A diferencia de otros países donde hay estadísticas confiables y rigurosos controles sanitarios, en Nicaragua la ausencia de estos datos y la falta de una clara política de gestión preventiva crean una incertidumbre razonable en la comunidad médica y científica.
Expediente Público
No se sabe cómo se comportará la pandemia del Covid-19 en Nicaragua en las próximas semanas y hay incertidumbre debido a la falta de información estatal, explicó un grupo de expertos del no gubernamental Comité Científico Multidisciplinario (CCM).
Los especialistas informaron que desde hace 9 meses, el Ministerio de Salud (Minsa) no publica el Boletín Epidemiológico Semanal, después que el Comité publicara sus pronósticos sobre la primera ola de Covid-19 que afectó al país a partir de marzo del 2020.
A la falta de información se le suma el hecho que el Ministerio de Salud (Minsa) centraliza la realización de las pruebas para identificar a los pacientes positivos de coronavirus.
Según informes del Observatorio Ciudadano, integrado por médicos y organizaciones independientes, en los meses de diciembre del 2020 a enero del 2021 los casos de contagio aumentaron lentamente de 603 personas a 665.
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Estos casos presentan un nivel de letalidad alto, ya que de 665 casos reportados, se contabilizaron 79 muertes por Covid-19 en ese período.
Según el doctor Carlos Hernández, con los datos aportados por el Minsa y el Observatorio Ciudadano se determinó que la primera ola de Covid-19 en Nicaragua, de los meses de junio a agosto de 2020, fue muy fuerte, en ascenso rápido, lo que también se evidenció con la saturación de los servicios en salud, crecimiento de cementerios y la fabricación y venta de ataúdes.
El negar información sobre salud pública es una forma de violación a los derechos ciudadanos explicaron los expertos, ya que esta información puede alertar y ayudar a la población a tomar medidas preventivas.
El epidemiólogo Leonel Argüello explicó a Expediente Público que para que exista mayor control epidemiológico, el Estado de Nicaragua debería tener una voz uniformada para dar las indicaciones a la población, “las mejores experiencias en el mundo son aquellas en las cuales, hay una sola voz cantante, una sola voz creíble”, afirmó.
A Javier Barreto, sicólogo del Comité Científico le llama la atención que el Gobierno aún siga llamando a la población a participar en el Plan Verano y otras actividades de aglomeración social, ignorando que el año pasado, este hecho pudo ser un detonante para la expansión del virus.
Actualmente Nicaragua enfrenta una segunda ola de contagio por Covid-19 desde el mes del noviembre, según el Observatorio Ciudadano.
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Esperanzas en las vacunas
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó el 16 de febrero que mantiene a partir de marzo el inicio de la entrega de las vacunas a Nicaragua, a través del mecanismo de acceso mundial a las vacunas contra el Covid-19, (Covax).
Jarba Barbosa, subdirector de la OPS, el martes 16 de febrero brindó el informe semanal sobre la situación de la pandemia en América Latina, y refirió que “probablemente a principios de la próxima semana” cada país será informado de la fecha y cantidad de vacunas a recibir, pero previamente “se enviará información específica” para que “puedan hacer la adaptación de sus planes de inmunización”.
A través del mecanismo Covax, la OMS/ OPS donará 504,000 dosis de la vacunas de AstraZeneca.
El gobierno nicaragüense también anunció que adquirirá 7.4 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V, a un costo de 115.7 millones de dólares.
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También se adquirirá la vacuna Covishield, fabricada en India, de las cuales 200,000 serán donadas y 300,000 para comercialización. El Minsa no ha aclarado hasta ahora si venderá y a qué precio las vacunas a la población, como cobra la prueba del Covid-19 a 150 dólares.
Según el doctor Argüello para que las vacunas a adultos sean efectivas, será necesario que el Estado diseñe un plan de vacunación que a la fecha no ha anunciado.
Pasos que hacen falta
Argüello considera que Nicaragua tiene más 40 años de experiencia en vacunación con niños, pero con adultos es diferente porque suelen ser más renuentes, de allí la importancia de que el Gobierno mejore sus mecanismos de comunicación y campaña a fin de generar conciencia en la población.
El Ministerio de Salud pretende vacunar a un 55 por ciento de la población, entre ellos trabajadores de la Salud y adultos mayores, pero según los especialistas consultados, la cifra de vacunados podría ascender a un 59 por ciento este año.
Para el epidemiólogo Argüello también es importante que se cense a la población que recibirá el beneficio de la vacuna, y que esos datos sean públicos a fin de conocer la necesidad real del país en relación a la vacunación.
Según el doctor Carlos Hernández, se espera que esta vacuna sea gratuita debido a que es un recurso donado por la cooperación internacional y constituye un derecho ciudadano, en un sistema de salud gratuito como el de Nicaragua.
Según especialistas de CCM, se espera que en febrero y marzo venga la vacuna a Nicaragua.
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Poner atención a salud mental
Este estado de incertidumbre entre la población nicaragüense también afecta la salud mental, aseguró el sicólogo Barreto, del Comité Científico.
Según Barreto la salud mental de la población puede verse exacerbada por la crisis socio-política que desde hace casi tres años atraviesa Nicaragua, porque la economía en la familia se ha afectado por el desempleo, estrés, problemas de sueño, violencia de género, drogas y en el peor de los casos pensamientos suicidas.
Barreto señaló que el exceso de información, llamada Infodemia, puede generar angustias y, falsas expectativas, por ello recomienda tener cuidado con información no confiable y no científica.
Argüello recomendó a la población estar alerta y practicar las medidas de protección como mantener la distancia, no tocar ojos, nariz y boca, lavar las manos con agua y jabón, si salimos usar mascarilla, bien ajustada y tener todas las áreas ventiladas.
Estas mismas medidas, se les deben recomendar a los niños y jóvenes que asisten a la escuela, a fin de minimizar los contagios, asegura Argüello.
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Según el especialista, al cumplirse estas medidas tanto en adultos como menores de edad, se podría evitar desgracia mayor, en medio de una coyuntura que promueve el contagio.
Y aunque el uso de la mascarilla es la medida más generalizada que ha adoptado la población por necesidad, hace falta mayor orientación pública, señaló el doctor Argüello.