**Según un comunicado del Departamento de Justicia estadounidense el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández “participó en una conspiración corrupta y violenta de narcotráfico”.
***Usó sus vastos poderes políticos para ayudar a narcotraficantes y a cambio de eso recibió cantidades millonarias de dinero, según las autoridades.
Expediente Público
Apenas dos horas después de que se concretara la extradición del exmandatario Juan Orlando Hernández, autoridades del Departamento de Justicia y de la DEA brindaron conferencia de prensa para confirmar que el acusado será presentado el viernes 22 de abril ante el juez Stewart D. Aaron, de la Corte Federal de Nueva York, bajo cargos de tráfico de drogas y uso de armas.
En la conferencia estuvieron presentes el fiscal general Merrick B. Garland; Damian Williams, fiscal federal para el Distrito Sur de Nueva York; y Anne Milgram, de la Administración de Control de Drogas (DEA).
El Departamento de Justicia “está comprometido a interrumpir todo el ecosistema de las redes de tráfico de drogas que dañan al pueblo estadounidense, sin importar cuán lejos o cuán alto debamos llegar”, indicó el fiscal general Garland.
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De su lado, el fiscal federal Damian Williams, indicó que el expresidente “presuntamente se asoció con algunos de los narcotraficantes más prolíficos del mundo para construir un imperio corrupto y brutalmente violento basado en el tráfico ilegal de toneladas de cocaína a los Estados Unidos”.
Además, lo acusó de usar “sus vastos poderes políticos para proteger y ayudar a los narcotraficantes y líderes de cárteles”, al alertarlos por las acciones de la justicia.
Anne Milgram, de la DEA, aseguró que fue una investigación de varios años la que reveló que Hernández “fue una figura central en una de las conspiraciones de tráfico de cocaína más grandes y violentas del mundo”.
Además, usó las ganancias del narcotráfico para financiar su ascenso político y, una vez elegido presidente, aprovechó los recursos policiales, militares y financieros del Gobierno de Honduras para promover su plan de narcotráfico, enfatizó la funcionaria estadounidense.
“Este caso debería enviar un mensaje, a todos los líderes políticos del mundo que comercian con posiciones de influencia para fomentar el crimen organizado transnacional, de que la DEA no se detendrá ante nada para investigar estos casos y desmantelar las organizaciones de narcotraficantes que amenazan la seguridad y la salud del pueblo estadounidense», acotó.
Un comunicado del Departamento de Justicia, posterior a la conferencia de prensa, explicó que desde el 2004 y hasta el 2022 Hernández “participó en una conspiración corrupta y violenta de narcotráfico para facilitar la importación de cientos de miles de kilogramos de cocaína a los Estados Unidos”.
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Además, “supuestamente recibió millones de dólares para usar su cargo público, las fuerzas del orden público y el ejército para apoyar a las organizaciones narcotraficantes en Honduras, México y otros lugares”.
Aseguran que Hernández proporcionó información confidencial militar y policial a los traficantes de drogas para ayudarlos a transportar toneladas de cocaína a través de Honduras con destino a los Estados Unidos. También “ordenó a miembros fuertemente armados de la Policía Nacional de Honduras y del ejército hondureño a que protegieran los cargamentos de drogas mientras transitaban por Honduras; y patrocinó una violencia brutal”.
Entre los que habrían pagado sobornos al expresidente estuvo el exlíder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, quien en el 2013 le entregó 1 millón de dólares. Según el comunicado, Hernández envió a su hermano Juan Antonio Hernández Alvarado y a otra persona, armados con ametralladoras, a cobrar el soborno. “A cambio, Hernández prometió seguir protegiendo las actividades de narcotráfico del Cartel de Sinaloa en Honduras”, según el Departamento de Justicia.
El exmandatario también se asoció con Geovanny Fuentes Ramírez, a quien le habría dicho que iba a “meter la droga en las narices de los gringos”, según el documento. Actualmente los cuatro ya guardan prisión en cárceles estadounidenses, tres con cadena perpetua y Juan Orlando Hernández en proceso judicial.
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Sostienen que como “congresista, presidente del Congreso Nacional y finalmente presidente de Honduras durante dos mandatos, Hernández supuestamente recibió millones de dólares en ganancias de la cocaína que usó para enriquecerse, financiar sus campañas políticas y cometer fraude electoral mientras el pueblo de Honduras soportó condiciones de pobreza y violencia desenfrenada”.
Hernández está acusado de tres cargos: conspiración para importar cocaína a los Estados Unidos; usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos para promover la conspiración de importación de cocaína; y conspirar para usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos para promover la conspiración de importación de cocaína.
