*Desde candidatos acusados de corrupción hasta unos completos desconocidos se inscribieron ante el Consejo Supremo Electoral
**El politólogo cubano Armando Chaguaceda analizó que en estas elecciones participa una «oposición absolutamente fantasma”.
***Para el experto Carlos Murillo Zamora los candidatos de los partidos aliados del sandinismo ayudarán al “régimen a legitimar su triunfo en las urnas”.
Expediente Público
Daniel Ortega Saavedra es sin duda el político nicaragüense que más veces se ha presentado como candidato presidencial en la historia de Nicaragua y este año “disputará” su presidencia con otros seis aspirantes de lo que quedó de la “oposición” en el país, con partidos que son considerados aliados del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y con postulantes que han sido acusados de corrupción en el pasado.
El 10 de septiembre de 2021, el Consejo Supremo Electoral (CSE) presentó la lista definitiva de candidatos a presidente, vicepresidente y diputados a la Asamblea Nacional y del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
Además del FSLN, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), Partido Alianza por la República (APRE) y el Partido Liberal Independiente (PLI) se presentarán a la contienda electoral de noviembre.
El partido Yapti Tasba Masraka Nanih Asla Takanka (Yatama) únicamente presentó diez candidaturas a diputados, pues por ser un partido regional no puede postular a aspirantes a la presidencial del país.
El artículo 55 de la Ley Electoral, en su parte final, da la oportunidad únicamente a los partidos regionales de postular candidatos para alcaldes, concejales municipales y concejales de las Regiones Autónomas, así como diputados de cada circunscripción regional.
Normalmente, en política se considera como opositor a la persona que tiene intención de reemplazar al gobernante actual, pero en estas elecciones por decisión del CSE, un tribunal dominado y controlado totalmente por magistrados afines al FSLN, no todos los partidos realmente de oposición participan.
En meses anteriores, el régimen de Ortega a través de sus magistrados electorales se encargó de eliminar de la contienda a tres partidos políticos y siete precandidatos presidenciales, que gozaban de la simpatía de la población.
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El 18 de mayo de 2021, el CSE notificó al Partido de Restauración Democrática (PRD) una resolución en la que cancelaron su personería jurídica, afirmando que el presidente de la organización, el reverendo Saturnino Cerrato se estaba aliando en el proceso electoral con personas que “promueven antivalores” y que promovían “la muerte desde el seno materno mediante el aborto, la homosexualidad, el lesbianismo, la injusticia”.
Posteriormente, el 19 de mayo de 2021, el presidente del Partido Conservador, Alfredo César, fue notificado de la cancelación de la personería jurídica por parte del CSE, después de haber mencionado que no participarían en unas elecciones consideradas ilegítimas y porque no veía garantías de un proceso transparente.
El golpe de Ortega a la competencia electoral fue el 6 de agosto de 2021 cuando la diputada y presidenta nacional del PLC, María Haydeé Osuna en contubernio con los magistrados electorales pidió sacar del proceso de elecciones a la opositora Alianza Ciudadanos por la Libertad (CxL).
La resolución fue aprobada en cuestión de horas y el CSE señaló en su sentencia que el partido CxL actuó en “flagrante violación” a la Ley número 1055, mejor conocida como “Ley de Soberanía”, la misma que han utilizado para acusar a los precandidatos presidenciales presos.
Las acciones ocurridas en Nicaragua en el contexto electoral no son el reflejo ni se compaginan con lo que debe suceder en un país que vive en democracia, explicó en entrevista con Expediente Público el historiador y politólogo cubano Armando Chaguaceda.
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“La democracia puede ser entendida desde una visión minimalista, centrada en el recambio de élites gobernantes, mediante elecciones libres y justas. Obviamente estas nunca son perfectas, pero pueden ser razonablemente competidas o, incluso, puede acompañar eso con estándares de participación, de Estado de Derecho y de capacidades estatales para hacer una política pública más robusta e inclusiva”, dijo Chaguaceda.
