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Guatemala, la crisis no resuelta con pronóstico de alargarse

Las imágenes de manifestantes incendiando el Congreso de Guatemala llenó las portadas de diarios, noticieros de televisión y redes sociales el recién pasado fin de semana. Un grupo de manifestantes enardecidos protestaban contra la reciente aprobación de un presupuesto bastante cuestionado y las cosas se fueron de control. 

A unas cuadras de ahí, frente al Palacio Nacional, miles de manifestantes protestaban pacíficamente demandando la renuncia del presidente Alejandro Giammattei y reclamando contra la corrupción del Congreso. 

La crisis política estalló la semana pasada cuando sin discusiones previas, Giammattei logró un pacto político con grupos legislativos para aprobar el mayor presupuesto en la historia del país de casi 12,800 millones de dólares, un aumento de cerca del 25% respecto al presupuesto 2020, pero con un elevado nivel de endeudamiento y recortes importantes a Salud, Educación y programas sociales. 

A diez meses del inicio de su período presidencial de cuatro años, Giammattei se encuentra en su nivel más bajo de popularidad. A raíz de la aprobación del presupuesto, aprobado como urgencia nacional, hasta su vicepresidente Guillermo Castillo lo abandonó. 

“Ante distintas decisiones de Gobierno que afectan intereses de la población, solicité al Presidente Giammattei presentar nuestra renuncia irrevocable y que una instancia de personas notables proponga al Congreso las ternas respectivas. Insostenible continuar en estas condiciones”, dijo Castillo en una sorpresiva conferencia de prensa tras terminar una reunión con Giammattei. 

Castillo dijo compartir las demandas ciudadanas originadas por la aprobación del Presupuesto 2021.  

“Respetuosamente he solicitado por escrito al Señor Presidente, que vete el decreto 33-2020 y que una instancia técnica de diversos sectores lo analice y sugiera las recomendaciones pertinentes”, subrayó el vicepresidente. 

Castillo le pidió a Giammattei desintegrar  el Centro de Gobierno y otras instancias, vetar el Presupuesto 2021, evaluar la destitución de cuestionados funcionarios de Gobierno y tener mayor acercamiento a sectores del país para escuchar sus propuestas. 

Giammattei respondió un par de horas más tarde sin mencionar a Castillo, calificando de “ventajoso el presupuesto”. 

Giammattei se comprometió a sentarse «con todos los (sectores) que sea necesario para explicarles paso a paso el presupuesto 2021 y aclarar dudas, porque jamás en la historia se ha presentado un presupuesto menor al año anterior». 

Pero la reacción de Giammattei desató entonces las manifestaciones y el estallido del fin de semana. Las protestas dejaron el fin de semana al menos 37 detenidos y 22 heridos durante las protestas en Guatemala y acciones represivas por parte de la Policía Nacional Civil que no se habían visto en un par de décadas. 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos condenó el domingo el “uso excesivo de la fuerza contra manifestantes” por parte de las autoridades guatemaltecas y pidió investigar los actos de vandalismo contra el Congreso.  

Igual hizo el vicepresidente Castillo: “Es urgente que el Ministerio Público abra investigación seria sobre lo ocurrido ayer. Son claros los hechos vandálicos y también el uso excesivo de fuerza policial. Genera dudas la quema del Congreso y lo sucedido a su alrededor. Reconozco la manifestación pacífica que en el parque tuvo lugar”. 

El origen del problema 

El pasado martes, sin discusiones previas, los grupos legislativos afines a Giammattei llevaron al seno de la Comisión de Finanzas y Moneda del Congreso un dictamen de más de 150 páginas.  

“Sin tiempo siquiera de leerlo lo aprobaron y justo había plenaria. En Guatemala para que una ley pase necesita tres lecturas en el pleno, sin embargo lo hicieron de urgencia nacional y de una lo aprobaron”, explica a Expediente Público Ricardo Castañeda, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI). 

Un tercio del presupuesto está siendo financiado por deuda y los economistas hacen cálculos que hay una subestimación en los ingresos tributarios.   

