*“La Policía fue víctima de una estrategia maquiavélica para capturar al Estado de Honduras y sus instituciones”, reconoció el comisionado Gustavo Sánchez sobre el reciente pasado de esa institución en entrevista exclusiva con Expediente Público.
**El nuevo Jefe de la Policía reveló que “hay muchas más solicitudes de extradición” de señalados por narcotráfico y crimen organizado.
***Policía hondureña tiene el gran desafío de combatir el narcotráfico, el crimen organizado, la inseguridad ciudadana, la violencia y las pandillas.
Expediente Público
El comisionado Gustavo Sánchez Velásquez asumió uno de los cargos públicos más delicados en Honduras. La dirección de la Policía Nacional es sin duda una “papa caliente”, sobre todo cuando la misión es transformar una institución que en los últimos 12 años ha sido señalada de estar controlada por la corrupción y el narcotráfico.
Después de un mes al frente de la Policía Nacional de Honduras (PNH), el comisionado Sánchez Velásquez recibió a Expediente Público en su despacho. En las paredes cuelgan varios de sus títulos académicos. Dos doctorados y una larga carrera como docente e investigador universitario le distancian del perfil de sus antecesores. «Yo siempre aspiré a ser director de la Policía, por eso siempre estudié», explicó.
Tras regresar al país de un «autoexilio» de cuatro años en el extranjero, Sánchez relató la intensidad de sus primeras semanas al frente de la Policía. «Ha sido tanto que pierdo la noción del tiempo», reconoció. No es para menos, en apenas un mes le tocó girar orden de captura al expresidente Juan Orlando Hernández y al exdirector de la Policía, Juan Carlos Bonilla, ambos solicitados para ser extraditados a Estados Unidos.
Nueva etapa de rendición de cuentas
Para Sánchez, las capturas de Hernández y de Bonilla, quien se encontraba prófugo de la justicia desde mayo de 2021, forman parte del nuevo proceso de rendición de cuentas de la Policía, una prueba de su disposición para cumplir con las órdenes que reciban de los tribunales.
Con 33 años de experiencia en la institución, Sánchez conoce a detalle la situación de la PNH, una entidad que arrastra numerosos escándalos de corrupción, narcotráfico y violación a los derechos humanos. Para sanear el sistema policial, afectado también por la remilitarización de la Seguridad Pública, este nuevo director propone consolidar el carácter comunitario de la institución e impulsar un proceso de depuración, pero desde adentro.
Leer más: Honduras y Estados Unidos aceleran una nueva relación política y económica.
Sánchez no está de acuerdo con las intervenciones externas para depurar la Policía, como sucedió con el último proceso de depuración iniciado en 2015, en el que fueron separados más de cuatro mil de sus miembros.
“La depuración fue una estrategia para maniatar a la Policía Nacional, depurando al 35% de las fuerzas, algunos tenían que haberse ido, pero ya existían los mecanismos legales para hacerlo a lo interno. Siempre ha habido un interés de mantener a la Policía en zozobra, para que otras instituciones asuman funciones que la Constitución de la República no les da”, explicó.
A la remilitarización también le acompaña la “privatización” de la seguridad pública en Honduras. En 2022, se estima que la proporción de agentes de seguridad privada por policías es de 4 a 1. Este año, el promedio de policías por cada cien mil habitantes es de 187, una cifra por debajo de la media de 300 policías que recomienda la Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Delito (UNODC).
Sanear el sistema
El comisionado Sánchez sabe que recuperar la credibilidad de la institución es crucial para reducir el crimen en Honduras. La crisis que arrastra la institución se refleja en los 7 de cada 10 hondureños que desconfían de la Policía y en el 53% que declara tenerles miedo.
Le puede interesar: En Honduras solo acusados por corrupción se benefician de amnistía
Como primer paso, Sánchez reconoce que, a lo interno, la Policía enfrenta problemas de corrupción y de infiltración del crimen organizado. «Aún tenemos miembros que pertenecen a algunas pandillas o que trabajan para algunos carteles del narcotráfico, no lo podemos negar. Poco a poco vamos a capturar a los delincuentes uniformados», señaló.
En los últimos años, la infiltración criminal alcanzó los más altos niveles de la PNH, para el caso, cinco de sus últimos siete exdirectores han sido señalados por colaborar con el crimen organizado. Las acusaciones en su contra demuestran los intereses que tienen muchos sectores por controlar la institución.
Para Sánchez, con el nuevo Gobierno el crimen organizado se siente amenazado, “están armando algunas estrategias para hacer fracasar el plan de seguridad ciudadana de nuestra presidenta”, advirtió este director, quien además no descartó que tras la captura del expresidente Hernández el crimen organizado esté en una etapa de reconfiguración.
“El crimen es una industria que produce muchísimo dinero y cuando se les enfrenta y se les ataca, se reinventa, siempre intenta ir un paso más adelante que nosotros. Pero estamos preparados para enfrentarlos, la institución en este momento está fortalecida”, aseguró Sánchez.
Como sociólogo, Sánchez afirmó que Honduras viene saliendo de una dictadura y de un narcoestado. «La Policía fue víctima de una estrategia para capturar al Estado de Honduras y sus instituciones», comentó, pero reiteró que la Policía no fue la única institución afectada en ese periodo.