El próximo 28 de noviembre se realizarán en Honduras unas elecciones generales que podrían marcar el inicio del fin de un sistema de corrupción e impunidad, que se ha venido fortaleciendo desde la salida de la MACCIH en enero de 2020.
Las enormes expectativas en el proceso electoral, tanto de las élites políticas y económicas en extremo corruptas que buscan garantizar su continuidad, como de los sectores que aspiran al fortalecimiento del estado de Derecho e institucionalidad, generan una grave preocupación en torno al desarrollo de la contienda.
Voces sensatas advierten que, aparte de los resultados electorales, la clase política hondureña urge de un proceso de depuración y ordenamiento si se quieren plantar las bases de una verdadera transformación del Estado, más allá de un cambio de gobierno.
En estas entrevistas con Expediente Público, el exvocero de la MACCIH, Juan Jiménez Mayor, y la directora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, comparten su particular visión del momento que vive Honduras, los intereses internos y externos que han incidido en la lucha contra la corrupción y el liderazgo de una sociedad civil que clama por un apoyo decidido de países como Estados Unidos y la Unión Europea.