Intento de golpe militar en Bolivia tras destitución de jefe de Fuerzas Armadas

Intento de golpe militar en Bolivia tras destitución de jefe de Fuerzas Armadas

* Un grupo de militares ocupó este miércoles la sede del Gobierno de Bolivia en La Paz tras forzar las puertas con un carro blindado.

** La sesión 54 de la Organización de los Estados Americanos fue interrumpida por el embajador de La Paz ante el foro, Héctor Enrique Arce Zaconeta, quien alertó sobre el levantamiento militar.


Eric Lemus / Expediente Público

El presidente de Bolivia, Luis Arce, sorteó este miércoles 26 de junio un intento de golpe de Estado tras una movilización militar liderada por el excomandante general del Ejército, Juan José Zúñiga. El general fue destituido el pasado fin de semana tras amenazar contra el orden institucional del país andino.

Militares con equipo de combate desplegaron tanquetas a la Plaza Murillo, en el centro histórico de La Paz, e irrumpieron en la sede de la casa de gobierno, el Palacio Quemado, luego que Arce cesó del cargo al comandante militar.

Zúñiga, que era un funcionario de confianza del mandatario, llamó la atención de la opinión pública boliviana porque días previos durante una entrevista ofrecida a un medio de comunicación local amenazó con encarcelar al exgobernante Evo Morales.

Suscríbase al boletín de Expediente Público y reciba más información

Morales gobernó entre 2006 y 2019, pero terminó abruptamente su mandato luego que intentó perpetuarse en el gobierno. Fue expulsado por el ejército en noviembre de aquel año.

Militares de Bolivia causan crisis

Sin embargo, la decisión del Estado Mayor del Ejército boliviano, que recurrió a soldados con equipo de campaña y vehículos de ataque, generó la condena de la comunidad internacional.

El presidente Arce denunció “movilizaciones irregulares de algunas unidades del ejército boliviano» y exhortó porque “la democracia debe respetarse”, tras el avance de las unidades castrenses hacia el centro de la ciudad.

Escenas registradas por ciudadanos y periodistas atestiguaron la irrupción de un tanque que arremetió contra la puerta de ingreso presidencial.

Condena unánime en la OEA

La reunión de observadores prevista para la 54 Asamblea General de la OEA, que tiene lugar en Asunción, capital del Paraguay, interrumpió brevemente las deliberaciones para escuchar la alerta trasmitida por el embajador boliviano ante el foro hemisférico, Héctor Enrique Arce Zaconeta.

Arce Zaconeta, que rompió con el sopor del bochorno paraguayo, pidió el apoyo unánime de los estados presentes que acuden a la sesión.

Lea: Democracia y seguridad son los temas claves de la Asamblea de la OEA en Paraguay

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, condenó inmediatamente la sublevación castrense en el país andino y advirtió que la comunidad internacional no “tolerará el quebrantamiento del orden constitucional”.

“El secretario General de la OEA condena estas acciones del ejército boliviano, el mismo debe someterse inmediatamente a la autoridad civil como marca la Carta Democrática interamericana, expresamos nuestra solidaridad con el presidente de Bolivia Luis Arce Catacora”, declaró Almagro.

Rápida acción diplomática

El embajador de Bolivia ante la OEA, Héctor Arce, dijo a Expediente Público que en nombre del Gobierno de Arce “saludamos toda la manifestación de la comunidad internacional” en respuesta a la sublevación acaecida en La Paz.

El embajador Arce observó que Bolivia atraviesa una “situación extraña que está en investigación de nuestro país donde fuerzas militares acompañadas de unidades blindadas tomaron instalaciones de la Plaza Murillo, ingresaron a la Casa Grande del Pueblo y tuvieron una reunión muy áspera con el presidente Luis Arce”.

La denuncia emitida por el diplomático boliviano sacudió el desarrollo del cónclave hemisférico que sirve como plataforma para deliberar sobre las grandes crisis políticas que atraviesan naciones como Haití, Venezuela y Nicaragua.

Puede leer: Alonso Illueca: China usa la CELAC como contrapeso a la democracia

La noticia sobre las acciones militares en Bolivia no hizo más que elevar los resortes de la comunidad internacional por el riesgo a que países de América Latina sufran una deriva autoritaria.

Desenlace dramático

El jefe militar depuesto acudió a la plaza central de la capital andina donde fue rodeado por la prensa que le preguntó si conducía un golpe de Estado.

