*Una vez más la Comunidad Internacional se pronuncia ante la farsa electoral en Nicaragua, donde Daniel Ortega cumpliría su cuarto periodo consecutivo este domingo 7 de noviembre, sin observación internacional y sin oposición
**El eurodiputado Javier Nart asegura que elecciones «indudablemente» serán desconocidas por la Unión Europea.
***Panelistas insisten que ante la crisis humanitaria a la que Nicaragua abonará a la región centroamericana, la región debe prepararse para seguir actuando y presionando por sanciones contra el régimen Ortega-Murillo.
Expediente Público
“El costo de no reaccionar ante lo que va a pasar el próximo 7 de noviembre por parte de la comunidad internacional es altísimo”, expresó la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, durante el foro «La comunidad internacional ante la farsa electoral del 7/11 en Nicaragua«, realizado este 5 de noviembre, a menos de 48 horas de las criticadas elecciones generales de este país centroamericano, donde Daniel Ortega busca sumar 20 años en el poder junto a su esposa, la vicepresidenta desde el año 2017, Rosario Murillo.
Chinchilla aseguró que la estabilidad de la región centroamericana corre riesgo, por una democracia degradada y Nicaragua está a punto de convertirse en un estímulo para otros gobernantes con pocas convicciones democráticas.
«Van estar observando y van sin lugar a duda a querer seguir la misma ruta que Daniel ha seguido en estos años», dijo.
Se avecina crisis centroamericana
Asimismo, aseguró que Nicaragua abonará aún más a la crisis humanitaria de la región, por las graves consecuencias que ha dejado la pandemia de la Covid-19 y significará un problema en la reactivación económica de estos países.
Por otra parte, señaló que 6 de cada 10 nicaragüenses ya no están cruzando a la frontera de Costa Rica, sino más bien, están migrando hacia la frontera norte hacia México y Estados Unidos.
A crítica de Chinchilla, entre otra de las consecuencias de la «farsa electoral» el pueblo nicaragüense ya está pagando el costo de ser sometidos a «una brutal dictadura, de las peores que recordamos en la historia de nuestra región».
Puede leer: Óscar Arias: “Daniel Ortega será totalmente ilegítimo. Esa elección es una farsa”
Una elección que «indudablemente» será desconocida
Durante su participación el eurodiputado Javier Nart aseguró que “estas elecciones no tienen ninguna de las condiciones para ser admitidas», a como lo señaló antes el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, e «indudablemente» las elecciones serán desconocidas por la Unión Europea.
«El señor Ortega se ha preocupado de encarcelar a todos los contendientes políticos que se han presentado a estas elecciones y no podemos esperar a que este proceso arroje un resultado que podamos considerar legítimo, [sino] todo lo contrario», declaró Borrell en Lima Perú, en la primera escala de una gira latinoamericana.
“Yo creo que Daniel Ortega, no es capaz de percibir la realidad [..] he llegado a creer que se creen sus propias mentiras y su propia fabulación y su propia construcción. Alrededor suyo están todos los cínicos, todos criminales, todos los ladrones, todos los corruptos, que están funcionando como los zopilotes sobe Nicaragua, un pueblo, que repito, que siento como mío porque yo con el estuve, y con el seguiré estando”, dijo Javier Nart.
Lea más: Clima de violencia preelectoral en Nicaragua: anulación de derechos y aumento de asesinatos.
La tragedia de Nicaragua y la vergüenza de América Latina
El director regional del grupo IDEA, Daniel Zovatto, también estuvo presente durante el foro, y señaló que desde que Ortega regresó al poder en 2007 ha construído una dictadura con la complicidad de otros partidos y empresarios.
«Tenemos que entender que no la construyeron un matrimonio de personas despistadas, Ortega y Murillo, sino que la construyeron dos personas que de manera perversa fueron construyendo con la complicidad de muchos otros actores nacionales y entre ellos, en este momento, el Ejército para poder consolidar esta dictadura», dijo Zovatto en su intervención.
Expresó que países como su natal Argentina son “la vergüenza de América Latina”, por la actitud de «cobardía» y continuar absteniéndose frente a la dictadura, a excepción de Costa Rica, Chile y Uruguay.
Sin embargo, considera que la salida debe ser unir esfuerzos desde dentro de Nicaragua con apoyo internacional. «Debe entenderse de que estos procesos se enfrentan, aunque haya mucho dolor, mucha sangre, desde adentro, la democracia se reconquista desde dentro”.
Lea más: Clima de violencia preelectoral en Nicaragua: anulación de derechos y aumento de asesinatos
América Latina y sus cómplices
Zovatto reiteró que los países de América Latina deben estar a la altura de este desafío, «porque sería una vergüenza más, que este tema lo solucionen los europeos y norteamericanos, cuyo papel es fundamental y debemos agradecerlo, pero también tenemos que ponernos nosotros a la altura los latinoamericanos y latinoamericanas».
“Hay un elemento de mucha responsabilidad de parte de la oposición, y de las oposiciones, para unirse y converger en algunos objetivos comunes, el único enemigo es Ortega-Murillo y sus cómplices, todo lo demás son adversarios, y esas diferencias tienen que ser dejadas de lado momentáneamente», señaló.
Puede leer: Policía orteguista: el panal de avispas que se heredaría en la futura transición democrática de Nicaragua
“Mucho trabajo por hacer, pero soy optimista de que uniendo esfuerzos de todos los lados, y de todos los actores, vamos a poder trazarle líneas rojas a Ortega, y vamos a impedir que pueda consolidar su dictadura”, finalizó el panelista.
Las elecciones de este fin de semana en Nicaragua, se darán en un contexto represivo que ha venido denunciándose desde los acontecimientos de abril en 2018, cuando se realizaron manifestaciones cívicas que el régimen aplastó.
La represión sandinista dejó como respuesta el asesinato de más de 300 nicaragüenses, más de 2,000 heridos y más de mil personas detenidas, de las que hoy permanecen 159 en centros penitenciarios de tortura, incluido 7 precandidatos a la presidencia y el exilio de más de 100 mil nicaragüenses.