La importancia de la legitimidad de un gobernante
Para Chaguaceda las elecciones celebradas bajo parámetros de legitimidad suelen ser un “pilar de la democracia”.
“En cualquiera de los casos tanto en una democracia minimalista como bajo una democracia sustantiva más amplia como la que existe en los Estados de bienestar europeos o en Costa Rica y Uruguay, en nuestra región, las elecciones legítimas son un pilar básico de la democracia, porque son la forma de elegir y cambiar, sin violencia, a los titulares de los poderes públicos, la forma donde todas y todos podamos expresar nuestras preferencias al menos eligiendo entre diferentes alternativas, diferentes opciones. Las elecciones son, por tanto, un pilar de la democracia”, señaló Chaguaceda.
En algún momento, según Chaguaceda, se ha querido hacer ver “una democracia participativa que sustituye o se opone a la democracia representativa”, lo cual resulta ser «una falacia”.
El politólogo cubano agregó que cuando se vulnera el principio de “soberanía popular”, es decir la forma bajo la que los gobernantes son electos por los ciudadanos, “no hay democracia en ningún sentido”.
“Lo de Nicaragua es parte de un proceso global y regional, con características nacionales de autocratización en el contexto nicaragüense. Algo que en Centroamérica parece tener también ahora una emulación por la derecha; cuando un gobierno como el de (Nayib) Bukele, que todavía se mantienen en las fronteras del populismo y la democracia frágil, da fuertes señales desde un liderazgo autoritario y personalista”, señaló el historiador y politólogo cubano.
Partidos opositores sin credibilidad
En el actual contexto y las condiciones que compiten ¿Qué papel juegan esos partidos políticos que dicen hacer oposición al FSLN?
Sobre la credibilidad de los pequeños partidos que se han creado, existe en la historia «una larga tradición de estudio de distintos tipos de oposiciones bajo regímenes autoritarios”, insistió Chaguaceda.
“Hay regímenes autoritarios competitivos -llamados también autoritarismos electorales o regímenes híbridos- donde se permite cierto espacio para la contestación, para la oposición, aunque con la cancha inclinada en beneficio del oficialismo”, explicó Chaguaceda a Expediente Público.
“Todo eso desaparece cuando virtualmente todos los candidatos que tienen un mínimo de posibilidad de contestación, desde distintas posturas ideológicas, son apresados, encausados u orillados al exilio. Entonces, una cosa es entender que en regímenes autoritarios competitivos existe cierta cancha abierta, aunque inclinada a favor del oficialismo, para la competencia como más o menos existió hasta ese año”, enfatizó Chaguaceda.
En Rusia, agregó el politólogo, existe una “oposición sistémica”, es decir una oposición que “es tolerada por el régimen de (Vladimir) Putin”, contrario a lo que ocurre en el terreno nicaragüense.
«Es decir, una oposición que no tiene ni vocación de poder ni capacidad para disputarlo. Una oposición que sencillamente existente para legitimar un estatus quo autoritario y medra con ese rol subordinado”, respondió Chaguaceda.
El politólogo cubano explicó que, desde el punto de vista práctico, es el mismo fenómeno que el de Alemania comunista en los años de guerra fría (1949-1990).
“Son partidos búcaros, decorativos, colaboracionistas, de élites que medran de ese rol delegado de legitimación que les encarga el Partido de Estado”, insistió Chaguaceda.
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El analista de asuntos internacionales y docente de la Universidad de Costa Rica, Carlos Murillo Zamora analizó que en unas elecciones que han sido calificadas por la comunidad internacional como fraudulentas los partidos que compiten con el FSLN ayudarán al “régimen a legitimar su triunfo en las urnas”.
“Y lo legítima teniendo algún grupo de candidatos o candidatas opositores que digan sí aquí estoy yo, no gané, prefirieron a la fórmula oficialista. Eso todavía deslegitima más a la oposición verdadera, porque le daría al régimen la oportunidad de decir al día siguiente de las elecciones tenemos el apoyo del pueblo nicaragüense, somos el gobierno sólido que ganamos con un porcentaje muy alto y aquí nuestro proyecto político es reconocido”, explicó Murillo Zamora a Expediente Público.
