Giro de Milei hacia China con "status quo" pesquero

Giro de Milei hacia China con «status quo» pesquero

* Industria pesquera tiene importancia estratégica y económica para Argentina, pero es muy poco aprovechada.

** Pese al acercamiento del presidente Javier Milei con China no hay un pase libre para sus barcos pesqueros.


Juan Manuel Harán

Especial para Expediente Público

En 2023 hubo un estancamiento general en el sector de la pesca y la acuicultura debido a la crisis económica y política que se consolidó en el mandato del saliente presidente Alberto Fernández.

En ese marco, según datos del Ministerio de Economía, en 2023 la producción fue de 780 mil toneladas (captura), lo que representó un ligero aumento del 0.6 % con respecto a los niveles de 2022.

Si lo comparamos con las cifras de la producción chilena, la oferta argentina en el mercado mundial muestra estar muy poco aprovechada considerando la superficie de su Zona Económica Exclusiva (ZEE), un espacio marítimo de 2.809.237 km2.

Suscríbase al boletín de Expediente Público y reciba más información

Estos datos permiten entender que mientras se estima que China depreda unas 960 mil toneladas por año en sus trayectos por el Atlántico Sur, surcando la ZEE de Argentina, las exportaciones totales de Argentina fueron menores a esa cifra en 2023 siguiendo los datos de su pesca de captura.

Sin lugar a duda, esta realidad enfrenta a la industria pesquera local con una problemática más grande que su propia dimensión.

Milei y la industria pesquera

Sergio Almada, coordinador del Equipo de trabajo Interdisciplinario para el Control de los Espacios Marítimos y sus Recursos (EICEMAR), reconoce que desde el inicio del gobierno de Javier Milei se ha buscado mejorar la gobernanza argentina en su ZEE, y de logarse irá de la mano de acciones de política exterior entre Argentina y los Estados involucrados en la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca INDNR).

Por ejemplo, el especialista destaca iniciativas para la protección de la biodiversidad más allá de las jurisdicciones nacionales, que se están impulsando en el seno mismo de Naciones Unidas, o acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que buscan que se restrinjan los subsidios dañinos que los países involucrados destinan a la pesca no reglamentada e irregular.

También considera valiosa la posibilidad de generar acuerdos binacionales con China, Corea del Sur, Taiwán, y con países vecinos como Uruguay, para que navíos de estas flotas no puedan ingresar a su puerto para reabastecerse.

El especialista en crimen marítimo comenta en la entrevista con Expediente Público que existen más de 80 proyectos de ley en el Congreso argentino, pero ninguno ataca la verdadera causa del problema.

Almada entiende que los legisladores buscan transformar la infracción en delito sin considerar que por temporada se emiten de 150 a 180 infracciones a buques argentinos y que los navíos extranjeros no ingresan a la ZEE.

En contexto: China en Argentina, la “neocolonización” que arrasa con todo

“Otros proyectos impulsan construir plataformas offshore artilladas, siendo que no hay norma que justifique el hundimiento del buque pesquero por hacer pesca ilegal”, enfatiza.

China aprovecha debilidades

El profesor Fabián Calle, experto en Relaciones Internacionales, está de acuerdo con este parecer: “Que no haya mayor coordinación entre los países es una cuestión que dificulta la lucha contra la pesca ilegal. Creo que el error es tomarlo como una cuestión nacional, y no armar una mesa con otros países y tomarlo como un tema que nos afecta regionalmente”.

Desde su visión, sin embargo, esta falta de aplicación de toda América del Sur en pos de frenar la pesca INDNR tiene un trasfondo político que no puede soslayarse.

“Hace 10 años, cuando ya teníamos depredación, y cuando muchos países de la región estaban alineados políticamente entre sí, tampoco se hizo nada. Sucede que las izquierdas sudamericanas tienen un discurso complaciente y alineado con China”, sentenció.

De allí que el discurso del presidente Milei a favor de las fuerzas armadas represente para Calle la posibilidad de que esta situación mejore en el tiempo.

“Hubo un déficit material, a lo cual también le podés sumar una proto-afinidad ideológica que llevó al kirchnerismo durante 20 años a no confrontar con China”, explica el profesor de la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina.

