*Aunque el parole humanitario anunciado por Estados Unidos el 5 de enero ofrece cuotas de ingreso a nicaragüenses, venezolanos, cubanos y haitianos, la medida tiene como propósito desalentar el cruce fronterizo hacia Estados Unidos, explican expertos.
**Un patrocinador en Estados Unidos deberá tener ingresos anuales de al menos 28,787 dólares para recibir a un solicitante de asilo.
Expediente Público
El parole humanitario o permiso de permanencia temporal en Estados Unidos para nicaragüenses, cubanos, haitianos y venezolanos, es un arma de doble filo, porque permite la entrada de una cuota mensual de solicitantes de forma segura y regular, pero excluye a muchos y quita la oportunidad de pedir asilo conforme al derecho internacional, explicó a Expediente Púbico la abogada especialista en Migración, Astrid Montealegre.
El coordinador de comunicación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en México, Alberto Cabezas, afirmó también a Expediente Público que su organización se encuentra observando los flujos migratorios, pues la medida es muy reciente, sin embargo, ya existe evidencia que los refugios en las zonas fronterizas mexicanas están llenándose.
Ahora, los solicitantes de asilo necesitan utilizar la aplicación CBP One y permanecer en México por tiempo indefinido o tramitar el proceso desde su país de origen. Si cruzan la frontera serán deportados y perderán el derecho a pedir un futuro beneficio migratorio. Sin embargo, los ciudadanos de otros países continuarán bajo el proceso tradicional, agregó la jurista.
Cabezas informó, que de hecho, en los primeros once días de anunciado el parole, entre el 5 y 16 de enero, la OIM registró expulsiones de más de 2,200 personas, unos mil cubanos, 400 nicaragüenses y personas sin nacionalidad definida.
¿Quiénes clasifican al parole humanitario?
El pasado 5 de enero, el presidente de Estados Unidos Joseph Biden anunció que su país y México se comprometieron a recibir 60,000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, divididos en ambos países en partes iguales y explícitamente dijo “no vengan a la frontera, quédense donde están”.
La expectativa de la Casa Blanca es que ocurra lo mismo que cuando lanzaron una medida similar con los venezolanos en octubre de 2022, que provocó una disminución en la cantidad de personas que van intentar cruzar la frontera irregularmente.
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Los datos de la patrulla fronteriza indican que en promedio a final del 2022, unos 80 mil migrantes de estos cuatro países estaban ingresando mensualmente por la frontera sur, es decir 50 mil más de lo que ofrece actualmente la administración Biden.
Yaxys Cires, director de Estrategia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, sostuvo que lo bueno de la medida es que brinda más seguridad a los migrantes que cruzaban peligros en la selva de Darién o estaban expuestos al crimen organizado, pero duda que los cupos asignados por la administración puedan canalizar el número de cubanos que quieren salir.
Tampoco se sabe si los migrantes de los cuatro países mencionados estarían interesados en quedarse en México. Aunque el parole humanitario no tiene tiempo definido, la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) estaría recibiendo a 30 mil deportados mensuales de Estados Unidos, es decir, 360 mil nuevos migrantes al año.
Esto es demasiado optimista, tomando en cuenta que hasta noviembre del 2022, la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar) solo registró 111, 257 personas que habían solicitado refugio en ese país, de los cuales, 17,487 eran cubanos, 15,780 eran haitianos, 12,998 venezolanos y 8,740 nicaragüenses.
¿Ya no se puede pedir más asilo?
La medida migratoria tiene muchas interrogantes, por ejemplo, qué pasa con un perseguido o desertor del régimen que sale huyendo del país. Obviamente no saldría por el aeropuerto mostrando su boleto a Estados Unidos y su permiso humanitario.
Montealegre indicó que los que solicitan asilo en Estados Unidos deben hacerlo desde un punto de acceso fronterizo especifico con entrevistas programadas por la aplicación CBP One. Además, nunca ha sido un requisito que la persona salga de su país de origen con pasaporte o por vía aérea y tampoco lo es ahora, dice Montealegre.