¿Quiénes son los candidatos “opositores”?
El binomio oficialista por el Frente Sandinista lo conforman Daniel Ortega, que busca su cuarta reelección consecutiva, y su esposa Rosario Murillo, actual vicepresidenta que por segunda ocasión sería reelecta.
La fórmula por el PLC está conformada por Walter Edén Espinoza Fernández y Mayra Consuelo Argüello Sandoval.
Por el partido Camino Cristiano Nicaragüense inscribieron su candidatura el reverendo Guillermo Osorno Molina y Violeta Jannette Martínez Zapata.
Marcelo de Jesús Montiel Fernández y Jennyfer del Carmen Espinoza Blen son candidatos a presidente y vicepresidente, respectivamente, por el ALN.
El APRE presentó a Gerson Gutiérrez Gasparín y Claudia María Romero Cuadra. Para cerrar el bloque de candidatos Mauricio Orué Vásquez y Zobeyda del Socorro Rodríguez Díaz por el PLI.
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“No conozco a ninguno, pero si todos participan en el circo de Ortega basta sentido común para saber que se colocan conscientemente al servicio del dictador», dijo a Expediente Público el analista político Enrique Sáenz.
Orué Vásquez, el político acusado de corrupción
Mauricio Orué Vásquez llegó a la Asamblea Nacional (Parlamento) en el año 2017 como diputado por el departamento de Managua por la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN). Fue uno de los rostros nuevos entre los políticos que llegaron al Parlamento que conforman la bancada parlamentaria PLI – ALN.
Aunque nació en Nicaragua, Orué Vásquez vivió gran parte de su vida en El Salvador donde se convirtió en pastor evangélico, revelan publicaciones periodísticas.
Volvió a Nicaragua en 1996 siendo pastor de las Asambleas de Dios, una de las organizaciones pentecostales evangélicas más grande del mundo.
En abril de este año, el diputado se postuló como candidato a magistrado propietario del CSE, cuyas autoridades fueron electas el 4 de mayo de 2021.
En 2017, la Universidad Evangélica Nicaragüense acusó al candidato del PLI ante un juzgado por el delito de fraude económico, luego que el diputado en representación del Instituto Centroamericano de Estudios Superiores (ICES) incumplió un contrato con la casa de estudios superiores.
La universidad reclamó que Orué Vásquez no entregó el dinero que pagaron estudiantes de Ocotal a quienes el ICES impartió un posgrado.
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Aunque el juez que conoció de la causa solicitó el desafuero del diputado, la Junta Directiva de la Asamblea Nacional no permitió que se llevara a cabo el proceso para que respondiera por la acusación.
Entre julio y agosto de este año, Estados Unidos retiró el visado a más de 150 funcionarios del régimen de Ortega en Nicaragua, entre ellos al actual candidato del PLI.
La decisión de Estados Unidos castigó a miembros de la Asamblea Nacional, fiscales, jueces y algunos de sus familiares, señalados de “ser responsables o cómplices de socavar la democracia”.
“Nicaragua necesita del cambio, nosotros vamos a conducir el gobierno del cambio (…) Tenemos que reconocer que nos encontramos en medio de una crisis nacional sin precedentes y que no vamos a salir de ella enfrentados”, señaló Orué Vásquez frente a sus simpatizantes en la ciudad de Masaya, al sur de la capital nicaragüense, en el marco de la campaña electoral que inició el pasado 25 de septiembre.
De chofer a candidato presidencial del PLC
Walter Edén Espinoza Fernández es el típico político que supo aprovechar las oportunidades en la vida, incluso la de ser candidato a presidente, pues participa en sustitución del empresario Milton Arcia y cuenta con la bendición de la actual diputada y presidenta nacional del PLC, María Haydée Osuna.
