*Kristina Rosales Kostrukova, vocera para español del Departamento de Estado, explicó a Expediente Público que las sanciones las adopta Estados Unidos con el objetivo de presionar al régimen por el retorno de la democracia.
**Explicó el rol de Brasil tras diferencias en la resolución de condena a Nicaragua y por la cercanía del presidente Lula con Ortega.
Expediente Público
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, sostuvo en sus intervenciones en la 53 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), este viernes 23 de junio, que “varios gobiernos de las Américas están cuestionando la relevancia de la OEA y la democracia en general” y llamó a reforzar “la democracia en su capacidad perdurable de renovación y revitalización”.
El secretario de Estado dijo también que se deben continuar “destacando las violaciones generalizadas de los derechos humanos perpetradas por gobiernos autoritarios y buscar formas de hacerlos responsables de manera adecuada”.
Blinken pidió compartir compromisos, por ejemplo, para “fortalecer la democracia y que los gobiernos “aprovechen al máximo la Carta Democrática Interamericana y amplíen nuestras herramientas para construir democracias resilientes”.
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El régimen de Nicaragua, por su parte, no participó de su última Asamblea General de la OEA en Washington DC, así también, tienen una política aislacionista hacia las organizaciones críticas.
Kristina Rosales Kostrukova, vocera para español del Departamento de Estado, explicó a Expediente Público, que la intervención del secretario Blinken en la OEA, se enfocó en importancia de este organismo para trabajar conjuntamente con la región para tratar ciertos desafíos en común, particularmente la fragilidad democrática como el caso de Nicaragua, Cuba o Venezuela.
Trabajar juntos
“(Blinken) habló de la importancia de tener conversaciones y diálogos conjuntos, entendiendo que tenemos muchísimas diferencias con otros países de la región en sentido de opinión o de, digamos, de voto para ciertas resoluciones, pero se tiene que trabajar en conjunto”, expresó.
«No tenemos la participación de Nicaragua en este organismo de la OEA. A nivel bilateral es una relación que necesita trabajo para indicarle al régimen de Ortega Murillo que ha estado obviamente violando los derechos de su pueblo y de muchas instituciones dentro del país”, sostuvo.
“A base de estas conversaciones dentro de la OEA a nivel regional con los participantes, se le puede dar esa presión y colocar esta resolución que algo tiene que cambiar para poder tener esa conversación y poner en la mesa estas temáticas importantes para el pueblo nicaragüense”, expresó Rosales.
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Justicia internacional
Expediente Público consultó a Rosales si su Gobierno da seguimiento a los casos de justicia internacional y si el sistema de justicia de su país tiene la independencia suficiente para llevar a funcionarios corruptos o violadores de derechos humanos, un antecedente se tuvo en 2016, cuando fue juzgado por coimas el presidente de la Federación Nicaragüense de Futbol, Julio Rocha.
“No puedo confirmar nada en este momento, ni tampoco puedo detallar si eso sería alguna posibilidad, pero nosotros siempre estamos como hemos dicho antes en varias ocasiones, por ejemplo, lo dijo el embajador (en la OEA) Frank Mora en estos días, que siempre estamos dispuestos a considerar las sanciones y a quién sancionar o cuál individuo o cuál entidad”, respondió.
“Cuando entendemos que hay algún factor, algún cierto tipo de acción que sabemos que ha sido en contra y de manera negativa contra la sociedad civil en Nicaragua, contra el pueblo nicaragüense, (las sanciones) eso es una opción y obviamente estamos siempre considerando si tenemos las pruebas contundentes para poder presentar algo en ese sentido”, agregó.
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Papel de Brasil
Rosales también respondió sobre el posible papel del presidente Luiz Lula da Silva, cercano al nicaragüense Daniel Ortega, y si este podría mediar a futuro en una salida democrática. Particularmente, la posición de la delegación de Brasilia en la OEA para cambiar aspectos de la resolución sobre Nicaragua y el anuncio del interés por pedir la liberación del obispo Rolando Álvarez, anunciada por Lula en el Vaticano esta semana, generaron interés regional.
