Nicaragua, Salud, Covid-19

El Covid-19 muestra las ‘grietas’ del sistema de salud de Nicaragua

A pesar de la pandemia, este año se destinarán menos recursos económicos al sistema sanitario nicaragüense.

El gobierno de Daniel Ortega destina a diario solo US$0.20 a la salud de cada nicaragüense.


EXPEDIENTE PÚBLICO

La emergencia sanitaria que ha significado el Covid-19 en Nicaragua, ha dejado al descubierto que el sistema de salud de este país es solo curativo y que a pesar de las necesidades del sector para enfrentar la pandemia, este año el presupuesto se ha reducido un 2 por ciento con respecto al 2020.

El gobierno de Daniel Ortega ha sido señalado por organismos internacionales de salud por no adoptar medidas de prevención, la nula transparencia en la información epidemiológica y presupuestaria relacionada a la crisis sanitaria, además de negarse a declarar una cuarentena sanitaria para proteger a sus habitantes.

El sector salud tendrá este 2021 un presupuesto de C$17,198.66 millones, equivalentes a US$490.11 millones, que en comparación a los C$17,540.38 millones, es decir, unos US$499.85 millones, en concepto de presupuesto de salud modificado del año 2020, evidencia una reducción del 2%.

El recorte se da a pesar de las secuelas que ha dejado el Covid-19 en el sistema sanitario como la saturación de hospitales y los gastos en atención médica. Según cifras oficiales del Ministerio de Salud (Minsa), hasta el 25 de mayo el país centroamericano acumula 7,324 casos de Covid-19 y solo 186 muertes. Aunque el Observatorio Ciudadano integrado por médicos independientes muestra una realidad mucho más dolorosa, estimando que hasta la misma fecha, han sido infectados 16,895 nicaragüenses y 3,294 han muerto.

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Discurso se estrella con la realidad

El discurso del gobierno de turno se ha caracterizado por asegurar que el tema de salud es prioritario, pero a criterio de médicos y un analista macrofiscal consultados por Expediente Público, la llegada y el mismo rebrote del coronavirus ha dejado al descubierto lo “vulnerable” que es el sistema sanitario en nicaragüense debido a un presupuesto calificado como “insuficiente”.

El especialista en Salud Pública y exfuncionario del Ministerio de Salud, entre el período de 2003 y 2006, José Antonio Delgado, precisó que el sistema sanitario ha tenido un “retroceso” en la última década, que es traducido en el cambio de preventivo a curativo, lo que impide enfrentar con efectividad el Covid-19.

“El sistema de salud de Nicaragua por muchas décadas luchó por cambiar de un sistema curativo a preventivo y lo logró, pero en la última década hubo un retroceso gradual y pasamos de un sistema preventivo de salud a uno curativo. La epidemia del Covid-19 mostró con todas sus luces, que el sistema es curativo, por lo tanto estos sistemas no son capaces de enfrentar grandes problemas como el Covid-19”, refirió Delgado a Expediente Público.

La demanda de invertir más dinero en el presupuesto a esta cartera se convirtió en una necesidad de carácter “urgente” y aún más cuando la nación centroamericana se registraron los primeros contagios, en marzo del 2020.

Ocultan información

Pero a pesar de esa necesidad, un año después de la aparición de la enfermedad en Nicaragua, hasta ahora se desconoce cómo se realizaron las reasignaciones presupuestarias para suplir las principales necesidades sanitarias que van desde productos higiénicos, equipos de protección y pruebas para detectar el Covid-19.

A pesar de la reducción, para este año existe un fondo de alrededor de US$305 millones de préstamos y donaciones que fueron contratados entre septiembre y diciembre pasado, bajo condiciones restrictivas de algunos financiadores como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y que no fueron incluidos en el Presupuesto General de la República (PGR) 2021, por lo tanto, se espera que se incorporen vía reforma.

De estos fondos, al menos la mitad serán ejecutados por organismos de Naciones Unidas como la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Project Concern International (PCI) y el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica (COMISCA).

