El 12 de marzo de 2020 se detectó el primer caso de COVID-19 en Honduras, pero un mes antes los legisladores comenzaron a aprobar decretos que prometían realizar millonarias inversiones públicas, lo que permitiría atender de manera diligente la emergencia sanitaria e impulsarían la economía mediante la creación de empleos.
Seis meses después, muchas de las iniciativas han quedado en buenas intenciones y en la actualidad existen múltiples denuncias de que los recursos aprobados se perdieron en actos de corrupción, y que las inversiones nunca se realizaron o las medidas de alivio no tuvieron el efecto anunciado.
Mientras tanto, los sectores más vulnerables, como madres solteras, familias que perdieron sus empleos y pequeñas empresas, hacen grandes esfuerzos por sobrevivir y no caer en la pobreza extrema.
El siguiente reportaje especial, que se presentará a dos entregas, muestra la realidad de algunas familias abandonadas por el Estado y golpeadas por el impacto económico del nuevo coronavirus, también la batalla de pequeñas y grandes empresas por salir adelante pese a no tener las mejores condiciones.