* Juicio del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández , inicia en Nueva York este 20 de febrero de 2024.
**Defensa argumentará que expresidente Hernández era “un aliado confiable” del Gobierno de Estados Unidos contra el crimen organizado.
**El otrora mandatario hondureño es acusado de conspirar para introducir grandes cantidades de cocaína en Estados Unidos, así como eliminar testigos y asociarse con la mara salvatrucha.
Expediente Público / New York
Cobertura Especial
El caso de Juan Orlando Hernández (JOH) ha captado la atención global desde que se pidió su extradición en febrero de 2022.
La expectación se ha visto alimentada por una serie de cambios en las fechas de inicio del juicio, así como por los desafíos legales planteados tanto por la defensa como por la fiscalía.
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Juan Orlando Hernández y asociaciones oscuras
Según la investigación de la Agencia Antidrogas norteamericana (DEA), Hernández protegió a narcotraficantes, incluido su hermano “Tony” Hernández, sentenciado a cadena perpetua por los mismos cargos en octubre de 2019.
También es acusado de asociarse con grandes figuras del narcotráfico como Joaquín “el Chapo” Guzmán Loera, jefe del Cartel de Sinaloa. Hernández podrían sumar varias cadenas perpetuas de salir culpable de los tres cargos del juicio.
Los testimonios que la fiscalía presentará sugieren también la complicidad del expresidente en la eliminación de posibles testigos y la colaboración con pandillas.
La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York solicitó recientemente la admisión de declaraciones, llamadas y otros audios interceptados, como evidencia que incluyen declaraciones de miembros de la MS-13 y del ex-general Juan Carlos ‘El Tigre’ Bonilla Valladares, quien reciente se declaró culpable de colaborar para traficar cocaína.
En contexto: En enero de 2023 iniciaría juicio de Juan Orlando Hernández en Estados Unidos
Estas llamadas podrían desempeñar un papel crucial en el juicio contra Hernández, ya que, según cita el documento presentado por la Fiscalía, “ciertas declaraciones hechas por miembros y asociados de La Mara Salvatrucha (MS-13) y Juan Carlos ‘El Tigre’ Bonilla Valladares”, señalan directamente a Juan Orlando Hernández como “co-conspirador”.
Defensores señalan buena relación con EE.UU.
Mientras tanto, la defensa de Hernández argumenta que estas acusaciones son una venganza por parte de los narcotraficantes y pandilleros perseguidos cuando él fue gobernante (2014-2022).
Según la defensa, JOH siempre un aliado confiable de los Estados Unidos, desde la administración de Barack Obama hasta la de Donald Trump, y todo lo que hizo fue siempre del conocimiento de los estadounidenses.
Además: JOH será presentado ante el juez Stewart D. Aaron en Nueva York
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Juan Orlando Hernández espero más de un año
La expectación se ha visto alimentada por una serie de cambios en las fechas de inicio del juicio, así como por los desafíos legales planteados tanto por la defensa y como por la fiscalía.
La primera fecha del juicio fue el 28 de septiembre de 2022. El último cambio ocurrió el 23 de enero, cuando se pospuso la audiencia para el 5 de febrero y luego el 12 del mismo mes, solo para ser cancelada nuevamente y programada para el 20 de febrero, cuando deberá comenzar la elección del jurado.
Uno de los aspectos más destacados en estas semanas previas, y la principal razón de estos atrasos, ha sido el debate sobre el manejo de la información clasificada.
Contradicción por documentos secretos
La abogada defensora, Sabrina Shroff, ha señalado restricciones impuestas por la Fiscalía para acceder a la información clasificada en el caso de Juan Orlando Hernández.
Shroff argumenta que estas restricciones se aplicaron tardíamente y criticó las “posiciones inconsistentes” de la Fiscalía respecto a la divulgación de la misma, calificando las restricciones de “inaceptables”.
Según Shroff, mucha de la información que el fiscal clasificó, fue información que Hernández compartió libremente durante años, cuando era presidente de Honduras, antes de ser detenido e incluso mientras estuvo en el Centro de Detención Metropolitano.
Nunca esa información fue considerada de alta seguridad y, por lo tanto, no debería restringirse su uso ahora, argumenta la abogada.
El juez Castell cuestionó también a la fiscalía sobre la razón para mantener dicha información clasificada e intercedió para autorizar la declaración de Hernández, permitiéndole hacer uso (en parte) de la información que solicitaba y hacer referencia de las reuniones que sostuvo con altos funcionarios del Gobierno de Estados Unidos.
Como expresidente Hernández presentará evidencia de encuentros con expresidentes, secretarios de Estado, consejeros de Defensa y Seguridad, directores de agencia y comandantes militares norteamericanos.
La defensa busca que esta información desvirtúe la narrativa acusatoria. El abogado defensor Raymond Colon sostiene que estas reuniones contradicen las acusaciones de participación de JOH en actividades criminales.
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¿EE.UU. no sabía de actividades de JOH?
En una nota publicada por el portal Infoabe, Douglas Farah, presidente de IBI Consultants en Washington, DC manifestó que, en efecto, “Estados Unidos sufrió durante mucho tiempo de una “ceguera consciente” respecto a Hernández y sus actividades criminales.”
“Estados Unidos tuvo durante mucho tiempo información sólida sobre Juan Orlando, sobre Tony Hernández, pero hubo una parte del gobierno que pensó que él era un activo muy valioso como para perderlo… Era narco, pero era nuestro narco”, dice Farah.
A medida que el juicio avanza, se vislumbran la competencia entre estas dos narrativas contradictorias, que deberá dilucidar el jurado: ¿Eran conscientes de esto, personajes como Mike Pence, Mike Pompeo o John Bolton, que elogiaron repetidas veces al expresidente Hernández?
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¿O las agencias de inteligencia norteamericanas mantienen en secreto sus investigaciones, incluso frente a sus jefes y directores, permitiéndoles reunirse con capos de estructuras criminales internacionales?
Por ahora, el juicio de JOH está lejos de ser resuelto y continúa siendo un punto de interés, tanto para los ciudadanos hondureños como para la comunidad internacional.
A medida que el proceso judicial avanza y se revelan más detalles, se espera que surjan nuevos elementos que arrojen luz sobre el destino de uno de los líderes políticos más controvertidos de América Latina.