Sobre lo presupuestado y las donaciones o préstamos en el contexto de la pandemia, el salubristas Delgado, de acuerdo con su experiencia en el Minsa, explicó que el hecho de que el sistema de salud en Nicaragua sea curativo, evidencia que el presupuesto no está dirigido a prevenir enfermedades.

Personal de salud desprotegido

“¿Cómo demuestro que hasta el día de hoy el presupuesto de salud es suficiente? —se cuestiona—; bueno, a pesar de las importantes donaciones que hemos recibido, no se cumple con los requerimientos necesarios para el personal de salud. Lo vemos en una sola foto, con la aplicación de la vacuna Aztrazeneca, donadas por el mecanismo Covax. Ahí vemos un personal de salud aglomerado, con mascarillas de tela o quirúrgicas que no protege arriba del 80%. Al menos a ellos se les debió dotar del equipo de protección recomendado. Aquí hay un problema de planeación presupuestaria, problema de organización, comunicación y todo se traduce en el impacto duro a la salud de los nicaragüenses”, afirmó.

En esa misma línea, un perfil macrofiscal de Nicaragua realizado por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) con sede en Guatemala, en referencia a las finanzas públicas del Estado nicaragüense, señaló que pese a que la pandemia continúa presente en 2021, las cifras del presupuesto demuestran una “extrema austeridad” y no se logra identificar “si existe alguna asignación que el gobierno esté destinando de manera extraordinaria a la atención de la emergencia ocasionada por el Covid-19”.

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Gasto gubernamental en salud como porcentaje del PIB es “mínimo”

Abelardo Medina, coordinador de Análisis Macrofiscales de Icefi, resaltó lo mencionado en el estudio y dijo a Expediente Público que en el caso de salud en Nicaragua, lo que se observa es que el gobierno en los últimos cuatro años ha tenido un gasto equivalente entre el 3.5 y 3.9% del Producto Interno Bruto (PIB)


Ese nivel de gasto y divido entre los 6.5 millones de nicaragüenses, en promedio anualmente, se gasta en salud por cada persona C$2,619 equivalentes a unos US$75. Esto significa que se destina a diario solo C$7.39 córdobas o US$0.20 centavos en la atención médica de cada nicaragüense.

“De por sí ya el presupuesto de Nicaragua pese a que no es el más bajo de la región para atender al ámbito de la salud no es suficiente, las diferencias instancias internacionales como la Organización Panamericana Salud ha recomendado que el gasto mínimo en salud oscile entre 4% y 6% del PIB. Nicaragua no llega a esos estándares, es decir, que no se llega a cubrir aquel importante aspecto que es la cobertura universal en salud como el acceso a la atención”, refirió Medina.

Además, el especialista de Icefi remarcó que países de Centroamérica como Panamá y El Salvador, el año pasado registraron aumentos en el gasto público de casi el 7% del PIB para atender la pandemia, mientras que Guatemala aumentó apenas el 2% del Producto Interno Bruto a pesar de que tiene la población más grande de la región.

Sin embargo, “Nicaragua incrementó su gasto en 2020 y sobre todo después de una contracción que había tenido en 2019, pero nosotros no lo vemos como consecuencia de un intento de tratar de defender a la población de los efectos del Covid-19, sino más que todo, como un esfuerzo del gobierno para potenciar la actividad económica”, explicó Medina.

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Los entierros exprés

Lo señalado por Medina, evidencia la posición del gobierno ante la pandemia al ser el único país en la región que nunca decretó cuarentena nacional a pesar de que se reportaban decenas de casos de contagios, muertes sospechosas al Covid-19 y en las redes sociales era frecuente ver videos de entierros exprés.

La razón de no tomar medidas de confinamiento social fue porque Nicaragua es uno de los más pobres de la región latinoamericana y que al menos el 80 % de los trabajadores se encuentra en el sector informal, según el «Informe sobre el Covid-19 y una estrategia singular ‘libro blanco'», en 2020.

Por su parte, el epidemiólogo Leonel Argüello, coincidió con lo remarcado por ambos especialistas y apuntó que siempre los presupuestos tienen que ser revisables en base a cuál es el objetivo o los resultados que se quiere alcanzar, pero si se siguen midiendo los presupuestos solamente a nivel que si van bajando o van subiendo, no es suficiente.

