Expediente Público
La influencia china en países de América Latina ha ido creciendo a lo largo de las últimas décadas. En ese sentido, Argentina ha sido un caso particular por la dependencia que ha generado de China en sentido comercial (es el seugndo socio del país), de obra pública (con contratos opacos de financiamiento y garantía del Estado nacional) y financiero (tras los acuerdos de swap de monedas).
Tras el cambio de Gobierno, surge el interrogante de si la administración de Javier Milei podrá romper con esa dependencia y buscar un desarrollo que incluya a China como un socio comercial importante, pero no como un aglutinador de contratos y préstamos.
A su vez, está todavía sin definición la actitud de China para con el nuevo gobierno de Milei, con quien no tienen ninguna afinidad ideológica.
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¿Será China el actor pragmático de las relaciones internacionales que suelen destacar los analistas o tomará sanciones frente a Argentina, como hizo con Australia tras el pedido de reportes sobre el origen del COVID?
¿De qué forma el gobierno de Milei llevará la relación con China, desde lo estatal y desde el espacio que dé a los privados, y cuál será la respuesta de la administración Xi frente a un actor que marca su preferencia por Occidente?