Honduras

Honduras, el nuevo botín del dragón chino en Centroamérica

*Preocupa la decisión de Honduras de establecer relaciones diplomáticas con China, considerado un régimen autoritario y no comprometido con los derechos humanos.

*La experiencia de otros países centroamericanos, ha sido la falta de cumplimiento de promesas de inversión de China.

**Analistas como Alonso Illueca, experto en derecho internacional, recomiendan que la administración de Xiomara Castro debería de tomar en consideración lo peligroso de relacionarse con un sistema ajeno a los principios democráticos.


Expediente Público

La orden esta semana de la presidenta hondureña Xiomara Castro, de establecer relaciones con China, aumenta las preocupaciones sobre la influencia que tendrá esa potencia en la región y las consecuencias políticas y económicas para este país centroamericano.

«He instruido al Canciller Eduardo Reina, para que gestione la apertura de relaciones oficiales con la República Popular China, como muestra de mi determinación para cumplir el Plan de Gobierno y expandir las fronteras con libertad en el concierto de las naciones del mundo», escribió Castro en un tuit

Curiosamente el mensaje no hace referencia a Taiwán, país con el que Honduras tiene más de 80 años de relaciones y que se vería afectado ya que China exige a los países que tienen lazos diplomáticos con ella, que rompan vínculos con la isla.

Una de las primeras reacciones de la cancillería de Taiwán fue advertir a Honduras de “no caer en la trampa de China» y reiteró su deseo de seguir siendo un «socio sincero y confiable».

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Senadores critican

Senadores estadounidenses mostraron su preocupación por la decisión de Castro. El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, el senador demócrata Robert (Bob) Menendez, afirmó en redes sociales que “a medida que China continúa su campaña para eliminar a los aliados diplomáticos de Taiwán, la decisión de Honduras de alinearse con Beijing tendrá implicaciones que durarán mucho más allá del liderazgo actual”.

En el mismo hilo instó a los hondureños “a ser diligentes en la protección de su soberanía y derechos humanos, incluso mientras profundizan las relaciones con uno de los regímenes más autocráticos del mundo”.

Mientras, el senador republicano de los Estados Unidos por Luisiana, Bill Cassidy, advirtió que “la presidenta hondureña, Xiomara Castro, está acercando a su país a la China comunista mientras el mundo se aleja. El pueblo hondureño sufrirá por su liderazgo fallido”.

Este es hasta ahora del giro más radical en política exterior que ha dado el gobierno hondureño.

“La idea obviamente es buscar mecanismos para mayor inversión, comercio, (…) si hemos llegado al poder es para hacer cosas buenas para Honduras y por lo tanto buscar los mejores beneficios que tengamos con todas las naciones del mundo y en este caso China es una realidad a la que nos tenemos que acercar para buscar estos beneficios para el pueblo hondureño”, declaró el canciller Enrique Reina el 14 de marzo en un programa de televisión.

Honduras compromete sus valores

Para varios analistas consultados por Expediente Público, la narrativa de las oportunidades comerciales es parte del proceso que han seguido otros países para acercarse a China, pero casi nunca se vuelven realidad.

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El establecimiento de relaciones diplomáticas entre dos Estados soberanos no debería ser nunca motivo de preocupación, dijo a Expediente Público el abogado y especialista en derecho internacional, Alonso Illueca.

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Pero en el caso de Honduras y China “lo que debe generar preocupación son las posibles implicaciones y las posibles negociaciones que se estén dando tras bastidores y qué tipo de principios o qué tipo de valores se están comprometiendo”.

Honduras, como parte de organismos regionales como el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) e iberoamericanos como la Organización de Estados Americanos (OEA), debe tener bien claro cuáles son los valores sobre los cuales se erige el orden interamericano.

La democracia es primero

Estos son la democracia, el respeto a los derechos humanos y la transparencia, enumeró Illueca, para quien Honduras es una manifestación de esa constante lucha por ver realizados esos valores y esos principios.

Para el caso, el especialista en relaciones internacionales recordó que en Honduras se instaló en 2016 la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), que tuvo una importancia trascendental para el pueblo hondureño, que de una u otra forma está tratando de hacerle frente al flagelo de la corrupción.

Illueca repasó el proceso paulatino de reconocimiento a los derechos humanos por el que pasó el país, que entre 1978 y los años 80 estuvo bajo una junta militar, un tema bastante “trágico y traumático” para la población.

A ello hay que agregar el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente Manuel Zelaya, que significó un retroceso en materia de respeto a las instituciones democráticas.