“Claro la tendencia tiene que ser ascendente, es decir que tiene que ir subiendo, sin embargo, no es suficiente el hecho de que suba sino cómo se distribuye y cómo eso va dirigido a los principales problemas, entonces por ejemplo el gasto de salud en PIB en Nicaragua es muy bajo, imagínate que en América Latina anda alrededor del 8% y nosotros a duras penas ni llegamos al 4%, y eso es muy bajo y hay que aumentarlo”, manifestó.

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Incumplen medidas sanitarias

En cuanto a la realidad que se vive en Nicaragua con el rebrote o segunda ola de contagios y muertes, a consecuencia del Covid-19, el especialista Argüello hace énfasis en que el presidente Daniel Ortega ha incumplido con las medidas de prevención orientadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que provoca que se esté viviendo una doble realidad.

“Vemos datos que te da el gobierno con subregistro de más del 98% y por otro lado, la realidad que vive cada quien en su barrio, comunidad, donde se está viendo gente que se está enfermando y otros falleciendo, y se ha vuelto de esta enfermedad un estigma porque la propia gente esconde los muertos para poderle hacer la vela», explicó.

Agregó el especialista que ‘todo lo que leobservás en este país es una curva que asciende en la segunda ola que no para, cada vez hay más muertos, hay más gente enferma y no vemos una respuesta nacional, una respuesta coherente de atención integral a la pandemia”, señaló Argüello.

Solo US$20.01 millones para atender la pandemia

La cartera presupuestaria destinada a salud es distribuido entre cinco instituciones gubernamentales: el Ministerio de Salud (MINSA), el Ministerio de Educación (MINED), la Policía Nacional, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP), y el Ministerio de Defensa (Mindef). El MINSA, es la institución rectora y por ende la más importante en temas sanitarios y ha recibido en promedio el 99% del gasto dirigido a este sector.

Para conocer un aproximado de cuánto había destinado el gobierno de Nicaragua para atender la pandemia el año pasado, Expediente Público realizó un análisis de las contrataciones del MINSA que aparecen en el portal del Sistema de Contrataciones Administrativas Electrónicas (SISCAE), y encontró que se adjudicaron compras equivalentes a C$513.17 millones, unos US$14.62 millones lo que equivaldría al 2.9% del gasto total del MINSA de ese año, que fue de C$17,377.9 millones, equivalentes a US$495.22 millones ya con la reforma de diciembre.

Para el 2021, según el presupuesto de salud, se aprobó una partida para el MINSA de C$16,852 millones, es decir unos US$480.23 millones, lo que representa una reducción del 3.21% con respecto a lo reformado en diciembre de 2020.

Y según una revisión del PGR, la administración de turno ha destinado C$702.38 millones (US$20.01 millones) al proyecto «Atención pandemia Covid-19».

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Dicho monto será ejecutado por el MINSA, el MHCP, el Mindef y el MINED. Este gasto es superior en comparación al que se identificó en el 2020 por medio del SISCAE. El de este año equivaldría al 4% del gasto asignado a salud.

Dentro de las fuentes de financiamiento para el proyecto interinstitucional dirigido a la atención de la pandemia, se detectaron tres fuentes de financiamiento que suman C$560 millones (US$15.95 millones), estás son el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Banco Mundial (BM) y BID; los restantes C$141 millones (US$4.01 millones) los estaría financiando el Gobierno con recursos propios. El MINED, MHCP y el Mindef recibirán este año partidas dirigidas directamente a proyectos que atenderán la pandemia del Covid-19.

A criterio del especialista Argüello, los millones de dólares por préstamo y donaciones para que el Gobierno enfrente y atienda el Covid-19, no se ha visto y mucho menos ha tenido un impacto positivo en la salud, debido a que sostiene que para comenzar, tiene que existir una respuesta nacional.

“Muchísimos de los problemas que tenemos aquí en el país pudieran ser resueltos y no es que requerís mucho dinero, requerís un abordaje integral como respuesta nacional”, afirmó.

¿Cómo se distribuye y en qué se gasta?

