*El ministro de la Presidencia, Rodolfo Pastor, defiende la soberanía y el respeto a la autodeterminación, ante una posible intromisión norteamericana por la presencia del expresidente Rafael Correa en Honduras.
**Rafael Correa es acusado por actos de corrupción en Ecuador y fue sentenciado a 8 años de cárcel por el caso “Sobornos 2012-2016″.
***El economista ecuatoriano Pablo Lucio Paredes considera que Honduras no debió invitar a Rafael Correa.
Expediente Público
El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, una de las figuras políticas que defiende el modelo económico que propone el llamado “socialismo del siglo XXI”, llegó a Honduras para asesorar en materia económica y gobernabilidad al Gobierno de la presidenta Xiomara Castro, una situación que podría generar roces en las relaciones diplomáticas que el país centroamericano inició con Estados Unidos el pasado 27 de enero durante la toma de posesión de la política hondureña.
Honduras ha tenido notables acercamientos con el Gobierno de Estados Unidos y han ratificado compromisos para el buen desempeño del desarrollo económico y social para ambos países, esto después de que las relaciones se mantuvieron un poco alejadas por las acusaciones formuladas contra el exmandatario Juan Orlando Hernández, actualmente en prisión y a la espera de ser extraditado por cargos de narcotráfico.
En Honduras no existía un embajador de Estados Unidos desde 2017, y el país norteamericano nombró a la diplomática Laura Dogu como la nueva embajadora, quien estaría llegando al territorio hondureño en pocos días.
Después de este nombramiento, el republicano Marco Rubio, senador del subcomité de Asuntos Exteriores dijo esperar “que Castro abriera nuevo camino y no siguiera los pasos de su esposo”, haciendo referencia a la relación que mantuvo con los expresidentes de Venezuela y Cuba.
Pero estos acercamientos con personas que no han figurado como aliados de Estados Unidos pueden crear confusión respecto a las buenas relaciones que se están creando. Sin embargo, el Gobierno de Castro reclama la independencia de tener relaciones diplomáticas, políticas y económicas con libertad.
Ministro Pastor: No responden a otros gobiernos
Para el ministro de la Presidencia de Honduras, Rodolfo Pastor, es muy importante que “todos los países y para quienes han sido socios de Honduras en el exterior se comprenda con claridad que la nueva administración está comprometida con el respeto a la soberanía, a la independencia y al derecho a la autodeterminación”.
«No es cuestión que nosotros vamos a dejar de tener amistades y vamos a dejar de tener relaciones con otros países y otras figuras internacionales simplemente para cumplirle el dictado a una potencia externa”, argumentó Pastor en entrevista con Expediente Público.
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Recalcó que Estados Unidos fue el principal apoyo para el “Gobierno corrupto” de Juan Orlando Hernández (2014-2022).
“Recordemos, por ejemplo, no fue prudente Estados Unidos a lo largo de la última década en que apoyó de manera directa, pública y sistemática a una dictadura que oprimió y persiguió al pueblo hondureño”, dijo Pastor.
Ante esta situación el ministro de la Presidencia dijo que no pueden dejar a un lado ese contexto, pero que se está trabajando en restablecer la confianza entre ambos países para así poder trabajar de la mano, pero que Honduras no puede olvidar ese apoyo por parte de Estados Unidos a Hernández.
“Apoyaron a una dictadura que llamaron en numerosas ocasiones socios estratégicos, socios fundamentales, brindándole apoyo político, diplomático, financiero y también en materia de armas y entrenamiento. No vamos a olvidar que Estados Unidos en su momento normalizó la situación después del golpe de Estado”, remarcó Pastor.
El funcionario hondureño dejó claro el escenario y en el marco que trabajará con Estados Unidos. “Vamos a trabajar en una función de respeto, una relación que entienda que somos un país libre, soberano e independiente”.
Honduras no debió invitarlo
A criterio de especialistas consultados por Expediente Público, Honduras nunca debió extender invitación al exmandatario Rafael Correa por tratarse de un exfuncionario prófugo de la justicia ecuatoriana, y sobre quien recae una sentencia condenatoria de ocho años de prisión por el delito de cohecho en el caso “Sobornos 2012-2016″.
“El señor Correa ha sido condenado en el Ecuador por temas reales de corrupción, no temas políticos, sino temas reales, y que en consecuencia lo lógico sería que el Gobierno de Honduras no reciba al señor Correa”, dijo a Expediente Público Pablo Lucio Paredes, director de economía de la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador.
El exmandatario llegó a Honduras el 27 de marzo y desde entonces ha mantenido reuniones con la presidenta Castro y miembros de su gabinete.