Entonces, “saben lo que es tener un sistema ajeno a los principios democráticos” y “lo peligroso” que es un sistema que condona o facilita la corrupción, “y en ese sentido mucho de lo que pueda implicar un nuevo paradigma de relaciones diplomáticas con China, es precisamente que se vean comprometidos esos valores y esos principios”, algo que debe tomar en consideración el gobierno de Honduras, la clase empresarial y la sociedad civil, apuntó.

Precisamente, uno de los mecanismos de intervención utilizados por China, como reveló Expediente Público en una serie especial, tiene que ver con la corrupción, un flagelo que el país asiático aprovecha para llegar a los políticos e, inclusive, sobornarlos.

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¿Beneficios comerciales?

Honduras ya tiene “una relación fructífera con Taiwán” y también “importa muchas cosas” de China continental, dijo a Expediente Público el profesor investigador de Estudios Latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos, Robert Ellis.

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La pregunta es si Honduras podrá tener relaciones comerciales con ambos países, ya que las naciones que reconocen a China “generalmente pierden los beneficios de su relación comercial con Taiwán”, apuntó.

Una pregunta importante esencial que se plantea Ellis, es si Honduras hace este cambio realmente podría aumentar sus exportaciones “como siempre China promete” o si solo aumentará sus importaciones de ese país.

Ellis, quien en otra publicación de Expediente Público se refirió a las promesas rotas de China con las vacunas durante la pandemia del Covid-19, recordó que Honduras apenas exportó en 2022 unos 8 millones de dólares al país asiático, mientras que las importaciones fueron de más de 1,600 millones.

“Cuando uno mira los casos de Costa Rica, Panamá, El Salvador, República Dominicana, casi siempre con algunas excepciones, las esperanzas de vender más café, más fruta, más productos tradicionales casi nunca se realizan”, apuntó.

¿Qué ha invertido China en Honduras?

Aunque Taiwán no hace a sus socios promesas tan grandes, como en el caso de China Popular que financió la represa Patuca III, el tipo de ayuda que da es más apropiada para el mercado local del país beneficiado, “y a veces lo de China continental son cosas más a su beneficio”, dijo Ellis, “entonces perder esos programas de ayuda, asistencia, por parte de los taiwaneses sería otro golpe”.

El proyecto Patuca III inició en 2011, con el financiamiento de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y del Banco ICBC, de propiedad estatal china. Fue ejecutado por la empresa china Sinohydro, ligada a Power China, que es de carácter estatal.

Sinohydro fue también la encargada de la construcción del proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, en Ecuador, y acusada de ocultar desde 2012 información sobre unas ocho mil fisuras que había en esa represa.

Patuca III, proyecto que estuvo marcado por protestas y señalado de mala planificación, así como de la sobrevaloración de algunas obras y servicios, comenzó operaciones en 2020, con más de dos años de retraso.

¿Gana Honduras con China?

En una relación con China, el país pierde “la capacidad de decisión nacional y de poder tener una política sustentable de respeto al ambiente, a los derechos sociales y de tener una política económica soberana”, dijo a Expediente Público el analista de seguridad estratégica e investigador del Centro por una Sociedad Libre y Segura, Ricardo Ferrer Picado.

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China, representada por el Partido Comunista Chino, “no es una democracia, es una autocracia donde se ejerce el poder” y no tiene ningún tipo de antecedentes en vinculaciones sanas con países con nula capacidad de negociación, como es el caso de los países latinoamericanos en general, añadió el experto argentino.

En el caso hondureño, las relaciones son legítimas en tanto se respete la legislación del país centroamericano, “ahora si hacen a la legislación hondureña a la medida de sus demandas o sus productos, para introducir, por ejemplo, pilas contaminantes del ambiente que ellos se quieren sacar de encima, me parece que es una violación y que está mal y es muy factible que eso y casos similares sucedan”.

El analista argentino agregó que los chinos “tienen la costumbre de cooptar a los operadores políticos, de empezar a financiarlos con pequeños actos, invitarlos, marearlos, tratarlos como personas extraordinarias, como reyes, hasta comprarlos con corrupción, y eso repercute en la capacidad posterior del país que hipoteca sus generaciones futuras”.

Principio de no intervención

La mayoría de los países occidentales y los países americanos, entienden que el principio de no intervención en los asuntos internos no cubre las violaciones a los sistemas democráticos ni a los derechos humanos o a los grandes actos de corrupción, explicó el analista panameño Alonso Illueca.

Pero China tiende a ver una total cobertura por parte del principio de no intervención sobre estas temáticas sensibles y no critica cuando se cometen violaciones a los derechos humanos ni cuando hay escándalos de corrupción.

