El canciller ruso Serguei Lavrov visitó Brasil, Venezuela, Nicaragua y Cuba para estrechar la mano a sus socios en el vecindario de Estados Unidos, mientras desde hace más de un año bombardea Ucrania, nación soberana a la que considera su propio patrio trasero y con derecho a invadir y desmembrar.
El canciller ruso Sergei Lavrov se dedicó en su gira por los países aliados a Rusia a lamentarse de las sanciones impuestas a ese país por la invasión a Ucrania, pero no ofreció nada concreto de cooperación, particularmente a los históricos países como Cuba y Nicaragua, sumidos en sus propias crisis.
¿Fue esto una provocación o una falsa pose de valentía ante el efecto de las sanciones internacionales por las múltiples violaciones de derechos humanos y delitos de lesa humanidad cometidos en Ucrania? ¿Qué significado tiene la visita de Lavrov al nuevo mundo? Expediente Público analiza uno a uno los discursos y resultados de cada visita.