*El asesinato del cantante Facundo Cabral en julio del 2011, dejó al descubierto una red de tráfico de drogas y el involucramiento de la Policía, jueces y abogados de Nicaragua.
**Los traficantes alardeaban de tener nexos con altos funcionarios de la Policía y la justicia.
***En 2020 y en el contexto de la crisis política de ese país uno de los principales acusados, fue liberado por una jueza nicaragüense leal al partido sandinista.
Expediente Público
La muerte del cantante argentino Facundo Cabral, ocurrida hace diez años en Guatemala, dejó al descubierto cómo los tentáculos del narcotráfico rodean a la Policía y cómo la corrupción ha contaminado la justicia en Nicaragua, según un extenso trabajo investigativo de InSight Crime y Expediente Abierto publicado en julio de este año.
El empresario nicaragüense Henry Fariñas, fue el blanco del ataque ordenado el 9 de julio de 2011, según él por su antiguo socio de negocios, un costarricense llamado Alejandro Jiménez, alias “Palidejo” por un negocio fallido en la venta de parte de la franquicia Elite, de clubes nocturnos, sin embargo, luego se conocieron los nexos con la droga.
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Durante el ataque Fariñas y Cabral fueron tiroteados. Fariñas quedó gravemente herido mientras que Cabral falleció. Fariñas, tenía varios años de haberse establecido en Guatemala. Se había casado con la hija de un alto jefe militar guatemalteco ya retirado y al principio se ganaba la vida afinando pianos.
Jiménez conocido también como “Palidejo”, fue capturado cuando intentaba ingresar a Colombia en marzo de 2012, y fue extraditado a Guatemala para responder ante una corte por la muerte de Cabral.
Según el reportaje de InSight Crime y Expediente Abierto en Nicaragua Fariñas era un oscuro empresario de clubes nocturnos, había sido patrocinador del equipo de fútbol de la liga primera de la Policía y tenía como defensor a José María Enríquez Moncada, abogado de la familia presidencial en Nicaragua.
Hugo Mauricio Jaén Figueroa era el brazo derecho de Fariñas y en las oficinas de él investigadores hallaron actas de constitución de empresas elaboradas por el mismo abogado de la primera familia nicaragüense.
Reducción de años de cárcel
Fariñas fue condenado a 33 años por tráfico de drogas y lavado de dinero y Jaén Figueroa fue sentenciado a 29 años, pero luego un tribunal de apelaciones redujo las condenas de los dos a 18 años.
InSight Crime y Expediente Abierto que en mayo 2020 la jueza sexta de Distrito Penal y Vigilancia Penitenciaria, María Concepción Ugarte, dejó a Jaén Figueroa libre. La fiscalía de Nicaragua no opuso resistencia, aunque fue una decisión excepcional y hasta ilegal por parte de la jueza. De todos los involucrados, solo Fariñas sigue detenido.
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La red Fariñas se encargaba de imprimir documentos falsos de identificación nicaragüenses, operaciones de lavado de dinero y una red de transporte de drogas, usando como mampara el club nocturno Elite. La sociedad con Alejandro Jiménez, costarricense conocido como “Palidejo”, comenzó luego de que este se trasladó a Nicaragua en 2008 y adquirió una identificación nicaragüense falsa.
Los investigadores del gobierno nicaragüense declararon que Jiménez transportaba la cocaína suministrada por sus socios colombianos entre Panamá y Costa Rica; los agentes de Fariñas la transportaban desde allí hasta Managua; y el grupo de narcotraficantes conocidos como los Charros la llevaba a Guatemala.
El caso de Los Charros
Las autoridades nicaragüenses dicen que Fariñas lavaba las ganancias de la red por medio de varias empresas, incluyendo la cadena de clubes nocturnos Elite, donde comenzó a trabajar en 2005. El problema comenzó cuando la policía nicaragüense capturó a miembros de Los Charros en mayo de 2011. Viendo una oportunidad, Fariñas robó un cargamento de cocaína, que, según la acusación, planeaba vender por sí mismo en lugar de entregarlo a Los Charros. Esto, dicen los investigadores, puso en movimiento la cadena de sucesos que terminaron con la muerte de la leyenda popular argentina, Facundo Cabral, lo que eventualmente pondría en evidencia la empresa criminal.