Pero parte de lo que desastó la ira de los manifestantes son los recortes presupuestarios a los hospitales, recortes a los programas de desnutrición crónica y recortes a la Procuraduría de Derechos Humanos, entre otros. 

En Guatemala la mitad de la niñez sufre desnutrición crónica, cifras que solo se comparan con países del África Subsahariana, explica Castañeda.  

En contraste, Castañeda señala que se hicieron incrementos al Congreso, incluyendo a la alimentación de los diputados e incrementos a las asignaciones de ONG, muchas vinculadas a los diputados”. 

Castañeda señala que en cuánto a los problemas fiscales, “si bien es cierto la deuda externa de Guatemala es la más baja de la región, ellos también tienen los menores ingresos, entonces con el incremento importante de deuda también esta iba a ser insostenible”. 

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El analista guatemalteco Álvaro Montenegro Muralles, advierte que hay mucha presión para que el presidente vete el presupuesto, lo cual implica que él mandaría al Congreso recomendaciones para un posible cambio, pero el problema es que no se ve un diálogo en el horizonte. 

“El (Giammattei) solo se está reuniendo con personas del sector privado para hacer cambios con unas pequeñas cirugías para que los grupos de poder económico lo sigan apoyando y así tratar de bajar la espuma, pero creo que con la represión, el tema ha cambiado de tono y ahorita hay muchas más demandas y mucha indignación”, advierte a Expediente Público Montenegro Muralles.  

Crisis, segunda parte 

Para el analista Álvaro Montenegro Muralles, esta es la prolongación de la crisis de 2015 cuando las protestas anti corrupción llevaron a la renuncia del presidente Otto Pérez Molina y su vicepresidenta Roxana Baldetti, ambos hoy procesados por actos de corrupción. 

“Parece que desde 2015, cuando se dieron todas las protestas anti corrupción, no se ha terminado de resolver una crisis sino que los dos últimos dos gobiernos la han agravado, siendo parte de las mismas redes de impunidad”, explica Montenegro. 

Este analista cree que el contexto actual encuentra a “una población cansada”. 

“Este es un gobierno que en su primer año no da respuestas sino que al contrario, sigue propiciando la compra de votos, sigue propiciando la corrupción, aprovechándose de la pandemia para hacer negocios y llega este momento donde el presupuesto materializa todos estos intentos de corrupción, es la gota que derrame el vaso que se ha venido acumulando”, subraya Montenegro Muralles. 

¿Sin rumbo? 

Para Montenegro Muralles, “Giammattei nunca tuvo rumbo” y señala su falta de experiencia. “Solo tuvo un cargo como director del sistema penitenciario donde se le señaló por una matanza en una cárcel por limpieza social”, recuerda el analista guatemalteco.  

Montenegro señala que Giammattei tiene muchas deudas de campaña y que llegó al poder apadrinado por militares contrainsurgentes. 

“Siempre su discurso fue de mano dura, llegó al poder por una crisis constitucional en la que excluyeron a dos candidatas”, recuerda Montenegro Muralles.  

El pronóstico de este analista es que “esta crisis se va a prolongar porque es una crisis no resuelta” 

“Estos estallidos abren la puerta a reformas o cambios más profundos. Hay un tono más aguerrido, más jacobino, de mayores reivindicaciones porque hay una serie de demandas frustradas desde hace mucho tiempo y la represión agrava todo esto”, advierte. 

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Epílogo

La madrugada del lunes, el congreso guatemalteco suspendió la aprobación del presupuesto 2021 tras las fuertes protestas de la última semana. 

El anuncio lo hizo el presidente del legislativo Allan Rodríguez quien dijo que lo hacía «con la finalidad de mantener la gobernabilidad del país y la paz social». 

Los diputados deberán ahora aprobar un nuevo presupuesto y tienen de plazo hasta el 30 de noviembre. De lo contrario, seguirá vigente el del año que termina.

Pero no todos están felices. Un grupo de 23 diputados opositores cuestionaban el lunes la legalidad del procedimiento y exigían la renuncia de la directiva del Congreso. La crisis no está resuelta y sigue con pronóstico de alargarse.