* Tras el fin del Título 42 organizaciones y defensores de migrantes, opinan ante Expediente Público que las condiciones en Estados Unidos para los que buscan refugio van empeorando.
**Desinformación e incertidumbre sobre la política migratoria, hace que la situación humanitaria en la frontera México-Estados Unidos sea impredecible, advierten.
Expediente Público
A medianoche del jueves 11 de mayo Estados Unidos implementó nuevas medidas migratorias, por lo que hay mucha incertidumbre no solo entre los migrantes, sino, entre las organizaciones de la sociedad civil. El gobierno desde ya insiste que “las fronteras no están abiertas”.
La actual administración dejó de aplicar el Título 42, un acápite de la ley de servicio público de salud de 1944 implementada en marzo de 2020 para expulsar de inmediato a los migrantes, aprovechando la pandemia de la COVID-19.
Lejos de disuadir a los migrantes, las cifras de detenciones de la patrulla fronteriza en el sur incrementaron exponencialmente en los últimos tres años.
Entre octubre de 2021 y marzo de 2023, hubo más de 5.3 millones de cruces irregulares desde México, más de la mitad (2.56 millones) fueron expulsados de inmediato bajo el Título 42.
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Récord de migrantes
De hecho, diciembre de 2022 fue el mes con el récord histórico, con un total de 252,012 encuentros.
La oleada migratoria durante la administración de Joe Biden deja como resultado que su promesa de eliminar el Título 42 sea efectiva, pero sustituyéndola con medidas más restrictivas elaboradas por el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional.
El mismo secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas dijo a Telemundo que “habrá consecuencias más severas que el Título 42” con las nuevas normativas de asilo, mientras el Departamento de Estado enfatizó la nueva doctrina “de la disuasión, la aplicación de la ley y la diplomacia”.
Estas serían el envío a la frontera sur de hasta 4,000 soldados (un primer contingente de 550 ya está en la zona) y 2,500 elementos de la Guardia Nacional, la inauguración de dos nuevos centros de detención, prohibir el reingreso en cinco años a los que no usen el sistema de cita y la repatriación inmediata a un tercer país, sobre todo México.
Política de Biden: fronteras cerradas
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Sin embargo, “hay una expectativa falsa de que con la eliminación del Título 42 las fronteras se van a abrir, pero no es cierto. Muchos piensan (erróneamente) que será más fácil entregarse en las fronteras para que su caso sea procesado».
«La CBP (Aduana y Protección Fronteriza) ha dicho que la atención será por medio de una cita a través de la app CBP One”, informó a Expediente Público el coordinador de comunicación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en México, Alberto Cabezas.
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Critican medidas migratorias de Biden
El 27 de marzo la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) pidió al Gobierno de Biden no implementar las medidas que obstaculizan el acceso a asilo.
“Algunos elementos clave de la propuesta son incompatibles con los principios del derecho internacional de los refugiados”, dijeron.
Asimismo, Acnur ofreció información sobre alternativas para abordar los complejos desafíos en la frontera, que también permitirían honrar la larga tradición estadounidense de protección de las personas forzadas a huir.
“Tal como se ha presentado, la disposición restringiría el derecho humano fundamental de buscar asilo para las personas que hayan transitado por otro país y que hayan llegado a Estados Unidos sin autorización. La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados reconoce que las personas refugiadas pueden no tener más opción que entrar a un país de asilo de manera irregular”, detalla Acnur.
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¿Será posible el asilo?
“En particular, para Acnur resulta preocupante que, aunque la disposición prevea motivos de impugnación, la propuesta podría dar pie a casos de devolución (es decir, el retorno forzado de las personas a contextos en los que su vida o su seguridad corren peligro), lo que está prohibido por el derecho internacional”, cita el comunicado.
También el Centro para Estudios de Género y Refugiados (CGRS) del Colegio de Leyes de la Universidad de California, con sede en San Francisco, comunicó que esta nueva política migratoria “impone una prohibición casi total del asilo en la frontera sur de Estados Unidos” y recordó que cuando fue presentada en febrero recibió una “feroz oposición” de Acnur, congresistas, oficiales de asilo, líderes religiosos y defensores, aliados y miembros de la comunidad.
“Reglamentos similares introducidos por la administración de Trump fueron tumbados por los tribunales por ser ilegales. La prohibición reformulada de Biden inevitablemente dará lugar a deportaciones injustas de refugiados a países donde se enfrentan a la persecución y la tortura”, detalla el documento.
Desesperación entre quienes no pueden pasar
Expediente Público conversó con Blane Bookey, directora legal y profesora adjunta de leyes de CGRS, quien precisó que “hay un sentimiento de desesperación porque mucha gente realmente tenía una esperanza que íbamos a ver una política más humana, más basada en la ley, a nuestras obligaciones con las personas buscando asilo».
«Pero lo que hemos visto es que van a cambiar una política cruel e ilegal por otra política que va a negar asilo a mucha, mucha gente que merece protección”, criticó.
Cabezas explicó que, es aplaudible el fin del Título 42 que dejó a muchos migrantes en situación vulnerable, pero por otro lado, hay otras medidas que hacen necesario que las personas usen un sistema de citas de CBP One y si no lo hacen, habría una consecuencia más dura que incluye prohibir entrar a Estados Unidos en cinco años.
