres años en el hemiciclo, este candidato fue señalado como uno de los legisladores menos productivos en el Congreso, criticado también por introducir un proyecto de decreto para construir un «Spa» para adultos mayores. A pesar de lo anterior, Villanueva fue nombrado secretario en la comisión especial de arte y cultura de la cámara legislativa.
Tanto José Villanueva como su diputado suplente Edwin Gómez, provienen de las bases del Partido Nacional. Sus historias más parecen sacadas de una novela surrealista de García Márquez. El primer trabajo de Villanueva en el ámbito político lo obtuvo en 2002, como camarógrafo personal del actual diputado Juan Diego Zelaya; ese mismo año, Gómez fue contratado por la alcaldía capitalina como jardinero del Cementerio General de Tegucigalpa. Dieciocho años más tarde, ambos buscan su reelección como diputados.
«Me siento agradecido con doña Hilda Hernández (hermana difunta del actual mandatario), a quien Dios tenga en su gloria, ya que ella fue un pilar fundamental para que yo llegara al Congreso Nacional», comenta Gómez, quien en 2019 fue el diputado elegido por los nacionalistas para introducir un decreto orientado para derogar el convenio de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH).
Al igual que los demás candidatos anteriormente citados, Villanueva y Gómez aprovechan cualquier espacio para profesar su lealtad a los caudillos del movimiento Unidad y Esperanza, «le dijimos a David Chávez que estaremos con él hasta que Dios quiera», comentó el antiguo «chapeador» del abandonado Cementerio General de Tegucigalpa.