El problema es que los solicitantes requieren ahora un patrocinador, aunque las autoridades estadounidenses indican que no necesariamente deben ser familiares, también individuos e instituciones, pero en el caso de las familias, tienen que contar con ingresos estimados en el 125% del índice de pobreza.
Esto quiere decir que un hogar de tres personas debe tener ingresos mínimos anuales de 28,787 dólares, es decir, casi 2,399 dólares mensuales para poder patrocinar a una persona, calcula la Alianza de Derechos Humanos de Estados Unidos-Nicaragua (Nahra, por sus siglas en inglés).
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Sin embargo, el vocero de la OIM en México reiteró que los factores que llevan a los actuales flujos migratorios no han cambiado, siguen siendo los mismos, como violencia en los países de origen, cambio climático, huir de la pobreza y reunificación familiar.
“Es pronto para saber si hay un descenso de los patrones de migración de las tres nuevas nacionalidades, aunque sabemos que la cantidad de personas de Venezuela que viajaban al norte de México, bajó desde octubre”, expresó Cabezas.
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El juego de AMLO con los migrantes
Por ahora se desconoce las ventajas para México de los acuerdos migratorios con Estados Unidos. Desde la administración de Donald Trump, AMLO ha tenido que ceder, por ejemplo, a los deportados por el Título 42, la medida sanitaria impuesta por la pandemia de la COVID-19 y que llevó a una crisis humanitaria en su frontera norte.
También aceptó el programa Quédate en México que atendió a 75,700 personas, pero que obligó a estas personas y miles más que no lograron pasar, a esperar un trámite burocrático en terribles condiciones.
“No sabemos cuál será la política mexicana en cuanto a los compromisos de migración, pero lo más seguro es que ocurra lo que pasó antes, que aumente el control militar en la frontera sur, que se limite la entrada de otros migrantes por aire, mar o tierra, y que se den más documentos de salida, porque no tienen capacidad para la cantidad de personas que pudieran ingresar”, dijo Ramírez.
Explicó que “México le hace el trabajo a Estados Unidos, pero no sabemos por qué. Vemos una tendencia con el gobierno de Trump, que cambió radicalmente la postura hacia los migrantes. Bajo la amenaza de aumentar aranceles a las exportaciones mexicanas, de pronto se presentaron la frontera sur más de 20 mil militares de la Guardia Nacional”.
AMLO y la presión
Biden fue flexible con la migración en sus primeros dos años, pero se le salió de las manos. El canciller Marcelo Ebrard estuvo el 13 de octubre y el 16 de diciembre en Washington. “Aparentemente no hay una ganancia ni amenaza abierta de Estados Unidos, pero el cambio de política tiene algo detrás, pero no sabemos qué negociaron”, argumentó Ramírez.
Hay también otros temas más allá de la migración, como revela la captura de Ovidio Guzmán, un día después del anuncio del parole humanitario y días antes de la cumbre de los tres presidentes de Norteamérica. Estados Unidos presionó indudablemente, porque el cartel de Sinaloa era el principal productor de fentanilo, una droga sintética que ha causado la muerte de más de cien mil personas en Estados Unidos en el último año.
Mariano de Alba, asesor senior del International Crisis Group, argumentó que AMLO no quiere darle tensiones a Estados Unidos ni dar razones para discutir, por lo que la colaboración para la implementación de estas medidas es crucial para hacer menos probable que Washington tome una posición más crítica con otras políticas que son de preocupación como las reformas al sector energético.
Por otro lado, la disposición de recibir migrantes y centros para la tramitación del parole, le da argumentos para solicitar a Estados Unidos una mayor cooperación en términos de recursos.
Cires recordó que el gobierno de AMLO no solo tiene acuerdos con Estados Unidos, sino, que es cercano al régimen cubano de Miguel Díaz Canel, al cual apoya siendo uno de los causantes del éxodo.