Incertidumbre general
Mientras tanto, “si mira a México en general, ves fuerte concentraciones de migrantes en el sur, Ciudad de México, en algunos lugares (hay) campamentos improvisados, precarios, esperando. Es muy difícil prever qué va a pasar y saber cuánta de esta población migrante llegará a la frontera y será atendida. Estamos muy atentos porque no nos atrevemos a decir que la situación va a caer en un sentido y otro, pero el mensaje de Estados Unidos es muy claro, que la frontera está cerrada y para poder entrar necesitas una cita”, precisó Cabezas.
El Gobierno de Biden sustituirá la medida impuesta por su predecesor Donald Trump con una nueva política de expulsiones rápidas, incluso a México, Guatemala y Colombia, a supuestos “centros de procesamiento”.
Cabezas explicó que hay planes para estos centros, donde se hará una preselección de personas, no solo para que vayan a Estados Unidos, también a Canadá y España, pero solo son planes, ni siquiera están operando.
El entrevistado explica que sí hay refugios en todo México, pero no existen datos sobre la cantidad de migrantes que en estos momentos esperan cruzar a Estados Unidos, aunque algunos están llenos y otros con menos personas de lo habitual.
Excesiva politización
Bookey explica que falta voluntad política para tratar el tema migratorio que se aborda como una crisis, cuando la verdadera crisis es la humanitaria, precisamente por las medidas que se van tomando hacia las personas que quieren ingresar a Estados Unidos.
“Lo hemos visto con las personas huyendo de la guerra en Ucrania en el último año. Pudimos atender a esas personas, mucha gente, muy rápido, porque teníamos la voluntad y es lo que falta en el momento, porque mucha gente en los Estados Unidos está lista para recibir a la gente de una manera humana”, recalcó.
«Tenemos la capacidad, hay países mucho más pequeños que nosotros que está recibiendo migrantes de una manera justa y humana. Somos un país muy grande, con recursos humanos y con recursos en todos los sentidos de la palabra”.
Panorama incierto
Astrid Montealegre, abogada de migración de la Alianza Nicaragüense-Estadounidense de Derechos Humanos (Nahra, por sus siglas en inglés), explicó a Expediente Público que para la diáspora y el exilio la situación actual es confusa porque se han juntado cuatro temas migratorios al mismo tiempo.
Primero se dejará de aplicar el Título 42, segundo la aplicación de nuevas restricciones bajo el Título 8, además, de las gestiones para una designación del estatus de protección temporal (TPS) para los nicaragüenses que ya están en Estados Unidos y no califican para asilo.
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Ley HR2, panorama más confuso
Por si faltara poco, se suma la Ley Asegurar la Frontera o H.R.2, aprobada en la Cámara Baja del Congreso, que es aún más restrictiva que las medidas administrativas de Biden, por lo cual el presidente ya prometió vetarla, de ser aprobada.
“Este tipo de ley promueve la separación familiar, la deportación y la criminalización del inmigrante. Son factores que afectan a nuestra comunidad mientras tratamos de acoplarnos a una nueva vida, que se vuelve más difícil si se criminaliza a nuestros parientes, como en la Florida que quieren considerar trata de persona si se transporta a un indocumentado”, dijo Montealegre.
Bookey consideró también que “sabemos que todo es político, cuando estamos hablando de la inmigración, pero lo que entendemos es que este Gobierno no quiere ofrecer o no quiere dar el mensaje que ellos, que vamos a dar un estatus temporal o protección temporal a personas, porque ellos piensan que mucha gente va a tratar de ingresar a los Estados Unidos antes para obtener este beneficio”.
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Efectos para los nicaragüenses: parole y TPS
“Hay preocupación y confusión. Al mismo tiempo que está la H.R.2, está el fin del Título 42 (y), existe una propuesta administrativa posterior. Son tres situaciones simultáneas. Las personas que vienen en camino o están entrando, están en incertidumbre por cómo va a quedar la ley migratoria. De ahí está la protección migratoria para los que no califican a asilo, que son situaciones que deben resolverse en los próximos días”, precisó Montealegre.
Recordó que desde enero los nicaragüenses que llegan a la frontera no pueden pedir asilo, sino, que son enviados a solicitar parole humanitario.
Mientras tanto, la situación del TPS no solo es su aprobación, sino, las condiciones y plazos y esto “pone en jaque un sinnúmero de causas”.
Causas de la migración continúa
A pesar de algunas medidas migratorias humanitarias, con enfoques en la causa de la migración, por ejemplo, el parole humanitario a ucranianos, venezolanos, haitianos, cubanos y nicaragüenses, Cabezas enfatizó que en 2022 fue un año excepcional en el tema migratorio en México, porque continuaron llegando migrantes de venezolanos y haitianos, pero también de otros países como Nicaragua, así como extrarregionales.
En 2023 eso no ha cambiado porque las causas de la migración siguen ahí como la pobreza, desastres naturales, violencia o amenazas a la vida y también por un deseo de reunificación familiar, reiteró el entrevistado.
Hay un segundo factor que es la desinformación, agregó Cabezas. La gente migra porque alguien, o las redes sociales, difunde el rumor que con la caída del Título 42 va a ser más fácil llegar a Estados Unidos, pero la frontera sigue cerrada, el procedimiento es único, la App CBP.
Por otra parte, los países de expulsión no garantizan la paz social y viven las consecuencias que dejó la pandemia.
“Desde la OIM vemos la necesita que se busquen soluciones regionales. Eso no se ha concretado. No hay una respuesta coordinada para atender a las personas y darle oportunidades en sus propios países”, dijo el funcionario.