Públicamente ha reconocido que llegó a las filas del PLC en 1996 cuando tenía apenas 16 años, por lo que se integró al trabajo de la juventud liberal.
En el interín de la campaña electoral de Arnoldo Alemán, quien ocupó la presidencia de Nicaragua entre 1997 y 2002, Espinoza Fernández aprendió a conducir llegando a convertirse en el conductor de la exdirectora del Registro Civil, Martha Ramírez.
El aspirante presidencial terminó sus estudios gracias a la diputada Osuna, quien en 1999, cuando Espinoza se bachilleró, lo becó en la Universidad de Managua para que estudiara Administración Turística y Hotelera.
En 2011, Espinoza Fernández postuló como concejal para la Alcaldía de Managua y en 2016 subió otro escalón en la política ganando un escaño como diputado en la Asamblea Nacional, donde actualmente funge como presidente de la Comisión de Población, Desarrollo y Asuntos Municipales, y es miembro de la Comisión de Producción, Economía y Presupuesto de la Asamblea Nacional.
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“Espero que muchos nicaragüenses o muchos que se han llamado demócratas no perdamos las esperanzas y cambiemos el discurso si queremos realmente cambiar la historia, si queremos realmente cambiar el continuismo”, reconoció Espinoza Fernández en agosto pasado en entrevista con Expediente Público.
Desde 1998, cuando se firmó el pacto el PLC con el FSLN, ha sido el partido que más ha ayudado a Ortega a perpetuarse en el poder.
El reverendo: Guillermo Osorno
En la carrera por ocupar la presidencia de Nicaragua aparece nuevamente el reverendo y político Guillermo Osorno Molina, fundador partido Camino Cristiano Nicaragüense (CCN).
En la ficha técnica de la Dirección General de Atención a Partidos Políticos, Osorno Molina aparece como presidente y representante legal del partido CCN.
Esta es la segunda vez que Osorno Molina aspira a la presidencia, antes lo hizo en los comicios generales de 1996, cuando Alemán se alzó como presidente al obtener el 50.99% de los votos válidos.
“Yo le aseguro al pueblo que en las próximas elecciones ganando Camino Cristiano tendremos libertad”, dijo Osorno Molina al iniciar su campaña.
En las elecciones de 1996 el CCN obtuvo 4.09% lo que le valió a Osorno para ganar un escaño en la Asamblea Nacional, por obtener el promedio necesario de los votos válidos.
Durante su primer período legislativo 1997-2001 formó parte de la Comisión Especial de Asuntos Territoriales y fue primer vicepresidente de la Comisión Pro-Derechos Humanos y la Paz.
En las elecciones presidenciales de 2001 participó en alianza con otros partidos como el PLI y el PLC, siendo reelecto para el periodo legislativo 2002-2006. Hasta 2016 políticamente el partido estuvo ligado a la Alianza FSLN Unida Nicaragua Triunfa.
En 2009, el extinto periódico El Nuevo Diario reveló los actos de corrupción en los que estaría vinculados él y familiares de Francisco Javier Sarria, el exdiputado suplente del FSLN en el Parlacen y pastor evangélico que fue acusado en 2019 por crimen organizado, narcotráfico y asesinato.
El diario en ese momento publicó que la Iglesia Centro de Adoración Familiar, organización religiosa dirigida por un sobrino de Sarria, recibió 500 mil córdobas del Presupuesto General de la República.
Sarria se mantiene como representante suplente de CCN ante el CSE, según la ficha técnica del partido.
Gasparín, el recién llegado
El 2 de agosto de 2021 el APRE inscribió a su candidato presidencial ante el CSE. Gerson Gutiérrez Gasparín es el más joven de la contienda que pretende arrebatar el poder a Ortega. Es un rostro totalmente desconocido y sin trayectoria política.
“El día de hoy Nicaragua va a ser historia, porque se está dando la fórmula y el candidato que el pueblo está deseando. Todos los nicaragüenses estamos esperando gente joven, capaz para cambiar la historia de estos últimos 40 años”, dijo Gutiérrez Gasparín al momento de inscribirse.