México sin carga migratoria
México es un país con grandes entradas por turismo internacional, no es un paraíso para los migrantes que sufren directamente la violencia del crimen organizado, la corrupción de las autoridades y la misma discriminación.
El sociólogo cubano radicado en México Leduan Ramírez indicó que a los migrantes expulsados de Estados Unidos, las autoridades mexicanas les están dando un documento para abandonar el país en un límite de diez días a un mes, y por eso, muchos se están presentando a la Comar, sin embargo, el refugio en otro país invalida la elegibilidad para recibir el actual parole de Estados Unidos.
Montealegre reconoció que la migración mexicana, aunque son un grupo mayoritario, tienen otro tratamiento, con antecedentes históricas y un incremento no tan dramático como en otros países que tampoco se pueda resolver política o diplomáticamente, como se espera a mediano o largo plazo de Nicaragua, Haití y Venezuela, por eso, tratan de responder a una crisis migratoria con un origen en estos últimos países mencionados.
Aunque desde octubre de 2019 y noviembre de 2022, 1.88 millones de mexicanos cruzaron la frontera irregularmente, de estos 1.52 millones fueron expulsados bajo el Título 42, según datos de la patrulla fronteriza.
La Secretaria de Gobernación señaló que solo entre enero y noviembre de 2022 un total de 241,662 personas fueron repatriadas desde Estados Unidos.
Miles huyen de países con dictaduras
Ramírez explica que los migrantes mexicanos no se presentan en la frontera para pedir asilo, sino, para entrar de manera irregular al interior del país.
México tiene una gran comunidad en Estados Unidos, así como pueblos con grandes desplazamientos internos, por el cambio climático, la violencia o la caída del nivel de vida de zonas que antes estaban dedicadas a la agricultura. Estas personas siguen afectadas bajo el Título 42, pero no dejan de llegar a la frontera, explicó Cabezas.
A pesar que el número de detenciones de ciudadanos mexicanos en la frontera sur de Estados Unidos pasó de 0.29 millones en el año fiscal 2020 a 1.88 millones en el 2022, la atención la tienen otras nacionalidades que están llegando y generan una situación compleja en ciudades fronterizas que no tienen capacidad de recibir a tantas personas.
Cabezas cree que México es cada vez más un país de destino de migrantes, más en el norte donde hay un déficit de mano de obra. También hay una comunidad de haitianos que ya se radicó en México, por ejemplo, en Tijuana. E incluso hay venezolanos radicados desde hace años, aunque no en los números de Colombia, Perú u Ecuador.
Por otra parte, las dinámicas en el norte mexicano son diferentes, pues muchos se quedan esperando cruzar, y con las expulsiones hay que prestar atención a cómo son atendidas estas personas, porque hay albergues que están sintiendo ahora mayor presión por migrantes confundidos por los cambios hechos y que necesitan información.
Cabezas consideró que pueden aumentar las necesidades de atención por la cantidad de expulsados, pero nota que existe voluntad del gobierno mexicano para recibirlos y ofrecer opciones mientras estén en el país.
Lectura política
Los cuatro países con crisis institucionales y autoritarismo, tienen flujos migratorios muy amplios, por lo que, además del elemento humanitario, hay una lectura política en la que se pretende presionar a los regímenes o negociar con ellos, mientras Biden y los demócratas tienen en la mira la reelección el próximo año.
Ramírez remarcó que en el caso de los cubanos, el año pasado hubo reuniones de alto nivel, justamente para trabajar acuerdos migratorios y el 12 de enero se anunció el envío de una comisión de alto nivel de Biden a La Habana para tocar temas de seguridad, específicamente, crimen transnacional.
Mientras Western Union reabrió operaciones en Cuba, este mes también se flexibilizaron las sanciones en Venezuela, para la exportación de petróleo, Juan Guaidó dejó su rol en la oposición, mientras Nicolás Maduro promete elecciones libres para el próximo año, aunque sigue presionando por la eliminación de todas las sanciones para realizar esto.