“Sobre el tema de Nicaragua, bueno, nosotros siempre tenemos una conversación muy cercana con el Gobierno brasileño, a nivel no solamente bilateral, también en otras instituciones y en otros organismos multilaterales, claro, entendemos las diferentes sugerencias que han sido hechas en estos últimos días por parte del Gobierno brasileño”, precisó Rosales.
«Estamos cien por ciento convencidos de que el Gobierno brasileño está apoyando (la resolución) y que entiende la importancia de tener que presionar y reforzar esa visión de cómo se tienen que manejar las cosas cuando se trata de un régimen como es lo que se ve en Nicaragua, y esas conversaciones van a continuar. Partimos con estas resoluciones que vamos a tener finalizando en el día de hoy (viernes), pero más adelante también en otras conversaciones a nivel multilateral”, indicó.
Rosales también señaló que continuarán trabajando a nivel regional para poder tratar “esta temática de lo que se vive injustamente en Nicaragua”.
Además: Seguridad en Centroamérica
Rosales reiteró además la posición de Estados Unidos a la presencia extrarregional en Centroamérica, «estamos observando lo que ha estado pasando en la región”.
«Es algo de suma importancia para nuestra seguridad nacional y algo que vamos a continuar trabajando conjuntamente para contrarrestar, pero a la misma vez también observando y manteniendo en cuenta de que estas son, obviamente son actores que tienen su libre presencia en varias partes del mundo, incluyendo en nuestra región.
Igual, se enfatiza el trabajo conjunto con la región en otros desafíos, “sea el refuerzo democrático de nuestras instituciones, trabajar conjuntamente también para abordar algunos de los otros temas de importancia como es el tema migratorio y la salud global”.
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Diálogo sugerido
Según Kristina Rosales, los pueblos que están atravesando situaciones complicadas como es el caso de Nicaragua, llevan mucho tiempo sin tener acceso a sus derechos humanos y sin recibir el respeto que merecen. La sociedad civil, los medios de comunicación y la iglesia no son respetados, tal como señaló el embajador Mora durante esta semana.
Es necesario establecer un diálogo a nivel regional para poder apoyar las resoluciones necesarias que condenen estas acciones en dichos países, ya que claramente no se está respetando ni dándole voz a los ciudadanos.
A través de la organización y las conversaciones en la OEA a nivel regional, se puede ejercer presión y promover resoluciones que indiquen la necesidad de un cambio en este sentido, para facilitar un diálogo genuino y abordar temáticas importantes para el pueblo nicaragüense, sostuvo la vocera.
Esto permitiría tener elecciones justas, garantizar los derechos de la sociedad civil, las ONG, los medios de comunicación y la iglesia, y asegurar el funcionamiento de la sociedad de acuerdo a los principios democráticos observados en otros lugares, según el Departamento de Estado.
OEA y sus resoluciones
En la OEA hubo varias resoluciones en discusión, no solo en el caso de Nicaragua, sino también en relación a la inseguridad en Haití, y a las instituciones democráticas en países como Venezuela y Cuba.
La OEA busca consensos para avanzar en el lenguaje y tomar las medidas necesarias en favor de estos pueblos, trascendiendo lo meramente político, dijo.
Siempre se está vigilando este tipo de declaraciones, no solo en el contexto de violaciones a los derechos humanos, sino también en casos de injusticias que afectan a diferentes sectores de la sociedad. Por ejemplo, se ha observado el impacto en el periodismo, donde muchos periodistas se han visto obligados a abandonar Nicaragua y buscar refugio en otros países de la región.
Rosales recordó, además, que también se han registrado situaciones similares con otros grupos de la sociedad civil, como la iglesia católica. Todas estas son injusticias y denuncias que se están monitoreando y en las cuales se ha participado en conversaciones con vecinos de la región y otros foros multilaterales, con el objetivo de abordar estos problemas de manera contundente.