34 investigaciones contra el expresidente
Correa se desempeñó como presidente de Ecuador en el periodo 2007-2017, y se identificó con el proyecto del “socialismo del siglo XXI”, que lideraba el presidente Hugo Chávez (1954-2013). Gobernó diez años, hasta el 24 de mayo de 2017.
“Fueron diez años de utilización de la economía para beneficiar los intereses políticos de Rafael Correa y de su movimiento político, eso es la esencia del enfoque económico de Rafael Correa, él considera que todo es político y que se puede hacer política utilizando la economía para los fines, no de la política para el país, sino de la política partidista”, señaló Paredes.
El nuevo asesor en el Gobierno de Castro, además de político, es economista y catedrático. Está acusado de corrupción en su país con al menos 34 investigaciones que lo involucran y 48 denuncias en su contra.
Actualmente reside en Bélgica, y no puede regresar a su país de origen, por las acusaciones en su contra.
“En Latinoamérica el tema de la corrupción es un tema que la gente le da insuficiente importancia, por eso un Gobierno dice yo invito, sin problema, a alguien que ha sido condenado en otro país por temas de corrupción”, mencionó Paredes.
Honduras ve a Correa como un “líder”
La visita del exmandatario confunde la postura que ha profesado mantener el nuevo Gobierno hondureño, ya que Correa fue acusado de corrupción en Ecuador por el delito de cohecho y sentenciado a 8 años de reclusión en abril del 2020, condena que posteriormente fue ratificada por la Corte Nacional de Justicia ecuatoriana.
Las relaciones con el exmandatario no son nuevas, pues a lo largo de los años ha existido una comunicación con el Partido Libertad y Refundación, fundado y coordinado por Manuel Zelaya Rosales, esposo de la actual presidenta Castro.
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Esto ha despertado intrigas y críticas en varios sectores que piensan que estos acercamientos apuntan a un retorno a la ideología del llamado “socialismo del siglo XXI”, del que son parte los regímenes de Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua y Miguel Díaz Canel de Cuba.
El ministro de la Presidencia, Rodolfo Pastor, explicó a Expediente Público que el expresidente está en Honduras brindando asesoría en materia económica y revisando el estado de la realidad del país.
“Básicamente hablamos de las finanzas del Estado, de la deuda que se ha acumulado a lo largo de la última década. Ha estado intentando entender cuál es el contexto del país, que es un contexto crítico en el que nosotros hemos recibido al país”, aseguró el ministro.
El acercamiento ocurre porque comparten también la misma identidad ideológica. “Evidentemente también hay una identidad ideológica que nos une, una causa común desde la izquierda latinoamericana, el expresidente Correa ha sido un líder emblemático en esa corriente en la región”, explicó Pastor.
El “despilfarro” económico de Correa
El economista ecuatoriano, Pablo Dávalos, en entrevista con Expediente Público, reconoció que el exmandatario aprovechará la invitación del Gobierno de Castro para compartir la experiencia de su país en materia económica, pues tanto Ecuador como Honduras tienen una coincidencia en su matriz económica: ambos dependen de las remesas y la exportación de materia prima.
“Imagino que podría ayudar a Honduras con algunas recomendaciones de política pública, porque no veo qué otra forma podría ser (…) Algunas cuestiones que tienen que ver con decisiones de política fiscal y en el caso de Honduras de política monetaria, que podrían de alguna u otra manera ser pertinentes para ayudar a la redistribución del ingreso y al crecimiento económico”, mencionó Dávalos.
Pese a los problemas políticos que enfrentó Correa en Ecuador, Dávalos recordó que el Fondo Monetario Internacional (FMI), a finales de 2017, se mostró sorprendido por el buen manejo que en política económica estaba siguiendo Ecuador.
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“En Ecuador Rafael Correa tenía muchos problemas que tienen que ver con la índole política, exactamente con la oposición, los empresarios, pero en términos económicos hay una especie de acuerdos, incluso el Fondo Monetario lo reconoce, que se logró un gran crecimiento económico. Cuando (Correa) llegó al poder en el año 2007, el Producto Interno Bruto del país estaba en 45 mil millones de dólares más o menos, diez años después el PIB superaba los 100 mil millones de dólares”, apuntó el economista.
En diciembre de 2017, tras la salida de Correa del poder, una delegación del FMI visitó Ecuador y reconoció que la economía estaba “recuperándose a buen ritmo tras la recesión de 2016”, según nota del organismo financiero.
Dávalos recordó que cuando Correa asumió el poder en 2007, “el 50% de la población estaba en pobreza”, pero durante su periodo hubo una disminución en ese indicador económico. “Cuando el presidente Correa dejó el poder, la pobreza estaba en el 27% de la población”.
