*En un diálogo abierto con Expediente Público, Douglas Farah, excorresponsal de UPI y The Washington Post anticipa que en un año Guatemala y Honduras romperán con Taiwán, a favor de China comunista, que habría comprado un islote en el golfo de Fonseca.
**La relación de la familia Zelaya Castro en Honduras con el régimen Ortega-Murillo en Nicaragua es una peligrosa alianza con el crimen transnacional, sostiene.
***Ortega podría estar usando el oro para burlarse de sanciones internacionales.
Expediente Púbico
El Gobierno de Estados Unidos utiliza contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua sus herramientas tradicionales de presión, como son sanciones económicas y derogación de visas para funcionarios corruptos y “aunque está bien, de por sí, eso no es una política, creo que se está en el proceso de definir o refinar lo que sería una política coherente”, explicó a Expediente Público Douglas Farah, periodista estadounidense y consultor de seguridad nacional.
Para Farah, aunque están Cuba y Venezuela, el régimen de Nicaragua es “tal vez la dictadura más dura del continente, la más represiva, abusiva y autoritaria” por lo cual se requiere esta estrategia “coherente”, sobre todo porque Estados Unidos ha perdido a socios históricos en Centroamérica y ve el avance de China en la región.
Los países del Triángulo Norte de Centroamérica viven situaciones políticas complejas que no le permiten a Washington sostener buenas relaciones y abren la puerta a China, enfatizó Farah a Expediente Público. El experto fue corresponsal en la región para la United Press International, Newsweek y The Washington Post.
“En este momento ya no hay gobiernos socios para Estados Unidos. Tenemos a Nayib Bukele en El Salvador que está manejando un régimen con muchas violaciones a los derechos humanos y una corrupción enorme, tenemos al presidente Alejandro Giammattei de Guatemala que también tiene problemas con su sistema de justicia y sigue echando (despidiendo) fiscales. Y tenemos al nuevo Gobierno de Xiomara Castro en Honduras que está por verse, pero su línea de comportamiento histórico no es de lo más favorable” para Washington, indicó.
Nicaragua ¿lavando dinero de la invasión rusa?
Es muy difícil tener relaciones con gobiernos que están desasociados de los procesos democráticos y Estados Unidos enfrenta el problema de apoyar de alguna forma, dar fondos para ciertas cosas claves o no apoyar, dijo Farah.
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El también experto en seguridad nacional consideró inexplicable por qué Estados Unidos no limita financieramente al régimen de Daniel Ortega, particularmente por el supuesto esquema de lavado de dinero junto a sus socios internacionales.
“Hay muchas cosas en términos de sanciones económicas para cortar el flujo de dinero al régimen de Ortega que no se ha hecho todavía, no me explico por qué no lo hacen. Creo que hay que evitar totalmente el acceso de Nicaragua al mercado internacional de bancos, porque ahí es donde también los rusos están aprovechando para traer dinero a Nicaragua y después volver a mandarlo al exterior”.
Rememoró que hace algunos años hicieron un estudio sobre el desaparecido Banco Corporativo (Bancorp), el cual no tenía corresponsalía con ningún banco del mundo, y lo que hicieron fue abrir una cuenta en un banco de Corea del Sur con sucursal en Hong Kong. Así movieron el dinero de Bancorp a Panamá, y de ahí a Hong Kong, donde mandaban gente a retirar el dinero para Ortega.
El rol de Bancorp
“Nosotros hicimos un estudio hace tiempo cuando existía todavía el Banco Corporativo (Bancorp) y lo que ellos hicieron, porque no tenían corresponsalía con ningún banco en el mundo, fue abrir una cuenta en un banco de Corea del Sur con sucursal en Hong Kong, movieron el dinero de Bancorp a Panamá, y de ahí a Hong Kong, donde mandaban gente a retirar el dinero para Ortega”, precisó.
Douglas Farah se refiere a la investigación Maduros Last Stand, realizada con la antropóloga sociocultural Caitlyn Yates para IBI Consultants y National Defense University (INSS), que parte de las operaciones bancarias y petroleras de Venezuela para establecer una red estatal de lavado de dinero en complicidad con el crimen organizado.
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El régimen también está buscando nuevas formas de evadir las sanciones (51 funcionarios y 9 instituciones), por eso se están enfocando en la minería de oro ilegal.
“Sabemos dónde está trabajando (el régimen de Nicaragua para obtener divisas) para limitar los recursos y hacer que por lo menos sea más costoso que los rusos entren en la región y no tengan las puertas abiertas y la alfombra roja tirada”.