Entonces “si tienes a un socio que no te critica, no te dice que tienes que mejorar y únicamente te ofrece ayuda sin ningún tipo de requerimiento en los temas sensitivos en los que el Estado debe mejorar, pues tiende este grupo de Estados inconscientemente, de una forma u otra, a favorecer el criterio de la parte que no te solicita nada a cambio”, reflexionó.

Esa postura, por ejemplo, calza con la “narrativa iliberal” del Gobierno de Castro, que “aborrece las libertades y gobiernos democráticos” y nunca condena las violaciones en Nicaragua, en Venezuela, en Cuba, Brasil o Argentina, dijo Ferrer Picado.

De manera recíproca, China está “totalmente contenta” trabajando con dictadores que quieren comprar tecnología para monitorear disidentes, dijo durante un foro a mediados de 2022 el asesor sobre asuntos chinos del Instituto Republicano Internacional (IRI), Matt Schrader.

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China, cada vez más peligrosa

Pero, también, China se muestra cada vez más peligrosa y agresiva, dijo Robert Ellis, “enviando sus cazas y buques de guerra, cruzando la línea en medio del estrecho de Taiwán”, mandando globos de espionaje sobre instalaciones nucleares militares sensibles y bases estadounidenses, además de estar “invadiendo espacio aéreo en América Central”.

Honduras

Entonces, en ese contexto un giro en la política de exterior de Honduras para reconocer y colaborar más de cerca con ese país “podría dar ciertas expresiones del carácter democrático o no del partido Libre (oficialista)” y de hacia dónde va el Gobierno, dijo también Elllis.

Para el investigador estadounidense, “hay más que solo la conversación en Brasilia” entre el canciller Reina y el vicecanciller Xie Feng, y consideró que se trata de “una serie de pasos que está dando el país centroamericano que quizás ameritan algo de preocupación”.

No obstante, sobre lo anterior, dijo que “yo no veo que es el fin del mundo” establecer relaciones con China y que los Estados Unidos seguirían buscando puntos de encuentro con el Gobierno de Xiomara Castro.

“Cuando yo miro la tendencia de los gobiernos de izquierda en todo América Latina, para mí, y creo que también para la administración (del presidente Joe Biden) este tema no es izquierda versus derecha, sino es una cuestión de democracia y el camino de la buena gobernanza y buenas decisiones”, acotó.

¿Por qué es importante Honduras para China?

Para Ferrer Picado, Honduras es muy importante para China, como cualquier otro país de América Latina, porque está en lo que despectivamente se conoce como el patio trasero norteamericano.

China, tiene un interés bastante grande en irrumpir en lo que Estados Unidos ha concebido tradicionalmente como su zona de influencia, dijo también Illueca, y una relación con Honduras representaría un avance más significativo en ese proceso de establecer una presencia robusta en la región.

Pero también, porque es el paso de las migraciones masivas, “muchas veces apoyadas y generadas desde Latinoamérica, como las venezolanas”, así como las caravanas, y porque es un lugar donde se pueden probar diferentes políticas para después aplicarlas en países más grandes como México, Argentina, Colombia o Brasil, consideró Ferrer Picado.

Incluso puede funcionar como un nexo con otros países de la región y fortalecer el planteamiento de China en el Caribe y Centroamérica para proyectarlo sobre Latinoamérica, “y que va a tener su correlato y sus consecuencias en votaciones internacionales” como en la OEA o el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Taiwán queda casi anulado en Centroamérica

“Imagínense lo que es Honduras votando a favor de Cuba, a favor de Venezuela o a favor de China cuando viola los derechos humanos y negándose o absteniéndose”, expresó el experto argentino.

Es importante agregar que Honduras sería el último paso o uno de los últimos pasos para aislar diplomáticamente a Taiwán de Centroamérica, mencionó Illueca.

Indicó que “es bastante evidente que China ha invertido una porción considerable de su capital político y su capital diplomático” en mejorar sus relaciones con los pueblos centroamericanos y en general con los distintos países del hemisferio y “hay una realidad y es que la República Popular China es un actor fundamental en el escenario global”, dijo Illueca.

“Pero a su vez es un actor que todavía no terminamos de ver cuáles son sus propósitos y a veces pueden entenderse como contrarios a los dictámenes democráticos humanitarios favorables a los derechos humanos, a la transparencia, que nos distinguen a nosotros en el hemisferio occidental y en particular a la región centroamericana”, resumió.

Adicional a lo anterior, hay una cooperación con propósitos ocultos y “eso puede ir en detrimento de nuestros pueblos porque en realidad no estamos en una posición de igual a igual, sino en una posición desigual de negociación”, puntualizó.