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Impunidad y negación: Centroamérica frente a la violencia contra las mujeres


Entre 2014 y 2019 un total de 2,244 mujeres murieron en Honduras de forma violenta, pero solo 1,676 expedientes ingresaron al Poder Judicial y apenas 436 victimarios recibieron condena, según cifras oficiales. En 2020 las cifras no son muy alentadoras en esta materia, pues el estricto confinamiento por la pandemia del COVID-19 ha dejado a millones de mujeres expuesta a agresiones domésticas, los datos del número de emergencia 911 proporcionados por el Movimiento de Mujeres por la Paz, Visitación Padilla, indican que de enero a septiembre del 2020 se reportaron 43,590 denuncias de violencia doméstica y 32,930 de violencia intrafamiliar.

En Nicaragua, el número de femicidios, 69 hasta ahora, ya supera el registro del año pasado que cerró con 63, mientras instituciones como la Comisaria de la Mujer y Niñez o el Ministerio de la Mujer, solo parecen estructuras decorativas que funcionan más como órganos de propaganda y están cerradas a las organizaciones civiles e incluso a la población que no pertenece al partido de gobierno.

En El Salvador a pesar de la disminución del número de femicidios, las cifras siguen siendo escalofriantes, pues hasta la fecha se reportan más de cien muertes violentas, mientras otras formas de violencia parecen naturalizadas en el subconsciente colectivo del salvadoreño.

Ante este triste panorama, Expediente Público presenta una radiografía con cuatro reportajes en tres países del istmo centroamericano con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, hoy 25 de noviembre.