“Habrá un nuevo gabinete (…) seguramente ahora se van a cambiar porque no puede seguir más así nuestro país, nuestro Estado, haciendo lo que les da la gana. Estamos mostrando nuestra molestia como fuerzas armadas, como soldados de la patria”, profirió Zúñiga mientras se escuchan detonaciones en el ambiente.

Minutos antes una tanqueta había arremetido contra la puerta del Palacio Quemado. Pero un contingente de policías antimotines acuerpó también consiguió acuerpar el ingreso del presidente Arce, quien luego confrontó al comandante cesado y le ordenó que desmovilizara la sublevación.

Entre los políticos, Deisy Choque, diputada por el partido Movimiento al Socialismo (MAS), tomó una rápida postura anunciando que “defenderán la democracia”. “Somos democráticos donde los militares no pueden nuevamente someter al estado a un golpe de estado y así eliminar la democracia”.

Choque, pese a ser miembro de MAS, discrepa con un retorno de Evo Morales a la vida política boliviana, donde la izquierda está dividida en al menos tres tendencias.

Al cierre de la tarde, Arce convocó a la ciudadanía para repudiar la ocupación militar y miles de ciudadanos bajaron a La Paz en apoyo al mandatario, mientras las tropas se replegaron en las guarniciones castrenses.

Arce ratificó un nuevo mando militar y giró órdenes de captura del comandante Zúñiga, quien fue aprehendido pocas horas después en las afueras del Estado Mayor donde el cabecilla depuesto dijo en su defensa a la prensa que todo era parte de un plan para elevar la popularidad del presidente Arce.

Una crisis económica en el horizonte

Bolivia atraviesa una crisis económica debido a la caída de las reservas internacionales por una disminución en la venta de gas e insuficientes tareas de exploración.

El gobierno de Arce maniobra contra la volatibilidad cambiaria del dólar y el encarecimiento del costo de la vida. En Bolivia, la tasa oficial es de 6,96 bolivianos por dólar, pero en el mercado negro la divisa puede cotizarse hasta nueve.

En mayo de 2024, el presidente Arce afirmó en un acto público que “tenemos ciertas dificultades en la disponibilidad del dólar, pero no estamos en una crisis económica estructural”.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyecta un crecimiento del 1,9 % este 2024, sin embargo, Bolivia sigue entre las últimas cinco posiciones en la región.

La versión contradictoria del autogolpe

Las palabras atropelladas del militar sublevado desembocaron en un enfrentamiento de posiciones entre los sectores que discrepan o respaldan la gestión del mandatario boliviano, quien hasta este momento fortaleció su posición más allá de esa acusación hecha por el ahora exjefe del ejército.

El catedrático universitario y periodista boliviano Javier Méndez Vedia, en conversación con Expediente Público, afirma que -en medio de la crisis económica precedente que vive el país- el desarrollo de estos acontecimientos “puede jugarle en contra (a Arce) porque si bien las Fuerzas Armadas quedan más desprestigiadas, se le ve como un Gobierno y candidato vulnerable”.

El país andino tiene previsto celebrar elecciones generales en agosto de 2025 donde el actual gobernante podría ganar un nuevo mandato presidencial, de acuerdo a sondeos de opinión, que lo colocan por delante de otras figuras políticas como el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y el mismo Evo Morales, que busca regresar al poder.

El abogado y analista político Hugo Moldiz no duda en afirmar que “esto estaba concebido como un golpe clásico: militar que toma el Palacio de Gobierno y se proclama como presidente en una suerte de presidente bonapartista seguramente con la intención aparente de convocar a elecciones generales en un tiempo determinado”.

En tanto, la periodista orureña Erika Apaza añade a Expediente Público que el mandatario «desde hace meses vive la incomodidad de un Congreso que no le da cursos a sus créditos”.

Además, a criterio de Apaza, “hay un dato que queda cuando (el jefe castrense depuesto) Zúñiga sacrifica el prestigio de las Fuerzas Armadas: se muestra como defensor de presos políticos. Es el argumento que Arce requiere para sus próximas definiciones políticas”.

En el epílogo de una jornada política tensa, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, presentó ante la prensa a Juan Arnez Salvador, excomandante de la Armada Boliviana (Marina), al tiempo que anunció que están investigando la participación de más involucrados en lo que denominó un “golpe planificado y coordinado”.