La peligrosa amistad Ortega-Zelaya
A pesar del apoyo al régimen de Nicaragua del expresidente de Honduras y ahora procesado por narcotráfico en Estados Unidos, Juan Orlando Hernández, más la concesión de ciudadanía nicaragüense a dos exfuncionarios hondureños, el Gobierno de Xiomara Castro y su esposo el expresidente Manuel Zelaya sostienen su lealtad con Ortega y su esposa Rosario Murillo, la vicepresidenta.
La amistad entre ambas parejas viene desde la presidencia de Zelaya y se intensificó por la ayuda brindada por los Ortega a la familia tras el golpe de Estados de 2009 en Honduras.
“Creo que la relación de Mel Zelaya con Ortega, sabiendo que él en este Gobierno actual en Honduras maneja mucho poder, es muy complicada, porque es una unión de fuerzas criminales en la región, siempre es más fácil (enfrentárseles) cuando el crimen transnacional está dividido, pero cuando se juntan, especialmente bajo la protección del país y del Estado, eso aumenta la posibilidad de lo que hagan esos grupos”, manifestó Farah.
Una investigación de Expediente Público constató que el Partido Libre, cogobernante mayoritario junto al Partido Salvador de Honduras, gira prácticamente alrededor de la familia Zelaya Castro. Desde su fundación en 2011, solo Mel Zelaya ha sido coordinador nacional del partido, Xiomara Castro su candidata presidencial y ha tenido dos jefes de bancada en el Legislativo: nuevamente Mel y su hermano Carlos.
Xiomara Zelaya Castro es ahora diputada, y otro de los hijos de la pareja presidencial, Héctor, fue el jefe de campaña y coordinador de la transición y actualmente es, después de su padre, a quien atribuyen las decisiones de Estado y coordinación del gabinete, según un reportaje de los primeros cien días de gobierno realizado por Expediente Público.
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La cercanía de la izquierda
“Conozco mucha gente que trabaja y dicen que cuando llegan a Honduras, si quieren hacer negocios tienen que hablar primero con Mel Zelaya, después con la presidenta y sus hijos y todos los que están en el poder. Entonces eso indica que él tiene un poder real”.
Para el investigador, otro peligro que presenta Zelaya es la cercanía ideológica con movimientos de extrema izquierda, como el Partido Comunista de El Salvador, con José Luis Merino; con Venezuela y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Otras relaciones polémicas de los Zelaya fueron la invitación para “asesorar” en temas económicos, al expresidente ecuatoriano Rafael Correa, acusado de corrupción, quien les recomendó «no perder el poder”. Además, fue detenida a finales de mayo, la senadora colombiana Piedad Córdoba con 68,000 dólares en efectivo no declarados antes de salir del aeropuerto internacional de Palmerola. En el pasado la política había sido señalada de colaborar con las FARC, elemento que no se probó, pero sí apoyó negociaciones oficiales para liberar rehenes.
Avance chino en Centroamérica
Centroamérica no tiene mucho que ofrecer al mercado de China, a no ser por su posición geoestratégica, consideró Farah. En Panamá controlan ambos lados del canal, más la zona de libre comercio de Colón, y con ello están controlando ya los puntos más vulnerables para el intercambio mundial.
Ortega les resulta a China más fiable que el presidente salvadoreño Nayib Bukele, porque controla con su vicepresidente y esposa Rosario Murillo todo el país; mientras que Honduras y Guatemala están pensando reconocer al gigante comunista. Farah anticipa que en el término de un año no habrá más presencia de Taiwán en Centroamérica.
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Para el periodista, quien ha declarado en diversas ocasiones ante comités del Congreso de Estados Unidos, la presencia china en Centroamérica busca el control de una zona estratégica cercana a Estados Unidos. No es un intercambio comercial, como con Brasil o Argentina, como lo demuestra la compra de la isla salvadoreña Perico, en el Golfo de Fonseca.
El acceso a todo el golfo no solo es estratégico para Centroamérica, sino, para Estados Unidos, y el Gobierno chino está viendo la manera de hacer puertos y eso crea una especie de cerco a la potencia del norte.
El golfo de Fonseca sirve de frontera a tres países centroamericanos, para Honduras, su única salida al Pacífico. Muy cercana para Nicaragua de su principal puerto, Corinto, pero para El Salvador es un área de interés para desarrollar su propia estrategia portuaria en La Unión. Sin embargo, en 2019 el islote Perico, de un kilómetro cuadrado, fue vendida parcialmente al empresario chino-salvadoreño Bo Yang dueño de la empresa Goldwill S.A., dedicada a la importación de autos, por un monto de 950 mil dólares, reportaron medios salvadoreños.