“Entonces tenés falta de materiales, falta de cooperación regional, y falta de voluntad política por el acercamiento del kirchernismo a China, a Rusia, y por el espíritu antioccidental”.

“Yo creo que va a ser un tema que va a seguir agudizándose, con el agregado que el Atlántico Sur es escenario de una aceleración en la puja entre Estados Unidos y China”, mencionó Calle.

De interés: Ministra de Seguridad de Argentina: Ningún objetivo estratégico estará en poder de China

El temor de seguridad por los pesqueros chinos

A la cuestión de la depredación del medio ambiente, el costo económico y de violación a la soberanía, el profesor Fabián Calle también agrega la cuestión geopolítica. «Por ejemplo, los norteamericanos te dicen: ‘¿qué hay adentro de esas flotas, son todos barcos pesqueros? ¿O hay barcos de inteligencia electrónica, de logística?’“.

“Aquí se mezcla la seguridad nacional, porque estos navíos de pesca al final patrullan el Pacifico Sur y el Atlántico Sur como buques piratas de pesca, pero es probable que entre esos barcos haya algunos que tengan tecnología sensible, rastreo antisubmarino, es decir, se abren distintas hipótesis de conflicto”, sostuvo Calle.

El profesor argentino explicó que “esto es lo que hace China en su mar, donde muchas veces ataca con barcos pesqueros a los filipinos o a los vietnamitas. Claro, son asuntos entre privados parece, y después sucede que los barcos pesqueros están tripulados por agentes de las fuerzas armadas y tienen equipos de comunicaciones y toda la logística”.

En nuestro diálogo con la Prefecturía Naval Argentina (PNA), no consideran que los navíos de las flotas de agua distantes puedan ocultar armamento o equipamiento militar.

Sin embargo, existe una alarmante falta de transparencia y rendición de cuentas en toda la industria pesquera internacional, que lleva a considerar todo tipo de hipótesis, en especial aquellas que tienen un impacto geopolítico, como vimos, en una región que, pese a lo gélido de su clima, se calienta cada vez más.

Crímenes azules

Almada, especialista en crimen marítimo, destaca también que en el Atlántico Sur no existe jurisprudencia significativa sobre el llamado “Crimen Azul”, que toma distintas formas según la región como puede ser el Cuerno de África, el Golfo de Guinea, o el Caribe, donde además de pesca ilegal hay tráfico de armas y droga, piratería, trabajos forzados a bordo y trata de personas con fines de explotación laboral.

Precisamente el trabajo en situación degradante y abusiva es común en los barcos factoría que se componen las flotas pesqueras de aguas distantes de muchos países.

La pesca de captura tiene una de las tasas de mortalidad ocupacional más altas del mundo, siguiendo los datos de la Organización Internacional del Trabajo.

Como se mencionó en este mismo reportaje, esta industria emplea trabajadores migrantes que son vulnerables a ser engañados y coaccionados por intermediarios y agencias de contratación. Estos trabajadores son obligados a laborar a bordo de buques haciendo trabajos peligrosos en condiciones infrahumanas bajo amenaza de fuerza o mediante servidumbre por deudas.

“No son hechos que realmente tengan relevancia en el Atlántico Sur, ya que no existe jurisprudencia extensa en Argentina sobre intervención en buques de tercera bandera por estas cuestiones”, indica Almada.

Además: China hace alianzas con políticos para quedarse con los grandes recursos de Argentina

Relación con EE.UU, más que un gesto

Hay hechos que ejemplifican las nuevas directrices de la geopolítica y la Defensa. En principio, en estos meses de presidencia de Javier Milei se fortaleció el rol de Israel como proveedor de tecnología y armamento, tal como explicó el general de brigada Armanelli, lo cual confirma el acercamiento con el país que hoy lidera Benjamín Netanyahu, como había adelantado el flamante primer mandatario durante su campaña presidencial.

Asimismo, se intensifica la influencia de Estados Unidos. Esto es visible en varias cuestiones: la visita de Javier Milei a la Antártida, con presencia de Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, y el embajador de Estados Unidos en Argentina, Mark Stanley, probablemente dio la prueba más cabal de este nuevo tiempo.