“Creo que estas decisiones con los flujos migratorios y la flexibilización de sanciones son favores políticos mutuos. Por una parte, no te envían migrantes, por otro, te quito presión, al final los chivos expiatorios son los migrantes”, dijo Ramírez.
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Venezolanos
Alba recordó que el programa piloto para estos ciudadanos ofreció 24,000 visas humanitarias, deportando de inmediato a los que entraban irregularmente.
La mayoría de venezolanos ha migrado a Sudamérica, principalmente a Colombia y Perú, pero la crisis económica durante la pandemia y posterior a ella, llevó a muchos a asumir la penosa ruta hacia Estados Unidos, donde ya hay medio millón de compatriotas asentados que sirven de base social a los nuevos migrantes, además, se sumó el recrudecimiento de la crisis económica interna, indicó de Alba.
“Parte de esos venezolanos en México decidieron volver. Vimos situaciones complejas al cruzar el Darién, otros terminaron en México o países centroamericanos. Por ahora, el resultado es que se ha logrado reducir el número y desincentivar que los venezolanos lleguen”, enfatizó.
“Todas esas personas salen de Venezuela porque no consiguen una oportunidad económica y deben buscar otros destinos. Si Biden hace estas medidas para presionar más a Maduro, es difícil decirlo, la verdad es que esos migrantes poco probable regresen a Venezuela”, dijo Alba.
“Sujeto a que hay avances entre el gobierno y la oposición para unas elecciones, Biden hace concesiones, de alguna forma, no podría decir si forma parte del cálculo. En Estados Unidos, deben haber instancias que consideran que una mejora económica en Venezuela puede disminuir la presión migratoria”, precisó Alba.
Desestimó que con los acuerdos entre México y Estados Unidos se pueda crear en Centroamérica un embudo de migrantes, porque lo que buscan estas personas son oportunidades económicas.
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Fin de una política histórica de asilo a los cubanos
El parole humanitario cambia también una política histórica de asilo a los cubanos desde la llegada de Fidel Castro al poder en 1959, pues ahora, su entrada por mar o tierra involucrará la deportación inmediata y no podrán ser candidatos a aplicar a este beneficio y posteriormente, al asilo.
Este es el último golpe a la Ley de Ajuste Cubano vigente desde 1966 que permitía la aceptación y regularización de miles de migrantes con solo entrar a territorio estadounidense. Primero, el presidente Bill Clinton aceptó restringir la medida en 1996, a petición de La Habana, retornando a Cuba o un tercer país a los que no lograran llegar a la playa y fueran capturados en aguas territoriales, lo que se conoce como política de “pies secos, pies mojados”.
El 12 de enero de 2017 el presidente Barack Obama anunció que los migrantes cubanos en situación legal irregular serían tratados como otras nacionalidades, es decir, serían expulsados o tendrían que pedir asilo en las fronteras.
Es una realidad que el número de migrantes se ha disparado en el último año, el 3% de la población cubana salió en este periodo, en octubre hubo un experimento con los venezolanos y ucranianos, señaló el sociólogo Ramírez.
Migrantes y elecciones
Cires explicó en el pasado año fiscal pasaron 250 mil cubanos a Estados Unidos, pero hay muchos transitando en América del Sur, México, Centroamérica y Europa. “La cuota en el caso cubano es insignificante según el número de los que quieren irse, porque no ven futuro, Cuba es un país en estampida, principalmente la gente joven que ya no cree en el sistema socialista ni en el régimen y que ha sido duramente perseguida a raíz de las protestas”.
Cires lamentó que la medida se dé en medio del recrudecimiento de los abusos de derechos humanos, en un país que tiene la mayor cantidad de presos políticos del hemisferio occidental.
Ramírez consideró que la migración bajará, aunque los cubanos están buscando un patrocinador y están pensando en México, Uruguay y otros países para migrar. Esto pone un poco de orden en un año previo a las elecciones en Estados Unidos y el tema de la migración toma muchos votos, comentó el sociólogo.