Sin embargo, el economista Paredes explicó que durante la administración de Correa los recursos que servirían para estimular la economía se tomaron con el objetivo de un “beneficio político”, aumentando la corrupción.
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“Era un Estado que daba prebendas a todos, más empleos, más obras, más contratos, que despilfarró muchísimo dinero, porque muchas de las cosas que se hicieron no tenían ninguna utilidad para la sociedad y obviamente aumentó tremendamente la corrupción”, mencionó Paredes.
Durante una conferencia de prensa en Casa Presidencial, Correa sugirió a la presidenta Xiomara Castro y su gabinete “no perder el poder”. “Si ganamos el poder se soluciona todo, porque todo es político”, dijo el exmandatario.
Esto hace memoria a las palabras del sandinista Tomás Borge a Daniel Ortega en Nicaragua en el año 2009, cuando sugirió al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSNL) mantenerse en el poder a “cualquier costo”.
¿Qué puede esperar Honduras de Correa?
Luis Guifarro, expresidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE) enfatizó que estos acercamientos con países y personajes extranjeros puede generar conflicto en las relaciones con Estados Unidos.
“Miramos una situación incómoda para el país y que eventualmente puede tener algunos riesgos. Si Estados Unidos ya se comprometió en respaldar al Gobierno, pues ahí sería un problema, se puede generar una relación conflictiva. Sería una desventaja para Honduras si se hacen acercamientos con Nicaragua o Venezuela, en el caso que la presidenta decida fortalecer relaciones con estos países”, agregó Guifarro.
El economista Rafael Delgado coincide con Guifarro, y además asegura que el costo que tendrán estas asesorías debe ser bien analizado.
“Definitivamente que el costo de la asesoría es uno de los puntos más importantes, el país y las finanzas públicas se encuentran en una situación muy calamitosa y cualquier centavo que se invierta en pagos de asesorías debe ser muy bien evaluado”, señaló Delgado.
¿Por qué un asesor extranjero?
Los expertos en el sector económico critican el que hayan tenido que traer a un extranjero, cuando en Honduras hay personas capacitadas para evaluar esta situación y buscar soluciones eficientes.
“No miramos necesario que vengan personeros extranjeros a poder asesorar a la presidenta porque no conocen la realidad del país y una asesoría económica implica conocer la dinámica de la economía hondureña. En el país existe suficiente recurso humano, profesionales muy capaces para poderle ayudar a la presidenta e incluso a título gratuito porque como hondureños nos interesa el bien del país”, dijo Guifarro.
Según Paredes, si Correa aplica las mismas medidas en Honduras “el resultado será el mismo que en Ecuador”.
“Ahora estamos más endeudados que antes, hemos despilfarrado una cantidad de dinero, el sistema de seguridad social está peor que antes porque el Gobierno se tomó los recursos, es decir fueron diez años de mucho dinero, muchas oportunidades y que en definitiva se desperdiciaron”, señaló.
El economista ecuatoriano se mostró escéptico al consultársele sobre la posibilidad de que la gestión de Correa en Honduras se haga de forma transparente y bajo la base de una política de rendición de cuentas.
“Si Honduras hace lo mismo le va a ir por mal camino (…) Lo que menos hubo en el Ecuador fue transparencia en el manejo de las cosas”, señaló.
Expediente Público trató de conocer la versión del sector empresarial de Honduras, pero se nos informó que el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) a través de un comunicado estará dando a conocer su posición sobre la visita y asesoría que brinda Correa al Gobierno de Castro.
El fantasma del ALBA
La Alternativa Boliviana para América Latina y el Caribe (ALBA) es una propuesta de integración subcontinental que fue promovida por el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez en 2004.
Hace énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social con base en doctrinas de izquierda.
Honduras se integró en 2008, siendo mandatario Manuel Zelaya Rosales. En 2010, el país centroamericano se retiró del ALBA.
Siendo Castro un Gobierno de ideología de izquierda, las posibilidades de que Honduras regrese al ALBA se mantienen a la expectativa.
“Honduras en su momento se benefició de manera muy clara en una relación con el ALBA, particularmente en materia energética con Petrocaribe, pero en este momento el contexto es diferente porque ahora Venezuela no tiene la capacidad que en aquel momento tenía”, dijo Pastor.
La invitación a Correa en Honduras provocó la protesta de la Cancillería de Ecuador, manifestando que el exmandatario es “prófugo de la justicia”, pero hasta ahora el Ministerio de Relaciones Exteriores hondureños no se ha pronunciado al respecto. No obstante, el exmandatario, a través de medios nacionales, señaló que la carta es «el colmo del ridículo” del Gobierno de su país.