Expediente Público
Desde la persecución electoral de 2021, que incluso llevó a la cárcel a siete precandidatos presidenciales, los líderes de la oposición nicaragüense que aún quedaban en el país se dispersaron, particularmente a Costa Rica donde ya estaba un primer grupo de exiliados de 2018 y 2019.
A este fenómeno se le suma la nueva ruta migratoria hacia Estados Unidos que abarcó casi todo el 2022 y que fue cercada por las nuevas políticas migratorias desde comienzos de este año.
Muchos nicaragüenses se están preguntando, ¿qué pasó con los opositores al régimen de Nicaragua?, ¿continúan participando de la lucha cívica? Y si es así, ¿cómo están trabajando desde el exilio?, ¿dónde están sus gremios o estructuras?, ¿quiénes son y qué acciones convocan o proponen? Y, sobre todo, la pregunta central: ¿por qué no se unen?
El centro de pensamiento Expediente Abierto publicó recientemente un detallado diagnóstico de la oposición nicaragüense en Costa Rica, titulado “La oposición nicaragüense ante el reto de la reorganización, articulación y la creación de estrategias políticas contra la dictadura Ortega-Murillo”.
El informe, apoyado de entrevistas con líderes en el exilio y expertos analiza diferentes elementos sociales, ideológicos, generaciones e incluso, culturales, que impiden estructurar grupos u organizaciones con beligerancia para articular una estrategia política contra el régimen nicaragüense y, sobre todo, desde un bloque común.
No solo consulta por las intenciones de unidad, sino que, describe posibles escenarios para concretarla, así como para la creación de narrativas comunes desde los gremios y sectores tan diversos que tienen la misma meta: la salida pacífica del régimen Ortega-Murillo y la democratización de Nicaragua. Además, aborda cómo tras la brutal represión sobrevino una compleja crisis humanitaria y migratoria que afectó la lucha cívica, sin contar, con el efecto de la pandemia.