Posterior a su inscripción circularon unas fotografías en redes sociales en la que indicaban sobre su supuesta participación en actos del partido gobernante FSLN. “Se parece a mí, pero no lo soy”, afirmó a los medios de comunicación el candidato del APRE.
El APRE confirmó en sus listas a tres hermanos del candidato presidencial del APRE, que buscan una diputación, entre ellos, Edén Gutiérrez Gasparín en la tercera posición por el departamento de Matagalpa, Juana Patricia y Blanca Nelia Gutiérrez Gasparín por el Parlacen, como propietaria y suplente respectivamente.
Marcelo, un abogado que nadie conoce
La Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) inscribió como candidato a la presidencia a Marcelo de Jesús Montiel Fernández, una figura que en el espectro político nicaragüense nunca se ha escuchado.
El día de su inscripción tanto Montiel Fernández como Jennyfer del Carmen Espinoza Blen, candidata a vicepresidente, evitaron dar declaraciones a los medios de comunicación cuando salieron de las oficinas del CSE.
Previo al inicio de la campaña electoral, el partido ALN denunció que las autoridades no les concedieron el permiso para una actividad prevista a realizarse en la ciudad de Carazo. «Fue aplazada porque el permiso les fue negado rotundamente por las autoridades”, denunció el observatorio Urnas Abiertas.
¿Buscan mantener una cuota de poder?
El analista nicaragüense Humberto Meza, investigador en la Universidad Federal de Río de Janeiro explicó a Expediente Público que estos partidos intentan solamente dos cosas: que sus miembros no sean encarcelados como le ocurrió al resto de aspirantes presidenciales y mantener una cuota de poder en cualquier institución pública.
“El castigo para quien no se sujeta a esas cosas es (la cárcel) ‘El Chipote’, entonces, la posibilidad de no vayan a ‘El Chipote’ es esa, que tengan algún cargo, no sé si en el Ejecutivo, que sigan participando del Estado hasta que no sea más posible participar, y eso, se prestan a un trámite que va a tener una recompensa que puede ser que no le quiten la personería jurídica, que no vaya a ‘El Chipote’ y que mantenga una especie de cuota”, señaló Meza.
Como en política nada está escrito, los partidos señalados de colaboracionistas o aliados del régimen de Ortega, también han dado sus sorpresas en la presentación de sus candidatos a diputados. La mayoría, como los del FSLN que llevan décadas en el Parlamento buscan una reelección, y otros únicamente se han cambiado de bandera política.
Según la lista oficial de candidatos presentada por el CSE, el actual diputado del Apre y exconvicto por corrupción pública, Byron Jerez, por ejemplo, busca ser reelegido en su cargo, pero esta vez bajo la casilla PLI. Y la actual parlamentaria conservadora, Wendy Guido, también busca mantener su escaño, pero esta vez bajo la casilla del Apre.
“Siempre hay grupos políticos que, aunque no son afines al régimen autoritario con tal de tener alguna cuota de poder o de insertarse en la Asamblea legislativa y obtener algún pequeño beneficio económico en términos de poder”, manifestó Murillo Zamora.
Para Chaguaceda cuando la oposición real es convertida en una “oposición no tolerada, antisistémica o incluso ilegal de facto y/o de iure”, como en Nicaragua donde hay partidos eliminados y precandidatos presidenciales presos estamos frente a un proceso diferente.
“A lo único que asistimos es a un proceso de autocratización abierto. Y como los conflictos no desaparecen, todo eso tiende a un eventual estallido, en nuevas condiciones que nunca se pueden prever, con conflictos sociales que discurren por fuera de los cauces institucionales y que traen nuevas crisis política. Un poco lo que vivimos en el año 2018 y que fue inesperado hasta que se dio, con la ciudadanía exigiendo cambios profundos, por fuera de las instituciones del acomodo”, puntualizó Chaguaceda.