*Señales positivas en Washington para unos 150 mil nicaragüenses que están sin estatus migratorio, anuncian miembros de la diáspora.
**Un nuevo estatus de protección temporal (TPS), podría otorgarse en las próximas semanas por razones humanitarias. El último fue el 5 de enero de 1999 después por el huracán Mitch.
Expediente Público
Desde hace tres años la comunidad nicaragüense, apoyada por las diásporas de otros países, ha empujado por un nuevo estatus de protección temporal (TPS, por sus siglas en inglés) “y estamos más cerca que nunca de tenerlo”, afirmó a Expediente Público Damaris Rostrán, coordinadora de la Mesa de Trabajo New York-New Jersey.
El TPS se otorga desde 1990 a migrantes de 16 naciones del mundo, incluyendo Honduras, El Salvador y Nicaragua. El mecanismo se establece bajo disposición ejecutiva por conflictos armados, desastres naturales o climáticos y por motivos humanitarios, según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés).
“El proceso va bastante avanzado y creemos que podemos tener noticias positivas muy pronto. Todas las partes que tienen que tomarlo en cuenta y estudiarlo lo han valorado, como el Departamento de Seguridad Nacional, el Departamento de Estado, la oficina del Presidente y el Consejo de Seguridad Nacional”, aseguró el abogado en Derecho Nacional e Internacional y asesor de la Alianza de Derechos Humanos Nicaragüense-Estadounidense (Nahra, por sus siglas en inglés), Harold Rocha.
Las proyecciones iniciales indicaban que hay unos 150 mil ciudadanos nicaragüenses que podrían beneficiarse con esta medida, sin embargo, la patrulla fronteriza tuvo entre 2021 y 2022 más de 300 mil encuentros de nicaragüenses en la frontera con México.
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Solo unos 5,000 nicaragüenses continúan beneficiados por el TPS de 1999 que fue aprobado luego del paso del poderoso huracán Mitch. “Estamos contentos porque eso significa un gran paso no solo para la comunidad nicaragüense, también es un ejemplo de cómo las diásporas organizadas en Centroamérica pueden trabajar. La situación sociopolítica de Nicaragua no es ajena a la situación sociopolítica de los otros países centroamericanos”, afirmó Rostrán.
Razones humanitarias
Rocha explicó que el TPS para los nicaragüenses se daría por razones humanitarias y no por la crisis sociopolítica que vive ese país desde 2018. “A pesar de lo difícil que es separar las causas de la salida de muchos nicaragüenses, lo cierto es que el estatuto para otorgarlo no puede ver la situación del país como un conflicto armado”.
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Por otra parte, “si se ordenara la deportación de este grupo de nicaragüenses, se sabe que ni podrían regresar voluntariamente ni Estados Unidos podría repatriarlos. Y parte de eso es porque se entiende perfectamente bien, que lleva ya un cierto tiempo en que el Gobierno de Nicaragua no actúa con mucha celeridad cuando se le pide la documentación necesaria para poder, en realidad, deportar a alguien”, agregó el abogado.
Por lo general, cuando se aprueba el TPS, los beneficiaros son aquellos que están en el país desde el día previo al anuncio, dijo Rostrán.
Rostrán y Rocha explicaron que este mecanismo de protección a los migrantes nicaragüenses es diferente al parole humanitario emitido a inicios de enero, que es para personas que están fuera de Estados Unidos.
Las declaraciones las emitieron durante la reunión anual de Comunidades Unidas por el Estatus y la Protección (CUSP, por sus siglas en inglés), donde participan decenas de representantes de organizaciones de migrantes en Estados Unidos, realizada en Washington DC, entre el 15 y 17 de marzo.
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Beneficiarios
Durante la administración de Donald Trump se dijo que el TPS de 1999, era un programa temporal, y que las condiciones que habían dado lugar a la promulgación ya habían sido subsanadas y, por tanto, los beneficiados deberían pensar en regresar a sus naciones.
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“A estos grupos los han ayudado grupos de defensa de los derechos civiles a presentar una demanda, un recurso en tribunales federales diciendo que el Presidente no podía terminar eso sin consultarlo con otras agencias”, recordó Rocha.
El mecanismo beneficiaría a los nicaragüenses que han llegado a partir de 1999, incluyendo los que han pasado en los últimos años con un parole humanitario de 60 días para presentar una solicitud de asilo. Del mismo modo cubriría los que han llegado y no se han presentado ante las autoridades migratorias o han tenido contacto con la patrulla fronteriza y están en Estados Unidos sin estatus, dijo el jurista.
“Las proyecciones demográficas sobre eso son un poco complicadas. Con el número de contactos que tuvo la patrulla fronteriza se calculó entre 50,000 y 70,000, pero hay un par de organizaciones en Washington que han hecho otros conteos como otras fuentes y decían que asumen que pueden llegar a ser hasta 300,000 nicaragüenses”, dijo Rocha.
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Situación de los desterrados
Por otra parte, los 222 expresos políticos nicaragüenses desterrados el 9 de febrero de este año, continúan bajo atención, indicó Rostrán.
“Todos vinieron golpeados, mal alimentados, el tema del equilibrio era fuerte para ellos y tiene que ver otra vez con todo el tipo de torturas que pasaron. Se han estado recuperando, pero apenas tienen un poquito más de un mes aquí”, dijo la activista.
Rocha manifestó que estas personas fueron acogidos bajo el programa de parole humanitario que anunció el presidente Biden del 5 de enero pasado, con un permiso de dos años para quedarse y trabajar.
También las personas liberadas podrían optar al asilo pero hay un rezago de varios años para revisar por el número de solicitudes. En este caso, se sabe perfectamente quiénes son y sus circunstancias. “En teoría debería ser un proceso de asilo bastante fácil de ganar, no de probar y de ganar”, dijo Rocha.