* Alteración del sueño, tortura psicológica y el aislamiento marcaron los días en las cárceles de los 135 excarcelados nicaragüenses.
** Estados Unidos asegura que no otorgaron concesiones al régimen de Daniel Ortega.
Eric Lemus / Expediente Público
Cobertura Especial
Salvador Ramírez Andino, abogado, pasó su cumpleaños número 68 tras las rejas por haber opinado en redes sociales. Su mensaje, crítico hacia la deriva autoritaria del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua, lo llevó ante los tribunales.
Ramírez, hijo de un militante sandinista que luchó contra la dictadura de Anastasio Somoza, también recuerda su participación política en los años 80. Sin embargo, su historia y pasado no fueron suficientes para detener un sistema que lo acusó bajo la Ley de Ciberdelitos de traición a la patria y conspiración.
“Luego de pasar detenido cinco días en el Distrito 3 de la Policía Nacional (en la capital Managua) me llevaron rápidamente a los tribunales de justicia donde me acusaron. Nunca supe si el juez emitió sentencia”, recuerda Ramírez, quien es oriundo de El Realejo, Chinandega, en el occidente del país.
Suscríbase al boletín de Expediente Público y reciba más información
Casi 400 excarcelados y desterrados
La dictadura de Ortega y Murillo desterraron a 135 presos políticos nicaragüenses el 5 de septiembre. En la negociación participaron los gobiernos de Estados Unidos y el de Guatemala, país donde fueron recibidos los excarcelados.
El destierro es considerado un crimen de lesa humanidad por Naciones Unidas. Sin embargo, el régimen sandinista en Nicaragua lo practica contra todos sus adversarios, incluidos periodistas, sacerdotes, religiosos, pastores evangélicos, feministas y defensores de derechos humanos.
En febrero de 2023, el régimen desterró y desnacionalizó a 222 presos políticos. A estos se suman alrededor de 40 sacerdotes católicos que ha encarcelado y luego expatriado al Vaticano.
Ramírez es del grupo de los 135 expatriados a Guatemala. Cuatro días después de su destierro expresa a Expediente Público: “Estamos recuperándonos gradualmente porque tenemos sentimientos encontrados”.
Anhela reencontrarse con su familia.
“Nuestros familiares siguen allá y nosotros en esta separación. ¡Es fuerte! Pero tengo confianza en que este proceso va avanzando y algún día podremos regresar a nuestra tierra”, dice.
Además: Excarcelados relatan la crueldad de los guardias en la prisión del régimen de Daniel Ortega
Ramírez estuvo un año y tres meses en La Modelo, la principal cárcel del régimen ubicada en Tipitapa, en el departamento de Managua. Durante el tiempo que estuvo detenido, no se le notificó una condena.
La noche que recuperaron la libertad
Al final de la tarde del miércoles 4 de septiembre, los 135 presos políticos fueron agrupados y urgidos a ducharse antes de su salida del penal.
Salvador reitera lo que otros excarcelados también pensaron en aquel momento, pues creyeron que esa acción era parte de las torturas psicológicas del régimen. Pero, al pasar la medianoche, después de que los hicieron subir y bajar repetidas veces de un autobús, y ser reunidos en el patio del penal, finalmente entendieron que saldrían de la cárcel.
Los testimonios de los expatriados también coinciden en traer a la memoria episodios desagradables como cuando los carceleros alteraban las raciones alimenticias, eliminando la carne y reemplazándola por bicarbonato.
Uno de los excarcelados, que prefiere el anonimato ante el temor de que el régimen busque venganza contra sus familiares, relata parte de las torturas que sufrían.
“Los guardias decían que nuestra alimentación era mucho mejor que la que consumían los reos comunes. ‘Ustedes viven en un paraíso’, repetían”. Eso es absurdo, porque el paraíso es estar libres”, esgrime el expatriado.
Además, el calor en las celdas era entre los 38 y 42 grados y los mantenían hacinados. El sopor y el cansancio permanente en ese espacio tan sobrepoblado contribuyó a destruir la voluntad de cualquiera.
«Yo quería bañarme y bañarme porque no soporto el calor, pero ellos racionaban el agua, sabían que eso nos quebraba», lamenta. El desterrado sufre de sufre alteración del sueño, estrés y desorden alimenticio.
Contexto: EE. UU. sigue gestionando la liberación de más presos políticos en Nicaragua
Otro episodio que cuenta es la alteración de los horarios con el horario de la alimentación. En la madrugada les servían el desayuno, a media mañana el almuerzo y la cena al inicio de la tarde.
“La táctica era desubicar nuestra noción del tiempo y el espacio y lo lograron”, relata el excarcelado a Expediente Público.
Puede interesarle: Historias de dolor entre los 135 excarcelados nicaragüenses en Guatemala
EE. UU. niega que hubo concesiones al régimen
El Gobierno de los Estados Unidos no ofreció concesiones al régimen de Nicaragua a cambio de la liberación de los 135 presos políticos, afirmó Eric Jacobstein, subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental.
Durante una conferencia virtual este 9 de septiembre, en la que participó Expediente Público, Jacobstein evitó pronunciarse sobre la lista completa de excarcelados, la cual el régimen Ortega-Murillo no ha revelado públicamente.
“No hubo intercambios ni concesiones a cambio de la liberación de esos presos políticos. Ejercemos presión constante de manera pública y privada para que se libere a personas encarceladas injustamente en Nicaragua”, señaló el funcionario.
Jacobstein también evitó detalles sobre las negociaciones con el régimen y no confirmó quién fue responsable de acordar la lista de liberados.
Extraoficialmente, se estima que al menos 36 presos políticos todavía queda en Nicaragua.
“Nicaragua sigue deteniendo de manera injusta a personas y solo Ortega y Murillo controlan la libertad de esas personas”, afirmó Jacobstein.
Entre los 135 desterrados a Guatemala hay 13 miembros de la organización evangélica Puerta de la Montaña, con sede en Texas.
Los excarcelados permanecen en Guatemala, donde reciben hospedaje, alimentación y atención psicosocial mientras gestionan su reasentamiento a otros países, incluido Estados Unidos.
“Instamos a liberar de manera inmediata e incondicional a todos los presos políticos y permitir que todas esas personas recuperen sus vidas, sin represión, ni temor a represalias”, puntualizó Jacobstein.