En abril de 2012, la familia de Fariñas confesó a la prensa que él era amigo cercano de altos comandantes de la policía, entre ellos el subdirector de la institución, Carlos Palacios Linarte, que había ocupado importantes puestos, como el de jefe de inteligencia.
Según ellos, Henry Fariñas era padrino de uno de los hijos de Palacios. Además, dijeron que la discoteca Elite había pagado la costosa remodelación de una de las mayores estaciones de policía de Managua.
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Un mes después de las declaraciones de la familia sobre su relación con Palacios, la Policía anunció que este se retiraría. La directora de institución Aminta Granera, negó que la salida de Palacios hubiera tenido alguna relación con el caso. Por su parte, Palacios aclaró que él no era amigo de Fariñas y que este no era padrino de ninguno de sus hijos pero admitió que conocía a Fariñas por un equipo de fútbol en el que ambos jugaron, y que había conocido a su padre.
Leal y déspota
Desde antes del crimen de Cabral, según la investigación de InSight Crime y Expediente Abierto, Washington ya había mostrado preocupaciones sobre el subdirector de la Policía. Un cable diplomático de Estados Unidos en el año 2007, difundido por WikiLeaks, menciona una fuente sandinista que describe a Palacios como “un corrupto déspota del FSLN”. Otro cable de diplomáticos estadounidenses en Nicaragua se refiere a Palacios como “un hombre leal a Ortega que tiene supuestos vínculos, aún sin comprobar, con el crimen organizado y la corrupción en Nicaragua”.
Durante el juicio surgieron nuevas evidencias de los vínculos de Fariñas con la Policía, cuando Guillermo Terán, distribuidor de motos Harley Davidson en Nicaragua, quien fue declarado culpable de formar parte de la red de Fariñas, testificó que Fariñas había llegado a su distribuidora en un centro comercial de Managua, en enero de 2012, escoltado por un grupo de policías.
El gerente del club nocturno Elite en Managua, y mano derecha de Fariñas, Hugo Jaén Figueroa, también testificó en el juicio, diciendo que los empleados del club eran amigos de los policías, especialmente de los del Distrito 5, y que los solían invitar a bebidas cuando iban al bar.
Para defenderse la familia Fariñas publicó fotos de las hermanas de Henry Fariñas (Karla y Alicia) socializando con Luis Barrantes, director de la policía estatal y exsubdirector de la policía de Managua.
Un alto funcionario del CSE involucrado
Días después las autoridades arrestaron a un juez suplente del Consejo Supremo Electoral (CSE), llamado Julio César Osuna. Su nombre había aparecido en la prensa más de tres semanas antes, como el socio de un líder de Los Charros, pero la policía no lo detuvo hasta después de que las acusaciones de Fariñas se hicieron públicas.
InSight Crime y Expediente Abierto explican que el Consejo Supremo Electoral (CSE) es una rama del gobierno que administra los procesos electorales y expide los documentos de identificación. Ha sido blanco de fuertes críticas en los últimos años por el control que ejerce el presidente Ortega.
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Osuna era poco conocido en Nicaragua. Su hermana María Haydee Osuna es una importante figura de la política, que por mucho tiempo fue aliada del expresidente Arnoldo Alemán.
Según las autoridades, las actividades criminales de Osuna mientras estuvo en el CSE consistieron en emitir documentos de identificación falsos y lavar dinero. Osuna dirigió una red que proporcionaba documentos de identidad nicaragüense falsos a extranjeros, con la ayuda de su hermano, José, su secretaria, Carolina González, y su abogado, Jorge Acevedo.