El sistema de salud nicaragüense se financia a través de tres regímenes: el no contributivo que es brindado por los establecimientos sean centros de salud y hospitales públicos de manera gratuita; el contributivo que está integrado por las prestaciones y servicios que brindan las empresas aseguradoras del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y el voluntario, que se refiere al conjunto de prestaciones y beneficios que financia un usuario con sus aportaciones y que las brindan las empresas aseguradoras privadas y que no están dentro del régimen contributivo.

Por eso, partiendo de que el Minsa es la institución encargada de ejecutar la mayor parte del presupuesto asignado al sector salud, deben implementarse seis tipos de programas para garantizar el bienestar del sector no contribuyente de la población: las actividades centrales, los proyectos centrales, las actividades de sedes locales, la promoción de salud y prevención de enfermedades, la atención de salud hospitalaria y por último, la atención integral en el primer nivel de atención.

El análisis realizado por Expediente Público a la distribución promedio del presupuesto asignado desde el 2012 al 2021, refleja que el programa de atención en salud hospitalaria ha tenido una asignación promedio del 44.74% y la atención integral en el primer nivel de atención un 40.65%, pero las actividades centrales solamente un 6.34%, las actividades de sedes locales un 4.61%, la promoción en salud y la prevención de enfermedades un 3.44% y los proyectos centrales 0.21%.

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Teniendo en cuenta solamente las cifras del presupuesto aprobado en 2020 y la distribución del gasto por programas del MINSA para el 2021, presenta una tendencia creciente, pero con excepción de “actividades centrales” y “actividades sedes locales”. Curiosamente el programa “Promoción de la Salud y prevención de enfermedades” presenta un aumento del 77% respecto a lo aprobado inicialmente en 2020.

El exfuncionario del Minsa, doctor Delgado recordó que el salario actual que tienen los trabajadores de la salud en Nicaragua se debe a la lucha prosalario de un movimiento médico que surgió en el gobierno de Arnoldo Alemán (1997-2002), y que se prolongó hasta la administración de Enrique Bolaños (2002-2007).

“Este salario no se ha movido, de lo que se peleó en los dos últimos gobiernos liberales, los médicos internos ganan C$9,500, es decir no es sujeto de crédito, el salario de un especialista es US$1,140. El salario no se ha modificado, por eso es difícil pensar que el presupuesto actual de la República en el tema de salud sea dirigido al aumento salarial, se han hecho reajuste por el deslizamiento de la moneda, pero no se ha aumentado”, manifestó el galeno.

Compra de insumos

Enseguida, descartó que también sea dirigido a la compra de insumos médicos o medicinas, y trae al presente lo que actualmente vivimos con la pandemia. “Aquí las vacunas de Covid-19 han sido donadas (…) actualmente en los centros de salud se dan mascarillas quirúrgicas, tres a la semana al personal de salud, que con esta segunda ola del Covid-19 les dieron de tres mascarillas quirúrgicas a tres N95, el personal de salud compra su careta, gabacha, entonces ¿el presupuesto dónde se va? a lo mejor es una respuesta que la tiene la parte superior del Minsa, pero en la práctica no se mira”, analizó.

Las horas que trabaja un médico son 36, se hacen turnos que inician a las 7 de la mañana de un lunes, por ejemplo, y finalizan entre 3 o 4 de la tarde del martes. Aunque también, los médicos internos trabajan por turno cada 4 días, y los generales cada 5 días, los especialistas cada 6 días, si ya es mayor de los 50 años.

Esto significó “un retroceso en sus derechos” porque “los médicos mayores de 50 años hace 10 años no hacían turnos porque había un convenio colectivo del Minsa, que establecía eso”, afirmó Delgado.

El especialista de Icefi, agregó que en medio de la pandemia del Covid-19, lo que sí está muy claro es que como consecuencia del coronavirus el gobierno de Nicaragua sí reporta un ligero aumento en salud, pero específicamente sostiene que “puede ser dirigidos a aumentos de salario, pero no de los médicos, aumento en las medicinas aunque no necesariamente, puede ser de cualquier cosa”, remarcó debido a que en Nicaragua hay poca transparencia y rendición de cuentas.