Por otra parte, los ejercicios conjuntos que realizó la Cuarta Flota de los Estados Unidos con la Fuerza Naval argentina en el marco de los ejercicios ‘Southern Seas 2024′, también marcaron este espíritu renovado de colaboración que demuestra la potencia norteamericana con respecto al que parece ser su nuevo aliado preferido en el Cono Sur, en detrimento de la posición de China en la región.

Sin embargo, también otros hechos, más bien, declaraciones, han despertado suspicacias. Los comentarios de Milei afirmando que China es un muy buen socio comercial “porque ellos no exigen nada, lo único que piden es que no los molesten”, es testimonio de estas dudas.

El giro de Milei con China

Sorprendiendo a todos, dijo el presidente Milei en una entrevista televisiva reciente que China le ha impactado «gratamente» y que el gigante asiático «es un socio comercial muy interesante porque ellos no exigen nada».

Varios medios internacionales tomaron nota de estos dichos, ya que históricamente Milei mantuvo un discurso crítico contra China.

Por segunda vez en pocos días sonaron las alarmas de los “think tanks” y los fondos de inversión de las potencias occidentales con quienes Milei se pretende alinear.

La primera señal tuvo lugar ante sus recientes declaraciones en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en contra de la Agenda 2030 y de las políticas de identidad de género que se promulgan desde esa entidad, cosa que le valió una crítica amplia.

Se esperaba de él en su primer discurso alguna mención en contra del régimen chino, cosa que tampoco sucedió.

China tranquila con Milei

Atento a este cambio de relato tan drástico, el sinólogo español Juan Pablo Cardenal describió muy bien la extraña sensación que generaron las palabras del primer mandatario argentino.

“Incluso admitiendo el acto de contrición por razones de pragmatismo o necesidad, parece del todo inapropiado el halago desmedido y la justificación imprecisa del presidente en la entrevista”, sostuvo.

Esto hace ruido, explica el periodista español, “sobre todo porque el presidente argentino puso, al inicio de su mandato, el listón de las expectativas con respecto al país asiático muy alto”.

“Ahora, con su giro conciliador, ha enseñado a China que, en los swaps, en las exportaciones y en su dependencia económica del gigante tiene una vulnerabilidad fácilmente explotable”, completó el director de Análisis Sínico.

Tal como publicó el diario argentino La Nación “desde la Cancillería y el Ministerio de Economía coinciden en que la economía jugó y juega un rol preponderante para el cambio de perspectiva del presidente”.

Este cambio de mirada de Milei, como enumera el medio argentino, tuvo impacto. China avanzó en las decisiones de renovar el swap de monedas (vigente hasta 2026), el aumento de las compras de soja argentina; la continuidad de las obras-hoy paralizadas-en las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner en Santa Cruz, y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

¿Qué hará Milei para frenar a China?

Estos escenarios “componen un combo nada despreciable al que la Casa Rosada asigna una vital importancia, al margen de su alineamiento geopolítico con Estados Unidos e Israel”.

Dando continuidad a este giro, el presidente Milei se reunió con su homólogo chino en el marco de la Cumbre del G20 en Brasil donde trataron varios temas, “incluyendo la cooperación constructiva y la ampliación de las relaciones comerciales entre ambos países”.

Ante este inesperado giro del presidente Milei, no queda claro qué pueda suceder en la lucha contra la pesca INDNR en Argentina, si se llevará a fondo o no, considerando la presencia mayoritaria que los buques chinos tienen en las flotas que depredan la Milla 201 frente a las costas del país sudamericano.

Si la pesca ilegal, tal cual la conocemos, le fuera funcional al flamante primer mandatario en el marco de las negociaciones que pueda estar llevando el Estado argentino con Beijing por temas financieros, por ejemplo, puede pensarse que no presionaría a su socio asiático por este tema con tal de “no molestarlo”. Esto, pudiera evitarle poner en peligro el aspecto económico de la relación bilateral, que en sectores como la minería está viendo grandes desarollos de la mano de empresas chinas.

En tal caso el presidente argentino hará mal en dejar de lado la cuestión de la pesca INDNR que genera un enorme perjuicio económico y ambiental al tiempo que su control merma los recursos militares y de seguridad que podrían destinarse a otros sectores.