*Un año han permanecido cerradas las fronteras terrestres por parte del gobierno costarricense debido a la pandemia del Covid-19, sin embargo la ola migratoria de nicaragüenses hacia el vecino del Sur no se ha detenido. La migración se está complicando en la temporada de Semana Santa este 2021.
***La falta de empleo y la represión política de parte del gobierno de Daniel Ortega ha empujado a más de 100 mil ciudadanos abandonar Nicaragua desde el 2018.
Expediente Público
Son las 6:15 de la mañana y no ha parado de llover este miércoles 31 de marzo, a mitad de la Semana Santa, la conmemoración principal de la Iglesia católica. Una espesa neblina y la lluvia es el manto perfecto para que decenas de nicaragüenses pasen de forma ilegal hacia Costa Rica, por uno de los puntos “ciegos” en Las Tablillas, en el cantón (municipio) de Los Chiles, provincia (municipio) en la frontera norte costarricense con Nicaragua. Los nicas solo cruzan un alambrado para dejar atrás su tierra, caminan unos 50 metros entre lodo y monte y ya están del lado de Costa Rica.
Por esta zona también salen en estos días cientos de ciudadanos que no están legalizados en Costa Rica, para pasar la temporada de vacaciones con sus familias en Nicaragua. Muchas personas deciden cruzar de forma ilegal el no tener los 100 dólares para pagar la prueba del Covid-19 que cobran en laboratorios costarricenses, y presentar el resultado en el puesto de Migración de San Carlos, en el municipio del mismo nombre en el departamento de Río San Juan, del lado nicaragüense, que exige el gobierno de Daniel Ortega para dejarlos entrar.
Pedro-no quiso revelar su apellido- es uno de esos nicaragüenses que pasaron ilegal. El trayecto lo hace cargando sobre sus espaldas un saco donde guardó ropa y otros artículos personales. “Primera vez que vengo por aquí. Pienso quedarme en Nicaragua un par de semanas”, afirma Pedro antes de pasar la cerca de alambres.
Expediente Público constató que por ese sitio es fácil pasar ilegalmente entre horas de la madrugada y antes de las 10:00 de la mañana, porque no hay presencia de la Policía de Migración costarricense haciendo patrullaje. Aunque si permanecen dos oficiales de Nicaragua a menos de diez metros del acceso ilegal, estos no detienen a los que pasan de forma irregular.
El interés de esos funcionarios es vigilar los trabajos de construcción de una obra del gobierno sandinista, trabajo del que se desentienden solo para tomar fotos y grabar en video al equipo periodístico de Expediente Público cuando documentaba la situación en Las Tablillas, repitiendo así el patrón de asedio e intimidación que el régimen de Ortega ha instaurado contra los medios de comunicación independientes.
Refuerzan control migratorio
El gobierno de Carlos Alvarado desde hace un año mantiene cerradas las fronteras terrestres de Costa Rica debido a la pandemia del coronavirus, pero eso no ha evitado que continúe la «ola» de migración nicaragüense, motivada por la represión de la Policía y grupos de represión del gobierno de Ortega contra la oposición, así como la falta de empleo debido a la recesión económica que sufre Nicaragua desde el 2018 como consecuencia de la crisis social y política, y que la pandemia agudizó en el 2020.
Casi 80.000 nicaragüenses solicitaron en 2019 refugio al gobierno de Costa Rica, según la Presidencia de ese país centroamericano. Un reporte de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha documentado que más de 100 mil nicaragüenses fueron obligados a abandonar su nación desde que inició la crisis social en abril del 2018.
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Según estimaciones oficiales, en la temporada de Semana Santa a diario están saliendo unas 200 personas, de forma legal e irregular, hacia territorio nicaragüense por Las Tablillas. Esa cifra podría suplicarse en los próximos días.
«Reporten los documentos que anden. Todos deben portar su mascarilla”, dice un policía de Migración de Costa Rica a unos 150 nicaragüenses que hacían fila para ser atendidos en las oficinas del puesto Las Tablillas. Esas personas llegaron en dos buses alrededor de las 10:15 de la mañana de este 31 de marzo, y gran parte pretendió cruzar a Nicaragua por el punto “ciego”, pero a esa hora ya estaban más de 20 policías costarricenses que impidieron la travesía irregular.
Para el domingo de Resurrección, el próximo 4 de abril, se habrá intensificado el plan operativo de control en todas las fronteras terrestres, especialmente con Nicaragua, porque las autoridades migratorias esperan el retorno de un mayor flujo de residentes legales e ilegales a Costa Rica.
El gobierno de Alvarado abrirá las fronteras el lunes 5 de abril, por lo que se prevé que la demanda de atención sea todavía mayor.