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Rusia y el control a la ciudadanía
Farah también considera que la presencia rusa en Nicaragua es relevante, porque no invierte grandes recursos, pero está operando como socio del régimen, hasta donde es conocido, con grupos de informática, troles y sistemas de monitoreo de comunicaciones, no solo para Nicaragua, sino, para la región y están con una seguridad absoluta. Ortega no va a cerrar esas operaciones.
“La escuela antinarcótica rusa en Managua no enseña más que tecnificar a los nicaragüenses en espionaje contra su propia gente y cómo vigilar a la población civil. Tiene una fábrica farmacéutica ahí que no funciona, pero siempre está lleno de contenedores que tienen nadie sabe qué, menos los rusos, porque es una fábrica que nunca ha producido ninguna vacuna, pero que sigue operando bajo la protección de Ortega”, aseguró.
La farmacéutica mencionada es el Laboratorio Mechnikov, instalado en Nicaragua desde 2016, con fondos públicos nicaragüenses y privados rusos, pero solo empezó a producir vacunas a partir de 2018, la mayoría contra la influenza, que vende al mismo sistema de salud del país como constatan contrataciones públicas y notas de prensa oficiales.
También existe presencia permanente de 250 militares rusos para una supuesta protección ambiental y misiones humanitarias. Pero en realidad el decreto presidencial 10-2022 publicado en La Gaceta, diario oficial el 7 de junio, no solo incluye labores humanitarias y entrenamiento ante desastres naturales, sino, operativos contra el narcotráfico en áreas marítimas, así como entrenamiento operativo contra el crimen organizado y labores de seguridad.
La confrontación de Bukele con Estados Unidos
Entonces, cuando Ortega habla de invitarlos de nuevo para misiones humanitarias, “no es nada nuevo, la gente ya está ahí. Eso es para mandar un mensaje de apoyo a Putin” por la invasión contra Ucrania.
La llegada de Nayib Bukele a la presidencia salvadoreña en junio de 2019 se vivió con esperanza de una tercera vía ante el fracaso de la Alianza Republicana Nacional (Arena) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
“Resulta que lo único que hizo fue juntar los peores elementos criminales de todos los partidos tradicionales en su gabinete y manejar un estado mafioso tremendamente corrupto y muy dañino. Además de las medidas extraordinarias que ha tomado en cuestiones de seguridad, más sus pactos con la MS-13, que Estados Unidos desde el 2012 designa como grupo terrorista, hace muy complicado lidiar con él de alguna forma”, indicó.
Por otra parte, Estados Unidos había invertido en reformas policiales y militares, y el Gobierno de Bukele reintegró a los peores elementos que fueron expulsados por violaciones a los derechos humanos y corrupción.
El retorno de estos elementos a puestos muy altos dentro de las instituciones armadas y de la policía “ha dañado a las instituciones que eran realmente la joya que salió de los procesos de paz en 1992”.
Las trabas con El Salvador
Farah, quien dirigió la oficina de UPI en El Salvador en la década de los 80, explicó a Expediente Público que a Estados Unidos se le hace difícil trabajar con un Gobierno que legalizó la criptomoneda bitcoin para supuestamente lavar dinero, involucrado en un pacto con las maras y ahora está abusando de su propia población, destrozando la legalidad del país centroamericano.
Desde el 27 de marzo, Bukele gobierna mediante estado de excepción bajo el argumento de la lucha contra las pandillas, pero ha sido fuertemente criticado por organismos de derechos humanos como Amnistía Internacional por los abusos de las fuerzas de seguridad y las pésimas condiciones carcelarias y violaciones al debido proceso.
A pesar de eso, Estados Unidos no tiene muchas opciones para un país que, aunque pequeño, tiene una población migrante considerable, una relación histórica y resulta central en la política migratoria.
Alrededor de 1.7 millones de salvadoreños viven en Estados Unidos, según estimaciones oficiales, los cuales enviaron el año pasado 7.130 millones de dólares en remesas, revelan cifras del Banco Central de El Salvador. Desde octubre de 2020 a mayo de 2022, las patrullas fronterizas han realizado 166,971 encuentros de salvadoreños ingresando sin permiso a su territorio.
Una estrategia podría ser fortalecer a la sociedad civil, pero como se ve en Nicaragua, cuando eso pasa, este tipo de gobiernos las ataca y cierra estos espacios.