Además de proporcionarle un documento de identificación al “Palidejo”, Osuna probablemente les expidió identificaciones a otros grupos criminales, como miembros de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). A pesar de estas posibles alianzas con otros operadores de las élites, los fiscales y la policía presentaron a Osuna como un lobo solitario y no investigaron otras pistas en torno al CSE.
El “operador” de Ortega
Por su parte, José María Enríquez Moncada, defensor de Fariñas, es descrito por La Prensa como un «operador» de Ortega. Enríquez Moncada trabajó alguna vez para una compañía de electrodomésticos llamada Comercializadora Panamericana S.A. (Copasa) y fue el director de un equipo de béisbol de Managua, Los Indios del Bóer.
En 2009, una empresa de telecomunicaciones rusa, Yota —de la cual Enríquez Moncada era un socio local—, ganó un contrato del Gobierno para ofrecer servicios de banda ancha en Nicaragua. Hubo sospechas de que el proceso de licitación fue manipulado, dado que se sabía que el otro socio nicaragüense de Yota, José Mojica Mejía, era empleado de los Ortega y socio cercano de la familia.
El negocio de Yota fue uno de los tantos que tuvieron Enrique Moncada y Mojica. Ambos estuvieron vinculados al imperio de negocios de Ortega mediante un acuerdo que involucró a la mayor gasolinera del país, la Distribuidora Nicaragüense de Petróleo (DNP). El grupo económico venezolano financiado por el régimen de Ortega, Albanisa, le compró DNP al consorcio suizo Glencore en el año 2009, y el gobierno dijo que estaría dirigida por la gasolinera estatal Petronic.
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Sin embargo, una investigación de La Prensa en el año 2012 reveló que Albanisa había transferido sus acciones a Enríquez Moncada y Mojica, quien a su vez había formalmente delegado el poder sobre la empresa a Yadira Leets Marín, nuera de Ortega. En efecto, se alegaba que ambos actuaban como testaferros, permitiendo que la familia del presidente controlara a DNP tras bambalinas.
Enríquez Moncada y Mojica también aparecen como representantes legales de estaciones de televisión a cargo de los hijos de Ortega. Enríquez Moncada figura como el representante de Celeste, la compañía que administra Canal 13, dirigida por tres hijos de Ortega: Luciana, Camila y Maurice. Mojica es el representante de la Televisora Nicaragüense, la compañía que administra Canal 8, dirigida por el hijo de Ortega, Juan Carlos, que se cree que fue adquirida por la familia con dineros del petróleo venezolano.
Según las investigaciones de InSight Crime y Expediente Abierto, los vínculos de Enríquez Moncada con Fariñas fueron directos y abundantes. La Dirección de Investigaciones Económicas (DIE) descubrió que Enríquez Moncada había participado en la creación de 7 de las 15 empresas a través de las cuales el grupo de Fariñas lavó US$39,9 millones entre 2005 y 2012. Enríquez Moncada fue el abogado que supervisó la creación de cinco de las empresas. Era socio de otra, llamada Servicios Profesionales (Sepro), y aparece como signatario alterno de dos cuentas bancarias en otra, Multiservicios Integrales. Estas dos empresas fueron creadas con la ayuda de la abogada de Enríquez Moncada, Reyna Anais Socorro Araica, quien también supervisó la transferencia de DNP a la nuera de Ortega.
El caso de Fariñas indica que los operadores del hampa en Nicaragua pueden estar dentro del mismo Gobierno. La forma en que las autoridades judiciales manejaron la información con respecto a las acusaciones en el caso, también plantea la posibilidad de que hubo encubrimientos en los más altos niveles del poder en Nicaragua, y muestra el corrupto estado operativo de la rama judicial del Gobierno.
*Este informe fue elaborado entre InSight Crime y Expediente Abierto y contó con la colaboración de periodistas nicaragüenses que, por la situación que pasa ese país, solicitaron que sus nombres fueran omitidos. El informe fue coordinado por Javier Meléndez. Steven Dudley y Hannah Stone contribuyeron también al reportaje y la edición.
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