“Nuestro trabajo se está reforzando durante estos días, pensando principalmente en el ingreso de estas personas el próximo fin de semana (sábado 3 y domingo 4 de abril). Una vez que pasen las festividades, (sabemos que) estas personas van a tratar de ingresar al país (Costa Rica). Algunas vienen con sus documentos en regla, otras personas lo harán tratando de burlar los controles ya establecidos, y los que se van a establecer”, explicó Verny Mora, jefe de Migración de la Región Norte costarricense.
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El cobro que causa migración ilegal
Fidelina Gudiel tiene 20 años de residir en Costa Rica, donde ha tenido diferentes trabajos siendo el actual en jardinería. Quiso visitar a sus familiares en Nicaragua aprovechando las vacaciones de Semana Santa, y para ello pagó 25 dólares por el pasaje de transporte desde San José, la capital, hasta Los Chiles. “Y sin comer”, afirmó Gudiel.
“Voy a ver a mi mamita que está enferma desde que se murió mi papá. Espero nos den el permiso para ir, sino, pues nos regresamos con el dolor de mi alma”, dijo Gudiel mientras hacía fila para ingresar a las oficinas migratorias. Ella fue de las retenidas por los oficiales costarricenses cuando pretendía pasar la frontera de forma ilegal, y se le llevó a revisión en el puesto Las Tablillas.
Gudiel no pudo ver a su mamá, al menos ese día, porque no presentó la prueba PCR (siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa), que confirmara que no tiene el virus del Covid-19, pues es un requisito exigido por el gobierno de Ortega. Migración de Las Tabillas le rechazó el trámite a esa ciudadana, quien desistió de intentar cruzar ilegalmente porque eso le significaba perder la residencia costarricense.
William Gudiel, esposo de Fidelina, criticó que sea la administración de Ortega quien en medio de una crisis sanitaria obligue a los nicaragüenses a pagar el examen de detección del coronavirus. «Ese dinero podría servir para ayudar a la familia porque está difícil (conseguir) trabajo en Nicaragua. Es injusto que paguemos, es mejor que la hagan gratis porque así se evitaría que salgamos de forma ilegal», dijo.
Unas 70 mil pruebas para detección del Covid-19 le fueron donadas el gobierno sandinista en 2020, por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OMS), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y los gobiernos de Taiwán y Rusia, sin embargo se desconoce si fueron usadas y en quiénes. El Ministerio de Salud (Minsa) cobra 150 dólares por realizar el examen de detección del virus a todo nacional o extranjero que quiera ingresar a Nicaragua.
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«Es muy caro, por eso la mayoría de la gente decide irse ilegal. Cuando pasé hace ocho días (a Nicaragua), solo yo lo hice legal, pero iba el montón de personas ilegales, y yo les pregunté por qué pasan así y me decían: por la prueba, no pueden pagarla», afirmó Cristina Pérez al momento de regresar a Costa Rica.
¿Qué pasa con los que son rechazados?
Lo dispuesto por Migración en Las Tablillas es que los ciudadanos que no presente la documentación requerida para cruzar a San Carlos, como es la prueba PCR y el pasaporte vigente no le autorizarán el trámite, y aquellas personas con los permisos de estadía vencido les será extendido un documento de rechazo por parte de Costa Rica, que significa su expulsión del país.
«Esas personas llevan una hoja de rechazo y pueden salir pero por el puesto no regulado, donde los oficiales (de Nicaragua) verifican el documento» y los dejan ingresar al territorio, explicó Mora, jefe de Migración de la Región Norte costarricense.
Pero el personal de Migración nicaragüenses no hacen ese proceso. Expediente Público constató que por el sitio de expulsión hay dos oficiales designados pero de lo que se ocupan es de «cuidar» a los trabajadores de la obra de construcción que ejecuta el gobierno de Ortega, mientras se desentienden del control de paso de las personas, lo que facilita la migración ilegal.
«Cuando vienen saliendo de Costa Rica hacia Nicaragua no les dicen nada», afirma doña María (no da su apellido) quien vende refrescos y agua justo en el sitio de paso irregular, donde está el mojón que divide la frontera Los Chiles y San Carlos, entre ambos países.
Cuando el equipo de Expediente Público entrevistaba a doña María, uno de los oficiales nicaragüense empezó a grabar en video y a tomar fotografías, acción que fue reclamada por policías de Migración de Costa Rica que se dieron cuenta de que esa situación no era justificada, ya que los reporteros estaban debidamente autorizados para estar en el lugar.
«Les puedo asegurar que tenemos planificada varias medidas en diferentes puntos que sabemos que las personas utilizan para ingresar al país» de forma irregular, aseguró el jefe de Migración de la Región Norte respecto a los planes que Costa Rica tiene para enfrentar la «ola» de nicaragüenses, tanto en la temporada de Semana Santa como una vez se abran las fronteras, a partir del 5 de abril. La policía migratoria será apoyada con personal de otras instituciones de seguridad y con vehículos para intensificar el patrullaje en los puestos fronterizos, sobre todo por los sitios que saben que los nicaragüenses intentarán pasar de forma ilegal.